martes, 24 de enero de 2017

¿Obsesión por tus vidas pasadas?

¿Es verdad que uno de los mayores peligros de recordar vidas pasadas es obsesionarte y quedarte de alguna manera “atrapado” en tu pasado, incapaz de vivir en el presente?

Rotundamente: NO. Pero hagamos algo de historia...

Una de las cosas que más me fastidiaba cuando empecé a recordar vidas pasadas es esta idea tan extendida que dice más o menos:

“No debes recordar vidas pasadas porque eso te impedirá centrarte en el presente. No debemos perdernos en el pasado. El pasado, pasado está, olvídate de él”.

El mundo de la espiritualidad está lleno de este tipo de frases prefabricadas que suenan muy sabias pero que en realidad son totalmente inútiles y están vacías de significado. Una vez ya hice referencia a ellas en este blog. Aún me pongo enferma cuando acudo a la sección esotérica de cualquier librería de mi país, a ver si ya se han enterado de que la reencarnación existe, y lo único que sigo viendo son ristras y ristras de libros de Osho, Eckhart Tolle, alguien que habló con Dios, casas encantadas, espíritus... y ahora, cómo no, una estantería entera dedicada al poder transformador del yoga. Que sí, que el yoga está muy bien como ejercicio físico y para mejorar la conexión entre tu mente y tu cuerpo, pero ya nos están vendiendo la moto de que es milagroso y alcanzarás el nirvana practicándolo o algo así. ¿De verdad le sirve a la gente tanta palabrería?

El otro día, por casualidad, encontré una página en inglés en la que hablaban sobre vidas pasadas y casi me da un pasmo. Aquí está la joyita:

En inglés:
Past life obsession.

What matters is this life now.

Who we were in a past life means nothing in comparison to what we are doing in this life. If we live this life right, dedicated in service to others, we need not worry about our past lives because they are past, and we need not worry about our next life, because our right action in this life guarantees our future spiritual evolution.

Unfortunately there is an unhealthy and even obsessive curiosity about past lives in certain people. Whether such people are right or wrong about their previous lives, they are misguided if they allow their previous lives to overshadow their current one.
http://www.aetherius.org/karma-and-reincarnation/past-lives

Y en español, traducción propia:
Obsesión por las vidas pasadas.

Lo que importa es esta vida ahora.

Quién fuimos en una vida pasada no significa nada en comparación a lo que estamos haciendo en esta vida. Si vivimos esta vida correctamente, dedicados al servicio a otros, no necesitamos preocuparnos sobre nuestras vidas pasadas porque están pasadas, y no necesitamos preocuparnos sobre nuestra próxima vida, porque nuestra correcta acción en esta vida garantiza nuestra futura evolución espiritual.

Desafortunadamente existe una curiosidad insana e incluso obsesiva sobre las vidas pasadas en determinadas personas. Estén o no en lo cierto sobre sus vidas previas, están equivocados si permiten que sus vidas previas eclipsen su vida presente.

Sí, sí, léelo bien, porque tiene su miga... aunque si no recuerdas vidas pasadas, quizá te parecerá que tiene mucho sentido y que suena muy sensato.

Yo difiero.


Primero voy a analizar punto por punto el fragmento:


“Lo que importa es esta vida ahora”.


Ya. Pero da la casualidad que nuestra vida “ahora” está altamente influenciada por nuestras experiencias pasadas. Nuestra personalidad, nuestras aficiones, nuestra manera de reaccionar ante determinadas situaciones, aquello que detestamos, algunos miedos... Al contrario de lo que algunos piensan, no llegamos aquí con un cerebro vacío y todo lo que aprendemos proviene de nuestra infancia. Lo que hemos vivido en nuestras vidas pasadas sigue presente en nosotros, ya sea consciente o inconscientemente. ¿Alguien me va a decir que cuando eres adulto no importa si tuviste una infancia horrible con un padre maltratador en un poblado chabolista o una infancia feliz en un hogar lleno de paz en el que te inculcaron el valor del esfuerzo? No existe mucha diferencia entre tu infancia y lo que te pasó en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Hay cosas que tardan en olvidarse, puedes creerme. Sí, el pasado sí que importa. El pasado es lo que nos hace ser como somos HOY. Conocer el pasado nos impide cometer los mismos errores una y otra vez. Cuando empecemos a comprender eso, tal vez algunas cosas cambien.


Quién fuimos en una vida pasada no significa nada en comparación a lo que estamos haciendo en esta vida”.


