sábado, 17 de diciembre de 2016

Mucho ojo con los espiritistas.

Recientemente mi foro ha sufrido un ataque de troles. No es que sea la primera vez que me pasa, pero esta vez venían todos juntos, como una horda de vikingos. No he conseguido localizar cuál era su lugar de origen (tampoco es que haya investigado mucho), pero todos traían el mismo discurso que se dedicaban a recitar una y otra vez, algunos con más elegancia que otros. Por un momento pensé que tenía que alertar al grupo anti-sectas, porque mi impresión es que lo único que querían era captar adeptos para sus filas.

Ingenuos. Se debieron pensar que mi foro está lleno de niños inocentes que por alguna razón se habían reunido para hablar de reencarnación, y ellos venían pensando que no tenemos ni idea de nada y que necesitábamos ser educados. La presentación de los dos troles principales era más o menos la misma: “No tenemos experiencia propia, pero sí mucho conocimiento sobre reencarnación y la realidad espiritual porque hemos leído mucho, por la vía del espiritismo como El libro de los espíritus de Allan Kardek, y también libros de regresiones y ECM’s”.

Después se dedicaron a postear repetidamente que el propósito de la reencarnación es evolucionar espiritualmente para alcanzar la perfección y convertirnos en co-creadores del universo. Y, por supuesto, no dejaron de predicar sobre la Ley del Karma, para ellos una realidad indiscutible, porque es lógica y lo han dicho muchos espíritus en comunicaciones mediúmnicas. Fue imposible hacerles razonar. Quizá es porque no les puse los enlaces a las entradas del blog en las que trato de demostrar que esas ideas no hay por donde cogerlas. Si eres lector habitual del blog, ya las conoces. Si no, más abajo encontrarás algunas. Ya deberías saber de qué va esto, de ser racionales y pensar por nosotros mismos, no como los espiritistas.

Antes de continuar, aclarar que yo no tengo nada personal en contra de los espiritistas. Jamás me he metido con ellos antes, así de forma tan clara y directa. Pero tengo comprobado que las personas que me causan problemas en el foro tienen todas algo en común: creencias sobre la reencarnación que han aprendido en algún lugar, se las han tomado como la Verdad Absoluta, se dedican a pregonarlas a los cuatro vientos, y si les desafías, se revuelven contra ti como perros rabiosos. Además, hace tiempo averigüé que la Nueva Era tiene su origen en el espiritismo. Y el espiritismo, a su vez, bebe fundamentalmente de fuentes cristianas y esotéricas. La influencia del budismo, pero no el bueno y original, sino uno distorsionado por las nuevas corrientes, también es evidente. Kardec, Blavatsky, Seth, incluso Edgar Cayce, son todo más o menos lo mismo. Por poco que te pongas a estudiarlos, no tardas en darte cuenta de todas las contradicciones y las ideas sin sentido que hay detrás. Y por supuesto, ninguna de estas personas tiene recuerdos de vidas pasadas, o si los tienen no están verificados o son tipo “Yo fui una sacerdotisa en el Antiguo Egipto”. Eso sí, se creen que tienen el derecho de decirte cómo funciona la reencarnación, conocen mejor que tú cuál es tu propósito al reencarnar, juzgan tus actos, especialmente si fuiste un “alma malvada” en alguna de tus vidas, y son capaces de enumerar todas las deudas kármicas que deberás pagar en el futuro

A ver, tampoco es cuestión de generalizar. Puede que haya personas que hayan leído a Kardec y no se hayan quedado impresionados. A estos no los considero espiritistas, no se han convertido en unos fundamentalistas que se creen que ya lo saben todo sobre cómo funciona la reencarnación. Está bien documentarte, saber qué hay ahí fuera. Pero ten cuidado igualmente, porque los que manejan la teoría ni siquiera se han dado cuenta aún de que no son ellos los que saben de reencarnación. Les falta algo fundamental: la práctica. No te dejes engañar: nadie conoce cómo funciona la reencarnación. Ni siquiera los que recordamos estamos seguros de ello, así que no les dejes que te den lecciones. Tengo claro que si quieres saber algo sobre reencarnación, lo mejor es que lo experimentes por ti mismo y te pongas a recordar. Ahora, haz lo que prefieras, eres libre. Si tú no quieres conocer la Verdad por ti mismo y prefieres acudir a un grupo de “eruditos” que han leído muchos libros y tienen aparentemente mucho “conocimiento” (?????), para que te digan lo que tienes que creer y lo que no, pues hazlo. Nadie te va a detener. Por mí, como si quieres ir a una iglesia para pedirle a una estatua que te solucione los problemas. También me da igual si te coges una Biblia y te tomas todo al pie de la letra. Esto lleva pasando toda la vida y seguirá pasando porque es el camino fácil. Para mí no hay mucha diferencia entre la religión y el espiritismo: son doctrinas de dudoso origen que pretenden explicar la realidad para que todos nos quedemos tranquilos y seamos buenas personas, da igual si lo que se cuenta ahí es verdad o mentira. Además la influencia cristiana en muchos de ellos es más que evidente, lo que tiñe sus doctrinas de una moralina barata que es bastante difícil de soportar para una reencarnacionista como yo. Los espiritistas, o al menos los que yo he conocido, son cristianos que creen en la reencarnación, nada más. Aunque ellos lo nieguen, solo por tener unas doctrinas espíritas que todo el mundo debe aceptar, son dogmáticos y solo pretenden convencerte de su verdad. Y como cualquier otra religión, están proscritos en mi blog y en mi foro. 

Como muestra, un botón:


Podéis encontrar montones de blogs espíritas en internet. Poned en el buscador "Misión espírita", echad un vistazo (no os asustéis mucho) y comprobadlo por vosotros mismos. Mi consejo es que huyáis de ellos como de la peste.

