jueves, 17 de diciembre de 2015

¿Existen las vidas simultáneas? (Parte 2).


VIDAS SIMULTÁNEAS PROPIAMENTE DICHAS.


Esto equivale a decir que en el ámbito del espíritu el tiempo es simultáneo. Parece ser que uno de los primeros en afirmar esto fue un tal Seth. ¿Que quién fue Seth? Un supuesto espíritu canalizado por la escritora Jane Roberts, la cual en estado de trance recibía una serie de comunicaciones aparentemente muy profundas y adelantadas para el conocimiento científico de la época (años 60 del siglo XX) y también el actual. A pesar de lo deslumbrantes que resultan sus afirmaciones para algunas personas, me alegro de no ser la única que se ha dado cuenta de que lo más probable es que Seth no sea más que la identidad que le dieron al subconsciente desatado de la propia Jane. Algunas de sus “magníficas” comunicaciones no tienen pies ni cabeza y no soportan un análisis serio por científicos de verdad. Y por lo visto Seth también es el que se inventó eso de que “nosotros nos creamos nuestra propia realidad”, algo que suena exactamente igual que el karma (donde la acción sería nuestro pensamiento y el efecto sería la realidad en la que vivimos), pero dicho de otra forma para despistar. Para los interesados, aquí tenéis tan solo un ejemplo de la profundidad de las afirmaciones de Seth.

Esto se hace especialmente evidente cuando habla de reencarnación. Para alguien que no sabe nada de reencarnación (y mucho menos recuerda vidas pasadas), puede parecer todo muy lógico y bonito. Mientras lee su material, puede pensar:

“Claro, el karma no existe porque si todas las vidas son simultáneas no hay causa y efecto.”

No. El karma retributivo (sistema de premio y castigo) no existe, eso es cierto, pero la razón no es que las vidas sean simultáneas. Es cuestión de sentido común y de tener datos concretos que analizar (es decir, suficientes recuerdos de vidas pasadas). Tus actos pueden tener consecuencias... o no, no hay nada escrito. Lo que sí existe es lo que algunos investigadores serios de reencarnación (en concreto Jim Matlock) llaman “karma disposicional”: tu personalidad es el resultado de tus experiencias pasadas. Lo que vives te afecta psicológicamente y esto se refleja en tus actos, tus miedos o tu manera de relacionarte con los demás. De momento nadie ha observado que también te afecten vivencias del futuro, aunque esto no excluye que en algún momento podamos tener intuiciones sobre ese futuro.

“Claro, lo que ven las personas que recuerdan vidas pasadas, en realidad son encarnaciones de sus otros yos que están viviendo simultáneamente en otras dimensiones espacio-temporales de la realidad.”

No. Como dije en la entrada anterior, si esto fuera así, las personas también “recordarían” vidas futuras, pero esto no ocurre. Además, si fuera verdad que estamos viviendo todas nuestras vidas a la vez, y nuestras decisiones presentes pueden influir en los acontecimientos de esas vidas pasadas, que a su vez, podrían hacer que nuestro presente se viera alterado (esto no lo digo yo, lo dice Seth), nuestros recuerdos estarían cambiando constantemente, y esto tampoco ocurre. Nuestros recuerdos son consistentes en el tiempo y además son verificables históricamente. Que yo sepa, la historia no cambia constantemente, excepto si es tergiversada por los que escriben los libros de historia. Lo que sí es cierto es que en ocasiones podemos tener alguna impresión de futuros probables.

“Así que no son vidas pasadas... son simultáneas... Ah, claro, por eso también hay gente que puede adivinar el futuro.”

No. Una cosa es que nuestra consciencia tenga la habilidad de acceder tanto al pasado, al futuro, como a eventos que estén ocurriendo ahora mismo en otras partes del planeta, y otra cosa muy distinta es que estemos REENCARNADOS al mismo tiempo en varios cuerpos. Además, al contrario de lo que piensan algunos, esa habilidad no es exclusiva del espíritu. Nuestra consciencia está muy limitada mientras estamos encarnados, pero en estados alterados de consciencia (como el sueño o la meditación) y TAMBIÉN en estado de vigilia (según Garnier-Malet) podemos acceder a esa información que solo en determinados momentos se hace totalmente consciente.


Es más, estas personas que no saben nada de reencarnación aunque ellos crean que sí, por alguna razón que se me escapa, jamás se han puesto a hablar con personas que recuerdan vidas pasadas de verdad. Sin embargo, aparte de creer en lo que afirman los espíritus, dan también mucha validez a lo que afirman personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte. Sí, yo he tenido contacto con muchas de ellas. El 95% ni siquiera cree en la reencarnación, algo que ya es curioso de por sí. Muchos otros salen de estas experiencias creyéndose unos elegidos poseedores de la Verdad absoluta. Otros malinterpretan sus propias experiencias: algunos pudieron ver brevemente una vida pasada o algún hecho futuro de su propia vida, y entonces llegan a la conclusión de que “el tiempo es simultáneo”. Algunos incluso nos intentan convencer de que “el cielo es real” y que su hijo estuvo sentado en el regazo de Juan el Bautista... ¿o era Jesucristo? Otros se encuentran con espíritus desencarnados que les transmiten su infinita sabiduría, una información que luego su cerebro apenas puede recordar y mucho menos comprender, y nos describen su realidad subjetiva como si esa fuese la única existente. Otros regresan con profecías apocalípticas, que oh, sorpresa, luego nunca se cumplen. Los que vuelven y conservan una actitud sensata y racional dicen más bien: “Volví porque me dijeron que mi hora no había llegado, y que si no seguía con mi misión esto podría repercutir en futuras encarnaciones”. ¿Cómo? ¿No habíamos quedado que el tiempo era simultáneo en el mundo espiritual? ¿Cómo es que hay futuro entonces? Pero por supuesto, estos testimonios no tienen validez para los que ya están convencidos de que el tiempo es simultáneo.

Entre muchas otras incoherencias que he podido encontrar en el libro Habla Seth 3, que demuestran que la persona que habla así no ni tiene ni idea de lo que significa recordar vidas pasadas, os dejo un ejemplo:

“Quienes creáis en la reencarnación, podéis cometer el error de culpar a las vidas «pasadas», y organizarlas por medio de vuestras creencias actuales. Ya es bastante malo que creáis estar a merced de un pasado, pero consideraros indefensos ante innumerables errores anteriores de otras vidas os coloca en una situación terrible pues la voluntad consciente pierde su poder para actuar. Estas vidas existen simultáneamente. Son otras expresiones de vosotros mismos que interactúan, pero cada ser consciente posee el punto de poder en su propio presente. 
La «información de las vidas pasadas» suele usarse para reforzar situaciones sociales y personales actuales porque, como ocurre con el pasado de esta vida, estos recuerdos se elaboran mediante las creencias presentes.”

Primero: no se trata de “creer” en nada. La mayoría de la gente que conozco recordaba desde pequeños, cuando ni siquiera sabían lo que era la reencarnación y no podían entender qué les pasaba. Tampoco podían hablar porque eran conscientes de que los mayores les harían callar o les enviarían al psicólogo. Estos recuerdos nos llegan por muchos medios distintos, no solo por regresiones, tan atacadas por los escépticos empeñados en negar la reencarnación. Muchas veces son recuerdos espontáneos en estado de vigilia. Recuerdos que no se diferencian en nada de recuerdos de nuestra vida presente. Y, por cierto, precisamente Brian Weiss y Michael Newton ni creían ni dejaban de creer en la reencarnación cuando se encontraron con sus primeros pacientes hablando de otras vidas. No por “creer” en algo fuertemente se convierte en realidad, salvo para el propio creyente.

Segundo: ninguno de nosotros cree estar a merced del pasado (excepto quizá los que creen en el karma, que casualmente, la mayoría tampoco recuerdan vidas pasadas, o tienen tan pocos recuerdos que aún no se han dado cuenta de que el karma no existe). Yo, en concreto, nunca creí que el origen de mis problemas actuales pudiera estar en haber sido ahorcado o en lo que viví en la Segunda Guerra Mundial. Jamás “creí” que hubiese traficado con esclavos en el pasado. Jamás “creí” haber asesinado a nadie. Nadie me hizo creer que yo había sido “mala” en el pasado, más bien al contrario, me tenían por una niña de lo más buena y estudiosa. La depresión y ansiedad ya estaban ahí, y yo no fui a buscar la solución en mis vidas pasadas. Simplemente las vidas pasadas aparecieron. Y desear o imaginarme una realidad en la que no estuviera deprimida, no sirvió de nada. Qué raro... ¿no? Si estaba todo en mi cabeza...

Tercero: esas vidas NO existen simultáneamente. Mis vidas pasadas están todas muertas, y por desgracia eso no lo puedo cambiar por mucho que lo desee. Ahora, si alguien quiere creer que en una dimensión paralela todos nuestros yos pasados y las personas que conocimos en esas vidas siguen vivas y felices porque no acabaron en un campo de concentración (realidad que ellos mismos se crearon, por cierto, según el propio Seth) y aún tienen la oportunidad de acabar como un anciano de noventa años en esa dimensión paralela, pueden seguir haciéndolo.