¿En serio? ¿Y cómo lo sabes si no recuerdas vidas pasadas? ¿Cómo sabes que en tus vidas pasadas no fuiste un auténtico perdedor y que ese pesimismo no te está influyendo hoy día? O, al contrario, ¿cómo sabes si no fuiste en una vida pasada un líder que fue capaz de conducir a todo su pueblo a la victoria? ¿Cómo sabes que tu vida hoy es más o menos importante que lo que fue hace un par de siglos, si no es recordando? Precisamente uno de los grandes beneficios de recordar es darte cuenta de lo lejos que llegaste en alguna de esas vidas pasadas. Recordar puede devolverte la confianza en ti mismo y puede hacer que recuperes la ilusión que habías perdido. Lo que fuiste en una vida pasada puede significar mucho más de lo que crees, sobre todo si te ayuda a vivir tu vida presente.


“Si vivimos esta vida correctamente, dedicados al servicio a otros, no necesitamos preocuparnos sobre nuestras vidas pasadas porque están pasadas, y no necesitamos preocuparnos sobre nuestra próxima vida, porque nuestra correcta acción en esta vida garantiza nuestra futura evolución espiritual”.


¡Vaya, que sorpresa! ¿Ya estamos con la Ley del Karma y los cuentos para niños? ¿Que si eres bueno evolucionarás espiritualmente y si eres malo te estancarás? Y además... ¿en serio está insinuando que preocuparnos por nuestras vidas pasadas es una “acción incorrecta”? Y esto, ¿quién lo dice? ¿Alguien con experiencia?

No dejes que te engañen. Pregúntale a cualquiera que recuerde vidas pasadas. Hacerte consciente de los errores que pudiste cometer en otras vidas es una de las herramientas más poderosas que existen para crecer de verdad espiritualmente. Enfrentarte a tu propia sombra y aceptar que nosotros somos los responsables de que el mundo sea un lugar bueno o malo para vivir, ESO es lo que te cambia, no esperar recompensas o castigos por nuestras buenas o malas acciones, ya sea aquí, en el más allá, o cuando volvamos a encarnar.


Desafortunadamente existe una curiosidad insana e incluso obsesiva sobre las vidas pasadas en determinadas personas”.


Desafortunadamente, el autor de estas palabras parece no saber que la mayoría de las personas que recordamos vidas pasadas NO ELEGIMOS RECORDAR. Si empezamos a recordar, suele ser precisamente porque hay algo del pasado que nos impide vivir el presente con plenitud. Hasta que no arreglemos eso, no podremos centrarnos en el presente. Recordar vidas pasadas NO ES UN CAPRICHO.

Si alguien quiere recordar solo por curiosidad, es muy probable que no consiga nada o enseguida se canse. Aún así, no entiendo qué puede haber de insano en querer conocer tu pasado. Como comentaba el otro día en un foro, si dices que quieres conocer a tus padres biológicos, descubrir algún hecho traumático en tu infancia que no recuerdas, o buscar las tumbas de tus dos hermanos, muertos en la guerra civil, todo el mundo lo entiende y hasta te apoyará. Si les dices que quieres seguir investigando tus vidas pasadas porque así te conoces a ti mismo y entiendes mucho mejor tus problemas y reacciones en tu vida actual, es que eres raro, estás obsesionado o buscas una forma de evasión. Es obvio que a los que no recuerdan les pasa desapercibido todo lo bueno que obtienes cuando recuerdas vidas pasadas. Para este tipo de gente, es mucho más fácil seguir creyendo en la reencarnación y obviar una de las experiencias más importantes, mágicas y transformadoras que te pueden llegar a pasar: transitar el camino que te llevará a la certeza de que viviste en el pasado, en otros cuerpos, en otros tiempos...


“Estén o no en lo cierto sobre sus vidas previas, están equivocados si permiten que sus vidas previas eclipsen su vida presente.”


A día de hoy, aún me estoy preguntando cómo tus vidas pasadas pueden “eclipsar” tu vida presente. ¿Acaso los que recordamos podemos dejar de vivir nuestra vida actual, levantarnos por las mañanas siendo la persona que éramos hace doscientos años y dedicarnos a lo mismo que entonces? ¿Acaso las personas que recordamos vidas pasadas estamos tan mal de la cabeza que no nos hemos dado cuenta de que EL PASADO ES PASADO? Probablemente a nosotros nos duela más que a nadie, porque sabemos que el pasado no lo podemos recuperar. Sin embargo, también SABEMOS que los muertos no están en sus tumbas, sino muy probablemente viviendo nuevas vidas en nuevos cuerpos. Y somos conscientes más que nadie de que LA MUERTE NO EXISTE (en este artículo, en este y en este puedes saber un poco de lo que pienso sobre la muerte).

