jueves, 28 de abril de 2016

La validez de la hipnosis para verificar vidas pasadas.

Mi sorpresa no tiene límites. De verdad, a mí me encantaría escribir sin estar enfadada, sin tener que despotricar contra nadie, compartiendo mis conocimientos y experiencia con normalidad, esperando siendo comprendida y que la gente se interesara por saber más. Pero no. Encontrar un artículo que habla de vidas pasadas en español equivale el 100% de las veces a darme cuenta por enésima vez de que la ignorancia imperante en nuestro país en lo que se refiere a reencarnación es infinita.

Lo peor es que yo no firmo mis artículos con mi nombre real, y mi máxima aspiración es escribir en blogs para ayudar a personas que como yo empiecen a recordar vidas pasadas y no sepan qué hacer. Opiniones como que la hipnosis no es fiable cuando quieres recordar vidas pasadas se están extendiendo como la pólvora, y se están convirtiendo en una mentira más, igual que el karma, solo que en este caso, como lo dice un “experto en hipnosis”, que encima es el presidente de la Sociedad Hipnóloga Científica, todas las personas que se dicen racionales o medianamente escépticas le creerán a pies juntillas. Pensarán que lo que él dice va a misa. Cuando, en realidad, nunca dejaré de repetirlo, somos nosotros, los reencarnacionistas, los que sabemos de qué va la historia.

Estoy hablando de una entrevista que Isidro Pérez, psicólogo e hipnoterapeuta clínico (NO especializado en terapia regresiva, y por lo que veremos a continuación, sin mucho conocimiento sobre reencarnación), concedió a la revista Enigmas, en su número 246. Sorprendentemente le preguntaron por “regresiones a personas que dijeran haber vivido algún tipo de experiencia extraña”. Sea casual o no, parece que las personas que recuerdan vidas pasadas entran dentro de esta categoría, junto a abducidos y fenómenos telepáticos (?). Reproduzco todo lo que dijo respecto a lo que nos interesa, para después pasar a diseccionarlo:

“En los casos de regresiones a otras vidas, sólo recuerdo un caso que me planteaba dudas porque la persona exponía detalles que después pudimos comprobar como ciertos. Pero esta persona, que nos tenía muy ilusionados, en una segunda regresión cambió algunos de los datos que eran fundamentales, por lo que no podíamos pensar que aquello fuera cierto. Para mí, una regresión a otras vidas tendría que tener una primera demostración y es que la persona hablara el idioma que se supone que debería hablar. Esta persona en concreto sí que hablaba alemán, y nos relataba algo que supuestamente pasaba en la Alemania nazi. Pero después, nos dijo cosas que no nos cuadraban.
Hace poco, vino alguien que me pidió que le llevara a otras vidas y le conectara con sus anteriores parejas. Hicimos cinco o seis sesiones y encontramos, supuestamente, cinco o seis vidas anteriores. Y, de los datos que nos dio, no pudimos comprobar ninguno después. Lo cual no quiere decir que no fuera cierto, pero en lo que nosotros investigamos no eran datos comprobables. Y no sólo me refiero a los datos de la vida de él, sino a datos públicos que de alguna manera en hemerotecas o en Internet hubiéramos podido verificar. Mi opinión es que en los casos más famosos lo que puede haber son recuerdos muy antiguos que, en el proceso de hipnosis, se convierten en supuestos recuerdos de otras vidas. En realidad puede ser algo que te contaron cuando eras pequeño, una vivencia, y que la acabas transformando en algo que se asemeja a una vida anterior.
Con esto no pretendo negar que pueda haber otras vidas anteriores. Lo que os digo es que la hipnosis no es una herramienta para comprobar si ha habido vidas anteriores o para sacar datos fiables de esas vidas anteriores. Pero si encuentro un solo caso, admitiré que es algo interesante y digno de estudio.”



En momentos como este es cuando pienso seriamente en cortarme las venas. Veamos...

Empecemos por la gran experiencia que parece tener este hombre haciendo regresiones a otras vidas, pero sobre todo, tratando de verificar posibles recuerdos de otras vidas.

“En los casos de regresiones a otras vidas, sólo recuerdo un caso que me planteaba dudas porque la persona exponía detalles que después pudimos comprobar como ciertos.”