Los espiritistas te contarán muchas cosas que te parecerán de lo más bonito y lógico, y tú correrás el riesgo de creértelo. He tocado algunas de estas cosas en el blog más de una vez, así que dejo los enlaces a las entradas relacionadas por no repetirme más.

1. El propósito de la reencarnación es la evolución espiritual.

Hay tanto que se podría discutir aquí que podría escribir un libro entero sobre ello. De momento, puedes consultar esta entrada.


2. Las personas se dividen básicamente en poco evolucionadas y muy evolucionadas.

Y desde el principio nos vamos depurando como almas, hasta alcanzar la perfección, que equivale a la ausencia de defectos. ¿Por qué esta obstinación con hacernos creer que los humanos somos seres despreciables que tenemos que ser cada vez mejores hasta ser como Dios? ¿Y no contradice esto una de las enseñanzas fundamentales del cristianismo, que dice que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios? ¿Y qué sentido tiene ser perfectos? ¿Qué es realmente la perfección, según qué estándares la medimos? Y si es verdad que estamos aquí para evolucionar espiritualmente, ¿cómo es que en miles de años seguimos teniendo instintos tan primitivos?


3. La Ley del Karma es una Ley Natural del Universo que es inseparable de la reencarnación.

Esto ya no se lo cree nadie con dos dedos de frente, especialmente si recuerdas múltiples vidas pasadas. Esto último es importante. Si solo has recordado una o tienes breves fragmentos de varias, aún no has conseguido ver todo el panorama, y por tanto es probable que sigas teniendo creencias absurdas, tipo: “Fui objeto de abuso sexual porque yo fui un violador en una de mis vidas pasadas”. Esto se llama llegar a conclusiones precipitadas por tener pocos datos. Te recomiendo que empieces por leer esto y esto.


4. Las deudas kármicas existen.

No, señores, no existen. Definición de deuda según la R.A.E.: “Obligación moral contraída con alguien”. La palabra clave aquí es “obligación”. Hay gente que piensa que Dios, el Universo o tú mismo, da igual, te va a obligar, tarde o temprano, a reparar el daño que hiciste a otra persona. Y hasta que no la repares, no vas a poder evolucionar espiritualmente. No, esto no funciona así, porque por fortuna, en el mundo espiritual, somos muy conscientes de lo que hemos hecho mal, y también somos muy comprensivos con los otros. El perdón existe, no hace falta volver a reencarnar para reparar daños, los problemas se pueden solucionar igualmente en el mundo espiritual. ¿Que te vas a encontrar con gente a la que hiciste daño en el pasado y no les vas a caer muy bien? Pues sí, eso puede ocurrir, se llaman emociones, pero no es necesario hacer nada para recuperar puntos y ascender en la escala de las buenas personas. Las emociones se resolverán cuando la otra persona te perdone, o comprenda que lo hiciste por una razón, o por cualquier otra cosa. Todos tenemos libre albedrío, todos podemos estar mil años viviendo con odio en nuestro corazón por algo que nos hicieron, y no por eso vamos a volver al infierno cada vez que nos muramos. Pararemos cuando entendamos que eso no conduce a ninguna parte, no porque vayan a darnos un premio como un niño al que le das una golosina para que deje de portarse mal. Eso se llama soborno. Eso no te hace ser mejor persona.



5. Existe un velo en todos los humanos que nos impide recordar vidas pasadas, no sea que nos perjudique ese conocimiento y no podamos empezar esta vida sin condicionamientos.

Esto va en consonancia con la idea de que no está bien que recordemos vidas pasadas, a no ser que sea necesario para nuestra evolución. Es también muy discutible. No sé por qué tenemos que teñir todo de ese discurso del miedo que me recuerda tanto a la religión: “No te masturbes que te vas a quedar ciego”. “No leas nada sobre espiritismo que eso son cosas del demonio”. Y luego van los espiritistas y les cuentan a todo el mundo que no recuerden vidas pasadas, que eso es malo... ¿Por qué? ¿Porque te darás cuenta de todas las mentiras que te están contando?

En mi opinión, es muy posible que todo se deba a la fisiología de nuestro cerebro y a cómo es moldeado desde que somos niños para que no prestemos atención en lo espiritual y nos centremos en lo material. Por otra parte, no tenemos manera de saber si los humanos primigenios recordaban vidas pasadas. Aún es un misterio el por qué recordamos vidas pasadas. Pero tengo comprobado que cualquier persona que lo intente, algo va a conseguir, por poco que sea. También hay muchísimos niños con recuerdos espontáneos, y no hace falta que sean traumáticos, lo que contradice totalmente la supuesta existencia del velo. Recordar es posiblemente mucho más natural de lo que pensamos.


6. Encarnamos en los lugares que nos merecemos según nuestros actos pasados. Si has sido bueno, encarnarás en lugares más evolucionados.

Según algunas personas (dudo que esto lo digan todos los espiritistas, porque quiero creer que hay espiritistas inteligentes), en las sociedades primitivas solo encarnan almas poco evolucionadas, mientras que en las sociedades avanzadas como la occidental solo encarnan almas muy evolucionadas. Lo peor es que dicen esto y se quedan tan anchos. Claramente para ellos Donald Trump es un ser altamente evolucionado, ya que es el líder de una de las sociedades más avanzadas del planeta.


7. A los suicidas se les impone casi inmediatamente una vida llena de dificultades. Y si no te la han impuesto todavía, no te preocupes, ya te llegará, porque las deudas kármicas hay que pagarlas tarde o temprano.

Esto siempre me produce mucha risa, la verdad. No tienes más que hablar con personas serias que han recordado vidas pasadas en las que se suicidaron, para comprender que es una de las mayores falacias que existen en el mundo de la reencarnación. Lo mismo para personas malvadas. Como ya estoy cansada de hablar de esto y sé que da igual lo que digas, porque algunas creencias están tan arraigadas en la población que es casi imposible destruirlas, te dejo este enlace y este por si quieres profundizar en el asunto.


