Ya desde la primera vez que escribí el
artículo “Cómo puedo obtener recuerdos de vidas pasadas” en el año 2012, citaba
el reiki como una de las técnicas que se pueden utilizar para recordar. Sin
embargo, lo hacía con mucha prudencia porque no conocía la técnica
personalmente. Un tiempo después conocí a una maestra de reiki, Raquel Pons,
que se ofreció a iniciarme, y yo acepté. Esto fue en junio de 2014. Desde
entonces he practicado reiki con regularidad, haciendo sesiones de
autosanación, sesiones presenciales a animales y personas, y también sesiones a
distancia (nunca de manera profesional). He tenido alguna que otra experiencia
relacionada con vidas pasadas y ahora puedo hablar con más propiedad sobre ello.
En la actualidad diría que el reiki no
es exactamente una técnica para recordar vidas pasadas, es una técnica de
sanación energética. Pero no hay duda de que en ocasiones, durante la práctica,
pueden aparecer “visiones” o “sensaciones” que parecen estar relacionadas con
posibles vidas pasadas. Y, lo mismo que ocurre en el caso de la terapia
regresiva, no hace falta que la persona crea o no en la reencarnación, esas
imágenes surgirán igual y ayudarán igualmente a la sanación del problema que
tiene esa persona. Igual que ocurre con la terapia regresiva, para la persona
creyente la experiencia solo confirmará sus creencias, y para la persona
escéptica la reencarnación seguirá siendo inexistente y esas escenas de vidas
pasadas no serán tales, sino solo escenas simbólicas creadas por nuestro
subconsciente. Es cierto que este tipo de experiencias no demuestra la
existencia de la reencarnación, ni tampoco es el objetivo de las terapias
energéticas. Para demostrar la existencia de la reencarnación deberíamos, al
menos, poder verificar históricamente esos recuerdos, y eso, como ya sabemos,
no suele ser posible hacerlo en unas pocas sesiones, ya sean de reiki, terapia
regresiva o autohipnosis.
Ahora, hablando desde mi experiencia
personal, puedo decir que el reiki es una poderosa herramienta para sanar
emociones. Decir que “se mueven energías” es poco científico, lo sé, pero de
momento no tenemos ninguna otra expresión que lo describa mejor. Mediante la
autohipnosis también he notado sensaciones similares, en el sentido de que algo
se activa y las emociones que estaban enquistadas han comenzado a fluir. Pero
nunca ha sido tan potente como cuando estaba utilizando reiki. Con el reiki lo
normal es que no haya recuerdos, la mente está en calma, pero durante el
proceso pueden inducirse determinados estados de consciencia que en ocasiones pueden
hacer aparecer recuerdos asociados a esas emociones. Mi intención al hacer una
sesión de autosanación nunca es recordar vidas pasadas, pero a veces sí que han
terminado apareciendo. Y también he llegado a tener alguna visión que podría
estar relacionada con vidas pasadas ajenas mientras enviaba reiki a otras
personas.
La primera vez que me ocurrió, mientras
hacía autosanación, fue muy intensa. Lo sentí como cuando limpias un absceso
lleno de pus con una jeringa a presión. La energía fluye y se lleva todos los
detritus, solo que en este caso los detritus son las emociones que nos hacen
sentir mal y que pueden estar incluso afectándonos a nivel físico. Según fluía
la energía, flashes de mis vidas pasadas me venían a la mente. En ocasiones he
llegado a asociar cada emoción con una parte determinada del cuerpo. Por
ejemplo, si ponía mis manos sobre el chakra de la garganta y sentía cierta
opresión, la emoción estaba relacionada con vivencias en la Segunda Guerra
Mundial que me produjeron gran sufrimiento y que no pude expresar en su momento
por miedo a represalias. Claro que yo ya estoy acostumbrada a este tipo de
recuerdos espontáneos y ya los identifico como tal. Pero, ¿esto le puede
ocurrir a cualquier otra persona? ¿Qué hacer en este caso?
Para responder a estar cuestiones, he
preferido recurrir a la experiencia profesional de Raquel Pons:
REIKI Y VIDAS PASADAS.
El reiki que se siguió transmitiendo en Japón desde la muerte de Mikao Usui hasta nuestros días no tiene todos los adornos esotéricos con los que hemos ido decorándolo en Occidente (a veces hasta casi asfixiarlo). Por ejemplo, para comenzar una sesión, los japoneses dicen “Reiki ya” y para terminarla, “Se acabó reiki”. Así de sencillo, pero no menos potente, quizás al contrario. Con esto quiero decir que el reiki no tiene nada de confesional, no tiene por qué relacionarse con ninguna religión aunque sea compatible con todas, y no necesita de ninguna creencia concreta. La reencarnación tampoco, por supuesto, si se considera una creencia.
Sin embargo es curioso cómo en la práctica de reiki nos encontramos con hallazgos inesperados. Hay personas que tras una iniciación o una sesión de reiki sienten de diversas formas que su percepción se amplía, con lo cual son más capaces de ver o sentir cosas de las que antes no se percataban. El sexto chakra, también llamado Ajna o Tercer Ojo, siempre se trabaja con reiki. Los chakras son centros energéticos del cuerpo humano, y el sexto está relacionado con la visión (tanto física como intuitiva), la intuición, la comprensión de las cosas y la percepción de todo tipo. “Ver” no implica solo percibir, sino también asimilar o encajar la información que recibimos en un conjunto más amplio. Se dice que con ese ojo mental podemos ver lo que queramos, porque nuestros recuerdos son holográficos. Este tipo de visión requiere atención a los matices sutiles, que se adquiere con la práctica, la paciencia y una mentalidad tranquila y abierta. En este marco, conviene vaciar las imágenes mentales que nos inundan en el día a día. Enfocar la mente, fijarla en un propósito, permite mirar más adentro, ver más. Por tanto, al activar este chakra, tal vez no es de extrañar que haya gente que note cambios relacionados con esos temas. Quizá sea por eso que algunas personas, durante una sesión, pueden visualizar lo que parecen ser recuerdos de otras vidas. O bien, durante una iniciación de reiki, pueden sentirse conectadas con alguna otra ceremonia iniciática que vivieron en algún momento… antes de nacer “esta vez”.
