Una de las cuestiones que más preocupa a la gente es si
perdemos a nuestros seres queridos, o si nos volveremos a encontrar con ellos
en el más allá o en próximas encarnaciones. Cuando llevas unos años recordando
vidas pasadas esto te parece tan obvio que ni siquiera pasa por tu cabeza, así
que cuando me preguntan sobre ello suelo sorprenderme. ¿Que si nos volvemos a
encontrar con nuestros seres queridos? Y con los no tan queridos también... En
general, no hacemos más que cruzarnos con las mismas almas una y otra vez, más
o menos como ocurre en
El Atlas de las Nubes. Y aunque esto parezca una bonita leyenda, la mayoría de los reencarnacionistas coincidimos en que hay algo de verdad en eso de que el alma se refleja en los ojos. Muchas veces el reconocimiento se produce a través de ellos.
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Fotograma de la película Orígenes. |
No voy a entrar a definir lo que son los grupos de almas ni
los
soulmates, entre otras cosas
porque me parece algo muy básico y además ya expliqué una vez la confusión que
existe en el mundo hispanohablante sobre determinados conceptos. Solo diré que
la existencia de almas compañeras, es decir, gente con la que te encuentras
vida tras vida, es una de las grandes realidades de la reencarnación. Desde que
recuerdo vidas pasadas me ha ocurrido de todo:
- He reconocido en mis recuerdos a personas que había
conocido en la vida real, con las que pensé que había algún tipo de conexión
pero no podía especificar el qué. Las vivencias de esa vida pasada daban perfecta explicación a la forma en que me sentía hacia esa otra persona, que no
siempre era positiva.
- He conocido a personas (incluso online) que me hacían
sentir algo especial, que llegaban a provocar en mí extrañas reacciones emocionales
sin explicación lógica. Posteriormente, preguntando por ellas antes de meditar, o bien de manera
espontánea, aparecían en mis recuerdos en alguna vida pasada.
- En alguna ocasión hemos hecho una meditación conjunta a distancia,
varias personas en varias ciudades, con la mínima interacción entre nosotros, y al acabar la sesión habíamos recordado un mismo escenario, cada uno desde su propia perspectiva.
- Hay gente que me ha reconocido en alguna de sus vidas pasadas,
pero yo no recuerdo nada o solo tengo leves intuiciones.
Normalmente este tipo de conexiones no se comentan en
público, por razones obvias de privacidad y por tratarse de asuntos que solo conciernen a las
personas que comparten recuerdos. Además, a nosotros mismos nos cuesta creer en
ello, y seguramente en muchos casos ni siquiera nos atrevemos a decirle a
alguien que creemos reconocerle de otra vida, por temor a su reacción, lo cual
es perfectamente lógico. Por otra parte, me consta que en algunos casos tener
recuerdos compartidos ha servido para verificar algunos hechos poco conocidos
por la historia oficial, aunque a mí nunca me ha pasado. Es bastante difícil
llegar a validar este tipo de recuerdos, y además hay que tener cuidado porque
algunos indeseables pueden aprovecharse de esta circunstancia y querer hacerte
creer que te conocen de otra vida porque piensan que tú eres alguien
excesivamente crédulo y no vas a tardar en caer en sus garras. Eso de que te
digan de que eres su alma gemela suena muy romántico, pero es muy probable que
no sea verdad. Por eso es recomendable andar siempre con pies de plomo. Sin
embargo, estas conexiones existen, y son muy frecuentes. Para los que nos
acercamos a la reencarnación con la racionalidad y la precaución debidas, es
uno de los factores que más nos descolocan, que más desafían nuestra lógica.