Cuarto: los recuerdos son recuerdos. Punto. Pueden no ser exactos. Pero hay fotografías y registros históricos para comprobar la exactitud de nuestros recuerdos. Claro que cuando hablas desde un punto de vista exclusivamente teórico es muy fácil dedicarte a predicar y llamarnos ilusos fantasiosos a todos los que decimos recordar vidas pasadas. Creen que nuestras afirmaciones son tan comprobables como las afirmaciones de una supuesta entidad encarnada disfrazada de científico que se ha vuelto omnisciente. Suena mucho más sabio y profundo decir “todas las vidas son simultáneas”.

Quinto: encuentro una sospechosa similitud entre expresiones como “El presente es el punto de poder” (de Seth) y “El poder del ahora” (de Eckhart Tolle). Es lo que tiene la Nueva Era, que todos se dedican a repetir lo mismo y encima creen que una mentira que se repite hasta la extenuación se vuelve realidad, como la ley del karma. Como dije hace poco en otra entrada, parece que lo que quieren algunos es precisamente que no recordemos vidas pasadas... ¿tal vez porque si lo hacemos nos daremos cuenta de todos los engaños que ha traído la Nueva Era?


Sigamos.

Hay otras personas que incluso recordando vidas pasadas se ven atrapadas en las mismas teorías “espirituales” que no tienen ningún sentido. Se deslumbran igualmente por lo que leen en libros pseudocientíficos escritos también por autores de la Nueva Era. Algunos piensan que el universo es holográfico. Es decir, vivimos en una mátrix en la que nada es real. Lo único real es el mundo espiritual y aquí todos vivimos engañados en una ilusión. Incluso el famoso túnel de las ECM’s es un engaño perpetrado por seres extraterrestres para que volvamos a reencarnar y sigamos atrapados en el mundo físico, siendo alimento de esos mismos extraterrestres (??). Como somos pobres seres humanos limitados por nuestros sentidos físicos y no podemos comprender nada, piensan que por esto todo es posible en el mundo espiritual, y por tanto, si un espíritu o dos han dicho que el tiempo no existe en el otro lado, es que es verdad aunque no seamos capaces de comprenderlo. Ya lo comprenderemos cuando estemos muertos. Algunos incluso se basan en pequeñas intuiciones que tuvieron cuando meditaban o en sueños extraños que tampoco significan nada cuando los analizas en profundidad. Al mismo tiempo ignoran todos los indicios y evidencias que tenemos AHORA a nuestra disposición, que parecen apuntar a que el tiempo, sí, no lo percibimos de la misma manera en el mundo espiritual que aquí, pero esto NO significa que el tiempo sea simultáneo ni que estemos viviendo todas nuestras vidas simultáneamente.

Bajo mi punto de vista, no es lo mismo que nuestra consciencia pueda tener conocimiento, en estado desencarnado, del presente, pasado y futuro al mismo tiempo, que estar reencarnado a la vez en todos esos cuerpos, y que todo esté transcurriendo simultáneamente. Muchas observaciones parecen contradecir esta hipótesis, y algunas proceden de ese mismo mundo espiritual. A pesar de que en el mundo hispanohablante muchos aún desconocen el trabajo de Michael Newton, y otros lo critican sin buenos argumentos contra él, hay personas que tienen recuerdos del periodo entre vidas, y siendo espíritus hablan de vidas pasadas y de cómo preplanificamos, individualmente o con otras almas, nuestras vidas futuras. Si no damos crédito a las regresiones (cada uno está en su derecho de creer en lo que crea, pero es curioso que personas que no dan crédito a las regresiones, sí dan crédito a supuestas canalizaciones), también existen muchas personas con RECUERDOS ESPONTÁNEOS tanto de vidas pasadas, como de momentos anteriores al nacimiento, y también del periodo entre vidas. Ninguno habla de tener “recuerdos” de vidas en un tiempo futuro, ni tampoco habla de “focalizarse” en una de nuestras vidas simultáneas, sino de elegir unos padres y REENCARNAR, adaptarse a un nuevo cuerpo físico y vivir en él, no de hacerlo en doscientos a la vez. Es decir, hay muchísimas evidencias que nos dicen que en el mundo espiritual existe igualmente una secuencia de hechos. Sí, existen las progresiones (regresiones a un supuesto tiempo futuro), yo también he tenido una o dos. Y tal y como describen también otras personas, en las progresiones las imágenes no se sienten como verdaderos recuerdos, el contenido emocional no es igual de intenso, no parece algo “ya vivido”, sino solo una posibilidad que podría o no ocurrir. Exactamente igual que con otros fenómenos premonitorios.

Tampoco existen evidencias de que nuestras supuestas vidas futuras nos afecten igual que las pasadas, ni que podamos cambiar el pasado si cambiamos nuestro presente (tal y como afirma Seth en sus libros). Hay niños que nacen con marcas de nacimiento relacionadas con lesiones de vidas anteriores, no posteriores. ¿Todo esto es porque vivimos en una ilusión? ¿Porque creamos nuestra propia realidad? No, estos argumentos no son muy convincentes... El problema no es que creamos que el mundo físico es real. El verdadero problema es que no entendemos que el mundo espiritual es TAN REAL como el material. Y sí, he dicho material y no físico, porque es muy probable que el espíritu sea también algo “físico”, si lo entendemos en términos de “física cuántica”.  

Pero por supuesto, esto es ignorado completamente por aquellos que creen ciegamente en que el tiempo es simultáneo en el más allá. A veces ser reencarnacionista es sentirte como Galileo: hay gente que te quiere convencer de que el Sol gira alrededor de la Tierra, y serían capaces de enviarte a la hoguera por afirmar lo contrario, solo porque ellos no son capaces de ver los indicios que para ti (y muchas personas más) son claros como el agua. Para ellos todo es posible. Lo que no comprendemos es porque tiene un origen divino, ya sea el mismo Dios o un supuesto espíritu iluminado que se comunica desde el más allá. Y si te crees capaz de discernir la realidad, eres un ególatra que te crees superior a los demás...

La cuestión es que siempre nos tenemos que creer lo que dicen otros, en lugar de buscar las respuestas en nuestro interior. La cuestión es destruir religiones y construir otras, y juzgar a los demás si no comparten tus mismas creencias. Una vez más, Krishnamurti tenía toda la razón acerca de no querer derribar los muros de la prisión. Cuando la gente se dé cuenta de que no necesita ningún maestro para encontrar lo que busca, tal vez, solo tal vez, comenzaremos a hacernos más conscientes de nuestra verdadera naturaleza.

lunes, 14 de diciembre de 2015

¿Existen las vidas simultáneas? (Parte 1).

[Aviso al lector: esta entrada es para leerla con la mente muy despejada. Va a ser larga, hay que pensar mucho, y además no vamos a llegar a ninguna conclusión.]

En las dos últimas semanas, coincidiendo con el desarrollo de mi Teoría del Tiempo, me han bombardeado a preguntas sobre esta cuestión de las vidas simultáneas (incluso personas que no saben nada de mi teoría). Esto, por una parte, me agota mentalmente. Pero por otra me estimula a pensar más y me genera nuevas ideas, lo cual al final es bueno para el desarrollo de mi propia teoría. Además, me sirve también para darme cuenta de las grandes diferencias en la “calidad” de mis interlocutores. Hay algunos con los que da gusto intercambiar opiniones, siempre basadas en el respeto y en el conocimiento de que solo estamos especulando y que cualquiera puede tener razón, mientras que otros tratan de convencerte desde el principio de sus propias creencias, sin darse cuenta ni siquiera de lo flojo que son sus argumentos y sin reconocer que les falta información para poder tener una visión completa de la realidad.

Es la primera vez que hablo de vidas simultáneas en el blog, precisamente porque es un concepto sobre el que solo podemos especular. Por tanto, cada uno puede creer lo que le apetezca. Es también un concepto cuyas raíces se encuentran en los inicios de la Nueva Era. Por mucho que les pese a algunos, la Nueva Era no es más que un conjunto de enseñanzas aparentemente muy “espirituales” que cuando son analizadas en profundidad no tienen ningún sentido. Es una mezcla extraña de antiguas religiones como el budismo, canalizaciones de diversas entidades desencarnadas (o incluso extraterrestres) a través de médiums, enseñanzas esotéricas procedentes de la teosofía, y bonitas frases sacadas de libros de autoayuda escritos por autoproclamados gurúes, algunos de los cuales fueron incluso encarcelados tras comprobar que su movimiento era peligroso y sectario (no voy a dar nombres pero me refiero a algunos de los más conocidos en las librerías, increíblemente la mayoría de la gente ignora hechos como estos). Yo prefiero basarme en la ciencia y la racionalidad para elaborar mis hipótesis... y no, esto no significa que defienda la ciencia materialista, como muchos alegremente suponen. Por ello no suelo hablar de temas como las vidas simultáneas, entre otras cosas porque a mí me interesan más los aspectos prácticos de la reencarnación, es decir, recordar vidas pasadas y cómo manejar nuestros recuerdos y emociones asociadas. Ahí es donde se encuentra el verdadero aprendizaje, no discutiendo sobre la teoría hasta el aburrimiento.

Antes de continuar, voy a definir brevemente qué se entiende por vidas simultáneas, porque lo normal es que cuando surge en los foros, cada uno piensa en una cosa distinta.


VIDAS SIMULTÁNEAS.