Según estas palabras, entiendo que en los demás casos no tenía dudas de que lo que el sujeto de hipnosis le estaba contando era una fantasía o bien un relato que no podía pertenecer a una vivencia real. O tal vez no pudo conseguir detalles verificables. Bien, es algo que para mí llama la atención desde el principio: estos supuestos “expertos” (que sí, en hipnosis no dudo que lo sean, pero por favor, que no hablen de reencarnación si no saben) NO TIENEN NI IDEA de lo que es recordar vidas pasadas. Me da igual por qué método se obtengan los recuerdos (flashes espontáneos, sueños, autohipnosis, hipnosis guiada). Estamos hablando de MEMORIA. Y SIEMPRE es muy difícil recordar datos verificables. Aun cuando ni siquiera se trate de una vida pasada, seguro que con recuerdos de la infancia pasa exactamente lo mismo, sobre todo si esa infancia fue hace sesenta años. Y sí, también pasa con niños que recuerdan vidas pasadas espontánemente. Hay cientos de casos de niños que tampoco han podido ser verificados. Si estos expertos esperan que en una sola regresión ya aparezcan datos verificables, es que NO SABEN DE LO QUE ESTÁN HABLANDO.

Puedo poner un ejemplo: mis regresiones han durado siempre una hora como mínimo, dos como máximo. Tardé año y medio en poder verificar una de mis vidas pasadas, con sesiones todas las semanas. Pero aún puedo afinar más: ¿cuándo obtuve los datos necesarios para poder verificar esta vida? En la sesión número 35 (teniendo en cuenta solo las regresiones correspondientes a esta vida, porque si no, sería la ciento o doscientos y pico). Y solo conocía mi nombre de pila desde la sesión 9. ¿De verdad alguien puede pensar que en un par de regresiones ya se puedan tener todos los datos para verificar esa vida pasada?

“Pero esta persona, que nos tenía muy ilusionados, en una segunda regresión cambió algunos de los datos que eran fundamentales, por lo que no podíamos pensar que aquello fuera cierto.”

Muy bien, ya veo lo constantes que somos y las ganas que tenemos de llegar hasta el fondo. Sí, las contradicciones ocurren. La memoria no es perfecta. Ni siquiera nos acordamos de lo que hicimos hace una semana, como para acordarnos de los detalles de algo que ocurrió hace trescientos años. Mi diario de vidas pasadas está lleno de contradicciones. ¿Significa eso que no viví esas vidas? No. Normalmente tomo como verdaderos los detalles que son consistentes, los que se repiten en diversas regresiones, claro que sí. Pero todos podemos equivocarnos. Alguien que trabaja con hipnosis debería saber que la profundidad que se alcanza en cada regresión puede variar mucho, y si nuestra mente racional se entromete, también puede alterar la información. Esto no es razón para asumir que esa persona está fantaseando o mintiendo.

“Para mí, una regresión a otras vidas tendría que tener una primera demostración y es que la persona hablara el idioma que se supone que debería hablar.”

Ah, muy bien, perfecto. ¿Este señor ha leído algún caso de xenoglosia de los recogidos en la bibliografía parapsicológica y/o de reencarnación? Primero, ¿desde cuándo la xenoglosia demuestra que estamos ante un caso cierto de reencarnación? Que yo sepa, lo que más importa es la existencia de RECUERDOS VERIFICADOS (que, si seguimos con esta actitud, poco vamos a verificar). Segundo, de los casos de xenoglosia relacionados con reencarnación, el individuo sometido a regresión NUNCA habla el idioma con fluidez, sino que normalmente solo es capaz de decir algunas palabras sueltas o formar frases cortas. Un ejemplo lo tenemos en el vídeo de más abajo, que es uno de los pocos casos de regresiones BIEN INVESTIGADOS que existen en el mundo. Además, curiosamente, para explicar la xenoglosia, muchos escépticos recurren a la criptomnesia, como el propio Isidro Pérez hace para explicar los supuestos recuerdos de vidas pasadas. Entramos en el típico círculo vicioso de los “pseudo-científicos” para no aceptar la realidad de la reencarnación (no digo que sea su caso).

“Hace poco, vino alguien que me pidió que le llevara a otras vidas y le conectara con sus anteriores parejas.”

Aquí ya empezamos mal, aunque esto no es culpa de nuestro amigo Isidro. ¿Conectar con sus anteriores parejas? Si esa es la razón que alguien tiene para recordar vidas pasadas, es normal que su intento le lleve al fracaso. Aún así...