Por poner algún ejemplo: recuerdo una amiga que durante sus tratamientos se vio vestida como en el siglo XIX, y vivía en una mansión en el campo que ella identificaba típica de Estados Unidos. Entró en una sala de la casa a la que le daba miedo entrar y vio a una niña en la que reconoció a su hija de la vida actual. Esa niña estaba tocando el piano y después se lanzó por la ventana, suicidándose. Eso le aclaró cosas acerca de por qué sobreprotegía a su hija en esta vida, siempre con temor a perderla. También comprendió por qué, aunque le gusta la música clásica, le tiene manía al piano. Y además, posteriormente se vio libre de una sensación de vértigo (sobre todo de “vértigo ajeno”) que había tenido toda su vida.
Una alumna conectó durante su iniciación de reiki con una escena en la que estaba rodeada por su tribu (una tribu primitiva que no supimos ubicar) en una ceremonia en la que sentía que estaba siendo iniciada a su vez como “mujer medicina”.
Muchos conocidos maestros de reiki como Johnny De’Carli o Frank Arjava Petter consideran que el símbolo que se utiliza para los envíos a distancia es también una vía de acceso a los registros akáshicos, y por tanto no es de extrañar que en un tratamiento puedan aflorar recuerdos de otras vidas.
El reiki tiene la cualidad de traspasar con toda facilidad las barreras de tiempo y espacio que normalmente consideramos fijas. Los reikistas sabemos que podemos enviar reiki a cualquier lugar del planeta y llega de manera instantánea. De la misma forma, podemos enviar reiki a diferentes momentos en el tiempo. Enviando reiki al futuro logras que ese momento concreto se quede bien provisto de esa energía, lo cual hace a ese momento futuro estar mejor aspectado energéticamente. Enviando reiki al pasado ayudas a que la huella que haya dejado sea más armoniosa, facilitando la curación de traumas y la cicatrización de heridas (emocionales también, por supuesto). De esta forma hacemos que la cristalización de ese pasado en nosotros se transforme en algo dinámico, se deshiele, se desbloquee. Y la energía personal que podíamos tener atrapada en aquel suceso se libera y podemos utilizarla para nuestra vida actual.
De hecho, una de las prácticas que pongo a mis alumnos de reiki después de hacer el 2º nivel es la sanación del propio pasado. Esto se hace enviando reiki cada día a una etapa de la vida, empezando desde la concepción hasta el día de hoy. Pienso que es uno de los ejercicios más sanadores que podemos hacer. Mientras hacen esta práctica, hay personas a las que les vienen imágenes, olores o alguna otra evocación correspondiente a la etapa que están tratando. Esto no es necesario ni tampoco revivirlo es el objetivo de la práctica, pero es una especie de efecto colateral que a veces se produce. Y lo mismo que esto ocurre con el pasado de esta vida actual, sucede a veces con vidas pasadas.
La energía asociada a los recuerdos podría estar anclada en algún lugar en el cuerpo físico o del cuerpo energético que lo permea, también llamado aura. Al dar reiki ahí, y empezar a liberarse el bloqueo, esos recuerdos pueden hacerse conscientes.
Eso no le pasa a todo el mundo. Un viejo adagio de los reikistas es: “Reiki no te da lo que esperas, sino lo que necesitas”. Así que creo que cuando se produce este tipo de apertura es porque a la persona realmente le hace falta conocer esas cosas y dar cauce a esa capacidad. Por mi experiencia personal y por lo que he podido ver en cientos de personas que he iniciado o tratado con reiki, puedo decir que es realmente un método sanador que impulsa la salud tanto física como emocional, además de facilitar el crecimiento personal de manera muy clara. Así que confío en la energía reiki.
Si por “por casualidad” os encontráis con hallazgos inesperados, es que es vuestro momento. Trabajad con esas emociones y vuestra vida actual recibirá un impulso que realmente está necesitando.
Raquel Pons.
Maestra de Reiki, Terapia Regresiva y de Vidas Pasadas, Terapia Chamánica.
http://www.centroreiki.esy.es
En conclusión: creas o no en la posibilidad de haber vivido antes, no te sorprendas si en una sesión de reiki aparecen espontáneamente supuestos recuerdos de vidas pasadas. Te aconsejo que tomes todo con prudencia, porque igual que ocurre con los sueños o con la meditación, no todo lo que aparece tiene que ser necesariamente un recuerdo de vida pasada. No te dejes llevar tampoco por las posibles creencias que pueda tener la persona que hace reiki, especialmente si hace referencia al karma. Ten en cuenta también que la sanación, sea a través de reiki o terapia regresiva, nunca es instantánea, y probablemente, si el origen de tus problemas está en esos supuestos recuerdos, necesitarás profundizar más para llegar hasta la raíz y sobre todo manejar esas emociones con técnicas complementarias. A partir de lo que he visto hasta ahora y experimentado en carne propia, creo que el reiki puede ser una puerta a tus vidas pasadas. Pero, como todo en esta vida, la elección es tuya: puedes quedarte en el umbral o pasar hasta el fondo.
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