En resumen: es mi lucha constante, lo sé, he nacido para esto. No voy a parar hasta que consiga destruir todos los mitos que existen sobre la reencarnación. Es hora de que dejemos atrás las creencias religiosas y veamos la reencarnación desde otra perspectiva, la real. Dejemos atrás las ideas preconcebidas y ciñámonos a los hechos, a las conclusiones que se pueden extraer a partir de las vivencias de personas serias que han recordado vidas pasadas. Nos queda mucho por hacer, pero de momento sigo en la brecha. ¿Te unes o prefieres seguir creyendo?

lunes, 28 de noviembre de 2016

Cuestiones de género y reencarnación.

Hablemos hoy un poco de este tema, porque creo que nunca lo he tocado en toda la historia del blog. Va a ser una entrada extremadamente básica. A aquellos con algo de experiencia recordando vidas pasadas les va a parecer obvio. Los que jamás se han planteado la posibilidad de haber vivido antes, quizá se sorprendan. En todo caso, es un tema bastante complejo que podría dar para mucho. Si hay alguien que quiera profundizar, le recomiendo investigar en los trabajos de Ian Stevenson, leer el capítulo 9 de mi libro La Caja de Pandora sobre disforia de género y reencarnación, o, lo mejor de todo, hablar con personas que recuerdan vidas pasadas. También deberían estar pendientes de las publicaciones en mi nuevo blog, porque tarde o temprano hablaré de esto desde el punto de vista científico.

Parece increíble, pero incluso entre personas que se mueven en foros de reencarnación, a veces surge la interrogante de si el alma tiene o no género, y muchos piensan que sí. He de decir que normalmente son personas que no recuerdan vidas pasadas, que recuerdan pocas y siempre del mismo género, o personas en las que aún pesa mucho su educación religiosa. Con estas personas no merece la pena perder el tiempo discutiendo. Da igual que les digas que tú recuerdas vidas tanto de mujer como de hombre, y que eso no te ha producido ningún tipo de alteración psicológica. Ellos se van a inventar cualquier teoría para no aceptar que el alma no tiene género, solo porque ellos mismos no son capaces de imaginarse siendo una persona del sexo opuesto. Y para ellas la existencia de personas transexuales es, por supuesto, la prueba de que hay algo “antinatural” y el alma sí tiene género. Todos los testimonios que prueban lo contrario se vuelven invisibles como por arte de magia. He llegado incluso a oír que si yo soy mujer, mis recuerdos de vidas pasadas como mujer sí son ciertos, pero los de hombre no pueden ser míos, otra alma los ha debido de compartir conmigo, porque es imposible que yo, si soy mujer ahora, haya sido hombre en otra vida. Sí, sí, lo digo en serio.

Bueno, ¿cómo funciona esto del género entonces? Voy a hablar básicamente a partir de observaciones, es decir, testimonios que conozco por haber leído unos cuantos libros al respecto, y testimonios de personas como yo que recuerdan vidas pasadas, algunas de los cuales sufren de disforia de género. Lo ideal sería que hubiera estudios serios al respecto, pero como dije al principio, creo que de momento solo Ian Stevenson ha prestado algo de atención al asunto, y como se ve, nadie le ha hecho caso, aparte de que, en mi opinión, esos estudios ya están un poco obsoletos y no creo que sus conclusiones sean aplicables al mundo de hoy.

¿Es posible reencarnar en personas de sexo biológico distinto?

Por supuesto. No solo es posible, sino seguramente aconsejable, porque eso amplía tu espectro de potenciales experiencias que vas a tener en tus reencarnaciones, y eso siempre es positivo para enriquecerte como alma.

¿Con qué frecuencia?

Con la que desees. Como en muchos otros aspectos de la reencarnación, no hay reglas fijas. Lo único que siempre aplica es el libre albedrío. ¿Que te apetece tener cincuenta vidas de mujer seguidas? Pues adelante. ¿Que prefieres ir alternando? Pues vale. ¿Que funcionas por ciclos, varias vidas seguidas de mujer y luego varias seguidas de hombre? Está bien. Cada forma de actuar puede tener sus ventajas e inconvenientes, pero no pasa nada. Puede que en determinado momento nos interese más reencarnar como mujer porque queremos experimentar los aspectos femeninos, como por ejemplo ser madre. Puede que a la vida siguiente no interese más explorar nuestros aspectos masculinos.




¿Escogemos el sexo biológico con el que nacemos?

Sí, es muy probable, al menos eso es lo que queda reflejado en los libros de Michael Newton sobre la vida entre vidas. También escogemos otras particularidades de nuestro cuerpo físico, puesto que escogemos a nuestros padres y eso implica escoger en cierta medida nuestros genes, además de que es probable que también podamos influenciar de alguna manera sobre esos genes. No debemos sorprendernos de ello. Y sí, sé que a veces esto es muy difícil de aceptar, sobre todo para aquellas personas que han nacido transexuales o que tienen disforia de género en algún grado. Tampoco estoy diciendo que esto siempre tenga que ser así, los accidentes también existen, estoy segura. Y sospecho que existen mecanismos sumamente complejos que hacen posible todo el asunto de la elección, y puede que se produzcan errores en esos mecanismos.

¿Qué ocurre con la orientación sexual?

No se sabe muy bien todavía, pero parece que también va cambiando de vida en vida. Todas las opciones son posibles. Puede que en una vida seas hombre heterosexual y a la siguiente hombre homosexual. Puede que seas una mujer homosexual y a la siguiente vida, un hombre bisexual. Es muy posible que haya una influencia hormonal en nuestras elecciones de pareja, y por supuesto, también una fuerte influencia de la educación, más o menos represora según la época.