Los que ven esto de recordar desde fuera no son capaces ni de imaginar que los reencarnacionistas ya no vemos el tiempo de la misma manera. Saber más sobre tu pasado no implica que te pases todo el día pensando en él ni que eso te impida vivir tu vida con total plenitud. Más bien al contrario: es cuando sabes de dónde vienes y qué originó tus problemas, cuando por fin puedes dejar de preocuparte, cuando tus emociones comienzan a ser algo menos intensas y empiezas a disfrutar de la vida en el presente. 

Increíblemente, hay muchos lugares ahí fuera donde te dirán lo mismo. El ejemplo de hoy estaba en inglés en el original, pero apuesto a que una rápida búsqueda me llevaría a docenas de páginas similares en español. Por supuesto, las personas que afirman esto suelen ser personas que no recuerdan vidas pasadas, y que encima, por alguna razón, quieren salvarse las espaldas o meterte miedo en el cuerpo para que no recuerdes o no sigas por ese camino. Supuestamente es malo, malo. Cierto: yo soy la prueba de ello. En vez de seguir perdida y desilusionada por la vida en general, ahora me dedico a ayudar a gente que también recuerda vidas pasadas y a escribir sin parar para convencer a la gente de que deben recordar por sí mismos para saber que la muerte no es el fin. Soy el diablo en persona.

Y ahora añadiré unas pocas puntualizaciones a modo de respuesta definitiva a la pregunta que abría la entrada de hoy:

1. Es totalmente imposible perderte en el pasado, porque queramos o no, tenemos un nuevo cuerpo físico que vive en un tiempo determinado, EL PRESENTE. Ninguno de nosotros vive del aire, no podemos estar las veinticuatro horas del día inmóviles, meditando, recordando vidas pasadas. Tenemos familias, trabajos, aficiones, neveras que llenar, comidas que preparar. Mejor o peor, todos tenemos que volver a poner los pies en la Tierra y VIVIR.

2. Alguien dirá: “¿Cómo? ¿No sabes aquello que dijo Lao Tzu (si lo dijo Lao Tzu, que tiene pinta de sabio iluminado, tiene que ser cierto)?”:


Yo aquí haría una aclaración. Si estás deprimido o estás ansioso, estás jodido, eso es lo único cierto, pero no es porque vivas en el pasado o en el futuro, es porque hay cosas que te siguen afectando hoy en día, vengan de donde vengan... que por lo general, es del pasado, ya sea de hace veinte años o de hace doscientos. El TRAUMA es lo que te hace estar jodido, no el tiempo en el que tu mente se sitúe. Puede que tengas un nuevo cuerpo viviendo en el tiempo presente, pero tu alma sigue atrapada en el momento en el que se produjo ese trauma. Hay una desincronización entre tu cuerpo y tu alma, eso es cierto. Pero si piensas que las cosas se van a solucionar únicamente intentando que tu mente se centre en el presente, estás muy equivocado. Tu mente continuará yendo al pasado hasta que no se procesen las emociones que se originaron a consecuencia de una determinada vivencia. Solo los reencarnacionistas sabemos que con frecuencia el pasado y el presente se hacen uno, no hay manera de distinguirlos. Lo que está en el pasado, no necesariamente queda en el pasado. Y darle la espalda no solucionará los problemas.

3. Aún así, a veces ya no quedan traumas, y algunos de nosotros queremos seguir investigando nuestras vidas pasadas. ¿De verdad hay algo malo en querer hacer eso? Al principio la curiosidad y las ganas de saber más son muy fuertes, a veces casi adictivas, eso también es cierto. Pero puedo asegurar que la recompensa es cien mil veces mejor que pasarte el tiempo viendo la televisión, apostando a los caballos, bebiendo en una discoteca hasta el coma etílico o convirtiéndote en un adicto al deporte, que también los hay. Es curioso que somos bombardeados continuamente en las redes sociales sobre la necesidad de ser espirituales, y luego te dirán: “¿Recordar vidas pasadas? Pero ¿por qué no disfrutas más de tu vida actual en lugar de perderte en el pasado?”