“Hicimos cinco o seis sesiones y encontramos, supuestamente, cinco o seis vidas anteriores. Y, de los datos que nos dio, no pudimos comprobar ninguno después. Lo cual no quiere decir que no fuera cierto, pero en lo que nosotros investigamos no eran datos comprobables.”

Lo mismo de antes. Pocas regresiones, pocos datos. Es normal que no tengamos datos comprobables. Si quieres llegar a verificar vidas pasadas, siempre lo digo, necesitas ser muy paciente y constante. Y es posible que te lleve años... un tiempo y esfuerzo que solo la propia persona que recuerda vidas pasadas está dispuesto a invertir.

“Y no sólo me refiero a los datos de la vida de él, sino a datos públicos que de alguna manera en hemerotecas o en Internet hubiéramos podido verificar.”

¿Cómo? ¿Me está diciendo que esperaba verificar una vida pasada consultando hemerotecas o internet? ¿Lo dice en serio? Sí, evidentemente todos nosotros verificamos detalles históricos de nuestras vidas pasadas consultando en páginas especializadas en internet. Pero, a no ser que se trate de una vida pasada famosa bien (pero que muy bien) documentada, amigo mío, vas a necesitar algo más si quieres verificar con nombres y apellidos una vida pasada. Si estamos hablando de investigadores de verdad, que buscan partidas de nacimiento o defunción, informes de autopsia o cosas parecidas, me temo que llega un momento en que tienes que hacer cierto desembolso económico. Lo necesitas para tener acceso a determinadas páginas de genealogía, para pagar a alguien en otro país que investigue en los registros para encontrar los datos que buscas, o incluso para viajar y conocer in situ ese lugar que crees recordar. ¿Me está diciendo que un profesional hipnoterapeuta va a hacer eso para verificar la supuesta vida pasada de su paciente? Llámame loca, pero permíteme dudarlo. Por lo que he visto con otros investigadores que supuestamente se ganan su sueldo publicando artículos e impartiendo cursos de reencarnación, ni siquiera ellos se molestan en investigar los casos de adultos que tienen al alcance de su mano. Y eso que están en Estados Unidos. Esto es España. ¿Gastar dinero en investigar? Sí, claro... Así pasa, que luego llegamos a la conclusión de que “la hipnosis no sirve para verificar vidas pasadas”. ¿Me lo dices o me lo cuentas?

“Mi opinión es que en los casos más famosos lo que puede haber son recuerdos muy antiguos que, en el proceso de hipnosis, se convierten en supuestos recuerdos de otras vidas. En realidad puede ser algo que te contaron cuando eras pequeño, una vivencia, y que la acabas transformando en algo que se asemeja a una vida anterior.”



Este párrafo es el que me ha matado directamente. ¿Me lo puede repetir? Hasta mi novio, que no sabe mucho de reencarnación, me ha dicho que eso no tiene pies ni cabeza. Primero, ¿los casos más famosos? Apuesto a que no es capaz de mencionarme ni uno. Según James Matlock, el investigador al que hacía referencia antes, hay DOS casos famosos de personas con recuerdos obtenidos por hipnosis, y ambos están VERIFICADOS. Así que ya de entrada, su afirmación es falsa. Estos casos son los de Bridey Murphy y Jenny Cockell. Sin embargo, yo discrepo con Matlock en algo fundamental: hay muchísimos más casos de recuerdos de vidas pasadas obtenidos por hipnosis y verificados. Lo que ocurre es que no están publicados en revistas científicas. En algunos casos, se utilizó en algún momento la regresión guiada (de nuevo, ver documental más abajo). En otros casos, como el mío propio, se utilizó la autohipnosis, que para efectos prácticos yo considero que es exactamente lo mismo. Así que ya vemos que Isidro no ha leído mucho de reencarnación. Segundo, ¿recuerdos muy antiguos? ¿Se refiere, EN SERIO, a recuerdos de infancia que luego se “transforman”? Pero ¿qué me está contando? O sea, que yo, en algún momento de mi infancia, viví de alguna forma algo que se asemeja a la Segunda Guerra Mundial, quizá me encantaba jugar a que me suicidaba después de sufrir abusos sexuales. También debí vivir algo parecido a la esclavitud en varias de sus formas: a bordo de un barco donde era yo el que me dedicaba a transportar negros, y también en una plantación de algodón donde había un blanco que se dedicaba a violarme y a matar mis bebés mestizos. También viví varios ahorcamientos. Debía ser que jugaba a eso con mis compañeros de clase. Y si no, tenía una imaginación desbordada, o bien con cuatro años oí a la vecina hablar de lo que supone que tu marido te fría a mamporros, eso sí, en el siglo XIX, en un lugar muy concreto de los Estados Unidos. De nuevo, nuestro Isidro hace gala de no saber mucho de casos reales de reencarnación.