¿Por qué se produce la disforia de género?

La disforia de género consiste en una disconformidad del individuo respecto al sexo biológico con el que nació. Puede haber diversos grados, siendo el más severo el de la transexualidad. El término es mucho más complejo de lo que parece a simple vista, y no es el propósito de esta entrada ahondar en él. Si quieres saber más, te recomiendo que empieces por este enlace de la Wikipedia.

Evidentemente, lo siguiente que voy a exponer es solo una hipótesis, pero creo que está bastante bien fundada. La mayoría de personas que conozco que tienen disforia de género recuerdan haber sido un individuo del sexo opuesto en su vida pasada más reciente. Esto no quiere decir que siempre que se produzca un cambio de género de una vida a otra, vaya a aparecer disforia de género. Yo misma recuerdo múltiples vidas como hombre y como mujer, casi siempre he sido heterosexual, y aunque me siento mucho más cercana a los roles masculinos, me adapto bastante bien a ser mujer. A veces incluso he sido muy femenina. Pero parece ser que en determinadas circunstancias sí que se produce esa disforia. Las causas podrían ser muy variadas. Puede ser simplemente que fuiste hombre durante muchas vidas seguidas y ahora te cuesta adaptarte a tu cuerpo femenino. No te gusta la maternidad, no te gusta que te consideren el “sexo débil”, etc. En otros casos, puede haber un suceso traumático en tu vida pasada que determina que te sientas así en tu vida actual. Por ejemplo, mis sentimientos negativos sobre ser mujer en la actualidad parecen tener su origen en varias experiencias negativas que he tenido siendo mujer. Por otra parte, sé de al menos un caso verificado de alguien que en la actualidad es un hombre con disforia de género, y en su vida pasada era una joven que murió por asesinato al inicio de la pubertad. Otro caso apunta a vivencias similares, pero la persona en cuestión no tiene aún recuerdos claros de vidas pasadas. Sin embargo, sus sentimientos son tan fuertes que probablemente la disforia viene originada por el resentimiento que le produjo no poder vivir su feminidad con toda plenitud. A pesar de haber hecho la transición, aún siente mucho rencor por no poder ser una “mujer de verdad” y tener la menstruación.

Entonces, ¿esto no quiere decir que el alma tiene género? ¿No se produce la disforia porque un alma de género femenino encarna en un cuerpo masculino?

No. Que el alma tenga ciertas preferencias por un género no significa que el alma tenga género. Creo que el género que nos acompaña durante una encarnación no es muy distinto a cualquier otra característica de nuestra personalidad. Si te gusta el pelo moreno rizado que tenías en tu vida de raza negra, puede que ahora lo eches de menos y no te guste el pelo lacio y fino que tienes ahora como mujer blanca. Y no, para nada estoy trivializando la cuestión de la disforia de género, sé que este problema es realmente serio. Pero no debemos olvidar que el género solo es una construcción social, es lo que la sociedad espera de ti según tu sexo biológico, pero en realidad tu personalidad no viene determinada por tu sexo biológico. Por fortuna, en los países occidentales, las fronteras entre un sexo y otro se van difuminando cada vez más, pero hace unas décadas los roles femeninos y masculinos estaban muy separados, y cuando un miembro de uno de los sexos “se inclinaba” hacia el otro, era considerado poco menos que una aberración, incluso una enfermedad.

La reencarnación nos demuestra que esto no es así. Un hombre puede tener ciertas características consideradas tradicionalmente femeninas, y no por eso ser homosexual o “menos hombre”. Igualmente, una mujer puede sentirse atraída por actividades consideradas tradicionalmente masculinas, y no por ello ser lesbiana o “menos femenina” que otras mujeres. Lo que sí ocurre es que nuestra personalidad es el resultado de nuestras experiencias pasadas. Si has sido madre y te ha gustado la experiencia, quizá en una vida futura como hombre echarás de menos poder ejercer la maternidad. Si has sido hombre y has ocupado posiciones de liderazgo, en una vida futura de mujer te resultará difícil adaptarte a un papel más secundario, y quizá eso te dé problemas. Con el paso del tiempo, si reencarnas muchas veces en un solo sexo, tu alma irá adquiriendo características más “masculinas” o más “femeninas” según el caso, y es lógico que sientas preferencias por uno u otro género, pero eso es todo. No hace falta ir más allá.


martes, 15 de noviembre de 2016

Reiki y vidas pasadas.

Ya desde la primera vez que escribí el artículo “Cómo puedo obtener recuerdos de vidas pasadas” en el año 2012, citaba el reiki como una de las técnicas que se pueden utilizar para recordar. Sin embargo, lo hacía con mucha prudencia porque no conocía la técnica personalmente. Un tiempo después conocí a una maestra de reiki, Raquel Pons, que se ofreció a iniciarme, y yo acepté. Esto fue en junio de 2014. Desde entonces he practicado reiki con regularidad, haciendo sesiones de autosanación, sesiones presenciales a animales y personas, y también sesiones a distancia (nunca de manera profesional). He tenido alguna que otra experiencia relacionada con vidas pasadas y ahora puedo hablar con más propiedad sobre ello.

