miércoles, 22 de noviembre de 2017

Qué hacer si un conocido recuerda vidas pasadas.

No me ha pasado con mucha frecuencia, pero sí que me han llegado dos o tres casos de personas que me preguntaban por la reencarnación porque alguien cercano, quizá su esposa, un amigo o un hermano, decía recordar vidas pasadas. He utilizado la palabra “conocido” en el título de esta entrada por abreviar, pero por supuesto no me refiero a alguien con el que no te une una relación estrecha. Si llega a oídos de una persona normal que Fulanito, un vecino que a veces te encuentras por la calle, recuerda vidas pasadas, lo más probable es que no le dé la más mínima importancia, ignore lo que le han contado o, en el peor de los casos, se ría abiertamente de él. No, me refiero a alguien cercano porque entonces es distinto y te afecta personalmente. Es alguien a quien conoces de muchos años, sabes que no va por ahí diciendo tonterías, es más o menos una persona razonable, y resulta que un día te confiesa que ha empezado a recordar vidas pasadas. ¿Y tú qué haces entonces? ¿Qué tipo de reacción debes tener?

Me vino la idea para esta entrada observando el comportamiento de la gente que tengo a mi alrededor y comprendiendo que a veces debe ser muy, pero que muy raro, convivir con alguien que dice recordar vidas pasadas. Creas o no en la reencarnación, de pronto parece que tienes un problema, dudas de si tu pareja se está volviendo loca o si puede haber algo de cierto en sus experiencias. Sé que puede llegar a ser muy perturbador, sobre todo si eres una persona racional y científica y nunca antes te habías planteado la posible existencia de la reencarnación. Como cualquier otro fenómeno paranormal, permanece ahí lejos, es algo que solo pasa a personas poco cuerdas o demasiado crédulas, y no le prestas mayor atención hasta que ese fenómeno se te presenta en tu propia casa. Ni siquiera los propios reencarnacionistas sabemos muy bien qué nos pasa, porque apenas se habla en la consulta del psicólogo, ni tan siquiera se habla en círculos supuestamente espirituales, o si se habla, es de una manera demasiado superficial. Recordar vidas pasadas es toda una aventura para el que lo experimenta, pero las personas de confianza que comparten su vida, también se verán afectadas de una manera u otra. Este post va para ellos. Es una especie de Manual sobre cómo tratar a reencarnacionistas convencidos.

Reflexionando sobre esta cuestión, me di cuenta de que las pautas a seguir no son muy distintas a las pautas que da Carol Bowman para tratar con niños que recuerdan vidas pasadas. Voy a tratar de resumir los puntos que considero más importantes:

1. Escucha y no juzgues lo que te están contando.


A ti te puede parecer de locos que una persona pueda contarte con todo lujo de detalles una batalla que vivió en la Primera Guerra Mundial o la forma en que murió en Escocia en el siglo XIV. Pero para esa persona esos recuerdos son totalmente reales y le están afectando en la actualidad. Es muy terapéutico poder hablar de ello con alguien que comprenda. Si te ha elegido a ti por la confianza que hay entre vosotros, lo menos que puedes hacer es escuchar y aceptar que lo que le pasa es real, sea o no verdad que haya reencarnado.

2. Tómatelo en serio y no bromees sobre nuestras vidas pasadas.


Si nosotros también bromeamos, quizá puedas hacerlo, pero mientras llega ese momento, tómatelo con toda la seriedad del mundo, porque para nosotros es seguramente lo más importante que nos ha pasado nunca. Y la mayoría de nuestros recuerdos suelen ser bastante dolorosos. Una vez que ya lo hemos superado, entonces sí, podemos empezar a hacer chistes y reírnos incluso de la forma en que morimos. Pero si no ves ese cambio en la persona, no te arriesgues, porque nos podría doler bastante o avivar antiguas emociones.

3. Comprende los cambios súbitos en nuestro estado de ánimo.


Los reencarnacionistas sufrimos con frecuencia de past life mood, es decir, caemos en estados melancólicos al recordar nuestro pasado que a veces nos afecta en la vida real. Puede que en un momento dado (suele pasar en los aniversarios de acontecimientos importantes) prefiramos quedarnos en casa perdidos en nuestros pensamientos, antes que salir a pasear o a tomar unas copas. No hay que preocuparse, no es patológico. Piensa que es exactamente igual a cuando una persona está pasando por el duelo después de haber perdido a un ser querido. ¿Lo respetarías? Pues respeta igualmente la nostalgia o tristeza de esa persona cercana. Ya se le pasará, te lo aseguro.

 

4. Jamás le digas a un reencarnacionista que no debe vivir perdido en el pasado.


A mí esto me molestaba sobremanera cuando estaba recordando vidas pasadas. Para nosotros, el pasado es presente, no hay ninguna diferencia. Y si algo que proviene del pasado nos está afectando, es ahora cuando debemos trabajar en ello. No lo podemos dejar atrás, no lo podemos ignorar. Si lo ignoras, los recuerdos vuelven a ti con mucha más intensidad en el futuro o aparecen en pesadillas. Son asuntos sin resolver y emociones que han de ser procesadas para que en un tiempo dejen de afectarnos tanto.

5. Muestra una actitud abierta frente a la reencarnación.


O dicho con otras palabras, no nos digas que estamos como una regadera. Creo que es mejor que te muerdas la lengua antes de soltar una barbaridad. De todas formas, los reencarnacionistas lo vamos a notar. Vamos a saber si mantienes una mente abierta de “¿Por qué no?” y te interesas por saber más, o si solo estás fingiendo y no dices nada por “respeto” pero en el fondo estás pensando que desvariamos. Si haces esto último, es probable que los reencarnacionistas dejemos de hablar del tema también, igual que hacen los niños que recuerdan vidas pasadas con los padres que les dicen que dejen de hablar de cosas que no existen. Si nos dices directamente que estamos locos, a lo mejor propicias una ruptura definitiva en la relación.

6. Ten empatía.

Puedes entenderlo más o menos. Hay gente que cree en la reencarnación pero no conciben que alguien pueda recordar vidas pasadas, así que lo ven como una mera anécdota y no van a comprender tampoco lo que nos pasa. Pero sea cual sea el caso, intenta ponerte en nuestro lugar. Esto es como una enfermedad. Puede que no sepas cómo se siente esto de tener una gripe y no poder moverte de la cama, pero sí sabes que estamos jodidos, que tenemos traumas que ni nosotros mismos entendemos y que nos asaltan recuerdos que a veces ni siquiera queremos tener. Simplemente ten paciencia y trata de acompañarnos como haría un amigo que cuida a otro amigo enfermo.

7. En la medida de lo posible, tómatelo con naturalidad.

Creo que este es mi sueño, y posiblemente también el de muchos reencarnacionistas. Nada nos gustaría más que poder hablar abiertamente de nuestros recuerdos de vidas pasadas con todo el mundo, y no estar preocupados por lo que van a pensar de nosotros. Para nosotros la reencarnación es una realidad, y nos encantaría que todo el mundo lo supiera y lo aceptara. Podríamos hablar del pasado remoto que nosotros mismos hemos vivido con personas normales. Sería un poco como ser un abuelo en un cuerpo joven, contando aventurillas de hace doscientos años, con la esperanza de que los jóvenes de hoy aprendan algo del pasado. Estaría genial poder hablar con historiadores y contarle por qué creemos que algo no ocurrió tal y como viene en los libros de historia, o confesarles cuál era el verdadero carácter de un personaje famoso al que no han descrito convenientemente. 

8. Recuerda que los reencarnacionistas estamos muy solos en esto.

Probablemente tú eres la única persona a la que podemos recurrir. Sabemos que podemos ser ridiculizados, sabemos que podéis enviarnos al psiquiatra y ponernos una camisa de fuerza, sabemos que lo mínimo que nos va a pasar es que no nos creáis. Pero necesitamos hablar con alguien, necesitamos desahogarnos, necesitamos un apoyo, alguien que nos ayude a superar algunos traumas. Así que intenta evitar que nos sintamos aún más solos si decidimos contárselo a la persona que tenemos más cerca. Significa mucho para nosotros saber que podemos confiar en alguien.


lunes, 4 de septiembre de 2017

¿Fui un animal en una vida pasada?

Ya ha pasado mucho tiempo desde que escribí mi primera (y única) entrada sobre reencarnación animal, así que creo que va siendo hora de tocar de nuevo este tema. A pesar de que me aburre sobremanera, lo haré por esa gran fracción de la población mundial hispanohablante a la que parece preocuparle mucho, a juzgar por el éxito de esa primera entrada, la más leída en toda la historia del blog.

La verdad es que me resulta difícil entender por qué ha tenido tanto éxito, pero quizá la respuesta sea sencilla: es el reflejo de la seriedad con que la gente se toma la reencarnación. Les preocupa más si su perro volverá a nacer en forma de otro perrito, o si esa gata callejera que ha adoptado es la reencarnación del gato que se murió hace un mes, porque tiene una mancha en la cara muy similar, que conocer sus propias vidas pasadas para conocer de verdad qué clase de persona eres. Quizá, incluso, hay algunos que se preguntan si su suegra reencarnará en cucaracha, que es lo que se merece por lo mala que es… A mí, que soy veterinaria y vegana, este tema, el de si los animales reencarnan, jamás me ha quitado el sueño. Me es suficiente con saber que es muy probable que sobrevivan a la muerte, como todos nosotros. Y me es indiferente si es un animal que ya estuvo bajo mi cuidado antes, creo que todos son igualmente merecedores de ese cuidado y esa protección.

Pero, como siempre, hay que puntualizar: si con reencarnación animal nos estamos refiriendo a que un animal reencarne en otro animal, pues vale, puede que sí exista, especialmente si como pienso la reencarnación es un fenómeno natural y universal. No sé hasta qué punto se podrían intercambiar especies, pero es lógico pensar que la reencarnación animal sí se produce. Como digo, es algo que no me preocupa en exceso.