Primero, tendríamos las “vidas simultáneas propiamente dichas”: teoría que dice que en realidad las vidas pasadas no existen, sino que todos estamos viviendo todas nuestras vidas simultáneamente. Esto se relaciona directamente con el concepto de "tiempo simultáneo", es decir, que según afirman algunos, en el mundo espiritual el tiempo no existe. Pasado, presente y futuro son lo mismo, y todo está ocurriendo simultáneamente en diferentes “líneas o dimensiones temporales”. Según esto, nuestro yo actual podría influir en nuestros yos anteriores, y nuestros yos futuros también influyen en nuestro yo presente. Como este tema es tremendamente extenso y complicado, lo trataré en profundidad en la parte 2 del artículo.



VIDAS PARALELAS.


Segundo, tendríamos lo que Michael Newton llamó en sus libros “vidas paralelas”: esto serían vidas que transcurren aproximadamente en un mismo lapso temporal. El alma se divide en dos o más “fragmentos” y teóricamente podría reencarnar en dos o más cuerpos distintos, con el propósito de aprender más rápido. Esto significa que alguien podría estar viviendo como un hombre de treinta años en España, y a la vez como una mujer de cuarenta en Japón. Normalmente ninguno sería consciente de la existencia del otro, aunque en determinados momentos (por ejemplo a través de sueños, o obteniendo “recuerdos” del otro mediante meditación) sí podría “intuir” que está “conectado” a esa otra persona. Las experiencias de uno influyen en el otro. Uno de los principales inconvenientes de las vidas paralelas es que no utilizas toda tu energía espiritual en cada cuerpo, por lo que podrías estar menos “concentrado” y tener por tanto menos capacidad para sacar provecho a todas esas experiencias. Dice Michael Newton que serían casos muy raros, y solo lo harían almas evolucionadas. Algunos llaman a esto “simcarnation”, por unión de los términos “simultaneous” + “incarnation”, o incluso “simul” para abreviar.

Mi opinión respecto a la posible existencia de vidas paralelas: lo veo bastante poco probable. Creo que deberíamos considerar antes otras opciones. Por ejemplo, varios autores afirman que al principio, cuando las almas son creadas, se dividen inmediatamente en dos, dando lugar a dos almas totalmente independientes pero con polaridad distinta (sea lo que sea que significa esto). Es lo que comúnmente se conoce como “almas gemelas” (en inglés, twin souls). Otros lo llaman “andrógino”. A mí me cuesta creerlo, pero raramente me cierro a nada. Esto podría explicar que tengamos recuerdos de otra persona encarnada en nuestro mismo tiempo y que nosotros también aprendiéramos a través de su experiencia. Sin embargo, hay personas que afirman que no les pasa solo con una persona, sino con múltiples. En estos casos, si es que los aceptamos, yo propondría que lo que está ocurriendo es en realidad una especie de proyección mental. Podría ser que esa proyección fuera más fácil con almas que no hemos conocido en esta vida pero con las que tenemos algún tipo de conexión porque las hemos conocido en otras vidas, porque pertenecen a nuestro mismo grupo de almas, etc. Después de todo, muchos dicen que todos los seres humanos estamos interconectados, y que además de poseer una consciencia propia, también existiría una consciencia global. Por otra parte, creo que tendemos a infravalorar nuestra propia capacidad extrasensorial, y creo que sería bastante plausible pensar que en realidad esta persona está interpretando como recuerdos propios vivencias de otra persona de la cual percibe esa información. También creo que si las vidas paralelas fueran un hecho común y corriente, habría muchas más evidencias de ello. No tendría por qué haber ninguna razón por la que todos aquellos que recordamos vidas "pasadas", no pudiésemos recordar también vidas en un tiempo presente (o incluso futuro si lo extendemos a vidas simultáneas propiamente dichas). Pero esto no ocurre casi nunca, y los que recordamos vidas pasadas las llamamos "pasadas" porque siempre tienen lugar en épocas históricas anteriores a la nuestra... y además nuestros recuerdos son consistentes en el tiempo, no cambian y los podemos verificar. Si de verdad reencarnásemos en diferentes líneas de dimensión temporal, donde cualquier pasado es posible, nuestros recuerdos también serían variables. Los casos de vidas paralelas son extremadamente raros, tanto en la bibliografía de reencarnación como fuera de ella. 


VIDAS SOLAPADAS.


Por último, tendríamos las llamadas “vidas solapadas” (del inglés “overlapping lives”): esto ocurriría cuando hay vidas paralelas, pero solo por un corto espacio de tiempo. Por ejemplo, puede ocurrir si en esta vida sabes que has nacido el 22 de Diciembre de 1946, y consigues recordar y verificar una vida en la que la fecha de defunción fue el 15 de Abril de 1947. Evidentemente, hay unos meses en los que supuestamente eras un bebé, y al mismo tiempo aún no habías muerto en tu vida pasada. ¿Es esto posible? Ian Stevenson tiene recogido algún que otro caso en su bibliografía, así que parece ser que ocurrir, ocurren, aunque también sería un fenómeno poco frecuente.

Hay distintas formas de explicarlo. Michael Newton dice que nunca encarnamos con el 100% de nuestra energía, y que parte de nuestra energía siempre se queda en el mundo espiritual. Según esto, podría suceder que usáramos una pequeña parte de esa energía en la próxima encarnación, mientras aún estamos vivos en la vida presente. Esto es extensible al resto de vidas simultáneas. Si bien por mucho tiempo yo también creí en esta teoría, actualmente me parece una explicación muy débil y sin ninguna base científica. Después de elaborar mi Teoría del Tiempo, me di cuenta de que esto se puede explicar por la propia naturaleza del tiempo y el modo en que lo percibimos. Resumiendo mucho, lo que ocurriría es que nosotros, desde nuestra línea de tiempo terrenal, pensamos que son vidas que se superponen, porque parecen coincidir en el tiempo, pero en realidad no coinciden. El tiempo en el mundo espiritual transcurre de manera distinta. Lo que allí nos parecerían años, son solo días en la Tierra. Al morir y pasar a estado espiritual, y luego volver a reencarnar, si lo hacemos muy “deprisa”, podría ocurrir que al volver nos encontremos que el tiempo apenas ha pasado, o incluso nuestro cuerpo anterior aún está viviendo sus últimos días. Esto sí que sería una ilusión. Es una especie de bucle temporal, porque nuestra propia línea temporal no coincide con la línea temporal de la Tierra, hay un desfase. Es difícil de explicar y también de comprender, pero de momento es la única opción que he encontrado para explicar no solo la reencarnación, sino también otros muchos fenómenos paranormales relacionados con el tiempo, como los déjà vus, los sueños premonitorios y las visiones del futuro. 

He de aclarar que nada de lo que estoy diciendo es nuevo. Mi teoría (que es una teoría de andar por casa y sé que no voy a ganar ningún premio Nobel con ella) está basada fundamentalmente en la dualidad onda-corpúsculo y la Teoría del Desdoblamiento del Tiempo de Garnier-Malet, uno de esos científicos ampliamente ignorado por la ciencia actual pero uno de los pocos que de momento ha sido capaz de explicar los fenómenos premonitorios relacionándolos con la forma en la que funciona nuestra consciencia. 

En la parte 2 explicaré lo que pienso del primer supuesto: las vidas simultáneas propiamente dichas, o la simultaneidad del tiempo.   


martes, 1 de diciembre de 2015

¿Somos un cuerpo con alma o un alma con cuerpo?

Como siempre, voy a ser clara y concisa: ninguna de las dos.

Sé que lo que voy a decir es extremadamente revolucionario. La mayor parte de la gente “espiritual” que cree en la reencarnación y se olvida de ser racional lee una frase como esa que dice “No somos un cuerpo con un alma, sino un alma que tiene un cuerpo”, y se queda feliz para el resto de su vida porque entiende que eso resume muy bien sus propias creencias. Sí, a mí también me pasaba, para qué lo voy a negar. No es nada malo, y sé que al principio, para los más escépticos, suena como una solemne tontería. Dar ese primer paso y empezar a aceptar que puede que sea verdad que “somos un ser espiritual teniendo una experiencia humana” está genial. Por cierto, ese primer paso suele producirse cuando muere alguien en el entorno cercano y entonces la persona quiere creer en el más allá y la supervivencia de sus seres queridos. Eso le lleva a investigar y entonces se encuentra con agradables sorpresas (o no, también hay escépticos recalcitrantes)...

Pero, en mi caso, eso ya está quedando muy atrás. Ahora me lamento profundamente de que no pasemos de ahí. Como científica, estoy convencida de que la ciencia encontrará las respuestas, y sé que si mirara donde debe mirar, ya habría dado con muchas pistas acerca de nuestra naturaleza espiritual. Pero entiendo que no nos quieran escuchar a los que tenemos experiencias “espirituales”, porque después de todo, las palabras que solemos escoger para explicar nuestras experiencias no es que tengan mucho sentido desde la ciencia. Decir que somos un alma y que tenemos un cuerpo es como no decir nada, científicamente hablando. ¿Sabemos lo que es alma? No. ¿Explica esa frase el mecanismo de la reencarnación, las experiencias extracorpóreas, las experiencias cercanas a la muerte, las comunicaciones con fallecidos y las apariciones de fantasmas, en todas sus variantes? No. En realidad solo sirve para confundirnos, para que creamos que hay “almas” o “espíritus” (para muchas personas ambos términos son sinónimos) flotando en algún lugar indeterminado del universo, las cuales en determinado momento deciden reencarnar, y entonces van buscando tiernos bebés dentro de mujeres embarazadas para poseer esos cuerpos y nacer en el mundo físico, le guste o no a la madre. Eso sí, hace que pensemos: “Ah, qué bonito es el mundo espiritual”, y dejemos de hacer preguntas incómodas a los científicos que son los que en realidad tienen que ponerse las pilas y empezar a darnos respuestas DE VERDAD en vez de darnos largas, no atreverse a mojarse ni la punta del dedo pulgar o ni siquiera dignarse a investigar EN SERIO todos los testimonios de personas que dicen recordar vidas pasadas o haber vivido cualquiera de las experiencias anteriormente señaladas.