“Lo que os digo es que la hipnosis no es una herramienta para comprobar si ha habido vidas anteriores o para sacar datos fiables de esas vidas anteriores.”

Muy bien, así que llega a esta conclusión después de estudiar, ¿cuántos? ¿Diez casos, de los cuales solo dos pudo investigar? ¿Llegó al menos a la sesión 30 con alguno de sus pacientes, para aumentar las probabilidades de obtener datos verificables? Porque seguro que el paciente estaba súper-contento de pagar 100 euros por sesión para averiguarlo... No, por suerte o por desgracia, en la mayoría de los casos somos NOSOTROS LOS REENCARNACIONISTAS los que tenemos que investigar nuestras vidas pasadas. ¿Por qué? Porque, evidentemente, nadie lo va a hacer por nosotros. Y sí, ya es mala suerte, porque después de todo ese tiempo recordando y verificando que hemos vivido antes, luego nadie nos va hacer caso: todo el mundo supone que los que recordamos vidas pasadas estamos como regaderas o bien nos encanta fantasear con que hemos vivido antes.

Y ya lo he dicho antes, pero lo repito: la hipnosis o la autohipnosis no es un método mejor o peor de los otros que existen para recordar. El problema no es la técnica. El problema es que estamos hablando de MEMORIA, y como tal, la memoria no es exacta ni puede ser “invocada” a nuestro gusto. ¿Es que alguien piensa que por arte de magia va a llegar un tipo, nos va a hipnotizar, y vamos a ser capaces de recitar todas las fechas, lugares, nombres y vivencias relevantes de una vida pasada, para que con una sola visita a Wikipedia (si tienes suerte) ya sepamos quiénes hemos sido en el pasado? Si alguien piensa que esto es posible, es que no ha entendido nada sobre recuerdos de vidas pasadas.

“Pero si encuentro un solo caso, admitiré que es algo interesante y digno de estudio.”

Sí, ya se ve el interés que tiene en demostrar la reencarnación o tan siquiera en investigar de verdad los recuerdos de vidas pasadas.

En fin. Esto es lo que hay. Pura ignorancia en la materia. Quizá lo que más me molesta de todo es que nadie jamás prestará oídos a alguien como yo o como las decenas de personas que conozco que saben de verdad lo que es recordar e investigar vidas pasadas. Al menos, ningún “investigador” de los que pululan por ahí parece haber llegado a este blog, algo que ya de por sí es preocupante, porque si de verdad investigaran algo, me encontrarían en la primera página de resultados de Google. Lo que me lleva a pensar que en realidad nos ignoran, simple y llanamente, no importa que seamos personas racionales, con estudios y alejados de los típicos “ambientes espirituales”. Es como lo que le ocurrió al Dr. Eben Alexander. Se le ocurrió decir que había vivido una ECM y muchos de sus colegas se volvieron contra él, porque sin duda había perdido la razón. Así que de momento estamos condenados a que se repitan estos análisis superficiales e inexactos de lo que sin duda alguna son indicios de reencarnación. Tendré que seguir oyendo a la gente decir que la hipnosis no es un método fiable para recordar vidas pasadas, cuando en el fondo casi nadie sabe lo que es de verdad recordar.

Aquí dejo el vídeo que prueba que el problema no está en la técnica, sino en la investigación:



domingo, 17 de abril de 2016

¿Evolución espiritual?

Sé que mi vida corre peligro escribiendo esto, pero me voy a arriesgar. Después de todo, si sigo viva después de decir lo que pienso sobre la reencarnación en animales, hay una pequeña probabilidad de sobrevivir cuando confiese que no creo que el propósito de la reencarnación sea la evolución espiritual. Pero, como en todo, hay matices...