Ahora, si con reencarnación animal nos estamos refiriendo a la posibilidad de que un ser humano haya sido en el pasado un animal, o que vaya a reencarnar en un animal en el futuro, aquí he de ser taxativa: mi CREENCIA es que no existe. Destaco la palabra “creencia”, no sea que me vayan a intentar linchar como la última vez. No poseo la verdad absoluta. Pero para creer que la reencarnación humano-animal o viceversa no existe me baso en varios puntos. No es la única ni probablemente la más importante, pero una de las razones por las que digo esto es la gran escasez de casos fiables y, como es obvio, verificables de personas que afirmen tener recuerdos de haber sido un animal en una vida pasada. Para empezar, creo que si todos hubiéramos sido animales en el pasado, estos casos serían mucho más frecuentes. Y además, serían mucho más significativos, no meras anécdotas imposibles de corroborar.

Los investigadores serios no suelen molestarse ni tan siquiera en estudiar estos casos, precisamente porque no son verificables. De vez en cuando encuentras algún testimonio, yo incluso conozco de alguna persona que afirma haber sido un zorro en una vida pasada, y lo que describe podría ser realmente la vivencia en primera persona de un zorro… Pero en mi opinión hay otras posibles explicaciones a este fenómeno, siempre aceptando que esta persona no miente ni quiere burlarse de nosotros, por supuesto.

Recientemente me he encontrado con las opiniones de dos investigadores sobre la reencarnación animal. Me ha resultado muy interesante conocerlas:

Helen Wambach, en una entrevista radiofónica a finales de los años 70, afirmaba:
Creo que he tenido 8 sujetos de 5000 que cuando les he dicho que miren sus manos, tristemente me confesaron más tarde: “Cuando miré hacia abajo, vi unas cosas peludas y tenía unas garras sobresaliendo”, y yo dije “Oh, Dios mío”, pero no rellenaron los formularios, así que puedo decir con sinceridad que no he tenido formularios de datos como esos.
 Pero aún más interesante es lo que dice Jim Tucker en su libro Return to Life al respecto. Describe dos casos de niños que afirmaban haber sido un animal. El primero de ellos fue investigado por un asociado de Ian Stevenson mientras ambos estaban en Tailandia: un niño llamado Dalawong decía que había sido un ciervo en una vida anterior, y que después de que le mataran unos cazadores, había renacido como serpiente pitón. Antes de que Dalawong fuera concebido, su padre había estado comiendo carne de pitón que un conocido le había servido. Este conocido, el señor Hiew, había matado a la pitón después de una larga lucha. Cuando Dalawong tenía tres años de edad, Hiew acudió a una fiesta que se celebraba en la casa de al lado. Cuando Dalawong le vio se enfureció y trató de buscar un martillo o un palo para atacarle. Dijo que Hiew le había matado cuando era una serpiente y dio detalles sobre cómo lo había hecho, confirmados posteriormente por Hiew. Dalawong dijo que después de que le mataran, su espíritu vio a su futuro padre y pensó que él era más amable que los otros hombres que se comieron la carne de serpiente. Le siguió a casa y pronto entró en el cuerpo de su madre.

El padre de Dalawong contó que cuando Dalawong vio a Hiew, le tocó en su hombro izquierdo y le dijo que había sido mordido justo ahí por una serpiente. Hiew tenía una cicatriz en ese punto por una mordedura de serpiente. Nadie más mencionó este aspecto de la historia. Dalawong superó su ira inicial hacia Hiew y dijo que era mejor ser humano que serpiente. Lo más llamativo del caso es que Dalawong nació con ictiosis, una enfermedad de la piel que hacía que su cuerpo, especialmente la mitad inferior, estuviera cubierta de escamas, lo que le da una apariencia de piel de serpiente.

Niño con ictiosis.
El segundo caso es el de una madre estadounidense que escribió al Dr. Tucker contándole que cuando dio a su hijo Peter, que tenía entonces seis años de edad, un collar de golosinas, este le dijo: “Cuando era un chimpancé un niño me lanzó uno en mi jaula. No sabía qué hacer con él”. La madre le preguntó cómo había llegado a la jaula, y Peter respondió que había caído en una trampa y le habían llevado al zoo. Le preguntó qué sucedió después de que muriera como chimpancé, antes de meterse en “el estómago de mamá”, pero él solo respondió: “Nada”. Nunca más volvió a hablar de nada parecido.

Personalmente no creo que estos casos signifiquen que la reencarnación animal-humano o viceversa existe. El primer caso me parece más bien una historia elaborada por la mente de Dalawong, probablemente de manera inconsciente, para dar explicación a dos hechos que sí parecen reales: su enfermedad y cierta percepción extrasensorial mediante la cual puede conocer hechos que sucedieron en el pasado a otras personas. Y si no es percepción extrasensorial, podríamos decir que es un conocimiento que pudo tener el alma de Dalawong antes de nacer y que él interpreta como recuerdo, pero no necesariamente tuvo que estar encarnado en esa serpiente. El Dr. Tucker lo interpreta de manera parecida: quizá, mientras Dalawong estaba desencarnado, su consciencia pudo tener conocimiento de alguna manera de lo que sucedió con esa serpiente. No tiene sentido pensar que Dalawong pudo SER esa serpiente, porque obviamente el cerebro de una serpiente no tiene la misma capacidad de reconocer a una persona o analizar los acontecimientos como lo hace Dalawong. Pero sí podría ser que Dalawong hubiera sido testigo de los hechos, igual que alguien que está teniendo una ECM puede estar percibiendo cosas en habitaciones contiguas a las que no podría acceder en condiciones normales.

Yo iría un poco más allá. El proceso de reencarnación, tal y como yo lo concibo, no haría posible que un ser humano se manifestara en el plano físico como un animal. Es decir, yo creo en la existencia de almas animales y almas humanas, y no existe ningún tipo de “evolución espiritual” entre ellas, que haga posible que un alma animal acabe convirtiéndose en un alma humana. Sin embargo, sí que creo posible que desde un estado espiritual (desencarnado), o incluso por algún tipo de proyección mental (encarnados o desencarnados), pudiéramos “ocupar” momentáneamente el cuerpo físico de otro ser, y experimentar por un corto espacio de tiempo la vida tal y como lo hace ese ser. Entonces veríamos y sentiríamos el mundo a través de sus sentidos físicos, y esto lo percibiríamos en primera persona, y, como es lógico, lo interpretaríamos como un “recuerdo” de vida pasada, aunque en realidad no lo sea, porque no hemos reencarnado como animal, sino que por un tiempo le hemos pedido prestado su cuerpo. En cierto modo sería igual que lo que hacen algunos espíritus que quieren manifestarse en el mundo físico, utilizando el cuerpo de un médium para ello. Por supuesto, aceptando que este fenómeno es real y no un fraude.

Esta es, al menos, mi propia interpretación de los hechos. 

domingo, 6 de agosto de 2017

¿Eres un reencarnado? (Crítica)

Hace unos días una compañera del foro posteó este audio que Santiago Camacho había publicado en su canal de Ivoox con fecha 30 de julio de 2017. En él habla, entre otras cosas, de cómo puedes saber si eres un reencarnado. Para el que no lo sepa, Santiago Camacho es un periodista y escritor español, colaborador del programa de televisión Cuarto Milenio, y especializado en teorías de la conspiración. Santiago Camacho no me cae mal, he de reconocerlo, y su audio tampoco es que fuera un horror, hay que ser sinceros, pero aún así le voy a dar una sugerencia que extiendo a todos los llamados “periodistas del misterio”: dejad la reencarnación para los verdaderos especialistas. Por favor os lo pido.

A continuación voy a analizar el citado audio, el cual podéis escuchar aquí, a partir del minuto 22 aproximadamente:

Bueno, así en general me parece un resumen de lo más superficial, lo cual no me sorprende porque es algo a lo que ya estoy bastante acostumbrada en este país, donde los únicos que hablan públicamente de reencarnación son periodistas como él que se han pasado una tarde buscando información en internet para hacer su reportaje, o lo que es aún peor, espiritistas en conferencias “esotéricas” donde te sueltan todo lo que han aprendido en sus doctrinas prefabricadas. Yo llevo seis años investigando en serio la reencarnación, recuerdo múltiples pasadas y he escrito ya dos libros sobre el tema. Posiblemente soy la mayor experta que existe en reencarnación en este país y conmigo no contacta nadie. Es curioso… Quizá soy demasiado seria para lo que andan buscando. Lo peor es que, según Santiago Camacho, hay muchas personas que dicen recordar vidas pasadas que le escriben a él, no sé muy bien para qué… Claro, así va el mundo.

En cualquier caso, Santi (le llamaré así para abreviar y porque total, le conozco de hace muchos años), dice que en su opinión “no son desdeñables los casos de niños con recuerdos o habilidades especiales”. Ya estamos como siempre. De las regresiones, ni habla, porque ya da por supuesto que son controvertidas y mejor ni mencionarlo. Ahora, los niños sí, por alguna razón lo que dicen los niños va a misa, cosa con la que no estoy de acuerdo, como ya expliqué un día. Y por mi parte he de añadir que si no quiere considerar las regresiones, vale, pero es que hay montones… digo bien, MONTONES, de adultos que empezaron a recordar siendo niños pero siguen teniendo recuerdos espontáneos cuando son adultos. Sin ir más lejos, hace unos pocos días me reuní con una chica de Serbia, que además de contarme que no puede meditar porque es demasiado nerviosa, le es imposible leer libros escritos por su supuesta personalidad pasada porque mientras lee le vienen a la mente escenas en primera persona de cuando ella, en su vida pasada, estaba supuestamente escribiendo ese libro, escenas con todo lujo de detalles. Ha sido incapaz de acabar una sola novela de ese escritor porque es literalmente asaltada por los recuerdos. Pero, por alguna misteriosa razón, estos casos continúan siendo ignorados por todo el mundo, incluidos la gran mayoría de investigadores de reencarnación, lo cual es bastante triste.

A continuación Santi pasa a enumerar una serie de “síntomas” o indicios que te pueden hacer pensar que eres “un reencarnado”. Ya los términos de “reencarnado” o “tener otras vidas” me disgustan bastante. “Ser un reencarnado” es como decir que “eres un aparecido”, un fenómeno paranormal, cuando la gran mayoría de investigadores serios de reencarnación (yo entre ellos) están de acuerdo en afirmar que, si la reencarnación existe, es un fenómeno natural y universal. Mientras no lo consideremos como tal, las cosas no van a cambiar y seguiremos siendo considerados poco menos que unos alucinados confundidos que desean volver a tener cuerpo físico después de muertos. Es que somos raros, raros… No, querido Santi: lo más probable es que todos, repito, TODOS, hayamos reencarnado. Lo raro no es reencarnar. Lo raro es recordar vidas pasadas… aunque no tan raro como la mayoría de la gente piensa.