Y por ello me encuentro una vez más aquí frustrada, puesto que parece que soy la única que pasa de esas “citas espirituales” vacías y sin sentido; la única que no se avergüenza de unir ambos mundos, el esotérico y el científico, para ver qué tienen en común. Parece que soy la única en el mundo que parece estar intentando encajar todas las piezas del puzle, pensando de manera distinta y proponiendo nuevos términos para que acabemos comprendiendo cómo reencarnamos, y explicando al mismo tiempo todos esos fenómenos que ocurren todos los días en nuestro mundo y que no pueden ser considerados eventos aislados.


Me quedo patidifusa cuando hablo con investigadores “serios” de reencarnación (no como yo, que solo soy una loca que recuerda vidas pasadas con un blog, un foro y un libro publicado no distinto al de los demás locos que recuerdan vidas pasadas), y la mejor explicación que tienen para la reencarnación es un término que acuñó Ian Stevenson hace como cuarenta años llamado “psicóforo”. Cuando lees lo que esto significa, te das cuenta de que “psicóforo” es lo mismo que alma pero dicho en jerga científica para que sea más difícil de comprender. Si alguien siente curiosidad, estoy hablando del:
“psychophore” en inglés, definido por Ian Stevenson como “un paquete de pensamientos que es capaz de viajar después de la muerte desde ese cuerpo a un nuevo cuerpo, ocupándolo e impregnándolo de consciencia”. 
O sea, más o menos lo mismo que consciencia, que para los científicos es el término equivalente a “alma”, solo que si dicen “consciencia” no quedan como unos pardillos que creen en temas espirituales entre sus colegas.

Así las cosas, aún no sé cómo no hay nadie en el mundo mundial que no se ha dado cuenta de que no somos un cuerpo con alma ni un alma con cuerpo. En realidad, SOMOS CUERPO Y ALMA A LA VEZ. No se pueden separar. Solo comprendiendo esto podemos comprender cómo pueden tener lugar el resto de fenómenos relacionados con la consciencia: los sueños, los sueños lúcidos, los viajes astrales o experiencias extracorpóreas, las experiencias cercanas a la muerte, la aparición de fantasmas y la comunicación con ellos, ya sea a través de sueños (otra vez), personas sensitivas o instrumentos electrónicos (psicofonías y demás). Solo comprendiendo eso podemos explicar algunos temas controvertidos dentro de la reencarnación como las vidas simultáneas o la reencarnación en animales. Comprender eso también supone darnos cuenta del funcionamiento de la mente, y cómo la verdadera consciencia se relaciona con todos esos elementos.

Actualmente estoy trabajando en una teoría que une todo ello, basada en conocimiento científico actual, y que va mucho más allá de lo expuesto aquí. Lo malo es que yo no trabajo como científica, no publico artículos en revistas científicas y por tanto nadie me va a hacer caso. Tampoco me hacen caso la mayoría de los reencarnacionistas, que aún se encuentran perdidos en creencias religiosas como el karma, o en su defecto, afirman sin pudor alguno que la ciencia jamás será capaz de explicar el por qué y el cómo de la reencarnación. Esto en mi opinión es un gran error, pero lo cierto es que tal y como está la ciencia actualmente (bastante despistada), no van a poder hacerlo al menos en... unos cuantos cientos de años. Pero en fin, para esto estamos. Los pioneros vamos derribando las fronteras que nos limitan pero raramente nos reconocen hasta después de muertos. Y yo voy tan adelantada a mi tiempo que si viviéramos en otra época ya habría muerto en la hoguera. Así son las cosas.

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sábado, 28 de noviembre de 2015

La vida de un reencarnacionista... es durilla.

Por supuesto, me refiero a un reencarnacionista de pura cepa (véase definición), no me valen los meros “creyentes en la reencarnación”. Y este blog es una buena prueba de lo dura que es la vida del reencarnacionista, sobre todo si eres una “activista” como yo y no te escondes en tu casa pensando que no vale la pena hablar de tus experiencias, sea por la razón que sea.

Las dos últimas semanas has sido especialmente intensas, después del breve descanso que me tomé justo después de publicar mi libro. Mi trabajo como reencarnacionista supone moverme mucho en foros, estar al tanto de todo lo que se publica en internet sobre reencarnación (que por desgracia el 99% son refritos de artículos publicados hace mil años), hablar con otros reencarnacionistas (que es la parte más agradable y satisfactoria), investigar en los últimos avances científicos para seguir construyendo mis propias hipótesis sobre el mecanismo de la reencarnación, escribir para mis blogs, escribir en mis diarios privados, investigar para seguir verificando mis recuerdos... y además, nunca dejo de recordar y/o sentir emociones relacionadas con mis vidas pasadas. Lo de las emociones de vidas pasadas está estrechamente relacionado con las emociones que me producen ciertos acontecimientos en la vida real, no en vano los triggers son una de las principales formas que tenemos para recordar, posiblemente debido a la estrecha relación que hay entre los recuerdos y su contenido emocional.

Parece ser que los reencarnacionistas somos especialmente sensibles a las desgracias que ocurren en el mundo. Creo que somos mucho más conscientes que la media de la población del sufrimiento que suponen ciertas decisiones que por lo general toman los poderes políticos desde los cómodos sillones de sus despachos. Eso nos entristece profundamente, además de crearnos un gran desasosiego interno acompañado de un fuerte sentimiento de furia e impotencia porque sabemos que no podemos cambiar nada, o muy poco. Muchos se quejarán y dirán que no me venga arriba ni me crea superior a ellos por ser reencarnacionista, que ellos también lo pasan mal viendo el sufrimiento en el mundo y son igual o más de compasivos que yo. Sí, es posible. Que me perdonen estas personas, pero creo que no tienen ni idea de lo que es recordar vidas pasadas, y por tanto no son capaces de sentir lo mismo que yo en cuanto a empatía o compasión se refiere.


Los reencarnacionistas somos los únicos que podemos de verdad ponernos en el lugar del otro, aunque sea algo que no hemos vivido en esta vida, sino en otras. Tenemos los recuerdos y los sentimientos a flor de piel. Con frecuencia aún estamos tratando de superar los traumas que un hecho del pasado remoto nos causó en el alma. Con frecuencia aún sentimos el dolor que nos supuso perder a alguien, el dolor que nos supuso una muerte a destiempo, la rabia que sentimos por no poder parar una guerra que destruyó todo lo que teníamos, el miedo de un soldado empujado a luchar y a matar sin saber muy bien la causa por la que lo hace. Por ello, en cada soldado que muere, en cada refugiado que huye de su hogar, en cada víctima de abuso sexual (añadir aquí la experiencia concreta que cada uno haya revivido)... nos vemos a nosotros mismos. Volvemos a sentir lo que eso supone. Eso es lo único que te hace comprender ese dolor (de ahí que reencarnemos, probablemente).

Al mismo tiempo, mientras vivimos nuestra vida presente, tenemos que ser testigos de cómo la misma historia se repite una y otra vez. Pones la televisión y te parece que aún vivimos en la Edad Media, cuando la vida de un ser humano no valía nada. Sé de varios compañeros que vivieron en primera persona las guerras religiosas que tuvieron lugar en Europa en el siglo XVI, y ves que han pasado quinientos años y las cosas siguen igual. Todo el mundo anda enloquecido y matando en nombre de su dios. En cualquier momento tu vida puede estar seriamente en peligro por un bombardeo, quedarte literalmente sin nada por haberte convertido en refugiado, o tener que morir por dejarle un futuro decente a tus hijos. Y no hay nada más desalentador que ver todo eso y pensar: “Yo ya he vivido todo esto antes. ¿Cuántas veces más tengo que vivirlo? ¿Cuándo va a cambiar la humanidad?” Y no hay respuesta. Lo único que sé es que esto ha sido así desde que el hombre es hombre, y no parece que esto vaya a cambiar en el futuro próximo.