En la actualidad diría que el reiki no es exactamente una técnica para recordar vidas pasadas, es una técnica de sanación energética. Pero no hay duda de que en ocasiones, durante la práctica, pueden aparecer “visiones” o “sensaciones” que parecen estar relacionadas con posibles vidas pasadas. Y, lo mismo que ocurre en el caso de la terapia regresiva, no hace falta que la persona crea o no en la reencarnación, esas imágenes surgirán igual y ayudarán igualmente a la sanación del problema que tiene esa persona. Igual que ocurre con la terapia regresiva, para la persona creyente la experiencia solo confirmará sus creencias, y para la persona escéptica la reencarnación seguirá siendo inexistente y esas escenas de vidas pasadas no serán tales, sino solo escenas simbólicas creadas por nuestro subconsciente. Es cierto que este tipo de experiencias no demuestra la existencia de la reencarnación, ni tampoco es el objetivo de las terapias energéticas. Para demostrar la existencia de la reencarnación deberíamos, al menos, poder verificar históricamente esos recuerdos, y eso, como ya sabemos, no suele ser posible hacerlo en unas pocas sesiones, ya sean de reiki, terapia regresiva o autohipnosis.

Ahora, hablando desde mi experiencia personal, puedo decir que el reiki es una poderosa herramienta para sanar emociones. Decir que “se mueven energías” es poco científico, lo sé, pero de momento no tenemos ninguna otra expresión que lo describa mejor. Mediante la autohipnosis también he notado sensaciones similares, en el sentido de que algo se activa y las emociones que estaban enquistadas han comenzado a fluir. Pero nunca ha sido tan potente como cuando estaba utilizando reiki. Con el reiki lo normal es que no haya recuerdos, la mente está en calma, pero durante el proceso pueden inducirse determinados estados de consciencia que en ocasiones pueden hacer aparecer recuerdos asociados a esas emociones. Mi intención al hacer una sesión de autosanación nunca es recordar vidas pasadas, pero a veces sí que han terminado apareciendo. Y también he llegado a tener alguna visión que podría estar relacionada con vidas pasadas ajenas mientras enviaba reiki a otras personas. 


La primera vez que me ocurrió, mientras hacía autosanación, fue muy intensa. Lo sentí como cuando limpias un absceso lleno de pus con una jeringa a presión. La energía fluye y se lleva todos los detritus, solo que en este caso los detritus son las emociones que nos hacen sentir mal y que pueden estar incluso afectándonos a nivel físico. Según fluía la energía, flashes de mis vidas pasadas me venían a la mente. En ocasiones he llegado a asociar cada emoción con una parte determinada del cuerpo. Por ejemplo, si ponía mis manos sobre el chakra de la garganta y sentía cierta opresión, la emoción estaba relacionada con vivencias en la Segunda Guerra Mundial que me produjeron gran sufrimiento y que no pude expresar en su momento por miedo a represalias. Claro que yo ya estoy acostumbrada a este tipo de recuerdos espontáneos y ya los identifico como tal. Pero, ¿esto le puede ocurrir a cualquier otra persona? ¿Qué hacer en este caso?

Para responder a estar cuestiones, he preferido recurrir a la experiencia profesional de Raquel Pons:

REIKI Y VIDAS PASADAS.


El reiki que se siguió transmitiendo en Japón desde la muerte de Mikao Usui hasta nuestros días no tiene todos los adornos esotéricos con los que hemos ido decorándolo en Occidente (a veces hasta casi asfixiarlo). Por ejemplo, para comenzar una sesión, los japoneses dicen “Reiki ya” y para terminarla, “Se acabó reiki”. Así de sencillo, pero no menos potente, quizás al contrario. Con esto quiero decir que el reiki no tiene nada de confesional, no tiene por qué relacionarse con ninguna religión aunque sea compatible con todas, y no necesita de ninguna creencia concreta. La reencarnación tampoco, por supuesto, si se considera una creencia.

Sin embargo es curioso cómo en la práctica de reiki nos encontramos con hallazgos inesperados. Hay personas que tras una iniciación o una sesión de reiki sienten de diversas formas que su percepción se amplía, con lo cual son más capaces de ver o sentir cosas de las que antes no se percataban. El sexto chakra, también llamado Ajna o Tercer Ojo, siempre se trabaja con reiki. Los chakras son centros energéticos del cuerpo humano, y el sexto está relacionado con la visión (tanto física como intuitiva), la intuición, la comprensión de las cosas y la percepción de todo tipo. “Ver” no implica solo percibir, sino también asimilar o encajar la información que recibimos en un conjunto más amplio. Se dice que con ese ojo mental podemos ver lo que queramos, porque nuestros recuerdos son holográficos. Este tipo de visión requiere atención a los matices sutiles, que se adquiere con la práctica, la paciencia y una mentalidad tranquila y abierta. En este marco, conviene vaciar las imágenes mentales que nos inundan en el día a día. Enfocar la mente, fijarla en un propósito, permite mirar más adentro, ver más. Por tanto, al activar este chakra, tal vez no es de extrañar que haya gente que note cambios relacionados con esos temas. Quizá sea por eso que algunas personas, durante una sesión, pueden visualizar lo que parecen ser recuerdos de otras vidas. O bien, durante una iniciación de reiki, pueden sentirse conectadas con alguna otra ceremonia iniciática que vivieron en algún momento… antes de nacer “esta vez”.

Por poner algún ejemplo: recuerdo una amiga que durante sus tratamientos se vio vestida como en el siglo XIX, y vivía en una mansión en el campo que ella identificaba típica de Estados Unidos. Entró en una sala de la casa a la que le daba miedo entrar y vio a una niña en la que reconoció a su hija de la vida actual. Esa niña estaba tocando el piano y después se lanzó por la ventana, suicidándose. Eso le aclaró cosas acerca de por qué sobreprotegía a su hija en esta vida, siempre con temor a perderla. También comprendió por qué, aunque le gusta la música clásica, le tiene manía al piano. Y además, posteriormente se vio libre de una sensación de vértigo (sobre todo de “vértigo ajeno”) que había tenido toda su vida.

Una alumna conectó durante su iniciación de reiki con una escena en la que estaba rodeada por su tribu (una tribu primitiva que no supimos ubicar) en una ceremonia en la que sentía que estaba siendo iniciada a su vez como “mujer medicina”.