Antes de pasar a la lista de “síntomas” (espero que no utilice esta palabra porque en el fondo piensa que estamos enfermos mentalmente), advierte, eso sí, que lo tomemos como un divertimento. O sea, que ya de entrada piensa que lo que está diciendo no es nada serio y haremos mejor tomándonos esto de la reencarnación a chirigota. Siento discrepar: solo parte de lo que dice es poco serio, diría que el 50%. Pero tener recuerdos de vidas pasadas, sentir ciertas afinidades, tener fobias inexplicables, identificarte con determinados periodos históricos… no, eso puedo asegurarte que es MUY serio. Todo eso ha sido estudiado científicamente por investigadores como Ian Stevenson y no debería ser visto como divertimento. Creo que es una realidad. Añadiría a esa lista un tema muy importante como es la disforia de género, y también, juegos de infancia, a los que Stevenson dedica, al menos, un artículo de los muchos que escribió sobre posibles vidas pasadas. Sobre tener recuerdos de vidas pasadas podría estar hablando años, obviamente, pero aquí solo voy a incidir en un aspecto: no, NO ES NINGÚN DIVERTIMENTO. Tener recuerdos de vidas pasadas es especialmente jodido. Si los periodistas hicieran su trabajo solo un poquito mejor y entrevistaran a cualquier usuario de mi foro (si se dejan, que lo dudo), se darían cuenta de ello. Pero por lo visto en este país se prefieren los análisis superficiales.

Después hace hincapié en lo de que tener recuerdos es sobre todo por los “recuerdos de niños muy pequeños que han nacido en países como la India o donde la religión mayoritaria es el budismo”. Genial, ya estamos contribuyendo a la perpetuación de mitos sobre reencarnación. ¿En qué década vives, Santi, en los años 70, en los años 90? Desde entonces ha habido docenas de casos estudiados en niños occidentales, y, por supuesto, también numerosos testimonios de ADULTOS (otra vez) que han empezado a recordar ya a edad avanzada. Solo hace falta preguntar y te salen unos cuantos casos de madres occidentales que piensan que su niño o niña podría haberles estado hablando de una vida pasada. Que, digo yo, a ver si nos actualizamos un poco, ¿no?

Luke Ruehlman, solo uno de los casos de niños occidentales con recuerdos de vidas pasadas.

Poner el ejemplo del Dalai Lama sobra totalmente, a no ser que Santi quiera sembrar la duda y desprestigiar la reencarnación, porque si de verdad alguien puede pensar que tener recuerdos de una vida pasada es equivalente a que un niño de dos o tres años pueda escoger (y acertar) al azar una serie de objetos que pertenecieron al difunto Dalai Lama, apaga y vámonos. Que sí, que entiendo que nombrar a gente “santa” como el Dalai Lama hace que los típicos crédulos se deslumbren y piensen que la reencarnación existe solo porque lo dicen los budistas, pero no, eso no tiene nada que ver con la realidad de la existencia de la reencarnación en países occidentales.

El resto de afirmaciones con las que nos deleita Santi parecen sacadas de las enseñanzas de la Nueva Era, empezando por el desacertado término de “almas viejas”. Me saca de quicio. ¿Así que todos los que hemos reencarnado somos “almas viejas”? ¿Qué significa ser un “alma vieja”? Yo te lo digo: NADA. Puedes haber reencarnado dieciocho mil veces que puedes seguir siendo de lo más inocente. Ser viejo no es sinónimo de ser más sabio o haber vivido más. Depende de tus experiencias.

Y las generalizaciones no ayudan: “Las almas viejas tienen mayor empatía y mayor altruismo”. ¿En serio? Pues yo recuerdo unas cincuenta vidas pasadas, y te puedo asegurar que mi nivel de altruismo y empatía no es superior al de la media de la población. ¿Que a la gente le gusta creer que cuantas más veces has reencarnado, más “evolucionado” estás y por tanto más empático y altruista eres, vamos, casi como un santo? Pues sí. ESO es una creencia que NO se corresponde con la realidad.

Otra generalización: “Las almas viejas son más sensibles y tienen capacidad de precognición y retrocognición”. ¿En serio? Pero, ¿alguien ha hecho una estadística sobre esto? Muéstrame los datos, Santi. Según lo que yo he visto, pues depende: no creo que entre los que recordamos vidas pasadas haya más proporción de personas sensibles o con capacidades de precognición y retrocognición que respecto a la población general. Hay gente muy sensible, hay gente muy intuitiva, hay gente con sinestesia… y también hay gente que parece un tronco. Yo soy una de estas últimas.

Muchos de los que recordamos vidas pasadas nos sentimos un poco extraños en este planeta, eso es cierto (yo en concreto, no al planeta en sí, sino en cuanto a sus habitantes, especialmente los ignorantes y primitivos). Y también muchos nos sentimos un poco ajenos a nuestra propia familia. Pero no, ninguno de nosotros ha necesitado ayuda psicológica por ello, aunque agradezco a Santi su preocupación por nuestra salud mental.

También le agradezco que diga que “la reencarnación pertenece al ámbito de las creencias, y por ello es respetable y debe ser respetada”, aunque ninguno de los reencarnacionistas (véase definición real y no la antigua que es sinónimo de “creyente en la reencarnación”) que conozco y que han escuchado su audio están de acuerdo. A mí me ha parecido que en el fondo no le da mucha importancia a esto de la reencarnación y nos trata de forma un poco condescendiente, como si dijera: “Mejor dejadlos solos con su locura”. “Creed lo que queráis, total, mientras no hagáis daño a nadie…” Así que le dejo con todo cariño el gran comentario de una de mis compañeras de foro, que se mostraba en desacuerdo a su afirmación de que la reencarnación pertenece al ámbito de las creencias:

Saber no es creer. Tener evidencias no es creer. 

El problema es que a vosotros, todos los que lo veis desde fuera, os falta información y experiencia. Es algo que entiendo, pero al menos, si no tenéis suficiente información ni experiencia propia, hacednos un favor a los reencarnacionistas y no contribuyáis a la propagación de mitos, que ya tenemos suficiente con lo nuestro. Gracias.

lunes, 29 de mayo de 2017

Ejemplo de charlatanería reencarnacionista.

De momento he puesto “ejemplo”, pero no descarto que en un futuro hable de “ejemplos”. Mi paciencia tiene un límite y hace tiempo que estoy MUY cansada de solo ver gilipolleces en internet, en lo que respecta a reencarnación. Sí, he dicho gilipolleces. 😈

Yo intento no meterme con nadie, pero es que ayer alguien me dejó un enlace en una entrada bastante seria que tengo en mi otro blog, titulada “¿Es posible demostrar científicamente la reencarnación?” Creo que esta persona solo estaba spameando y ni siquiera se molestó en leerse el texto, pero como el artículo al que enlazaba es un ejemplo claro de lo que pulula por ahí fuera, y me ha pillado el día torcido, pues no voy a desaprovechar la ocasión de analizarlo convenientemente.

Su comentario era este:
Es claro que existe la reencarnación.
La explicación científica se encuentra en la revista blanca.

(Encima le voy a hacer publicidad. Mira, eso que se ha ganado, pero espero que al menos esto sirva para que mis lectores aprendan algo).

Bueno, un rápido vistazo a La Revista Blanca ya te hace ver que es como el Cosmopolitan, un batiburrillo de artículos que hablan un poco de todo, especialmente de temas de salud y cosmética. Lo peor es que parece que hay gente que les pide consejo y todo. Normalmente este tipo de artículos suelen ser escritos por redactores muertos de hambre a razón de 2 euros la unidad. A este precio lo más normal es que copien y peguen de aquí y allá, sin molestarse tan siquiera en revisar que no haya faltas de ortografía. Y, por supuesto, les importa un rábano si lo que están escribiendo es verdad o no. Aquí me encuentro con que supuestamente el creador del blog (y autor de las publicaciones) es “regente de la universidad de Antioquia”. Razón de más para desconfiar, porque si es verdad que él y su colaboradora son los que escriben los artículos, y un regente de universidad no ha aprendido aún ortografía ni sabe redactar, no sé qué le habrán enseñado en esa universidad.

¿Qué tiene que ver la medicina con la reencarnación? Pues vete tú a saber. Es uno de esos misterios insondables del universo. Lo gracioso es que en el artículo referenciado más arriba, este individuo afirma que la reencarnación ya tiene explicación científica. Tuve que leer el artículo hasta el final para comprobar que este individuo no sabe ni de lo que habla (si es que ya digo que la vida de un reencarnacionista es durilla… pero durilla de cojones). Veamos.

[Esta vez no he corregido la ortografía, excepto los espacios entre letras que sobraban y que personalmente me resultan bastante molestos. Es que soy así de maniática].

“Mi doctrina es: Vive de tal modo que llegues a desear vivir otra vez, ése es tu deber, ¡porque revivirás de todas maneras!” Nietzsche.

Esta es la cita que abre el artículo. Probablemente es lo único que me gustó. Espero que la cita sea cierta y no una de esas fotos que todo el mundo comparte en Facebook creyendo que hace un bien a la humanidad cuando lo único que hace es propagar mentiras.

La reencarnación: creer o no creer. Es una creencia según la cual, al morir un ser humano, su alma se separa momentáneamente de su cuerpo marchito, enfermo o envejecido, mientras espera otro cuerpo nuevo y más purificado que lo regresa a la tierra como alma viviente.

Madre mía. Empezamos bien. Primero: NO, no se trata de creer o no creer, o no estaríamos hablando de ciencia ni de medicina, sino de religión. Existen personas en todo el mundo que afirman haber vivido antes, y esto está estudiado científicamente. Si no partimos de ahí, mal vamos. Segundo: ¿Cuerpo más purificado? ¿De dónde se ha sacado esto? ¿Un bebé no respira, come y defeca como cualquier anciano? ¿Es que el envejecimiento equivale a convertirse en un excremento humano, un tóxico radiactivo o algo así?

Son muchas las religiones, doctrinas, creencias o filosofías que defienden la reencarnación y la aceptan como un hecho real: los chamanes, hinduismo, budismo, confucionismo, taoísmo y, el budismo tibetano, quien nos presenta una clara explicación de la reencarnación en el libro tibetano de los muertos. Por el contrario, La religión católica cree en la resurrección de los muertos, cosa que a mi juicio es prácticamente lo mismo.