Y mientras (sí, aún hay más), no solo te siguen llegando recuerdos... También tienes que tener una paciencia infinita para explicarles a la gente por qué estás convencido de que la reencarnación es una realidad, sabiendo que jamás te van a comprender mientras no tengan recuerdos propios. Porque esto no se trata de una “teoría” o una “creencia”. Yo sé muy bien diferenciar mis propios recuerdos de lo que no son recuerdos. Puedo incluso diferenciar cuándo lo que veo son recuerdos propios o, quizá, podrían pertenecer a otra persona. Sé muy bien cuándo estoy soñando y cuándo no. Yo sé cómo he obtenido la información relativa a mis vidas pasadas y cómo he podido verificarlas. Yo he visto mi retrato en una vida pasada y sé lo que han dicho otras personas acerca de nuestro parecido físico (incluyendo a parientes que apenas sabían nada de mis recuerdos). Eso no es ninguna “teoría”. Eso no es una ilusión de mi mente, ni un deseo de ser otra persona (sobre todo porque esa persona no fue perfecta ni mucho menos). Eso es reencarnación, simple y llanamente. Y por muy radical que suene siempre lo he dicho y siempre lo diré: el que aún duda de la reencarnación es porque no recuerda vidas pasadas o porque no tiene la suficiente información. Pero día tras día tienes que ser educado y paciente y dejar que los demás piensen que eres un iluso con poco cerebro, solo por hacerles pensar un poco para que, con un poco de suerte, se pongan a investigar y a recordar por sí mismos, si es que de verdad quieren una respuesta.

Esta es mi vida. Hay veces que me siento como Frodo a punto de llegar a Mount Doom, aunque la verdad es que después de todo no me puedo quejar. He conocido vidas peores... Y lo bueno es que el viaje te cambia tanto como le cambió a él.    


jueves, 26 de noviembre de 2015

Locas divagaciones (8).

No suelo buscar vídeos sobre reencarnación en internet, fundamentalmente por una razón: me deprimen. Pero cuando miembros de Foro Reencarnación los postean creo que es mi obligación como administradora verlos para saber si superan el nivel de calidad que exijo para mi foro. Eso es lo que pasó con el vídeo de una conferencia titulada “¿Qué ocurre tras la muerte?” de un periodista e investigador llamado David Sentinella, en un foro que tuvo lugar en el mes de Octubre de 2015 con el inquietante nombre de “Primer Foro de las Ciencias Holísticas Akasha33” y que podéis ver en este enlace.

La conferencia no me disgustó (del todo). De David Sentinella conocía el nombre por sus colaboraciones en una revista de misterio muy conocida que leo con frecuencia. He de decir que me decepcionó un poco porque para ser alguien que dice estar investigando la reencarnación, parece que no investigó lo suficiente como para dar con este blog (ni los otros dos que escribo), mi foro, mi libro, y por supuesto, la persona que escribe estas líneas, alguien que empezó a recordar vidas pasadas espontáneamente (no de niña, por desgracia) y que ahora es una de las mayores expertas a nivel nacional en cuanto a reencarnación (es cierto, no tengo abuela, pero tampoco estoy mintiendo). Me decepcionó volver a encontrarme con que en un congreso, donde se supone que van expertos en diversas materias para hablar sobre los últimos avances en el conocimiento, el ponente no daba respuestas convincentes sobre reencarnación a los que asistían a su conferencia. Se veía a la legua que el ponente no tenía experiencia propia en cuestiones de reencarnación, e incluso dudaba de algunas de las experiencias de otras personas, cuestionando, desde su desconocimiento, las mal llamadas técnicas de hipnosis regresiva. Por supuesto, siempre desde mi humilde opinión.

Pero sí, para el nivel habitual al que estamos acostumbrados en España, no puedo quejarme. Yo me habría olvidado de la primera media hora, en la que se hace un recorrido por las creencias religiosas de todo el mundo en cuanto a la muerte se refiere. Que sí, no digo que no esté interesante desde un punto de vista cultural y filosófico, pero a mí me dio la impresión de estar de vuelta en el salón de actos de un colegio. Si fuera una niña, perfecto, habría seguido la charla con los ojos como platos, fascinada por lo que me estaban contando. Pero, ahora, de adulta y después de todo lo que sé... pues se me queda corto.

La parte de las experiencias extracorpóreas, bastante bien. Que alguien se atreva a decir que una experiencias extracorpórea (EEC) es equivalente a una salida astral ya es un avance importante. Que por fin se haga una muy buena distinción entre EEC y experiencia cercana a la muerte también está muy bien, a ver si la gente se empieza a aclarar. Que no se mencione a cierto psiquiatra “pionero” en estas lides según dicen algunos, también es un buen avance, porque para los que sabemos algo del tema está claro quién fue el verdadero pionero, el Dr. Raymond Moody. Y luego, que por fin alguien hable en profundidad del Dr. Ian Stevenson y se describan dos estupendos casos de niños que recuerdan vidas pasadas, investigados científicamente, ya es para nota. Pero tampoco me puedo engañar en este caso: eso lo hace cualquiera que esté realmente interesado en investigar la reencarnación de manera seria y racional.


Ahora, el problema empieza cuando a un investigador que quiere ir de serio le empiezan a mencionar los libros de Brian Weiss, le hacen preguntas sobre las distintas creencias que existen en torno a la reencarnación como la existencia de grupos de almas o le preguntan si ha conocido a alguien que recuerda vidas pasadas y él contesta que no: solo ha conocido a dos Nefertitis y tres Juan el Bautista. Y añade que eso es lo que le mola a la mayoría de las personas, afirmar que han sido alguien famoso, cayendo en uno de los mayores tópicos que existen dentro de la reencarnación (y hasta un miembro del público le tiene que decir que eso no es lo que aparece en muchos libros). En serio, me pongo triste cuando soy testigo de estas cosas. No es la primera vez.

Aquí es donde yo me decepciono porque mi foro lleva abierto más de tres años y ya ha tenido tiempo de posicionarse en Google. Si en el buscador pones las palabras “foro reencarnación”, mi foro es lo primero que te sale. Si pones “vidas pasadas”, mi blog sale en cuarta posición. Si pones “foro serio de reencarnación”, mi blog sale en primera posición. Que no sé, digo yo que no es tan difícil hoy en día para un periodista infiltrarse en un foro y averiguar en un par de días si sus miembros son gente seria o gente que está para pasar el rato y no sabe de lo que habla. De ahí a encontrar a gente con experiencias muy buenas de reencarnación, estás a un paso. No, casos muy espectaculares de niños, no, eso ya te lo digo yo, porque yo también los busqué y aún no se atreven a hablar... si es que reparan en que lo que les pasaba era que recordaban vidas pasadas. Aún así, pude recabar algún que otro testimonio para uno de mis libros. 

Y, esto parece muy obvio, pero por lo que observo, hay muchos “investigadores” que aún no se han dado cuenta de que como más se aprende es hablando largo y tendido con LOS QUE LO HAN EXPERIMENTADO EN PRIMERA PERSONA. Por supuesto, si son personas sensatas... que sí, lo sé, escaseamos, pero mira, yo soy una de ellas. Es más, yo tengo la suerte de ser investigadora y además haberlo vivido en mi propia piel, aunque la verdad, no sé hasta qué punto esto es bueno, porque parece que así los investigadores te toman menos en serio mientras que algunos de los experimentadores (es decir, los que sí que recuerdan vidas pasadas, como tú) te llaman pedante o creen que se te ha ido la olla elaborando hipótesis que para ellos no son creíbles, ya que no las llegan a comprender (creen que has investigado lo mismo que ellos, que suele ser poco, y entonces sacan conclusiones precipitadas). Supongo que así es la vida.

Otra cosa que también he observado es cómo los “investigadores serios” de reencarnación (o sea, los que quieren ser considerados como tales) enseguida se unen a la moda extendida por Ian Stevenson y sus sucesores de que las regresiones no son fiables, y por tanto parece que se ponen a negar sistemáticamente cualquier información que haya salido de una regresión. Afirman sin pudor que las técnicas de hipnosis regresiva consisten en utilizar la sugestión, así que no, lo único que vale para ellos son los recuerdos espontáneos de niños (ni siquiera se plantean que pueda haber recuerdos espontáneos en adultos, claro, porque de momento parece que yo soy la única en España que se ha dado cuenta de ello). No sé... como que así suenas más serio y académico, y ni siquiera tienes que entrar a responder cuestiones difíciles como las de los grupos de almas de Brian Weiss o el periodo entre vidas de Michael Newton. Pues no, señores investigadores (a los que ya les dediqué una entrada completa): si somos investigadores serios, investigamos TODO. Teniendo en cuenta que los datos obtenidos por regresión han de ser verificados y hasta ese entonces han de permanecer en cuarentena, claro. Pero, señores investigadores: ¡eso también hay que hacerlo con los recuerdos espontáneos de niños, que pueden estar fantaseando! Se olvidan de que los testimonios de los adultos no tienen por qué ser menos fiables que los de los niños.

Un momento, que recupero la calma.

Total, que me dio la impresión de que aquí hay alguien que no hace muy bien su trabajo. Y me entristece porque yo no tengo el poder de un periodista de extender un mensaje que debería llegar a más personas. No tengo el más mínimo deseo de hacerme famosa, pero por otra parte me gustaría que la gente despertara. DE UNA VEZ. 


lunes, 23 de noviembre de 2015

Más sobre el suicidio...

Sí, porque creo que es uno de los temas más importantes de los que hablar en un blog de reencarnación. Porque le he seguido dando vueltas estos días, y porque de nada sirve que los que sabemos nos quedemos callados. Porque siendo una persona que se ha suicidado y ha vuelto, creo que tengo la autoridad para transmitir este mensaje, aunque haya personas que me llamen loca.