Nuestra intuición nos dice una cosa, pero nuestra inteligencia sigue
insistiendo en que puede ser autosugestión, que es altamente improbable que
hayas vivido una vida con alguien que vive en otro país y que casi acabas de
conocer en internet, que posiblemente esa persona “te atrae” por alguna otra
razón... Pero cuando tienes recuerdos “de verdad”, y en esos recuerdos —ya sea
en un sueño o por autohipnosis— no tienes ninguna duda de que reconoces a alguien del presente en esa otra
persona, que antes tenía otro cuerpo o incluso otro sexo, y te es difícil explicar por qué, entonces te empiezas a
cuestionar si la realidad es distinta a lo que nos han enseñado. Tienes que elegir entre lo que te dice tu instinto y lo que te dice tu mente racional. Y no, la elección no es nada fácil...
Creo que es importante hacer un inciso en lo de la “atracción”
que te produce esa persona. Lo he notado en mí y en muchos otros
reencarnacionistas. Cuando hay una conexión con alguien que podrías haber
conocido en otra vida, la sensación es muy parecida a un enamoramiento o a pura
atracción sexual, y por lo general da igual si la relación en el pasado fue
buena, mala o regular; si fue una relación amorosa o de otro tipo; o incluso si
fue familiar o no. (Tal vez por esta razón la creencia en las almas gemelas se ha hecho tan popular). Sentimos como una especie de “mariposas en el estómago”, y
algo nos empuja a hablar o acercarnos a esa persona. Por supuesto, esto no
significa que siempre que se produzca esta sensación, hay una relación de vida
pasada. Puede que esa persona simplemente nos recuerde a alguien del pasado, o
puede que, en efecto, todo se deba a pura atracción física. Pero a veces, quizá
más de las que nos imaginamos, sí hay una relación de vida pasada, y casi me
atrevería a decir que con frecuencia esa relación no se parece en nada a como
nos la imaginamos. En algunas ocasiones, sin que haya una aparente explicación,
una sola palabra de esa persona basta para que nos enfurezcamos, o hace que
actuemos hacia ella como un padre cuando en realidad no lo somos, o quizá hay
algo que no nos gusta para nada, o quizá se da una relación amor/odio que a
veces puede incluso rayar la obsesión. Si consigues recordar y saber con
exactitud por qué te sientes así, de pronto le encuentras el sentido. Y creo
que ésta es una de las experiencias más satisfactorias que se dan en esto de
recordar vidas pasadas.
¿Algunos ejemplos personales?
- Una amiga de mi infancia resultó haber estado conmigo en
una vida en la que ambas éramos esclavas en Creta.
- Un compañero de clase con el que parecía haber simpatía
mutua pero nunca llegamos a ser amigos, resultó haber sido un amigo muy
querido, casi un hermano para mí, en una vida en la que yo era una india nativa
americana y toda mi familia (incluido él) murió en una masacre perpetrada por
los blancos.
- Un compañero de facultad resultó haber sido un amigo muy
querido en mi vida del Oeste americano. Las cosas no acabaron bien entre
nosotros. La relación en nuestra vida actual fue muy extraña y algo complicada,
perdimos el contacto y los asuntos sin resolver siguieron sin resolverse.
Podría añadir algunos más, pero no acostumbro a hablar de mis
vidas pasadas en este blog. Es una pena que no pueda validar esta información,
porque lo normal es que la otra persona no recuerde, o que ni siquiera crea en
la reencarnación, con lo cual tus sospechas siempre quedan en silencio. Pero
interiormente e intuitivamente, apenas tengo duda de que nos
conocimos en otras vidas.
Conclusión: que cuando hay alguien duda de si nos vamos a
reencontrar con nuestros seres queridos en el más allá o en el más acá, en
nuestra próxima encarnación, no puedo más que sonreír. Si ellos supieran... Si ellos recordaran... Los
lazos espirituales son eternos. Te vas a reencontrar con la gente que quieres y
con la gente que no quieres, porque en el otro lado el amor es para todos por
igual, o al menos debería serlo. No tengo ni idea de por qué las cosas son como
son, pero lo que tengo claro es que una vez que has pasado por intensas
experiencias con alguien, hay algo que deja una huella en ti. Los recuerdos y
lo que te une a esa persona con la que viviste, no desaparecen jamás.