No, los budistas no creen exactamente en la reencarnación, tal y como la entendemos en el mundo occidental. Ni tampoco dan una clara explicación en El libro tibetano de los muertos, que habla sobre todo del periodo conocido como bardo, justo después de la muerte. Por otra parte, ¿que la resurrección de los muertos es prácticamente lo mismo que la reencarnación? Sí… tal vez eso explique el sinsentido de la parrafada que viene después.

Revistablanca.com, como siempre, clara, lógica y transparente, presenta su teoría biológica de la reencarnación.

La teoría biológica de la reencarnación, según La Revista Blanca (que de clara, lógica y transparente tiene más bien poco), ni es una teoría, ni va sobre reencarnación. Más bien, el autor se limita a exponer lo que la ciencia ya sabe, aunque de una manera bastante tergiversada. Por cierto, recordemos que, a día de hoy, para la ciencia, la reencarnación no existe. El alma tampoco existe. Todos vamos a morir, y no hay nada después. Ahora, si queremos usar la palabra “ciencia” o “científico” para llamar la atención del lector y que piense que hay algo razonable detrás de vacías palabras, pues adelante, Revista Blanca.

Por tanto, si la mayoría cree en la reencarnación, es la sociedad la que cree y, como la sociedad es la que decide, por tanto existe.

Err… no. Por mucho que la gente crea en hadas y unicornios, las hadas y unicornios no se hacen reales. Puede que existan en las mentes de esas personas. Nada más. Las creencias son creencias y la realidad es la realidad. Tal vez alguien se debería leer la entrada en la que hablo sobre ciencia o creencia. Esto, por no mencionar que no hay estadísticas suficientes para afirmar que la mayoría de la sociedad cree en la reencarnación. En concreto, solo conozco dos estudios (puede que haya más), uno en Estados Unidos y otro en España, en los cuales se vio que aproximadamente el 25% de la población respectiva de cada país cree en la reencarnación. Así que dudo que a nivel mundial la cosa cambie mucho.

Para que exista la reencarnación, deben existir dos premisas:
  • Muerte del cuerpo por cualquier razón.
  • Nacimiento de un cuerpo engendrado en la matriz de una mujer.

Vaya, por fin algo sensato. Sí, para reencarnar tienes que morirte primero. Pero… que sean dos premisas, no significa que A+B sea necesariamente igual a C. Por si el autor cree que esto ya demuestra algo…

Por lógica o mejor dicho por sentido común, todo cuerpo debe tener algo más que le da la vida. Que lo mueve y lo anima.
Y ese algo es, según la biblia: “Entonces el señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente” génesis  2:7

Genial. Aún no sabemos si la reencarnación existe, pero el alma seguro que sí, porque lo dice la Biblia. Si lo dice la Biblia, entonces no hay duda. Aunque creía que hablábamos de sentido común…

خَلَقَ الإِنسَانَ مِن نُّطْفَةٍ فَإِذَا هُوَ خَصِيمٌ مُّبِينٌ (coran-4) dice algo parecido: “Creó DIOS al ser humano de [algo tan ínfimo como] un óvulo fecundado, y sin embargo este discute constantemente [la existencia y el poder de su Señor]”. Otra traducción es: “creo DIOS al ser humano de una gota de semen”

[Je, je, me hacía ilusión poner algo en árabe en mi blog 😁].

Ajá. Buen argumento. Si lo dice el Corán, también tiene que ser cierto que Dios nos creó a partir de un óvulo fecundado. O del esperma, que al fin y al cabo viene a ser lo mismo.

Eclesiastés 12:7 “el cuerpo vuelve al polvo y el espíritu (o aliento de vida) vuelve a DIOS”.
DIOS formo al hombre del polvo de la tierra, que en el libro sagrado el Corán significa, gota de semen u óvulo fecundado. Se dice también que en la muerte el cuerpo vuelve al polvo, semen u óvulo fecundado.
Ese “algo” que le da la vida al cuerpo es el “alma” que traducido del latín, significa ánima, que dota al ser animado de movimiento propio. Por tanto, los animales, plantas y humanos tienen alma.


 
Pues ya está. ¿Por qué nos comemos tanto la cabeza pensando si tenemos alma o no? Si lo dicen todos los textos religiosos del mundo, es que tiene que ser verdad, ¿no?

La muerte hace parte de la vida, es el último acto que realizamos. Se dice que uno empieza a morir en el mismo momento en que nace o incluso a partir de la misma concepción. Si pensamos que la vida en la tierra solo nos conduce a la muerte es un absurdo, pues nacer para morir no es ninguna gracia y por tanto no tiene ningún sentido.

Cierto. No tiene ningún sentido (tal vez), pero si miramos alrededor TODO nace y muere. Lo que nos parezca a nosotros, creo que es secundario.

Al parecer estamos aquí para realizar diferentes funciones y avanzar en nuestra escala espiritual. Además, la más interesada en mantenernos vivos y perpetuando la especie es la misma naturaleza; algo se debe traer entre manos.

¿La naturaleza está interesada en mantenernos vivos? ¿Para qué exactamente? ¿Para que sigamos destruyéndola con nuestro comportamiento? ¿Cuántas humanidades han desaparecido desde que el primer ser humano pisó la Tierra? Yo diría que unas cuantas, si hacemos caso a algunas fuentes, aunque estas fuentes no son muy científicas que digamos. 

Sin extendernos más en cuestiones religiosas o filosóficas, trataremos desde el punto de vista científico en formular nuestra teoría que explica que sucede y como sucede este paso tan crucial e inexplicable hasta ahora; eslabón muerte-vida.

¡Menos mal! Por fin se va a dejar de palabrería… (sí, soy algo ilusa 😟).

Solo dos células son necesarias para dar comienzo a un nuevo individuo; el espermatozoide y el óvulo. “Tanto el espermatozoide, como el óvulo son células que están vivas al momento de unirse y siempre lo estuvieron,… ¡siempre vivas! Al unirse estos gametos en las trompas de Falopio, se forma una célula con un núcleo que contiene 23+23= 46 cromosomas; el denominado cigoto, que es la primera célula del nuevo individuo donde el espermatozoide se une primero al óvulo por fusión. Es en este momento donde se transfiere la información genética.

Esto parece copiado de una enciclopedia. Excepto lo de “¡siempre vivas!” ¿A qué viene tal admiración? Cualquier célula de nuestro organismo está viva, ¿es acaso esto un milagro? Pero que yo sepa los espermatozoides no empiezan a formarse hasta que el individuo de sexo masculino llega a la pubertad. Hasta entonces, ¿las células precursoras (llamadas células germinales primigenias) estaban muertas? En serio, ¿se piensa el autor que existe mucha diferencia entre un espermatozoide o un óvulo y una célula epitelial o un leucocito?

Seguidamente el autor pone un enlace a otro artículo en su web sobre el uso de la píldora de emergencia, donde se repite parte del texto. Por supuesto, no se recomienda su uso ni como píldora anticonceptiva ni como abortiva. Hmm… ¿será porque los espermatozoides estuvieron siempre vivos y eso equivaldría a un asesinato en primer grado? ¿Debería empezar a sospechar que existe cierto sesgo en la forma de pensar de este autor? 😳

… ¿Están vivas las células que dieron origen al cigoto?, ¡claro!, son la continuación de la vida. Es una célula con más de 3.000 millones de años de evolución, todo lo sabe, todo lo tiene y trae información. Entonces, que quede bien claro, no nace una nueva vida… solo nace un nuevo individuo, son las células de papá y mamá, y las mismas del abuelo, tata,… Esta primera célula llamada cigoto, es una somática, la cual presenta características muy diferentes a cualquier otra célula del organismo humano —trae toda la información de vidas pasadas de una persona —, además, es la célula que formará los tejidos y órganos de la persona.

Wow. La verdad es que me cuesta creer cómo se pueden escribir tantas incoherencias en tan poco espacio. ¿Una célula con más de 3.000 millones de años de evolución? ¿Que todo lo sabe? ¿Solo porque lleva el ADN de papá y mamá? Pues no. Siento romper la burbuja de fantasía de esta persona, pero un zigoto no tiene nada de especial, excepto que es una célula diploide formada por la unión de otras dos células haploides, que traen la información genética procedente de dos individuos adultos distintos. Eso no significa que llevemos la información de toda la humanidad en nuestros genes, ni mucho menos de todas las especies animales de la Tierra. Recordemos que la teoría de la evolución no está demostrada aún.

Por otra parte, aquí se ponen de manifiesto los increíbles conocimientos científicos de este regente de universidad. Las células del zigoto NO son las mismas que las de nuestros abuelos, porque SE HAN FORMADO DE NUEVO. Decir que las células del nuevo individuo son las mismas que las de su abuelo, es como decir que dos edificios son los mismos porque se han construido a partir del mismo plano y/o utilizando el mismo material. Además, ser una célula somática no es nada especial. Es más, son la gran mayoría en nuestro organismo. Que sea “somática” simplemente significa que esa célula va a formar parte del cuerpo en lugar de dedicarse a la reproducción. Esto no es muy difícil de comprobar, haciendo una búsqueda rápida en internet (en sitios que son de fiar, por supuesto, no como La Revista Blanca).