Quizá debería empezar por el principio y contar cuál es mi experiencia directa con el suicidio... más que directa, en primera persona, cosa que estoy segura muy pocos pueden hacer (y los que pueden no van a estar leyendo estas palabras). Pero no la voy a contar. Para ello tengo otros espacios, algunos fáciles de encontrar si el lector está realmente interesado. Solo diré que algunos no lo llamarían suicidio, porque no fui yo la que apretó el gatillo del arma que me mató. Amenacé a un soldado con una pistola, en medio de la noche, sabiendo que su reacción sería la de dispararme. El soldado era de mi propio ejército, por cierto. Ocurrió en Francia durante la Segunda Guerra Mundial, probablemente en 1942. Yo tenía poco más de veinte años.

Me ha resultado muy curioso comprobar cómo algunas personas tratan de adaptar sus propias creencias a los hechos. En medio de ese debate entre reencarnacionistas que mencionaba en mi última entrada yo insistía que las consecuencias al suicidio son nulas, con la excepción de que los problemas continúan siendo problemas y las emociones que no hayan sido convenientemente procesadas van a seguir estando ahí, como la depresión por la que estaba pasando en aquel entonces. Acabar así mi vida no me supuso volver a “repetir historias”, ni vivir una vida similar (por fortuna aún no me he visto envuelta en ninguna guerra), ni me castigaron de ninguna manera en el más allá. Sin embargo, había alguien que afirmaba que “cometer suicidio está en contra de la ley”. Nos conocemos de hace tiempo y nos llevamos bien, a pesar de que a veces discrepemos en nuestras opiniones. Esta persona me dijo que lo mío no sería considerado un suicidio por un tribunal, sino más bien una situación parecida a la que vivió Jesús cuando tuvo que elegir entre huir o ser apresado por los romanos, sabiendo que eso le conduciría a la muerte. Siendo sincera, creo que este solo fue su intento de explicar y comprender que “lo mío” no hubiese tenido consecuencias. Si no es un suicidio, no pasa nada. Si hubiese sido un suicidio “de verdad”, seguro que las habría tenido. Pues no. Tal vez tengamos que llamarle “suicidio asistido”, pero yo era plenamente consciente de lo que estaba haciendo, no quería continuar viviendo, incluso traté de hacerlo yo misma antes pero no tuve fuerzas para ello. Utilicé al soldado y él, sin saberlo, me hizo ese favor. Sí, fue un suicidio, y no, no tuvo consecuencias


Alguna otra persona manifestó su miedo a que decir cosas como esta en público pudiera influenciar de alguna manera a gente que esté pensando en suicidarse, inclinándolas a hacerlo. Decía que leer eso le hacía sentir incómodo y le producía algo de miedo, e incluso llegaba a sugerir a los administradores que en el futuro se trataran estos temas en privado. Bien, por mi parte puedo afirmar que las personas que se sienten así son generalmente personas que si tienen recuerdos de vidas pasadas son pocos o no están verificados, lo que hace que sigan con la duda de si la reencarnación es o no una realidad. Creo que como no están seguros, siguen teniendo miedo a la muerte, y por tanto siguen teniendo miedo a vivir. Vivir implica tomar decisiones. Y, muchas veces, eso implica equivocarse. “Equivocarse” no es solo tener envidia al vecino o mentir a un familiar. Tengo la impresión de que eso es de lo que suelen hablar los curas en las iglesias, de pequeños “pecados” dignos de discutirse en una clase de catequesis para niños, no entre adultos. Entre adultos parece que no se puede hablar de cosas realmente importantes, como por ejemplo la muerte, matar, suicidarse o reencarnar. Los curas (y otros que afirman poder hablar con espíritus) parece que evitan estos temas. Seguramente es porque no saben y no quieren meterse en berenjenales, aunque también es probable que sea porque no quieren que perdamos ese miedo a vivir. Quieren que sigamos siendo niños, que les necesitemos a ellos para absolvernos de nuestros pecados, negando la responsabilidad que todos nosotros tenemos sobre nuestras decisiones y sus consecuencias.

El suicidio es nuestra responsabilidad, tanto de la víctima como de los que conviven con la víctima y la sociedad en la que vivimos. El suicidio implica mucho sufrimiento, pero no es más que una decisión como otra cualquiera de la cual aprenderemos a largo plazo. Si es verdad que estamos aquí para aprender y evolucionar, aprenderemos tomando esa decisión y viendo a dónde nos condujo. Lo que trato de decir puede sonar duro, pero creo que a veces tenemos que dejar a nuestros hijos que tropiecen para que ellos mismos se den cuenta de por qué hacer algo es un error. Yo no animo a nadie que ponga fin a su vida, pero tampoco puedo interferir con su libre albedrío. La decisión es suya, y a mí no me da miedo decirlo. Aunque, por supuesto, lo ideal es que todos le ayudáramos.

Es obvio que estoy generalizando, y en el suicidio nunca se puede generalizar. Pero hay algo en lo que casi nadie repara. La muerte no es más que una liberación para el que muere. La muerte no es mala en sí misma. Una muerte traumática siempre es difícil de superar, sobre todo si recordamos en nuestra vida siguiente (que de momento no es lo habitual). Pero al menos es un alivio momentáneo del sufrimiento que estamos experimentando en esta vida. El suicida puede sentir remordimientos al haber dejado atrás su supuesta misión y sus seres queridos, pero nadie puede culparle por haber decidido que no podía soportarlo más. Mientras que él se libera de esa carga y se centra en su próxima vida, aquí en la Tierra el suicidio se convierte en una desgracia, un estigma y un dolor muy difícil de superar para los que se quedan, no para el que se fue. Los familiares y amigos del suicida no solo tienen que soportar el dolor de la pérdida de un ser querido, sino también la ignorancia de los que juzgan. Y mientras que esa persona del foro tenía miedo de lo que ocurre con los que se suicidan, a mí en cambio me preocupan mucho más los que se quedan, y es por ellos por los que he decidido escribir estas palabras. Por ello repito:


NO PASA NADA CON LOS SUICIDAS.

ABSOLUTAMENTE NADA.

Que no pase nada significa también que no se van a solucionar los problemas que se tenían antes del suicidio, eso está claro. Por ello el suicidio no suele ser la mejor opción. Pero igual que nadie nos va a enviar al infierno por hacer las cosas mal, tampoco vamos a tener que pagar de ninguna forma el habernos suicidado.

Y ahora, si la lluvia de comentarios no es mayor a la que me cae en la entrada sobre la reencarnación de animales, entonces sí que cerraré el chiringuito.

Entradas relacionadas:
¿Qué pasa con los suicidas?

Si estás pensando en suicidarte, BUSCA AYUDA. En España, puedes llamar al Teléfono de la Esperanza, 902 500 002. Hay iniciativas similares en otros países. Seguramente tendrás más suerte que la que tuve yo.


miércoles, 18 de noviembre de 2015

¿Qué pasa con los suicidas?

Una reciente conversación en otro foro (Child Past Lives) sobre el suicidio me ha hecho pensar en este tema de nuevo, aunque también sospecho que es época de aniversarios y por ello interiormente me desencadena ciertos sentimientos de rabia y tristeza que no puedo evitar. Por otra parte, he estado a punto de escribir esto como una entrada categorizada como “Locas divagaciones” más que una entrada normal, porque... la verdad es que vuelvo a estar un poco frustrada. Quitando mis propias publicaciones y el libro que he escrito (que no es poco), no solo no veo ningún avance serio en cuanto a reencarnación se refiere (con la excepción de nuevos miembros del foro que sí que avanzan, y mucho, a nivel personal, de lo que me enorgullezco y me alegro al mismo tiempo), sino que incluso noto cierto retroceso. O al menos esa es la impresión que tengo cuando veo ciertas conferencias en ciertos congresos “espirituales” a los que acuden personas que siguen estando muy perdidas.

Pero, bueno, yo a lo mío, que hoy es el suicidio. No sé por qué este tema genera tanta controversia, incluso entre los propios reencarnacionistas. Bueno, sí lo sé, porque la mayoría de las veces los reencarnacionistas también se basan en sus propias creencias en lugar de experiencias en primera persona. No todos los que recuerdan vidas pasadas recuerdan haberse suicidado, y por ello parece que nos tratan a los “ex-suicidas” o a aquellos que por alguna razón preguntan por el suicidio igual que tratan a otras personas a las que consideran deben compadecer, como todos los que han sido víctimas o los que han sido “muy, muy malos”, y entonces te desean que no sufras mucho en esta vida, porque sin duda creen que a consecuencia de haber sido muy malo vas a sufrir un montón... En esa conversación antes mencionada alguien decía que el suicidio podría ser una forma de autocastigo por quitarle la vida a alguien, y nos invitaba a adivinar por qué Judas Iscariote se suicidó. Casi me caigo de espaldas por la insensatez de estas palabras, menos mal que a estas alturas ya hay pocas cosas que me sorprendan.