Muchos conocidos maestros de reiki como Johnny De’Carli o Frank Arjava Petter consideran que el símbolo que se utiliza para los envíos a distancia es también una vía de acceso a los registros akáshicos, y por tanto no es de extrañar que en un tratamiento puedan aflorar recuerdos de otras vidas.

El reiki tiene la cualidad de traspasar con toda facilidad las barreras de tiempo y espacio que normalmente consideramos fijas. Los reikistas sabemos que podemos enviar reiki a cualquier lugar del planeta y llega de manera instantánea. De la misma forma, podemos enviar reiki a diferentes momentos en el tiempo. Enviando reiki al futuro logras que ese momento concreto se quede bien provisto de esa energía, lo cual hace a ese momento futuro estar mejor aspectado energéticamente. Enviando reiki al pasado ayudas a que la huella que haya dejado sea más armoniosa, facilitando la curación de traumas y la cicatrización de heridas (emocionales también, por supuesto). De esta forma hacemos que la cristalización de ese pasado en nosotros se transforme en algo dinámico, se deshiele, se desbloquee. Y la energía personal que podíamos tener atrapada en aquel suceso se libera y podemos utilizarla para nuestra vida actual.

De hecho, una de las prácticas que pongo a mis alumnos de reiki después de hacer el 2º nivel es la sanación del propio pasado. Esto se hace enviando reiki cada día a una etapa de la vida, empezando desde la concepción hasta el día de hoy. Pienso que es uno de los ejercicios más sanadores que podemos hacer. Mientras hacen esta práctica, hay personas a las que les vienen imágenes, olores o alguna otra evocación correspondiente a la etapa que están tratando. Esto no es necesario ni tampoco revivirlo es el objetivo de la práctica, pero es una especie de efecto colateral que a veces se produce. Y lo mismo que esto ocurre con el pasado de esta vida actual, sucede a veces con vidas pasadas.
La energía asociada a los recuerdos podría estar anclada en algún lugar en el cuerpo físico o del cuerpo energético que lo permea, también llamado aura. Al dar reiki ahí, y empezar a liberarse el bloqueo, esos recuerdos pueden hacerse conscientes.

Eso no le pasa a todo el mundo. Un viejo adagio de los reikistas es: “Reiki no te da lo que esperas, sino lo que necesitas”. Así que creo que cuando se produce este tipo de apertura es porque a la persona realmente le hace falta conocer esas cosas y dar cauce a esa capacidad. Por mi experiencia personal y por lo que he podido ver en cientos de personas que he iniciado o tratado con reiki, puedo decir que es realmente un método sanador que impulsa la salud tanto física como emocional, además de facilitar el crecimiento personal de manera muy clara. Así que confío en la energía reiki.

Si por “por casualidad” os encontráis con hallazgos inesperados, es que es vuestro momento. Trabajad con esas emociones y vuestra vida actual recibirá un impulso que realmente está necesitando.

Raquel Pons.
Maestra de Reiki, Terapia Regresiva y de Vidas Pasadas, Terapia Chamánica.
http://www.centroreiki.esy.es

En conclusión: creas o no en la posibilidad de haber vivido antes, no te sorprendas si en una sesión de reiki aparecen espontáneamente supuestos recuerdos de vidas pasadas. Te aconsejo que tomes todo con prudencia, porque igual que ocurre con los sueños o con la meditación, no todo lo que aparece tiene que ser necesariamente un recuerdo de vida pasada. No te dejes llevar tampoco por las posibles creencias que pueda tener la persona que hace reiki, especialmente si hace referencia al karma. Ten en cuenta también que la sanación, sea a través de reiki o terapia regresiva, nunca es instantánea, y probablemente, si el origen de tus problemas está en esos supuestos recuerdos, necesitarás profundizar más para llegar hasta la raíz y sobre todo manejar esas emociones con técnicas complementarias. A partir de lo que he visto hasta ahora y experimentado en carne propia, creo que el reiki puede ser una puerta a tus vidas pasadas. Pero, como todo en esta vida, la elección es tuya: puedes quedarte en el umbral o pasar hasta el fondo.

   

jueves, 13 de octubre de 2016

El misterio de la memoria.

Me gustaría que vierais el siguiente vídeo. Es la reflexión semanal de Ikér Jiménez en el programa 3 de la temporada 12 de Cuarto Milenio. Igual que le critico cuando no me parece que hace las cosas bien, también le alabo cuando pienso que nadie podría comunicar algo como él lo hace.


Habla de la memoria, y llama la atención sobre un hecho con el que —estoy segura— todos estamos de acuerdo. Si pensamos en nuestra infancia o adolescencia, no vamos a recordar detalles muy concretos uno detrás del otro. Aunque pensemos que tenemos buena memoria y que somos capaces de recordarlo todo, esto raramente es así (de hecho, existe un nombre médico para esta alteración, la hipertimesia). Lo que vamos a recordar son cortas escenas, aisladas, y asociadas a algo muy concreto, que —y esto lo añado yo— suelen ir acompañadas de algún tipo de emoción. Ese recuerdo puede ser evocado en nuestra memoria al ver en la pantalla del ordenador un juguete antiguo que formó parte de esa infancia, un libro que leíamos y que ahora recordamos, un olor característico... Sin saberlo (o eso parece) Íker estaba describiendo con total perfección qué es un trigger, es decir, en pocas palabras, un desencadenante de recuerdos.

No hay nada paranormal en todo esto, ¿verdad?, excepto quizá que aún no sabemos cómo funciona la memoria ni nuestra mente. No sabemos qué es lo que hace que algunos recuerdos se almacenen y otros no, qué factores influyen en que algunas de esas escenas pasen ante nuestros ojos como si estuviéramos viendo una película de nuestras vidas, y sin embargo no podamos recordar el nombre de nuestra profesora, ni tampoco a la mayoría de nuestros compañeros de clase.