Según la Wikipedia (la negrita es mía):

Las células somáticas son aquellas que conforman el crecimiento de los tejidos y órganos de un ser vivo pluricelular, las cuales proceden de células madre originadas durante el desarrollo embrionario y que sufren un proceso de proliferación celular y apoptosis. Son las que constituyen la mayoría de las células del cuerpo de un organismo pluricelular. Las células somáticas representan la totalidad de las células del organismo excepto las células germinales y las células embrionarias, que son el origen de los gametos. Por lo tanto, se encuentran en los huesos, la piel, los tejidos, los órganos o la sangre. Se componen de 23 pares de cromosomas. Las células somáticas pueden mutar sin transmitir sus modificaciones a los futuros descendientes. Las células somáticas que mutan pueden, sin embargo, ser la causa de cánceres, entre ellos el cáncer de colon.
Las células que no son somáticas son células germinales, y son de las cuales se forman los gametos (espermatozoides y óvulos).
https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9lula_som%C3%A1tica

Según el National Human Genome Research Institute (la negrita también es mía):

Una célula somática es cualquier célula del cuerpo excepto los espermatozoides y óvulos. Las células somáticas son diploides, es decir, que contienen dos juegos de cromosomas, uno heredado de cada padre. Las mutaciones en las células somáticas pueden afectar al individuo, pero no se transmiten a la descendencia.
https://www.genome.gov/glossarys/index.cfm?id=186

Y lo de que trae toda la información de las vidas pasadas es ridículo, simplemente. Hasta el momento, que yo sepa, no se ha demostrado que los genes puedan llevar ningún tipo de información que se parezca a un recuerdo. Aún así, si aceptáramos la vieja teoría de la memoria genética para explicar la reencarnación, no sería posible que un individuo recordara su forma de morir en una vida pasada “porque esa información estaba en el zigoto”, ya que ese zigoto se habría formado con la información reunida hasta el momento de la concepción. Es decir, dos individuos necesitan estar vivos para procrear. Si yo recuerdo haber sido mi abuelo, en el zigoto estaría la información de su vida HASTA que procreó a su descendencia. No estaría la información sobre su muerte, y por tanto yo no lo recordaría. Más sobre memoria genética aquí.

Por nutrición sabemos que para la formación de estructuras y partes de un cuerpo como lo son los órganos, se necesitan la presencia de aminoácidos. Estos aminoácidos presentes en el cigoto, son las mismas moléculas iniciadoras de la putrefacción de los cadáveres. Las poliaminas: cadaverina, putrescina, espermina, espermidina, agmatina y termoespermina, son moléculas derivas metabólicamente de los aminoácidos lisina, ornitina y arginina. Estas moléculas han sido relacionadas con procesos fundamentales para la vida, como son la división celular, el crecimiento celular, la diferenciación y la muerte celular, habiéndose demostrado en todos los organismos (Minguet, 2010) (guasco y otros, 2014).

La verdad es que no tengo ni idea de qué quiere decir con este párrafo. Por nutrición lo que sabemos es que tenemos que ingerir proteínas (de origen animal o vegetal, da igual), para que en el intestino se disgreguen en aminoácidos, para que a partir de esos aminoácidos se pueda formar tejido muscular. ¿Que son las mismas moléculas que las de la putrefacción? Pues claro, porque los microbios lo que hacen es digerirnos una vez que hemos muerto, y así el tejido muscular se vuelve a transformar en aminoácidos. ¿Hay algo especial en ello? No, aparte de que es un proceso muy bien pensado por la naturaleza (si es que la naturaleza piensa), o los seres vivos seríamos como los plásticos, no biodegradables. Que yo sepa esto no tiene nada que ver con la reencarnación.

Además, el ADN es una molécula muy lábil que enseguida se deteriora después de la muerte del individuo. Si el autor del artículo piensa que queda algo de información genética en los átomos y moléculas orgánicas (como los aminoácidos), y por ello en un zigoto está la información genética de todos nuestros antepasados (incluyendo a las bacterias) desde que se formó la Tierra, creo que va bastante desencaminado...

Por tanto, el origen de cada individuo no se reduce al mero comienzo de la vida en su dimensión biológica, por lo que el cigoto, en esencia ya es persona porque se desarrolla como hombre y no a hombre. Ahora, “los que plantean que el hombre “no es más que […] un saco de neuronas”. No aceptan una intervención de Dios, que crea a cada hombre otorgando el ser personal a cada cigoto humano que se constituye —in vivo o in vitro— desde el material genético de sus progenitores” (Lopez, 2010).

Genial, ahora me está diciendo que debemos considerar a un zigoto como una persona, y que esto es porque Dios lo quiere así. ¿Pero esto iba de ciencia o de religión?

 
Y si alguien descifra el significado de la frase “en esencia ya es persona porque se desarrolla como hombre y no a hombre”, por favor, que me lo diga en los comentarios. Me pregunto cuál será su idea acerca de los zigotos de cualquier otro mamífero. ¿Un perro no es persona porque se desarrolla como perro y no a hombre? ¿O sí que es persona porque se desarrolla como perro y no a perro? ¿O es animal porque se desarrolla como perro y no a gato? No sé, estoy confusa… 😖

Sigue otra tremenda parrafada sobre el proceso de la muerte. La conclusión es:

Quiero resumir un poco el paso desde la muerte al nuevo nacimiento: biológicamente las mismas sustancias que aparecen en la putrefacción, son las mismas que dan origen al nuevo ser. Claro, las concentraciones de estas sustancias o moléculas cambian. Lo mismos hechos que ocurren durante la muerte suceden también durante el nacimiento.

Ajá… y por eso la reencarnación existe. Increíble razonamiento. Creo que mi sobrino de tres años lo haría mejor, en serio.

Y por fin nos da la clave de todo: el oxígeno.

La reencarnación es como ya lo hemos manifestado, volver a nacer. Sucedida la muerte el individuo deja de respirar, todas las reacciones que dependían de esta fantástica molécula(oxigeno) involucionan. Durante el proceso de putrefacción o de incineración, muchas partículas se evaporan y viajan a la atmósfera. Estas partículas (átomos), son distribuidas por los vientos, luego serán absorbidas por las personas; algunas directamente, otras mediante el proceso de la fotosíntesis… Durante un acto sexual, la mujer respira estos átomos afines a los suyos dando inicio a la continuación de la vida.


Vale. La verdad es que no hay por dónde cogerlo, pero lo voy a intentar, a riesgo de acabar en un psiquiátrico.
  • La reencarnación es volver a nacer. Bueno, si el autor de este artículo quiere verlo así, pues no seré yo quien le contradiga.
  • Al morir todas nuestras partículas se van a lo atmósfera, luego una mujer las respira, y esas partículas son las que dan forma al bebé. Por tanto, la reencarnación o renacimiento existe. Siento discrepar. Esto, como mucho, demostraría que el reciclaje de las células es posible. No digo que no pudiera ser cierto (siendo muy, muy, pero que muy generosa). Pero no, eso no equivale a la existencia de la reencarnación, ni a la existencia del renacimiento o como quiera usted llamarlo. Que los seres humanos en particular (y seres vivos en general) estemos fabricados de las mismas moléculas, NO QUIERE DECIR que todos los seres humanos hayamos renacido. Un cerdo está hecho de las mismas moléculas que un ser humano, y eso no significa que todos hayamos sido cerdos en el pasado. Si tengo un Lego y me dedico a hacer una decena de figuritas distintas, y luego las destruyo y hago otra decena de figuritas, esto no implica necesariamente que las últimas sean la reencarnación de las primeras. Un individuo puede renacer… o no, y cuando se muera sus moléculas puede que sean utilizadas para crear otro cuerpo, pero ese cuerpo no tiene por qué ser el del mismo individuo renacido, sino de otro. Espero haberme explicado. 
  • Que yo sepa, el embrión se va formando gracias a los nutrientes que la mujer ingiere (sí, esos son los ladrillos de las células somáticas), no gracias al oxígeno que le llega a través del cordón umbilical, o sea, a través de la sangre. El oxígeno es necesario para la vida, sí, cualquier tipo de vida en el planeta Tierra, pero por sí mismo no va a perpetuar la vida. La existencia de oxígeno tampoco es un milagro. Si no hay oxígeno, los seres se adaptan y pueden utilizar otras moléculas. La mujer durante el acto sexual respira, porque si está muerta, ni puede tener sexo ni puede procrear, no porque vaya a ser la causante de la reencarnación de nadie. Y... dicho sea de paso, para continuar la vida también hace falta un hombre... o, al menos, parte de él.
  • Leyendo el párrafo de nuevo, me queda la duda de si hay personas que realizan la fotosíntesis, o si es que los humanos también reencarnamos en geranios.
  • Y ya lo de la mujer que respira átomos afines durante el acto sexual… es surrealista. ¿Los no afines no los respira? ¿Solo respira átomos afines durante el coito y no el resto del día? ¿Las moléculas de nicotina de las fumadoras, son átomos afines? No sé, son dudas que se me plantean, pero es mejor que no comente nada más.
  
Por último, este “regente de universidad” concluye el artículo recurriendo de nuevo a las escrituras:

“Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 27 Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra”. Ezequiel 36:26-27

Visto lo visto, creo que sus argumentos religiosos son lo que mejor apoya su afirmación de “la ciencia explica la reencarnación”. 😭

Cierro esta entrada con unas últimas palabras dedicadas al autor en cuestión.

Querido Héctor: gracias por hacerme pasar tan buen rato leyendo tu disertación. Pero que sepas que eso no es ciencia, es PSEUDOCIENCIA. Permíteme darte algunos consejos:

  • Infórmate un poco más sobre reencarnación, en especial sobre trabajos verdaderamente científicos que recogen casos de niños (y adultos) que recuerdan vidas pasadas. Puedes empezar por mi propio libro Niños que recuerdan vidas pasadas.
  • Lee blogs que estén escritos por personas con experiencia propia, ya sea porque recuerdan vidas pasadas, o porque llevan años dedicándose a la terapia regresiva (aunque con algunos de estos también hay que tener cuidado, especialmente si dicen ser “discípulos de Brian Weiss”).
  • Asegúrate de leer bien el texto antes de comentar, tal vez te estés metiendo en un berenjenal como este.
  • Deja de confundir al personal. Por desgracia, ya hay bastantes charlatanes en el mundo de la reencarnación, y no todos los lectores tienen suficientes conocimientos científicos como para diferenciar lo que es serio y lo que no. Y yo no doy abasto para contrarrestar tanta insensatez.
  • Olvídate de la Biblia y vuelve al mundo real. Si te guardas tus creencias para ti mismo, nos harás un favor a todos.
  • Si es posible, intenta mejorar la redacción.
  • Y, por favor, DEJA DE SPAMEAR MIS BLOGS.

Con cariño,

viernes, 19 de mayo de 2017

Vidas pasadas en época nazi: a propósito de un comentario.

Hace poco me he encontrado con el primer comentario negativo en la página de Amazon de mi libro La caja de Pandora. Decía así:

¡¡Intensa descripción de vidas pasadas época nazi!! No me ha gustado, muy pesado. Largo y con falta de información general.

(De nuevo he vuelto a corregir la ortografía para no dañar los ojos del lector, faltaría más).