Además, lo que la mayoría de la gente no sabe es que con el tiempo lo normal es que sea más complicado obtener nuevos recuerdos. Y la gente no tiene paciencia para los temas espirituales y enseguida se cansa de seguir intentándolo. Volverá a las habituales excusas de “A mí no me funciona la autohipnosis” o “No tengo tiempo de cultivar esa faceta”. No nos engañemos, dormitar en el sofá es mucho más cómodo que seguir concentrando tus esfuerzos en recordar más. Que tampoco estoy diciendo que dormitar en el sofá sea malo, solo digo que es nuestra elección. Todos elegimos cómo queremos vivir nuestras vidas. En general, los que recordamos vidas pasadas pasamos por fases en las que todo está muy activo, y fases que algunos llamamos “de hibernación” donde todo parece dormido y no tienes más remedio que centrarte en tu presente. La vida te empuja a ello tarde o temprano. Recordar vidas pasadas nunca se llega a convertir en una verdadera adicción, y si te obsesionas por un tiempo, rápidamente esa obsesión pasará. Igual que tu cuerpo te dice cuándo está exhausto y debes parar de correr, tu mente también te dice cuándo debes dejar de lamentarte por cosas que no puedes cambiar y que nunca volverán, y seguir adelante. Darse a los somníferos para que la ansiedad te permita descansar, o darse a ciertos estimulantes para poder pasar más de dos días sin dormir, eso sí que es una adicción. Y bastante peligrosa, por cierto. El máximo peligro de recordar tu pasado es más o menos el mismo que el de ponerte una película sobre una época histórica que echas de menos: ponerte a llorar como un descosido.

Entradas relacionadas:
¿Es peligroso recordar vidas pasadas?

sábado, 14 de enero de 2017

El único secreto es mirar en tu interior.

Lo reconozco. A veces estoy aburrida y visito un antiguo grupo de Facebook en el que hablan de experiencias cercanas a la muerte, aquel grupo del que me expulsaron por querer traer luz a temas tan interesantes como la parálisis del sueño o los niños que recuerdan vidas pasadas. Siempre me arrepiento de volver a sitios como ese, porque acabo con la misma sensación que me invade cuando me siento nostálgica y me paso por el foro de Carol Bowman, que es el lugar donde yo empecé a aprender: “¿Me he teletransportado al patio de un colegio?” Las conversaciones no es que sean básicas o típicas de principiantes —que no tengo nada en contra de estas últimas, todos hemos sido principiantes alguna vez—, lo que me hastía es que haya algunas personas que se limiten a parlotear sin más, como si hablar de la muerte o la reencarnación fuera algo que haces en la sala de espera del médico o en la peluquería. Lo que me deja aturdida es el nivel de superficialidad que te encuentras en estos foros; ver lo fácil que es hablar por hablar, sin saber nada del asunto; y sobre todo, ver lo rápida que es la gente en juzgar este tipo de experiencias (algo que, por cierto, no ocurre en Foro Reencarnación).

Y cuando digo “juzgar”, me refiero a juzgar tanto en sentido negativo como en sentido positivo. Por ejemplo, es bastante común oír a la gente decir que siente una envidia sana por las personas que hemos tenido este tipo de experiencias trascendentales, ya sea recordar vidas pasadas, haber estado a punto de morir y haber accedido a lo que parece otro estado de consciencia, o ser capaz de tener experiencias extracorpóreas voluntarias y conscientes. Lo dicen así, como si tener este tipo de experiencias fuera algo fácil, una habilidad que has aprendido igual que otros aprenden a jugar al billar, o un regalo del cielo que te hace ser “especial”. Estas personas no tienen ni idea de lo que supone tener cualquiera de estas experiencias. Muchas veces me dan ganas de decirles: “Ten cuidado con lo que deseas, porque puede hacerse realidad”.

Y no lo digo porque recordar vidas pasadas sea malo, ni mucho menos. Al contrario, desde aquí animo a todos los lectores del blog a que lo intenten, sobre todo si quieren conocer por sí mismos la Verdad y quieren llegar a estar realmente seguros de que somos seres inmortales que por alguna razón renacemos una y otra vez. Es un mantra que he repetido constantemente en todos los foros/grupos/comunidades/reuniones familiares en los que he estado:

Mira en tu interior, ahí es donde están todas las respuestas.