Bien. Lo paradójico es que la reencarnación tampoco es nada paranormal, aunque no mucha gente se haya dado cuenta de esto aún. Ocurre que a veces nuestra memoria, usando el método que sea (puede ser espontáneo o puede ser facilitado por alguna de las técnicas que ya deberían conocer los lectores asiduos del blog), salta en el tiempo y nos trae RECUERDOS que nosotros sabemos no pertenecen a nuestra vida actual. Y lo he escrito con mayúsculas, porque sí, son RECUERDOS. No se diferencian en nada de los demás recuerdos. Lo único que no nos permite aceptarlos como recuerdos es la existencia de ideas preconcebidas y prejuicios varios que nos han grabado en la mente casi desde el momento en el que nacimos. Por ejemplo, que solo tenemos una vida. Que todo nuestro conocimiento proviene de nuestra infancia, porque de niños somos como esponjas. Que todos morimos, que no hay nada después (ni antes) de la muerte. Que la reencarnación no existe... ¿Por qué? "Porque lo digo yo", aunque haya miles de indicios en todo el planeta, en todas las civilizaciones, de que la gente ha vivido muchas vidas y ha vuelto.

Cualquier persona que recuerde vidas pasadas conoce perfectamente este comportamiento tan curioso de la memoria. Sabe cómo los recuerdos que tiene de otras vidas son a veces aleatorios, con frecuencia no parecen tener ningún significado trascendental, aunque sí que es bastante habitual que vayan acompañados de vivencias más o menos traumáticas, y casi siempre, de fuertes emociones. Luego, la interpretación que queramos darle a la experiencia en su conjunto es individual. Lo triste es que, como ocurre siempre con las experiencias que escapan a la comprensión de los seres humanos, en este punto es cuando aparecen los “iluminados” que se dedican a construir las creencias religiosas y pseudoespirituales para que el protagonista de la experiencia se tranquilice y no tenga que seguir haciéndose preguntas. 

También es la razón por la que no tiene sentido pensar que un caso de supuesta reencarnación es más sólido cuanto mayor sea el número de verificaciones que se hayan podido efectuar comparando lo que un niño dice recordar con la información proveniente de sus supuestos familiares de esa vida pasada o de los correspondientes registros. Ni nuestra memoria es exacta, ni los registros históricos son exactos. Y sin embargo, aún hay investigadores que se empeñan en dar mayor credibilidad a este tipo de casos. Ian Stevenson es uno de mis héroes en lo que a reencarnación se refiere, pero va siendo hora de que avancemos —aunque solo sea un poco— en el estudio de la consciencia y su supervivencia después de la muerte.   

En realidad el único misterio de la reencarnación no es que exista (ya que esto es un hecho), ni tampoco cómo funciona (no lo sabemos todo, pero ya existen hipótesis bastante interesantes). El único misterio de la reencarnación es la memoria y cuál es su relación con el cerebro, o mejor dicho, con la mente. Es así de simple, no hace falta buscarle tres pies al gato con deudas kármicas y demás milongas. 

¿Por qué algunas personas recuerdan y otras no (aparentemente)?

¿Es verdad que los niños recuerdan datos más concretos de sus vidas pasadas o simplemente depende de cada persona?

¿Qué es lo que hace que algunos adultos comiencen a recordar?

¿Es un fenómeno puramente fisiológico?

¿Depende de la estructura o el desarrollo de nuestro cerebro durante la infancia?

¿Es cierto que personas con buena memoria de por sí recuerdan mejor sus vidas pasadas?


El futuro de la investigación en reencarnación debería estar encaminado, en mi opinión, hacia dos direcciones fundamentales: una, determinar qué es exactamente el alma; y dos, profundizar en el estudio de la memoria para conocer mejor su funcionamiento.

Lo sé. No quiero ser pesimista, pero creo que no sabremos nada nuevo hasta dentro de unas cuantas vidas.

jueves, 6 de octubre de 2016

¿Es peligroso recordar vidas pasadas?

El otro día vi que alguien había llegado a mi blog haciéndose esta pregunta, así que voy a responderla:

¿Es peligroso recordar vidas pasadas? No.

Fin de la entrada.

Vale, supongo que esperáis alguna explicación adicional. Veamos...

Ir a escalar el Everest, eso sí que es peligroso, porque puedes morir. Conducir un coche por la autopista, sí, eso también es peligroso, aunque muchas veces no seamos conscientes de ello. Nadar en un mar lleno de tiburones, montarte en la montaña rusa, tirarte en paracaídas, fumar tabaco o marihuana... todo eso es peligroso. Tu vida y a veces tu mente corren peligro si realizas alguna de estas actividades.

¿Recordar vidas pasadas?

Creo que el único peligro de recordar vidas pasadas es que queráis hacerlo con un terapeuta y este terapeuta resulte ser un fraude, es decir, alguien que sabe hacer regresiones pero no tiene ni idea de cómo tratar traumas psicológicos, alguien que os haga creer que mirando una bola de cristal os puede contar algo sobre vuestras vidas pasadas, o alguien con determinadas creencias que también te haga creer a ti que lo que te pasa es consecuencia de tu mal karma. Por ello siempre os aconsejo que si veis un vidente, un gurú o algo que se le parezca, salgáis corriendo, lo más rápido que podáis. Por lo demás...

Pensemos un poco. ¿Es peligroso recordar hechos de tu infancia? Bueno, si resulta que tu tío te asaltaba sexualmente, desde luego que destapar de repente esos recuerdos te va a desequilibrar emocionalmente y vas a necesitar de verdad a alguien que te apoye y te ayude a superar esas emociones. Por ello, si sospechas de algún trauma de este tipo, o simplemente quieres estar tranquilo por ser la primera vez que lo vas a hacer, acude a un buen especialista en terapia regresiva. Pero créeme, tener este tipo de traumas en tu pasado no es lo más frecuente.