Antes de nada, ¿qué entendemos por evolución espiritual? Desde siempre he sido muy reticente a utilizar la palabra “evolución”, porque consideraba que esta iba unida a la idea que tienen muchas personas de que estamos aquí, viviendo una vida tras otra, para “aprender a ser cada vez mejores y alcanzar la perfección espiritual”. Nunca me ha gustado esta idea. Sin embargo, una gran mayoría de creyentes en la reencarnación (y también no creyentes) están convencidos de que las cosas funcionan así. Si tú eres una de esas personas, pues vale, estás en tu derecho de creer lo que quieras. Si eres feliz así, por mí no hay problema. No hace falta que me insultes en los comentarios por no estar de acuerdo contigo. Pero a mí esa idea no me convence. Para mí no tiene sentido, y trataré de explicar por qué a continuación.

En determinado momento, alguien llegó a mi foro y me dijo que en realidad “evolución” solo significa cambio. Desde entonces soy algo menos reticente a usar esta palabra. Investigué por mi cuenta y vi que esta persona tenía razón: que alguien o algo “evolucione” no significa que necesariamente vaya a ser a mejor. Y en ese sentido estoy completamente de acuerdo: vivir te cambia. Las experiencias transforman tu alma, ya sea en sentido “negativo” o “positivo”, teniendo siempre en cuenta que las etiquetas de “negativo” o “positivo” las ponemos desde la perspectiva humana. El bien y el mal son siempre relativos, por tanto solo podemos juzgar desde aquí y ahora. En el más allá puede que tengamos más información, mayor claridad de mente, y eso nos hará ver las cosas de otra forma. Es ahí donde, después de reflexionar sobre lo que hicimos o dejamos de hacer, podemos sacar conclusiones y aprender (o no) de nuestras experiencias. Y eso, sin duda, te cambia a nivel espiritual.

Pero ojo, ser almas experimentadas no asegura que siempre nos vayamos a comportar como seres perfectos que solo hacen el bien. La santidad no existe. El que seas capaz de recordar vidas pasadas no significa que seas alguien “más evolucionado” que otros. Aún no entiendo por qué algunas personas miran al Dalai Lama con tanta veneración, solo porque medita, dice cosas sabias y supuestamente recuerda muchas de sus encarnaciones. El Dalai Lama es un ser humano, como cualquiera de nosotros, con sus virtudes, sus defectos y sus limitaciones. Y nada asegura que dentro de cien años no pueda volver a reencarnar sin acordarse de sus vidas pasadas, en alguien que pasará totalmente desapercibido.


Hay otras personas que piensan que la evolución es lineal, es decir, vamos de peor a mejor, no puede haber retroceso. Una persona buena siempre tenderá a ser buena, mientras que alguien malo siempre va a tener cierta tendencia a hacer el mal, a no ser que “se arrepienta” y quiera redimirse haciendo cosas buenas en sus próximas encarnaciones (lo que normalmente se conoce como “pagar deudas kármicas”). Estas personas olvidan que cada encarnación es única, que puede haber influencias desde tu niñez o experiencias especialmente duras que te lleven a realizar acciones malas. O tal vez te ves envuelto a tu pesar en situaciones que acaban mal, en las que tienes que tomar decisiones que luego lamentas. Estas personas desconocen que el propósito de la reencarnación no tiene por qué ser “alcanzar la perfección”, entre otras cosas porque, ¿qué es la perfección? ¿Podemos llegar realmente a ser perfectos siendo humanos? Los que recordamos vidas pasadas sabemos que hay un núcleo en nuestra personalidad que se mantiene constante. Es cierto que existen determinadas tendencias a obrar de cierta manera, que se van limando con el paso del tiempo. Pero a veces las circunstancias escapan a nuestro control. O quizá queremos probarnos a nosotros mismos, así que elegiremos profesiones que supondrán un desafío a nuestra moral o nuestra resistencia. Y en esos casos podemos fallar.