Pero la gente no se lo cree. No quieren intentarlo. Tienen miedo. Piensan que ellos no pueden hacerlo. O quizá solo se deba a la explicación más frecuente y universal que conozco, aplicable a todos los ámbitos de la vida: los seres humanos son expertos en buscar excusas cuando ven que algo implica un esfuerzo, ya sea cuidar tu salud, hacer ejercicio, dejar de comer carne, o renunciar a cualquier placer que se encuentre en el primer puesto de su lista de prioridades. Qué le vamos a hacer, es la naturaleza humana, yo no puedo hacer nada contra eso. Pero me enfada que luego las quejas y los lloros abunden en grupos como el que mencioné al principio de esta entrada: “Me aterra pensar que cuando muera todo acabará. ¿Alguien puede asegurarme que existe vida más allá?” O, “Estoy desolada por la pérdida de mi hijo. ¿Me reencontraré con él en el otro lado?”

Solo una persona puede responder a esas preguntas: TÚ MISMO. Aunque el precio no va a ser bajo. Mirar en tu interior implica crecer espiritualmente, pero crecer espiritualmente no es equivalente a acudir a un hipnoterapeuta y vislumbrar el periodo entre vidas en un par de sesiones, ni tampoco a ver seres de luz durante el transcurso de una ECM. Crecer espiritualmente consiste en llegar a los rincones más oscuros de tu alma y enfrentarte a tu propia sombra. Es muy posible que antes de llegar a estar completamente seguro de que la reencarnación es un hecho, tengas que armarte de valor para conocerte de verdad a ti mismo. 

Nunca he luchado con nada más difícil que mi propia alma.

A estas alturas hay pocos humanos que me enseñan algo y que me inspiran en mi propio camino vital. Uno de ellos es Iván Guevara, autor del blog El Aprendiz de Mago, a quien conocí tras tener mis primeras experiencias extracorpóreas voluntarias. Es él el que publicó hace muy pocos días una entrada sobre la importancia de mirar en nuestro interior, y gracias a él descubrí que hace milenios, en el Templo de Delfos, ya sabían que ese es el único camino si queremos conocer la Verdad. Allí se encontró una inscripción que decía:


Te advierto, quien quiera que fueres.
¡Oh! Tú que deseas sondear los arcanos de la naturaleza,
que, si no hallas dentro de ti mismo aquello que buscas,
tampoco podrás hallarlo fuera.
Si tú ignoras las excelencias de tu propia casa,
¿cómo pretendes encontrar otras excelencias?
En ti se halla oculto el Tesoro de los Tesoros.
¡Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el Universo y a los Dioses.


Esto es algo que no acaban de comprender todos aquellos que se interesan por la vida después de la muerte, todos aquellos que piensan que los que tienen las respuestas o saben cómo funciona la reencarnación son los espíritus, todos aquellos que se imaginan que recordar vidas pasadas consiste en que te hipnoticen una vez para saber que fuiste un gladiador romano que acabó desangrado en un circo, y ya está. Todos aquellos que se piensan que los que afirmamos recordar vidas pasadas somos unos frikis despistados que creemos en la reencarnación porque una vez soñamos con la época medieval. Esas personas no saben nada de emociones de vidas pasadas, ni de verificaciones históricas, ni de ardua búsqueda en registros, ni de edificios que viste en tu mente y luego encontraste tal cual en fotos de hace un siglo, ni de síndrome de estrés postraumático que parece durar eternamente, porque el trauma que lo originó tuvo lugar en el siglo XIV. Esas personas son las que siguen creyendo que “los malvados” no reencarnan o que todos tenemos (o tendremos) deudas kármicas que pagar, las que creen que ellos nunca hicieron nada malo en el pasado, las que aún creen que hay algo externo que debe juzgarte después de muerto, las que aún no han descubierto su propia sombra, las que aún no saben que la lucha es únicamente contigo mismo. Como bien escribió Iván Guevara en su blog:
   
“El subconsciente, nuestra sombra, es nuestro demonio. Todo lo que no hemos superado, todo lo que nos ha herido, todo lo que nos ha frustrado, todo lo que no hemos sido capaces de comprender, se esconde allí. Ese es el demonio que nos perturba ahora y seguramente después de muertos.”

Alguien decía en ese grupo de Facebook que no le parecía bien que solo hablaran de experiencias cercanas a la muerte positivas e ignoraran las negativas, porque eso le quitaba la esperanza de encontrarse con algo bueno después de la muerte. Una visión tan parcial de la realidad solo es posible cuando no te has molestado en investigar lo suficiente; cuando solo buscas el bálsamo que te alivie tus miedos y no la Verdad con mayúscula; cuando solo te vale la creencia y no la certeza de que vivimos, morimos y volvemos a vivir; cuando no quieres asumir la responsabilidad de que la realidad en la que vivimos es consecuencia de nuestros pensamientos y nuestras acciones. Creer siempre es más fácil que saber.

