Podéis creerlo o no, pero este es el comentario que alguien anónimo
(cómo no) me ha dejado esta misma tarde en la página del blog “Recordar vidas pasadas”. Siguiendo mis propias normas, no lo he publicado. Tampoco sé a quién
iba dirigido exactamente, si a mí como autora del blog o a alguna otra usuaria
que haya dejado su pregunta. Es lo que tiene internet: la posibilidad de poder
publicar como anónimo parece que te da derecho a insultar y a menospreciar al
prójimo sin ni siquiera conocerle personalmente, sin ni siquiera saber de
dónde viene, sin ni siquiera molestarse en leer más de una entrada del blog,
porque por supuesto en los días que corren leer más de un párrafo seguido cansa
mucho... pero mucho, mucho.
También me pregunto por qué alguien que piensa que todos los
que creemos en la reencarnación estamos como una regadera se molestaría en
venir aquí a comportarse como un trol. La verdad es que ya estoy bastante
acostumbrada a los trols y a sus insultos, es lo que hay. Parece que a cierto
tipo de personas les molesta que alguien esté tan segura de lo que afirma,
especialmente cuando no coincide con sus propias creencias. Normalmente ya ni
me molesto en contestarles. Pero como estaba un poco aburrida, soy una persona
seria y sé muy bien de lo que hablo, y además tengo un alto instinto de
protección hacia los que han pasado por lo mismo que yo (la mayoría no hablan
en público pero me están eternamente agradecidos por escribir lo que escribo), en
lugar de ignorar a Anónimo, que es lo que debería hacer, le voy a dedicar a
él/ella unas palabritas. La verdad es que dudo que vuelva por aquí, pero si
vuelve espero que dé la cara y conteste... y si no, seguro que hay otros muchos
lectores que se sentirán aludidos, porque estoy segura de que muchos también
pensarán que estoy como una regadera pero no se atreven a decirlo. Que mira,
allá ellos, pero al menos tienen algo de educación.
Bien, señor/señora Anónimo, para ponerle las cosas más
fáciles voy a dividir en varios puntos lo que pienso de usted y su actitud:
1. Si no cree en la reencarnación, es su problema. Una de las razones por las que alguien
puede NO CREER en la reencarnación es por falta de información. Si, por lo
que parece, usted sí tiene algún problema con los que creen en la
reencarnación, le pregunto: ¿acaso ve que haya reencarnacionistas en su iglesia
intentando convencerle de sus creencias? ¿Llamando a su puerta intentándole
vender una revistilla llena de burdas mentiras para convencerle de que todos
reencarnamos? ¿Insultándole porque aún no se ha dado cuenta de que la
reencarnación es un hecho? No, porque la reencarnación, por suerte, NO ES UNA
RELIGIÓN. Es una realidad, aunque a usted no le guste.
2. Gente como usted es la culpable de que hoy en día haya
tanta gente en el psicólogo preguntándose si está loco, cuando en realidad lo
que le pasa es que está recordando vidas pasadas. Lo realmente preocupante es
que el 99% de esos psicólogos también dirán a ese paciente que padece algún
trastorno mental. La razón es la misma que la del punto 1: falta de
información.
3. Gente como usted es la culpable de que muchos niños que
recordaban vidas pasadas crezcan con dos traumas: el de su vida pasada (si es
que recuerdan a consecuencia de un trauma, que no siempre es así), y el de que
sus propios padres no den importancia a lo que su hijo les está contando,
creyendo que está poseído, que tiene mucha imaginación, o que sufre de simples
terrores nocturnos “que ya se le pasarán”. Algunos llegan a castigar a sus
hijos, tratando de reprimir esos recuerdos espontáneos, simplemente porque no
son capaces de aceptar que puede haber “algo” que contradiga sus propias
creencias. Lo malo es que si hay algún tipo de trauma, este volverá a salir a
la luz tarde o temprano.
4. Tal vez piensa que los que van a rezar a los santos, los
que creen en Dios o en el karma, los que acuden en manada a besar los pies de
una estatua porque creen que así se les curará una enfermedad, no están como
una regadera. En este caso le informo de que hay muchas más evidencias científicas a favor de la reencarnación que a
favor de la existencia de Dios o los milagros. Si lo duda puede consultar
la Biblioteca en este mismo blog, aunque tal vez se sorprenda de la inmensa
cantidad de gente que está como una regadera, igual o más que yo.
5. Además de por falta de información, otra posible causa
por la que alguien no solo no cree en la reencarnación, sino que siente el
impulso de insultar a los que sí creen, es la falta de experiencias propias.
Quizá no haya tenido tiempo de comprobar que en este blog NO HABLAMOS DE CREENCIAS. Hablamos de una certeza que
proviene de RECORDAR Y VERIFICAR ESOS RECUERDOS. Sí, tal vez estamos
equivocados y la reencarnación no existe. Tal vez usted, que debe pensar que es
la única persona cuerda en este mundo, puede darnos una explicación alternativa
a nuestras experiencias. Tal vez usted
es más listo/a que todos los científicos que están actualmente estudiando este
fenómeno, muchos de los cuales defienden la supervivencia de la consciencia y
su retorno en un nuevo cuerpo. ¿También ellos están como regaderas? Y por
cierto, le recuerdo que los diagnósticos de enfermedad mental los hacen los
médicos. De momento a mí nadie me ha dicho que esté loca, aparte de usted.
6. Por último, le recomiendo que lea cualquiera de los
libros que puede encontrar en el blog, incluyendo el mío propio, La Caja de Pandora, antes de volver a
hacer un juicio sobre la cordura o falta de ella de las personas que recordamos
vidas pasadas. Y le deseo que ni usted ni ninguno de sus hijos comience a tener
recuerdos traumáticos, porque le será bastante difícil obtener ayuda de
calidad. Este es uno de los pocos sitios en internet en el que la autora sabe
de verdad de lo que habla y no se pierde en enseñanzas espirituales de dudosa procedencia
y veracidad.
No en vano uno de los principales propósitos de este blog siempre ha sido y será:
luchar contra la ignorancia de las masas.
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