La verdad es que me ha hecho mucha gracia (que sí, en serio). Es un comentario extremadamente breve pero me va a dar para escribir una larga entrada, así que, ante todo, vaya por delante mi agradecimiento a esta lectora por dejar su opinión. Ahora me toca a mí analizarla, sin ánimo de ofender a nadie.

Vayamos por partes. Primero lo más fácil.


Largo y con falta de información general.

Si en 500 páginas de libro falta información general... no sé, yo me pregunto si en lugar de "general" quiso decir otra cosa... ¿Superficial, tal vez? ¿Frívola? ¿Insustancial? Si eso es lo que esta lectora quería, claramente no se leyó la presentación del libro donde dejo claro que no es un libro para todo el mundo. Resumiendo mucho, es para personas que están hartas de leer siempre la misma basura sobre reencarnación y quieren algo nuevo, y sobre todo, práctico. Desde luego que no es para gente que busca “información general” sobre reencarnación. ¿Por qué? Porque para eso ya está todo internet y los famosos libros de Brian Weiss (que por cierto, su hija va a publicar uno nuevo, tal vez este se ajuste mejor a lo que buscaba esta lectora). Ahí ya se puede encontrar toda la “información general” que uno quiera. Con palabras que todos los niños pueden entender. Eso sí, tal vez no sea de la misma calidad.

No obstante, me queda la duda de si reparó o no en el capítulo 6, donde hice una recopilación —que considero bastante completa de las preguntas más frecuentes que cualquier persona se hace cuando empieza a pensar en la posibilidad de la existencia de la reencarnación. Si eso no le sirvió para contestar la mayor parte de sus dudas, no sé qué podría hacerlo… ¿Sería porque repetí más de una vez que nadie sabe cómo funciona la reencarnación y ella pensaba que mi libro era El Nuevo Evangelio de la Reencarnación? En ese caso quizá debería haber recurrido a los espíritas, que esos de predicar saben un rato. O, no sé, tal vez es porque llevaba unas 80 páginas y ya le parecía largo… En los días que corren hasta una publicación del Facebook de más de veinte palabras nos parece larga, así que nunca se sabe.


No me ha gustado, muy pesado.

Bueno, sobre gustos no hay nada escrito, así que solo puedo decir que espero que la próxima vez haga una mejor elección. Si el lector busca algo ligerito ya digo que tiene miles de obras entre las que elegir, de esas que no te hacen pensar, donde todo es amor y no se habla de cosas desagradables como de… vidas pasadas en la época nazi. Es que no me ha quedado claro cuál es la principal razón por la que no le ha gustado el libro. Si es por los nazis o porque mis parrafadas son difíciles de digerir… que esto último lo entiendo, ¿eh? Este blog es la prueba. No me caracterizo precisamente por ir al grano y usar pocas palabras. Pero como estoy tratando de analizar todas las posibilidades, pues paso al siguiente punto.


¡¡Intensa descripción de vidas pasadas época nazi!!

Esto es lo que más me ha llamado la atención. El problema es que no sé muy bien cómo interpretarlo. Si es que por algo se inventaron los emoticonos... Si la lectora los hubiera podido utilizar, quizá yo sabría si debo interpretar esa doble exclamación como:

¡¡Vidas pasadas de la época nazi!!



O como…

¡¡Vidas pasadas de la época nazi!!



Aunque… a juzgar por su calificación general de una pobre estrellita en el conjunto del libro, me temo que es más bien el segundo caso.

En todo caso, veamos… Lo de “intensa” me resulta curioso, porque a las vidas pasadas de la época nazi dedico exactamente lo mismo que a las vidas pasadas de víctimas del holocausto: un capítulo. Y no tengo la menor duda de que los testimonios de algunas de estas víctimas son mucho más intensos que las de la época nazi. ¿Será porque con la “época nazi” se refiere a la Segunda Guerra Mundial? También sería curioso, porque ahora tendríamos que dedico a la Segunda Guerra Mundial nada menos que… unas 80 páginas, lo que equivale a menos del 16% del libro. Por el comentario de la lectora parece que he estado hablando de los nazis de principio a fin, y no, eso no concuerda con la realidad.

Claro que tal vez la “intensidad” de la que habla esta lectora no es por la cantidad de páginas escritas, sino por la calidad. Si este es el caso, bueno, no sé, tal vez esta lectora se figuraba que la gente corriente solo recuerda cosas agradables y bonitas de sus vidas pasadas, por ejemplo lo bien que se vivía en Egipto siendo sacerdotisa. Pero siento decepcionar a todos los que piensen así: no, los que recordamos vidas pasadas (yo incluida) solemos recordar todo lo bueno y todo lo malo que ha pasado en los últimos tiempos, y por desgracia muchas personas se vieron involucradas en la Segunda Guerra Mundial e incluso perdieron sus vidas en ella. Millones de jóvenes se vieron arrastrados a luchar, y las consecuencias de los traumas que una guerra produce no desaparecen con la muerte. Si nadie ha hablado de esto en ningún libro de reencarnación en español hasta hoy, creo que era el momento de hacerlo. Y hablo de la Segunda Guerra Mundial, por no hablar también de la Primera Guerra Mundial, la guerra de Vietnam, las revoluciones rusas, la guerra civil española, y un largo etcétera. Los detalles que muchas de estas personas dan de sus vivencias harían palidecer a cualquier psicólogo con dilatada experiencia, eso lo puedo asegurar.

Sin embargo me da que a la lectora no le escandalizó que dedicara un capítulo a las víctimas del holocausto o que hablara de la Segunda Guerra Mundial, sino que lo que no pudo soportar es que hablara de “vidas pasadas nazis", el tema tabú por excelencia (después del suicidio). Qué desfachatez dedicar unas líneas a esos seres abyectos que en lugar de reencarnar deberían estar ardiendo en el infierno, ¿no? Pues no, la verdad es que no entiendo lo de la doble exclamación. ¿De veras le escandaliza que alguien hable de ello? ¿Es porque piensa que la gente normal no tiene vidas pasadas nazis? ¿Tal vez porque todo el mundo sabe que las personas malvadas no reencarnan al encontrarse atrapados en una “cárcel” en el mundo espiritual, que es el equivalente al purgatorio en reencarnación, cumpliendo con una especie de condena para “limpiar su karma”? ¿O es porque no ha aceptado que las personas con vidas pasadas nazis son personas absolutamente normales que no tienen que pagar ninguna deuda kármica? Estoy convencida de que esta lectora esperaba encontrar en mi libro las mismas enseñanzas espirituales típicas de los cuentos de hadas y unicornios sobre lo bonito que es recordar vidas pasadas, reencontrarte con tu alma gemela vida tras vida y aprender profundas lecciones kármicas para así evolucionar espiritualmente. Cómo no, esta lectora se decepcionó con el libro, porque no es para ella. Es para personas serias que quieren información seria sobre reencarnación y vidas pasadas, a ser posible basada en la experiencia y libre de mitos sin fundamento.


Vidas pasadas nazis.

Pero como nunca he hablado de este tema en el blog, voy a añadir unas cuantas palabras sobre las vidas pasadas nazis, así en general y resumiendo mucho:
  • Las vidas pasadas nazis existen, sí, señores. Igual que existen pilotos heroicos muertos en combate en el Océano Pacífico mientras luchaban contra los japoneses y que han reencarnado (como el caso real de James Leininger), también existen pilotos alemanes de la Luftwaffe caídos en combate que han reencarnado (como el caso real de Carl Edon). Por cierto, los dos casos mencionados aparecen en mi otro libro Niños que recuerdan vidas pasadas, en el que sí doy “información general” sobre ellos, porque si no fuera general, el libro sería como una biblia de gordo y entonces sí que habría parecido largo a mucha gente, incluso a aquellos que son capaces de leer publicaciones en el Facebook de más de veinte palabras.
  • ¿Cuál es la diferencia entre ellos? Que a los soldados aliados muertos se les considera poco menos que héroes, mientras que a los soldados nazis muertos ni siquiera se les ha dejado conservar sus tumbas, ya que se les considera poco menos que escoria. Por ello, si eres un soldado británico reencarnado, serás bien recibido en cualquier foro de reencarnación. Si eres un nazi muerto reencarnado, y además se te ocurre decir que estás orgulloso de haberlo sido y no te sientes culpable, te puedes preparar para la manta de palos que te va a caer por parte de toda esa gente que cree en la reencarnación y en algunas de sus teorías absurdas como el karma.
  • ¿Qué es lo que tienen en común? Que tanto unos como otros eran SERES HUMANOS. Ambos cometieron actos heroicos y actos no tan heroicos, como ocurre en cualquier guerra, en cualquier época, en todos los bandos. Si aún no te has enterado de esto, o bien no piensas por ti mismo y te tragas toda la propaganda bélica que cae en tus manos (o los libros de historia, que en muchos casos es lo mismo), o bien aún no recuerdas suficientes vidas pasadas como para haberte dado cuenta de que TODOS somos susceptibles de cometer actos violentos.
  • Otra cosa que tienen en común, por supuesto, es que TODOS REENCARNAN. Y no, los que han sido nazis no tienen vidas especialmente duras, ni van a tener que sufrir más que los demás por haber cometido tantos crímenes horribles. No, en su próxima vida tampoco, ni dentro de mil años. Una vez más, la Ley del Karma no existe. Y los nazis reencarnados son los que antes se dan cuenta de esto, precisamente porque viven sus vidas con total normalidad, preguntándose cuándo les llegarán todas esas desgracias que muchos iluminados aseguran caerán sobre ellos.
  • Recordar una vida pasada militar como nazi y tratar de vivir con ello es mucho más complicado que recordar una vida pasada normal y corriente. Recordar vidas pasadas ya es de por sí arriesgarte a que te tomen por loco, sentirte un incomprendido, y tener que lidiar con emociones intensas que nos afectan día a día. Ya es difícil encontrar información racional y coherente sobre reencarnación en internet. Apenas encuentras personas con las que hablar y desahogarte. Si has sido un nazi, además de todo eso te encontrarás con un estigma que en muchas ocasiones se convertirá en un peso más sobre tus hombros. No es solo haber sido un militar, haber tenido que sufrir una guerra, haber tenido que salir a defender tu país, haber perdido, haber muerto quizá en una batalla, o haber vivido la caída de Berlín. Además tendrás que soportar a la gente que te llamará “malvado” sin ni siquiera conocerte, a los que creen saber mucha historia sobre el Tercer Reich y no tienen ni idea, a los que se compadecerán de ti porque piensan que tienes muchas “cuentas que saldar”, y a todos los que pensarán que eres un neonazi porque aún recuerdas con cariño las esvásticas.
  • Y prepárate para cuando tengas que verificar tus recuerdos de una vida pasada nazi. Los libros de historia los escriben los vencedores, eso ya lo sabes. Así que espera encontrarte con toneladas de mitos, desinformación, y exageraciones por todas partes, mientras que los crímenes contra la humanidad que cometieron los aliados seguirán bien ocultos. Incluso si no fuiste nazi, sino solo una enfermera checa que tuvo la desgracia de perder a su soldado alemán en el frente, como yo, tendrás que aceptar que las tumbas de los alemanes no merecen el mismo respeto que las de los aliados, y por eso en muchos casos fueron destruidas. Esa es la razón por la que los que hemos reencarnado jamás podremos ir a llorar a las tumbas de nuestros seres queridos (o a nuestras propias tumbas).