También hay otra razón por la que en general se evita hablar del suicidio, aparte de que hurgar en la herida de los que perdieron al suicida supone avivar un dolor muy profundo y eso nadie quiere hacerlo. Esa razón es que si dices que no pasa nada por suicidarte parece que estás haciendo apología del suicidio, y estás animando a todo el mundo a que lo haga. Bien, quiero dejar claro desde ya que yo no hago apología del suicidio ni animo a nadie a que lo haga. Si yo no lo hubiera hecho en el pasado, quizá habría conocido facetas en mí misma que a día de hoy permanecen ocultas. O quizá habría llegado a viejecita y hoy estaría contando a mis bisnietos lo que fue vivir la Segunda Guerra Mundial. Posiblemente podría haber tomado mejores decisiones... o tal vez no. Eso nunca lo podemos saber, porque una vez tomada una decisión, no podemos volver atrás y tenemos que acarrear con las consecuencias (lo que NO significa que exista el karma). Así que, si no sé qué habría sido de mí en mi caso, ¿cómo lo voy a saber en el caso de otras personas? Las circunstancias que rodean un suicidio son siempre distintas y nadie tiene derecho a juzgar. Lo importante es que hagas lo que hagas, es tu decisión. Tú eres el responsable, y tú mismo te darás cuenta de si lo que hiciste estuvo bien, fue una cobardía, una llamada desesperada de atención, una estupidez por ponerte hasta arriba de drogas o una consecuencia directa de la depresión por la que estabas pasando.


En todo caso, lo voy a decir alto y claro, como es mi estilo:

POR SUICIDARTE NO PASA ABSOLUTAMENTE NADA.
NADA DE NADA.

Es decir:

Nadie te va a castigar en el otro lado.

No vas a ir al infierno.

No vas a estar obligado a vagar por el astral hasta que se cumpla el tiempo de vida que tenías determinado antes de encarnar. (Esto no quita que por un tiempo andes confuso, pero esto también le pasa a los que mueren por causa natural).

No vas a tener que “repetir historias” hasta que aprendas lo que sea que viniste a aprender.

No se rompen “contratos” con nadie, entre otras cosas, porque dudo mucho que existan “contratos vinculantes” en el mundo espiritual, aunque muchos nos quieran vender la moto con tantos “planes del alma”, “contratos del alma” y demás historietas no comprobadas. Solo por poner un ejemplo, alguien decía en esa conversación que en el libro de Robert Schwartz El plan de tu alma se dice que las acciones de una persona pueden influenciar el ADN y pasar a su descendencia. Menos mal que esta persona dudaba que esto fuera verdad, porque cualquiera con unos mínimos conocimientos de genética (y sobre todo si recuerda vidas pasadas) sabe que afirmar eso es una barbaridad, aun teniendo en cuenta la epigenética, que también empieza a mencionarse con frecuencia cuando en realidad muy pocos saben cómo funciona. Otra persona dijo, basándose fundamentalmente en los libros de Michael Newton que había leído, que “el alma que comete un suicidio simplemente ‘salta’ de nuevo a otra vida similar tan pronto como sea posible, si no inmediatamente”.

Bien, esto no es lo que me pasó a mí. Yo recuerdo muchas vidas muy seguidas una tras otra, pero no tiene nada que ver con la forma en que morí. Y después de suicidarme en la Segunda Guerra Mundial, reencarné en Alemania Occidental, donde tuve una vida bastante acomodada en la que fui ingeniero industrial y luego me puse a trabajar en el ejército americano. No fue una vida similar, en ningún sentido, a la anterior. Pero yo no soy una excepción. También conozco a otras muchas otras personas que se suicidaron en sus vidas pasadas, ¿y sabes qué? Ninguno ha tenido que repetir historias, ni han estado perdidos en el astral, ni saben nada de contratos que hicieron con otras almas. Es más, a día de hoy, todos están como unas castañuelas. Incluso si hay algo planeado, todos tenemos libre albedrío. Si queremos, pasamos del plan, y ya está. Puedes decir que esto no es muy considerado o muy deportivo, es cierto, pero si esa es nuestra decisión, no pasa nada. Los demás se tendrán que adaptar a los cambios e improvisar. Pero nadie dijo que tendrás que pagar un peaje por regresar antes a casa, sean cuales sean las razones.

Ahora, ¿tus seres queridos sufrirán? Pues sí, claro que sufrirán. Igual que si has muerto por cualquier otra razón. Así que tendrás que valorar si hacer sufrir a tus seres queridos te merece la pena. Pero en cada caso tendríamos que ver quién es más egoísta, aquel que se va porque no quiere vivir más, o aquel que obliga a quedarse a alguien que está sufriendo porque él mismo no quiere sufrir. ¿Vas a resolver tus problemas suicidándote? No, claro que no. Eso no es manera de resolver nada, es lo mismo que abandonar cuando estás en medio de un examen, o como si dejaras tirados a tus compañeros de equipo en medio de un partido. Tampoco te vas a sentir genial después de haberte suicidado, eso es cierto, sobre todo si te suicidaste porque estabas sufriendo por algo. Las emociones sin resolver te acompañarán a la vida siguiente, y deberás seguir trabajándolas. Pero eso no solo pasa con el suicidio, sino también con muchas otras decisiones que tomaste que luego no salieron como tú esperabas. A veces nos equivocamos y nos arrepentimos, pero por fortuna siempre tenemos nuevas oportunidades para actuar de una manera que nosotros mismos consideremos más correcta. Sí, las cosas a veces son complicadas. Pero nadie dijo que vivir fuera a ser fácil, ¿verdad?

Iba a poner el enlace al hilo del que hablo, pero acabo de descubrir que lo han borrado del foro, para que veáis que tenía razón en cuanto a la controversia que generan, y eso que estaba siendo de lo más civilizado y los distintos puntos de vista eran de lo más interesante. Os puedo asegurar que eso no ocurre en mi propio foro, donde me gusta llegar hasta el fondo de todo y hablar con rotundidad de las cosas.

Más información:

¿Qué pasa con los que se suicidan? 


COMENTARIO ADICIONAL (18-11-2015).

La verdad es que me cuesta comprender por qué a la gente le cuesta tanto hablar abiertamente de temas tan serios e importantes como este. Me ha decepcionado mucho que borraran ese hilo, se estaban diciendo cosas muy interesantes y en ningún momento sentí que fuera a ser problemático. Sin embargo, lo sigo viendo en esas conferencias que mencioné arriba. Vas a un congreso a que te hablen de la vida después de la muerte y el ponente se niega a hablar de reencarnación o suicidio, (algunos por miedo a la reacción de la Iglesia, lo que nos faltaba, a estas alturas). Lógico si no sabes nada de ello, pero algunos reencarnacionistas sí sabemos, le pese a quien pese. No es una creencia, no hablo de doctrinas espíritas que no son más que otra religión. Hablamos de experiencias y de hechos, a veces incluso con recuerdos verificados, y de personas bien conocidas de las que no puedo decir nada por respeto a su anonimato. ¿Hasta cuándo el silencio? ¿Hasta cuándo este secretismo? ¿Hasta cuándo la confusión y las eternas dudas? ¿Cuándo nos haremos libres de verdad?

¿Sirve para algo que escriba este blog?

Si estás pensando en suicidarte, BUSCA AYUDA. En España, puedes llamar al Teléfono de la Esperanza, 902 500 002. Hay iniciativas similares en otros países. Seguramente tendrás más suerte que la que tuve yo.


miércoles, 11 de noviembre de 2015

Investigación de vidas pasadas.

Siguiendo la sugerencia de una lectora del blog, me ocupo hoy de este tema tan olvidado en el mundo de la reencarnación en español. Adelanto que la mayoría de las cosas que voy a decir son muy obvias, pero por alguna extraña (y misteriosa) razón, suelen estar muy lejos de nuestra mente cuando creemos que tenemos recuerdos de vidas pasadas.

No soy la primera que se queja de esta circunstancia. Investigadores como Jim Matlock afirman que las regresiones (aquellas realizadas mediante hipnosis por terapeutas de vidas pasadas) no tienen ninguna validez desde el punto de vista científico y raramente se consiguen verificar históricamente. Yo discrepo en parte con esta opinión, pero sí debo reconocer que muchos datos que surgen en estas regresiones no se llegan a verificar. No es porque no se pueda, sino porque al terapeuta generalmente le da igual si eso que relata el paciente es un recuerdo real o no, mientras le sirva para “sanar”, y ni siquiera se encargan de investigar históricamente esos supuestos recuerdos. Mucho menos se preocupan de llegar a determinar quién fue exactamente esa persona en el pasado. Ni él ni el paciente. Como consecuencia, la reencarnación se encuentra en el lamentable estado actual: la única investigación seria que se hace en la actualidad es con niños, y gran parte se realizó en los años 70. Para los demás científicos, los recuerdos de vidas pasadas son explicables por un “entrelazamiento de consciencias”, que es el término que va a sustituir a otras explicaciones alternativas como la memoria genética o el inconsciente colectivo de Jung, para así seguir rechazando la existencia de la reencarnación.

Bien (y ya me dejo de enrollar), para mí y para muchos reencarnacionistas, la investigación de vidas pasadas no es para nada algo secundario. Es fundamental en nuestro camino. Nos guste o no, es parte del proceso de recordar, y tiene suma importancia sobre todo a nivel personal porque es lo que nos va a convencer de que hemos vivido antes y que lo que estamos experimentando no son otra cosa que RECUERDOS. ¿Por qué? Muy fácil, porque funcionan exactamente igual a la memoria normal y corriente.

CONSEJOS SOBRE INVESTIGAR VIDAS PASADAS.