Si optas por la autohipnosis o la meditación, tu mente jamás te va a dejar ver nada para lo que no estés preparado psicológicamente. Esto es un hecho. Esto no significa que no tendrás que enfrentarte a todo tipo de emociones que a veces te van a dejar bastante exhausto. Recordar vidas pasadas no es peligroso, pero tampoco es un juego, eso sí que lo debemos tener presente.

Pero aquí hablábamos de peligro. Y como decía al principio, si normalmente no es peligroso recordar hechos de tu infancia, ¿por qué iba a ser peligroso recordar vidas pasadas? Aun cuando saliera a la luz algún trauma, empezar a recordar es solo el primer paso hacia la sanación. Esto significa que aunque el terapeuta puede ayudar, y mucho, eres tú el que tiene que aprender a utilizar las herramientas para que esos hechos no te sigan afectando en tu vida actual. Es difícil, lo sé, pero de todo se sale. Si no, mira todos los veteranos de guerra que existen en el mundo, las víctimas de violencia doméstica que consiguen rehacer sus vidas, o los transexuales que han tenido que soportar burlas y prejuicios durante toda su vida pero finalmente consiguen hacer la transición al sexo opuesto y empiezan a sentirse bien.


Recordar vidas pasadas no significa hacer nada extraño. Solo significa eso: RECORDAR. Además, normalmente lo haces recostado o tumbado, en un ambiente tranquilo y protegido, y si algo que empiezas a ver te incomoda, te mueves, te levantas y te pones a hacer otra cosa. Igual que cuando cambias el canal de la televisión. Sí, de acuerdo en que recordar cómo has muerto en una vida pasada no es algo muy normal, y al principio puede dar bastante miedo. Frankenstein también da bastante miedo, otra cosa es que sea peligroso. Las emociones son parte de la vida, rechazarlas o bloquearlas cuando están en tu subconsciente por alguna razón, no te va a llevar a ningún sitio. La muerte también forma parte de la vida, y cuanto antes aprendas eso, mejor te irá cuando tengas que enfrentarte a la pérdida de un familiar. Con el tiempo te darás cuenta de que la muerte supone una liberación, y aunque siempre es un tránsito incómodo, acabarás comprendiendo que no tienes nada que temer de ella. Creo que es mucho más peligroso vivir de espaldas a la muerte, como hace la mayoría de la gente. Luego, cuando llega el momento, nadie está preparado para morir.

Ahora, si estás pensando en que haciendo una regresión te vas a quedar perdido en el pasado, te diré claramente: eso es imposible. Sí, es muy probable que una vez que hayas abierto las compuertas, haya periodos en tu vida en que las emociones de vidas pasadas te inundarán. Es lo que algunos reencarnacionistas llamamos past life mood. Pero por mucho que encuentres cierta evasión en tus recuerdos y por mucho que quieras perderte en tu nostalgia, ¿sabes qué? Tu vida presente te obligará a salir de ese estado tarde o temprano y volverás a olvidarte de tu pasado. Posiblemente esto sea un hecho fisiológico. Estamos programados para focalizarnos en el presente. Muchos dicen que para eso está la meditación. Sí, es verdad: la meditación te ayuda a vivir el aquí y ahora. El problema es que si hay asuntos del pasado que están sin resolver, posiblemente acudirán a ti mientras meditas para que los resuelvas y así puedas centrarte en el presente. Por eso nuestros recuerdos de vidas pasadas acuden con frecuencia mientras meditamos. Así que olvídate de ideas preconcebidas y vacíos consejos espirituales, y haz lo que te pida el cuerpo en cada momento. Si sientes que algo del pasado te está afectando, no está mal que te centres en ello para desbloquear cualquier emoción que provenga de una vida pasada.

La verdad es que no se me ocurre ningún otro peligro potencial de recordar vidas pasadas. A estas alturas hace tiempo que superé mis miedos y me es difícil imaginar qué miedos puede tener un principiante, así que si te preocupa algo en concreto, dímelo en los comentarios y trataré de resolver tus dudas. Lo que yo te puedo decir es que llevo haciéndolo casi cinco años, y mira, aquí estoy, vivita y coleando y bastante más equilibrada mentalmente de lo que estaba antes de empezar a recordar. No me ha poseído ningún espíritu, ni me he quedado atrapada en el siglo XVII, ni he empezado a hablar en latín, ni sufro ningún trastorno de personalidad múltiple. Tampoco he matado a nadie por no creer en lo mismo que yo, como hacen algunos miembros de ciertas religiones. Más bien al contrario, no he hecho más que aprender y crecer con la ayuda de otras personas que se han cruzado en mi camino y me han enseñado a utilizar diversas técnicas y a manejar mis emociones provenientes de vidas pasadas. Así que, si tienes miedo de recordar vidas pasadas, no te preocupes y hazlo. El viaje es toda una aventura, eso te lo puedo asegurar. Pero si no lo empiezas, nunca lo descubrirás...

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La autora de este blog tiene una amplia formación científica y por ello piensa por sí misma para llegar a las conclusiones y opiniones que aquí se ven reflejadas. La reencarnación es un fenómeno natural y universal. El único objetivo de este blog es reflexionar y ofrecer algunas claves para que todo el mundo pueda darse cuenta de ello por sí mismo.

En ningún caso la autora de este blog posee la Verdad Absoluta. Las opiniones de la autora de este blog son personales, intransferibles y siempre sujetas a discusión. Solo ha vivido una serie de experiencias personales que la han transformado interiormente en los últimos años. Puede dar consejos a todo aquel que lo solicite, pero en ningún caso puede ofrecer ayuda profesional.

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