Si crees que tuviste una vida pasada nazi, si es eso lo que has empezado a recordar… si tú te sientes más identificado con la primera foto, o si necesitas hablar con alguien seriamente sobre ello, solo tienes una opción: Military Past Lives. Si no sabes inglés, también te podremos ayudar en Foro Reencarnación. De todas formas no hace falta que hayas sido nazi. Si fuiste soldado aliado o si viviste cualquier otra guerra, y no te importa zambullirte en temas delicados como la Segunda Guerra Mundial, también serás bienvenido. Porque estos foros (y mi libro) no son para cualquiera, sino solo para aquellos que saben de verdad lo que es recordar vidas pasadas o quieren experimentar la reencarnación, en lugar de que les den respuestas superficiales a preguntas que, de momento, no tienen respuesta.

Tuya es la elección.

viernes, 5 de mayo de 2017

Las gemelas Pollock en Cuarto Milenio.

El pasado domingo (temporada 12, programa 35) lo volvieron a hacer: hablaron de reencarnación en Cuarto Milenio (reportaje entero aquí). De nuevo, me provocó sensaciones contradictorias. Al principio no quería ni verlo; estaba convencida de que me iba a cabrear… Y sí, hubo algunas cosas que me encendieron, las cuales comentaré a continuación, pero luego vi que el reportaje no estaba mal del todo. Normal, porque dijeron prácticamente lo mismo que viene en mi libro Niños que recuerdan vidas pasadas. Dudo que se lo hayan leído, porque parece que aún no se han enterado de que hay gente seria en este país estudiando a fondo la reencarnación (y eso que se llaman a sí mismos investigadores). Aún así, me reconforta saber que yo, que no soy periodista de profesión, conseguí reunir básicamente la misma información buscando en internet. Lo que no sé si es bueno o malo… pero sí prueba que cualquier persona que esté mínimamente interesada puede encontrar grandes casos por sí misma. Mi objetivo con el libro era solo facilitar el trabajo a los perezosos.

Porque no nos engañemos, la mayoría de las personas gente que se interesa levemente en la reencarnación, ve un poco lo que hay en internet y luego se cansa— no investiga. Ya sea por desconocimiento de lenguas extranjeras, por desidia, porque crea que no es necesario, o porque tenga cosas mejores que hacer, estas personas no se ponen a leer los trabajos más eruditos de Ian Stevenson, ni por supuesto se van a descargar los artículos científicos publicados hace años (en ocasiones incluso décadas) por ciertos investigadores, para descubrir por sí mismos qué hay en esto de la reencarnación. Yo personalmente tengo que aceptarlo de una vez: a la mayoría de la gente le vale con un corto reportaje escrito por un “periodista del misterio” y presentado con un titular que parece escrito por un becario (ver foto) y un resumen que no puede ser más sensacionalista, para luego dejar comentarios profundos en Facebook tipo:

“¿Por qué no? El problema es que si existe un aborto es un asesinato.”

“Creo que hay vida después de la muerte, pero no una reencarnación. La reencarnación del cuerpo transformándonos en otra cosa o persona, es falsedad.”

“Creo que la madre estaba tan traumatizada que inconscientemente pasó la información a las hijas durante el embarazo, las niñas olvidaron así como todo el mundo olvida sus primeros 30 meses.”

(La ortografía de algunos mensajes ha sido editada para no dañar los ojos de los lectores, pero son comentarios reales).

No, no fueron las hermanas gemelas las que se reencarnaron en las hermanas fallecidas, sino al contrario. Hasta donde yo sé, es imposible reencarnase en un muerto.

Después de esto, creo que se entiende que a veces me quiera suicidar. Aunque repito que el reportaje en sí no estuvo mal. Si alguien prefiere tener la información por escrito, le dejo el fragmento de mi libro que hablaba sobre las gemelas Pollock, aunque le recomiendo encarecidamente que adquiera tal libro para nutrir su biblioteca. En español la literatura es escasa, por no decir inexistente, y la mayoría solo habla de lo bonito que son las regresiones y de cuestiones tan espirituales como falsas, como la famosa Ley del Karma.

Este es un caso también bastante conocido, e investigado a lo largo de muchos años por el Dr. Ian Stevenson. Es descrito en profundidad en su libro Niños que recuerdan vidas anteriores, y también mencionado en su libro Where Reincarnation and Biology Intersect, por la aparición de una determinada característica física en una de las niñas que describiremos en las próximas líneas.

Gillian y Jennifer Pollock eran gemelas idénticas (monocigóticas), nacidas en una localidad llamada Hexham, Inglaterra, el 4 de octubre de 1958. Cuando tenían entre tres y siete años comenzaron a hacer varias afirmaciones y a reconocer una serie de hechos, lo que sugería que ambas tenían recuerdos de las vidas de sus dos hermanas mayores, fallecidas en un accidente de coche diecisiete meses antes de que las gemelas nacieran. Iban de camino a la iglesia cuando desgraciadamente un coche perdió el control y arrolló a ambas y a un amigo. Los tres murieron del impacto de manera instantánea. Las hermanas mayores no habían sido gemelas. La mayor, Joanna, tenía once años, y la pequeña, Jacqueline, seis, cuando murieron. Gillian recordaba la vida de Joanna, y Jennifer la de Jacqueline.

Los padres de las niñas, John y Florencia Pollock, eran católicos. A pesar de sus fuertes creencias religiosas, John estaba convencido de que sus hijas volverían a nacer, y se le metió en la cabeza que su esposa daría luz a gemelas, que serían la reencarnación de Joanna y Jacqueline. En los años 50 todavía no existían los medios técnicos que tenemos ahora y el médico afirmó que solo oía los latidos de un corazón. Sin embargo, se equivocó.

Como en otros casos de gemelos estudiados por Stevenson, las diferencias entre las gemelas Gillian y Jennifer eran considerables, teniendo en cuenta que eran monocigóticas y por tanto su dotación genética es la misma. Jennifer nació con una marca de nacimiento en la cadera que era igual a una que también había tenido Jacqueline. Además también presentaba una marca sobre la ceja derecha, una línea blanquecina, que coincidía con una marca que había tenido Jacqueline, solo que en este caso no era de nacimiento, sino que correspondía con una cicatriz resultado de una caída de la bicicleta cuando tenía tres años.

Cuando las gemelas tenían nueve meses de edad, la familia se trasladó a vivir a Whitley Bay. No volvieron a Hexham hasta que cumplieron los tres años. Y los padres de las niñas se sorprendieron al comprobar que reconocían perfectamente la casa donde habían vivido hasta los nueve meses. También sabían dónde estaba el colegio y conocían la zona muy bien, llegando a describir el parque donde querían ir a jugar, que era el parque al que iban las hermanas mayores. Además eran capaces de llamar por su nombre a algunas personas del pueblo que no conocían con anterioridad.

Según fueron creciendo, se produjeron más coincidencias. Cuando tenían cuatro años de edad, sus padres les regalaron unas muñecas que habían pertenecido a sus hermanas mayores, e instantáneamente las llamaron Mary y Susan, los mismos nombres que habían escogido las hermanas mayores. A los cinco años, describieron a sus padres un atropello. La descripción coincidía exactamente con el accidente donde sus hermanas mayores habían perdido la vida. La madre también notó que a veces jugaban a juegos un poco siniestros. En uno de estos juegos Jennifer permanecía tumbada en el suelo con su cabeza apoyada sobre su hermana, Gillian. Esta le hablaba calmadamente diciendo que su sangre salía de sus ojos porque era ahí donde el coche la había golpeado. Un día ambas entraron en una especie de estado de histeria cuando pasaron al lado de un coche aparcado que tenía su motor al ralentí, y comenzaron a gritar con todas sus fuerzas: “¡El coche! ¡Viene a por nosotras!”

Cuando comenzaron a escribir, se dieron cuenta de que la forma en que Gillian cogía el lápiz era idéntica a la manera peculiar con la que escribía Jacqueline, de manera vertical, apretado en su puño, y esto lo siguió haciendo incluso cuando ya tenía más de veinte años. Joanna había ido a la escuela durante cinco años y había aprendido a coger el lápiz de manera adecuada. Sin embargo Jacqueline solo había ido durante un año antes de su muerte, y los intentos de sus padres y su profesor de corregirla no habían tenido éxito.

Según los padres, nunca mencionaron a sus hijas que habían tenido dos hermanas que fallecieron atropelladas hasta que tuvieron trece años. El Dr. Stevenson llevó a cabo pruebas físicas y realizó entrevistas por separado a cada una de las niñas. Al preguntarles si recordaban algo que hubiera sucedido antes de morir, una de las niñas contestó: “Sentí un dolor muy fuerte en la cabeza y la sangre cubrió mis ojos”.