Inexplicablemente, hay muchas personas que aún piensan que existen almas buenas y almas malas. He tenido más de una discusión sobre este tema, principalmente con gente que no recuerda vidas pasadas, claro. Cuando lo ves desde fuera es muy fácil imaginarse lo que no es, juzgar a los otros y llegar a conclusiones erróneas. Yo siempre digo:
“No te equivoques. Lo que existen son acciones buenas y acciones malas. Y cualquiera puede llegar a cometer malas acciones, no importa que pienses que tú jamás harías tal cosa. No puedes saberlo, porque seguramente nunca te has visto en una situación extrema en esta vida. Es más, es muy probable que hayas cometido muchas malas acciones (malas de verdad, como matar a gente) en tus vidas pasadas, aunque no lo recuerdes”. 
Y lo único que obtengo en estos casos son miradas incrédulas o respuestas airadas porque, una vez más, estoy desafiando sus creencias. Ellos no pueden imaginar que alguien como Hitler se haya reencarnado y lleve hoy una vida totalmente normal y feliz. No pueden imaginar que no vuelva a ser un genocida o que no siga odiando a los judíos, porque un alma “tan mala” como él debe estar como mínimo encerrado en una prisión espiritual reflexionando sobre el mal que hizo. Y si no, habrá vuelto diez veces como un miembro de una raza no aria para ser discriminado vilmente por la sociedad en la que vive, recibiendo su justo castigo por lo que hizo. Y si esto tampoco es así, no importa, porque el karma no tiene fecha de caducidad y ya le tocará una vida llena de sufrimiento dentro de trescientos o mil años.   

Para explicar esto suelo poner el ejemplo de los hermanos. Que el hermano mayor tenga más experiencia no significa necesariamente que sea “mejor” o “más bueno”. Simplemente tiene mayor experiencia y por un tiempo puede parecer que le lleva la delantera a su hermano pequeño. Sin embargo, puede ocurrir que cuando ese hermano pequeño crezca sus cualidades sean distintas a las de su hermano mayor y sus decisiones en la vida más sabias. ¿Esto le hace mejor que su hermano? No, simplemente es distinto. Y haber vivido más o menos no te hace necesariamente más sabio, de igual modo que ser un “alma vieja”, como muchos dicen, no significa necesariamente que seas un alma más sabia, tal vez solo significa que eres mucho más lento aprendiendo.

Por tanto, ¿existe la evolución espiritual? Bajo mi punto de vista, no, si con eso quieres decir que todos estamos reencarnando para convertirnos en unos santos y así recibir un premio: dejar de reencarnar. No, si con eso quieres decir que las personas buenas que nos encontramos por el camino son así porque sin duda son almas viejas y ya están cerca de alcanzar esa santidad. No, si con eso quieres decir que estas almas buenas ya nunca más van a cometer errores y van a seguir “ascendiendo en su escala de evolución espiritual”, porque según la Ley del Karma (falsa, por cierto) sus buenas acciones las van a conducir a vidas cada vez más felices. No, si piensas que un alma “mala” es porque Dios la ha hecho así y la pobre necesita aprender muchas lecciones para ser cada vez más perfecta.

Como almas, todos somos iguales, que no es lo mismo que decir que perdemos nuestra individualidad. Lo que quiero decir es que en el más allá nadie nos clasifica en función de lo buenos o malos que hemos sido, porque todos vamos a recibir compasión y comprensión. Lo que nos diferencia es la experiencia que hemos ido acumulando, sí, eso es así. Pero eso no te hace mejor ni peor, solo distinto. Quizá algo más sabio porque tus decisiones estarán más meditadas y sabrás que debes evitar al máximo el sufrimiento en tus semejantes (y sí, eso incluye a tus enemigos y a los demás seres vivos del planeta, no solo los que te caen bien o tienen lazos afectivos contigo). Precisamente por tener más experiencia sabrás que no puedes juzgar a nadie, ni aquí ni el más allá, porque cada uno es dueño de sus propias decisiones y cada uno debe aprender por sí mismo. Debe tener el derecho a caer y volver a levantarse. Haga mal o bien, TIENE el perdón asegurado y siempre nuevas oportunidades para volver. No estamos en ninguna carrera para ser “mejores” o “más perfectos”. Como espíritus ya somos perfectos e inmortales, y eso nadie nos lo puede quitar. Venimos aquí a EXPERIMENTAR la vida física y todo lo que conlleva, incluida la muerte. Pero estoy convencida de que lo que hacemos aquí, aquí se queda... excepto las emociones. Después reflexionaremos igual que cuando valoramos los resultados de un experimento, con todas sus variables. Y con esos datos, volveremos a reencarnar, con nuevos objetivos y nuevas variables, para seguir aprendiendo (o no) a través de la vida humana.

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La autora de este blog tiene una amplia formación científica y por ello piensa por sí misma para llegar a las conclusiones y opiniones que aquí se ven reflejadas. La reencarnación es un fenómeno natural y universal. El único objetivo de este blog es reflexionar y ofrecer algunas claves para que todo el mundo pueda darse cuenta de ello por sí mismo.

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