Antes de nada, recordaros que uniros a un foro de reencarnación es un gran paso. Yo habría verificado muy poco de mis vidas pasadas si no hubiera sido por la ayuda de otras personas. La razón es evidente: siempre va a haber personas que sepan más que tú sobre un determinado tema, especialmente si ya recordaron una vida pasada en la misma época que tú, o si se han dedicado a estudiar esa época durante años porque les apasiona. Pero, ¿cómo tenemos que investigar? Seguid las pautas siguientes y os ahorraréis más de un disgusto:

1. Ante todo, usad el SENTIDO COMÚN. La investigación de vidas pasadas es como cualquier otro tipo de investigación histórica o incluso criminal. Tenemos a alguien (normalmente tú mismo) que dice haber vivido determinados acontecimientos. Debemos comprobar si eso es plausible. Por tanto usaremos nuestras fuentes históricas para ver si algo de lo que dice coincide con esas fuentes. Por supuesto, tened cuidado con qué fuentes trabajáis. Sin duda no es lo mismo la Wikipedia que un catedrático en Historia especializado en la época que nos interesa, aunque también pueda estar equivocado.

2. Pero, aparte de eso, el primer consejo que todo principiante candidato a convertirse en reencarnacionista debe seguir es: NUNCA TE PRECIPITES. Es decir, antes de ponerte a usar Google como un loco, asegúrate de que has conseguido el suficiente número de recuerdos por tu parte. Sí, sé que hay tener mucha paciencia, pero cuantos más datos tengas, mejor. Ya sabes (sobre todo si has leído mi libro) que puedes conseguir recuerdos por varias vías: meditando, con autohipnosis, a través de sueños, buscando triggers...

¿Puedes leer libros o ver películas de la época que te interesa antes de tener recuerdos propios? Pues sí, por poder puedes. Lo malo es que si eres principiante te será más difícil diferenciar si lo que luego aparece en tu sueño o tu regresión es realmente un recuerdo o simple imaginación. Muchas veces sospechamos que puede haber habido algún tipo de contaminación en esos recuerdos, y hacemos bien, porque en muchas ocasiones es realmente así. Yo solía evitarlo al principio, pero después me fui acostumbrando porque me di cuenta de que un verdadero recuerdo se siente de manera distinta. De todas formas, hay que tener cuidado. Y recordemos que la memoria no es nunca exacta al cien por cien, ni siquiera en esta vida, así que imaginad si estamos hablando de hace trescientos años.


3. Tanto si es un sueño o una regresión, debemos tener muy presente que ningún recuerdo es “totalmente puro”. Además, si no estamos en un nivel lo suficientemente profundo, puede que nuestra mente se ponga a analizar lo que estamos viendo en ese mismo momento, sacando conclusiones que pueden estar equivocadas. También pueden aparecer elementos simbólicos y elementos de nuestra vida actual que se entremezclan en ese recuerdo. Es nuestro deber analizarlo con detenimiento para quedarnos con lo que es válido, y por supuesto, VERIFICARLO.

El otro día me puse a leer la crónica completa de una de mis vidas pasadas (algo que raramente hago). Desde el principio estaba bastante convencida de que mi marido era médico. Cuando meses después pude por fin verificar con nombre y apellidos esa vida, vi que estaba equivocada: no era médico, aunque sí era un hombre de negocios. ¿Por qué estaba tan convencida? Vi que iba siempre muy elegante, y teníamos en casa una biblioteca con libros que a mí me parecían difíciles de leer (no era más que una ama de casa con poca escolarización). Una vez consulté un libro en esa biblioteca, y pensé que era un libro de medicina. Seguramente mi mente interpretó que mi marido era médico, y no tenía razón para dudar de esa apreciación mía. Sin embargo, acabé viendo que me había equivocado. ¿Invalida esto el resto de recuerdos, como los malos tratos sufridos en este matrimonio? Por supuesto que no. La profesión de mi marido solo es un pequeño detalle en una historia cuya importancia radica en otros factores emocionales que me estaban afectando actualmente. Pero igual que estaba equivocada en ese detalle, podría estar equivocada en otros. Por ello, siempre que podamos, tenemos que intentar la verificación y nunca dar por supuesto que todo lo que vemos ocurrió tal cual.

4. A pesar de que siempre tenemos que consultar diversas fuentes históricas (lo más fiables posibles), otra cosa que aconsejo es que nunca pierdas el contacto con tu intuición, sobre todo cuando ya tienes algo de experiencia. Si algo que leemos sobre una de nuestras vidas pasadas o la época en que vivimos no nos parece correcto, seguramente tenemos razón. En este sentido los historiadores suelen ser igual que los científicos: les cuesta admitir que están equivocados y se resisten a cambiar sus paradigmas. Además, en la historia hay también mucho de mito y leyenda, y aquellos que escriben la historia no siempre son fieles a lo que realmente ocurrió. Así que tened también esto en cuenta a la hora de valorar vuestros recuerdos.

Para saber más:

lunes, 19 de octubre de 2015

Foro Reencarnación.

El blog Soy Reencarnacionista nació como una prolongación de Foro Reencarnación, comunidad privada donde las personas que estamos interesadas en la reencarnación, algunas de las cuales recordamos vidas pasadas, nos reunimos para hablar de estos temas en un entorno donde nos sentimos seguros.

El blog es mucho más personal. Muchas veces lo utilizo para desahogarme, pero sobre todo es una pequeña introducción a lo que los lectores pueden encontrar en el foro. El blog es solo una muestra de toda la información que ya está en el foro, mucho mejor organizada y salpicada de las experiencias de todos sus miembros.

En español es uno de los pocos lugares donde se habla de manera seria y racional sobre vidas pasadas. Se fundó en septiembre de 2012 y sigue siendo el único foro donde se trata la reencarnación desde un punto de vista científico, con numerosos enlaces a vídeos, bibliografía e historias que a veces solo están disponibles en inglés.

Pero, además...

Foro Reencarnación da mucha importancia a la privacidad.

Muchos de nosotros tenemos historias que no queremos que se conozcan por personas cercanas o no tan cercanas. Tampoco queremos que alguien haga una búsqueda en Google y descubran que creemos recordar vidas pasadas. Por desgracia, muchos aún piensan que esto es cosa de locos. Sin embargo, yo no soy la única que recuerda. Si te sientes solo y buscas a gente como tú, no lo dudes y únete a nosotros.

Foro Reencarnación huye del esoterismo.

No aconsejamos que acudas a videntes para conocer tus vidas pasadas. Tampoco te insistimos en que la única forma de recordar es que alguien te hipnotice, porque eso no es cierto. No confiamos en las enseñanzas de médiums que canalizan espíritus y nos cuentan en qué consiste la reencarnación o el karma.

En Foro Reencarnación somos sensatos, prácticos y realistas. Cada uno de nosotros puede tener sus propias creencias, pero lo más importante es que pensamos por nosotros mismos. Recordar vidas pasadas no es nada mágico. Cualquiera puede recordar si abre su mente y aplica las técnicas adecuadas.

Cualquier miembro puede tener su propia sección.

Si te gustaría compartir tu experiencia con todos nosotros, de manera privada, puedes pedir a la administradora que te abra tu propio rincón en los Registros de vidas pasadas, para que así puedas escribir todos tus recuerdos, tus sensaciones y tus verificaciones de manera ordenada y recibir comentarios y consejos de otros miembros.

En Foro Reencarnación no encontrarás ningún trol.

No tenemos piedad con aquellos que entran en los foros para insultar, reírse de sus miembros o actuar en contra de las normas. Tampoco toleramos que se nos quiera convencer de que estamos equivocados o que se nos diga que sufrimos de alguna enfermedad mental por creer en la reencarnación.

No solo hablamos de reencarnación.

Ante todo, somos una comunidad. Creemos en vidas pasadas (la mayoría de nosotros), pero también nos gusta reírnos, comentar noticias del mundo, contarnos nuestros problemas, hablar de cuál es nuestra música favorita o incluso compartir recetas. En Foro Reencarnación, ¡nunca te aburrirás!


No lo dudes y hazte miembro ya. ¡Te esperamos!


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La validez de la hipnosis para verificar vidas pasadas.

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Si quieres utilizar parte del texto, por favor, pregúntame antes. No me importa compartir lo que escribo, siempre que se me pida permiso y se haga referencia a la autora.

MUY IMPORTANTE

La autora de este blog no pertenece a ninguna religión ni a ninguna secta, ni tampoco es ferviente seguidora de ninguna doctrina espiritual, espírita o new age. Tampoco es una fanática lectora de ningún escritor más o menos popular que hable en sus libros sobre terapia o hipnosis regresiva.

La autora de este blog tiene una amplia formación científica y por ello piensa por sí misma para llegar a las conclusiones y opiniones que aquí se ven reflejadas. La reencarnación es un fenómeno natural y universal. El único objetivo de este blog es reflexionar y ofrecer algunas claves para que todo el mundo pueda darse cuenta de ello por sí mismo.

En ningún caso la autora de este blog posee la Verdad Absoluta. Las opiniones de la autora de este blog son personales, intransferibles y siempre sujetas a discusión. Solo ha vivido una serie de experiencias personales que la han transformado interiormente en los últimos años. Puede dar consejos a todo aquel que lo solicite, pero en ningún caso puede ofrecer ayuda profesional.

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MILITARY PAST LIVES

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Si recuerdas una vida pasada militar o en tiempos de guerra y quieres conocer a personas que han pasado por lo mismo y que pueden comprenderte, no dudes ni un segundo en unirte a nosotros. Algunos de los traumas más fuertes tienen su origen en estas vidas, y todos necesitamos hablar de ello y ser escuchados. (Foro en inglés).

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