Bien, ¿qué es lo que no me gustó del programa? Pues, básicamente, un par de cosas. La primera es que sigo sin entender por qué ya bien entrada la primera mitad del siglo XXI tenemos que estar comentando casos que se desarrollaron en los años 60 (más de 50 años atrás, por Dios, como si no existieran casos recientes). Vale que la investigación seria, como la que llevaba Ian Stevenson en su época, lleva un tiempo, y los trabajos científicos y los libros no salen a la luz hasta años, incluso décadas, después. Vale también que la ignorancia en nuestro país respecto a reencarnación es inmensa, y los divulgadores tenemos que referirnos a casos antiguos porque sabemos que son desconocidos para la mayoría de la población. Sé que esto no es culpa directa de los periodistas que hacen Cuarto Milenio, pero creo que con este tipo de divulgación lo único que hacemos es perpetuar ideas equivocadas y obsoletas como aquellas que dicen que solo los niños pueden recordar vidas pasadas, o que los recuerdos que obtienen los adultos por hipnosis no son fiables. Estoy bastante harta de esto, porque me consta que no es verdad. Hay docenas, por no decir cientos, de personas adultas que recuerdan sus vidas pasadas, y en muchos casos, han conseguido averiguar su identidad pasada. No solo lo que se publica en revistas científicas es cierto. El otro día leí cómo la misma Jenny Cockell, en su cuenta de Facebook, protestaba porque los investigadores tienden a despreciar su caso al pensar que se trata de un caso de hipnosis, cuando en realidad Jenny ya tenía recuerdos espontáneos desde niña (dato que yo misma desconocía). Y decía que cada vez que intentaba corregir esto en su página de la Wikipedia, alguien volvía a cambiarlo con datos erróneos, como si esa mano negra que muchas veces el propio Íker Jiménez menciona también estuviera actuando en contra de verdaderos reencarnacionistas como Jenny Cockell. Desde mi punto de vista, Jenny está en pleno derecho de querer que la información que habla de ella sea correcta. Lo que me fastidia es que tenga que defender su caso diciendo que ya tenía recuerdos espontáneos de niña, como si así su caso fuera más fiable que los de hipnosis, cuando esto no es más que una mentira propagada por los escépticos que no se han molestado en estudiar casos de adultos.

El segundo aspecto que no me gustó fue que se sugiriera antes del reportaje una posible explicación al caso de las gemelas Pollock afirmando que esos supuestos recuerdos podrán haber surgido gracias a la especial conexión que existía con la madre. Se llegó a sugerir incluso que tal información se podría transmitir a través de la piel. En serio, WTF. No deliremos, que Cuarto Milenio se las da de programa sensato y amigo de lo científico. En su tiempo, Ian Stevenson ya tuvo en cuenta la posibilidad de las impresiones maternas para explicar la existencia de estos recuerdos, incluso la telepatía… y ya llegó a la conclusión de que no servían para explicar todas las características de este tipo de casos. Quizá, si se hubieran leído mi libro (o alguno de Ian Stevenson, que a mí me da lo mismo, ¿eh?) lo habrían sabido. Me autocito otra vez 😎:

Aunque esta hipótesis es mencionada ocasionalmente en las investigaciones del Dr. Ian Stevenson, y algunos investigadores como Jürgen Keil parecen darle alguna validez, no es útil para explicar la gran mayoría de los casos expuestos en este libro.
Las impresiones maternas tienen su origen en la India y la China antiguas, y en el folclore de los pueblos africano y asiático. Constituyeron una hipótesis bastante famosa en el siglo XVIII para explicar la aparición de ciertos defectos de nacimiento en los recién nacidos. Se creía que las experiencias de la mujer durante su embarazo podían impresionarla de tal forma que llegaban a afectar al feto en gestación. Por ejemplo, un niño podría nacer sordo debido a que la mujer sufrió un fuerte impacto al oír un gran estruendo estando embarazada. O podría nacer ciego debido a que la mujer se quedó mirando a una persona ciega. O el bebé nació sin un brazo porque la mujer se asustó al cruzarse con un mendigo que solo tenía un brazo, y al temer que su hijo nacería con esa amputación, ese miedo se acabaría haciendo realidad. Enfermedades como la ictiosis (una enfermedad de la piel caracterizada por la aparición de escamas) se explicaban porque la mujer tenía miedo a las serpientes.

En la primera mitad del siglo XX esta idea quedó desechada como simples supersticiones, junto a la creencia de que las mujeres embarazadas “solo debían exponerse a estímulos agradables”. Los avances en anatomía y fisiología mostraron que no existe ningún tipo de conexión física entre la mujer gestante y su bebé a través de la placenta o de algún otro modo que pudiera posibilitar que una imagen mental de la madre acabara expresándose en el cuerpo del bebé. Algunos investigadores afirmaron entonces que tal vez la mente podía ejercer esa influencia por “medios inusuales”. El propio Ian Stevenson analizó un gran número de este tipo de casos, incluyendo uno en el que el hermano de la mujer gestante había sufrido la amputación del pene a causa de un cáncer, y a ella le fue imposible evitar la curiosidad y echar un vistazo. Posteriormente esta mujer dio a luz un hijo al que le faltaba el pene. La incidencia de este tipo de defecto congénito es de 1 en 30.000.000, lo cual parece indicar que, quizá, no podamos descartar del todo las impresiones maternas.

Otro dato importante es que el estímulo que aparentemente producía el defecto congénito tenía lugar con mucha más frecuencia en el primer trimestre de gestación, lo que parece sugerir que es importante la susceptibilidad del embrión a la impresión materna. Durante ese periodo el embrión también es más susceptible al efecto de ciertos fármacos como la talidomida y a infecciones virales como la rubeola.


En algunos casos descritos por Stevenson, la mujer pudo ser testigo de las heridas que eran producidas en otra persona, o quizá ella misma sufría algún tipo de lesión. En otras ocasiones pudo contemplar el cadáver de la persona cuya vida luego decía recordar su hijo. Algunas mujeres se sentían muy impresionadas, tenían miedo, o incluso se preocupaban de manera obsesiva y no podían dejar de pensar sobre ello. Algunas temían que sus hijos pudieran resultar afectados, pero otras no. Unas pocas confiaban, equivocadamente, que sus hijos nacerían normales. Stevenson describe dos casos de este tipo en su libro Where Biology and Reincarnation Intersect, pero en ninguno de ellos el niño dio muestras de recordar una vida pasada ni se pudo averiguar si sus defectos de nacimiento correspondían a las lesiones de otra persona. Sí se comprobó que las madres habían tenido ese tipo de sentimientos respecto a acontecimientos que habían tenido lugar en su entorno.


Por tanto, aunque esta explicación podría llegar a ser plausible en determinados casos muy aislados, es evidente que en la mayoría se puede descartar. La madre, por lo general, no tiene conocimiento de la otra familia, ni ningún contacto con la supuesta vida pasada de su hijo, ni ningún miedo que pueda explicar las marcas o defectos de nacimiento que aparecen en sus hijos.

No retrocedamos al siglo XVIII, por favor. Incluso en el caso de que nuestro razonamiento nos llevara a pensar que la ciencia ha avanzado mucho en los últimos años y podría existir algún mecanismo desconocido por el que esa información se transmitiera de madre a hijo, seamos sensatos:
  • Qué casualidad que siendo gemelas homocigóticas, los recuerdos de Joanna pasaron solo a Gillian, y los recuerdos de Jacqueline pasaron solo a Jennifer.
  • No hablamos solo de “información” como si fueran datos fríamente transmitidos de algún sitio sin determinar a las células de las gemelas. Hablamos de RECUERDOS: imágenes en primera persona, emociones, marcas de nacimiento, lugares físicos que son capaces de reconocer. Que se sepa, la memoria de momento se localiza en el cerebro, y el ADN no transmite ese tipo de información, mucho menos cuando la persona no ha tenido oportunidad de reproducirse, como es el caso de las gemelas (si eres de los que piensa que la memoria genética es la responsable de los supuestos recuerdos de vidas pasadas, te recomiendo que leas esto).
  • La gran mayoría de los casos de reencarnación ni son de gemelos, ni son en la misma familia, así que digo yo que habrá que buscar otras hipótesis si no nos vale la reencarnación. Por alguna extraña razón, a mucha gente le cuesta aceptarlo, incluso les cuesta reconocer la posibilidad de su existencia. Si ellos supieran…

Así que, así sigue estando el panorama en España. No avanzamos. Y eso, a pesar de todos mis esfuerzos. 😢

ENTRADAS POPULARES

Entrada destacada

La validez de la hipnosis para verificar vidas pasadas.

DERECHOS RESERVADOS

Registrado en Safe Creative
Safe Creative #1503200166082

Si quieres utilizar parte del texto, por favor, pregúntame antes. No me importa compartir lo que escribo, siempre que se me pida permiso y se haga referencia a la autora.

MUY IMPORTANTE

La autora de este blog no pertenece a ninguna religión ni a ninguna secta, ni tampoco es ferviente seguidora de ninguna doctrina espiritual, espírita o new age. Tampoco es una fanática lectora de ningún escritor más o menos popular que hable en sus libros sobre terapia o hipnosis regresiva.

La autora de este blog tiene una amplia formación científica y por ello piensa por sí misma para llegar a las conclusiones y opiniones que aquí se ven reflejadas. La reencarnación es un fenómeno natural y universal. El único objetivo de este blog es reflexionar y ofrecer algunas claves para que todo el mundo pueda darse cuenta de ello por sí mismo.

En ningún caso la autora de este blog posee la Verdad Absoluta. Las opiniones de la autora de este blog son personales, intransferibles y siempre sujetas a discusión. Solo ha vivido una serie de experiencias personales que la han transformado interiormente en los últimos años. Puede dar consejos a todo aquel que lo solicite, pero en ningún caso puede ofrecer ayuda profesional.

MUCHO MÁS EN FORO REENCARNACIÓN

MUCHO MÁS EN FORO REENCARNACIÓN
Si te gusta lo que lees en este blog, debes saber que esto es una mínima parte de lo que puedes encontrar en nuestra comunidad de Foro Reencarnación. Mucha más información, muchos más enlaces, pero sobre todo, muchas más personas con similares experiencias que podrán ayudarte en tu búsqueda personal. Visítanos, recuerda que no estás solo.

MILITARY PAST LIVES

MILITARY PAST LIVES
Si recuerdas una vida pasada militar o en tiempos de guerra y quieres conocer a personas que han pasado por lo mismo y que pueden comprenderte, no dudes ni un segundo en unirte a nosotros. Algunos de los traumas más fuertes tienen su origen en estas vidas, y todos necesitamos hablar de ello y ser escuchados. (Foro en inglés).

CONOCE TU PASADO. CONÓCETE A TI MISMO.

CONOCE TU PASADO. CONÓCETE A TI MISMO.