En consonancia con una de mis citas preferidas de Carl Jung, la que reza Uno no alcanza la iluminación imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad”, Iván Guevara también reflexionaba:

“Bajar al infierno, es abrir e iluminar esas partes oscuras de nuestra psicología. Allí, encontraremos al demonio. Ese demonio, es más poderoso, horrible, y perverso, si es que lo hemos ocultado, amarrado, censurado, despreciado. Ese demonio, tiene las llaves de los tesoros que nos faltan. Ese demonio, necesita ser comprendido, aceptado y amado. Pero, ¿por qué deberíamos hacer eso? Porque ese demonio es también parte de nuestra alma.”



Si estás dispuesto a hacer esto, a bajar al infierno y encontrarte con tu demonio personal, el que tiene la llave de lo que quieres saber, adelante. No tengas envidia sana, eso no te conduce a ningún sitio. La acción es lo que cuenta. Ponte a ello y recuerda vidas pasadas, o al menos inténtalo. Es mucho más fácil de lo que parece, en serio. Cuando yo quise tener experiencias extracorpóreas conscientes, ¿me puse a quejarme de lo difícil que es eso o a envidiar a los que tienen esta habilidad desde jóvenes? No, busqué a gente que sabía, seguí sus consejos, entrené arduamente durante un mes seguido, hasta que lo conseguí. Recordar vidas pasadas es igual. Es también un entrenamiento de la mente, es querer hacerlo, dejar atrás tus propias barreras mentales, olvidar lo que te han enseñado. Como si fueras uno de esos viajeros que acudían al Templo de Delfos, debes mirar en el abismo de tu alma, sin vértigo, sin miedo, y estar dispuesto a conocer la oscuridad que alberga tu corazón. Si eres sincero contigo mismo, estás preparado psicológicamente, y quieres de verdad llegar hasta el fondo, tal vez, solo tal vez, recordarás... y con el tiempo, SABRÁS que la reencarnación es un hecho.

ENTRADAS POPULARES

Entrada destacada

La validez de la hipnosis para verificar vidas pasadas.

DERECHOS RESERVADOS

Registrado en Safe Creative
Safe Creative #1503200166082

Si quieres utilizar parte del texto, por favor, pregúntame antes. No me importa compartir lo que escribo, siempre que se me pida permiso y se haga referencia a la autora.

MUY IMPORTANTE

La autora de este blog no pertenece a ninguna religión ni a ninguna secta, ni tampoco es ferviente seguidora de ninguna doctrina espiritual, espírita o new age. Tampoco es una fanática lectora de ningún escritor más o menos popular que hable en sus libros sobre terapia o hipnosis regresiva.

La autora de este blog tiene una amplia formación científica y por ello piensa por sí misma para llegar a las conclusiones y opiniones que aquí se ven reflejadas. La reencarnación es un fenómeno natural y universal. El único objetivo de este blog es reflexionar y ofrecer algunas claves para que todo el mundo pueda darse cuenta de ello por sí mismo.

En ningún caso la autora de este blog posee la Verdad Absoluta. Las opiniones de la autora de este blog son personales, intransferibles y siempre sujetas a discusión. Solo ha vivido una serie de experiencias personales que la han transformado interiormente en los últimos años. Puede dar consejos a todo aquel que lo solicite, pero en ningún caso puede ofrecer ayuda profesional.

MUCHO MÁS EN FORO REENCARNACIÓN

MUCHO MÁS EN FORO REENCARNACIÓN
Si te gusta lo que lees en este blog, debes saber que esto es una mínima parte de lo que puedes encontrar en nuestra comunidad de Foro Reencarnación. Mucha más información, muchos más enlaces, pero sobre todo, muchas más personas con similares experiencias que podrán ayudarte en tu búsqueda personal. Visítanos, recuerda que no estás solo.

MILITARY PAST LIVES

MILITARY PAST LIVES
Si recuerdas una vida pasada militar o en tiempos de guerra y quieres conocer a personas que han pasado por lo mismo y que pueden comprenderte, no dudes ni un segundo en unirte a nosotros. Algunos de los traumas más fuertes tienen su origen en estas vidas, y todos necesitamos hablar de ello y ser escuchados. (Foro en inglés).

CONOCE TU PASADO. CONÓCETE A TI MISMO.

CONOCE TU PASADO. CONÓCETE A TI MISMO.