jueves, 5 de abril de 2018

Reencarnación: ¿Mito o realidad? (Crítica).

Por casualidad, gracias a que un viejo amigo publicó un podcast sobre experiencias cercanas a la muerte en su perfil de Facebook, descubrí que el Dr. Miguel Ángel Pertierra conduce un programa de radio llamado "La Rueda del Misterio". Curioseando qué otros temas trata en dicho programa, vi que tenía uno de reencarnación, además muy reciente, con fecha del 24 de marzo de este año. Me dispuse a escucharlo, con mente abierta y esperanzada, lo aseguro... ¿Y qué me encontré? Pues lo mismo de siempre, al menos en un país hispanohablante como España. Es una muestra de lo que ocurre cuando juntas a varias personas que no tienen mucha idea de reencarnación y, por descontado, ninguna de ellas tiene experiencia propia o como mucho le hicieron una pequeña regresión hace años, con lo cual no puede decir que esté convencido de que la reencarnación es un hecho, como es lógico. Hay gente que se molesta cuando digo que no avanzamos, pero a las pruebas me remito.

Lo analicé en mi foro y ahora lo voy a analizar también en el blog. Me encantaría poder comentar textos o vídeos más interesantes, pero qué le vamos a hacer, esto es lo que hay. El desconocimiento sobre reencarnación sigue campando a sus anchas, y las personas que recuerdan múltiples vidas pasadas como yo y han llegado a verificarlas escasean. Y todo esto, a pesar de mis esfuerzos por difundir tanto mi experiencia como toda la investigación seria que hay detrás. 😢


El párrafo de presentación dice así:

«Con Lola Aparicio, Luis Arribas, Mikel Lizarralde y Miguel Angel Pertierra, debatimos sobre la posibilidad de que la reencarnación sea algo más que un elemento cultural o un mito y que pueda ser una realidad, según las investigaciones realizadas a lo largo de todo el planeta.»

Parece que promete, porque afirman que van a hablar de investigaciones realizadas en todo el planeta. No os hagáis ilusiones. No conozco a ninguno de los invitados, pero el único que parece saber algo de investigaciones es Luis Arribas, que por desgracia es también el que menos habla. Las aportaciones de la tal Lola Aparicio son más o menos las mismas que haría alguien si sale el tema de la reencarnación en la peluquería o en el patio de vecinos de tu edificio. Y Mikel Lizarralde se ve que algo conoce, más que nada porque debe de tener contacto con grupos espíritas, tan frecuentes en los países hispanohablantes y que tanto daño están haciendo a los que queremos estudiar de manera seria y científica la reencarnación. Al menos aporta un par de experiencias que sí son interesantes. Pero vayamos por partes.

El programa empieza con Pertierra preguntando a los invitados si creen que es posible que la reencarnación exista. Tanto Lola como Mikel empiezan diciendo "Sí, pero..." Ambos con matices. Lola dice que en teoría, si nacemos una vez, podríamos nacer repetidas veces, pero para eso es necesario primero que sobrevivamos a la muerte. ¿Todos sobrevivimos? Si yo hubiera sido la presentadora, le habría preguntado qué criterio existiría para que unos muriesen y otros no, y sobre todo, en qué se basa para tener esa duda. Quizá, si hubiera leído algo sobre reencarnación, compartiría la opinión de muchos reencarnacionistas de que la reencarnación es un fenómeno natural y universal. Quizá sabría que tener recuerdos de vidas pasadas es mucho más frecuente de lo que parece y que la mayoría de nosotros simplemente no recordamos porque ni siquiera nos hemos planteado esa posibilidad.

Mikel va más allá, pero se lía nada más empezar a hablar, contándonos lo que dicen los espíritus en las canalizaciones. Desde mi punto de vista, este tipo de información es la menos fiable. Se pierde hablándonos de creencias religiosas espíritas, por desgracia comúnmente aceptadas. Estoy de acuerdo en que reencarnar es una elección propia de cada alma. Todo lo que dice después son poco más que frases prefabricadas como la popular "En el otro lado no existe el tiempo ni el espacio". Afirma que cuando morimos primero hay un proceso de perdón y amor condicional, y los espíritus que se comunican con nosotros son los que ya están en la luz. Disiento totalmente con esto, pero explicarlo me llevaría demasiado espacio. También dice que después de la muerte, aspectos de la individualidad de la persona se van difuminando y perdiendo. Un espíritu muerto en una guerra dijo que ya no le importaban los huesos, porque había pasado tanto tiempo que ya estaba desligado de esa persona. Cuanto más tiempo haya pasado, más difícil será para el alma recordar detalles asociados a su vida terrenal. (¿No se suponía que el tiempo no existe en el otro lado?). También habla de "contratos de almas" y que antes de nacer a veces elegimos representar un papel de "malo" porque eso nos hará aprender. Todos somos víctimas y verdugos. Aunque estoy de acuerdo parcialmente con esto, creo que ha simplificado demasiado, lo normal en personas que lo ven desde fuera. De sus palabras deduzco que ha leído poco material del mayor investigador del periodo entre vidas que existe, a quien no se le menciona ni una sola vez en todo el programa: Michael Newton. En consecuencia, solo aporta las típicas generalizaciones "espirituales" que están bien cuando quieres contar un cuento a un niño, pero no cuando estás hablando con personas que han recordado múltiples vidas pasadas y que buscan respuestas más convincentes a sus experiencias.

Luis aporta el único comentario decente, afirmando que la historia es favorable a la reencarnación y que existen muchos testimonios de niños que recuerdan vidas pasadas, recogidos por Ian Stevenson y otros investigadores, aunque como es habitual, se limita a mencionar países como India, EEUU y China, obviando la cantidad de experiencias e investigaciones serias que hay también en Europa. Muchos además son casos de adultos. Puedo mencionar a Jenny Cockell o Carl Edon, por poner solo un par de ejemplos, aunque en el ámbito personal conozco a muchísimos más por lo que he aprendido moviéndome en foros y hablando con la gente, cosa que nadie parece hacer en este país aparte de mí. Luis se inclina a favor de la existencia de la reencarnación, pero también duda de si reencarna todo el mundo o solo reencarnamos cuatro. De nuevo, esto denota una gran falta de información al respecto.

Seguidamente Pertierra menciona al Dr. Brian Weiss y la terapia regresiva como forma de resolver conflictos actuales y como método para saber si existe la reencarnación. Creo que esta pregunta por sí misma ya demuestra lo poco que conoce la terapia regresiva. Si no, sabría que los terapeutas normalmente no están interesados en verificar las vidas pasadas de sus pacientes. Solo los que recordamos vidas pasadas, por lo general, invertimos el tiempo y esfuerzo necesarios para investigarlo, ya que nadie más lo va a hacer por nosotros.

A esta pregunta Lola se plantea si tener recuerdos de otras vidas es prueba de reencarnación. Obviamente, no ha hablado con nadie que recuerda vidas pasadas, porque la respuesta es obvia: NO, no es prueba suficiente, sobre todo si no te molestas en verificar esos recuerdos, como bien apunta después Mikel. También se plantea si cuando alguien dice recordar, está recordando de verdad una vida pasada o está conectando con una especie de conciencia global, lo que sería tradicionalmente conocido como los registros akáshicos. Otra cuestión que tendría una respuesta obvia si hubiera hablado con personas que recuerdan: si fuera una conciencia global, ¿por qué recordaríamos vidas de personas tan concretas, en orden cronológico, llenas de detalles mundanos, y no miles de vidas sin orden ni concierto? Finalmente vuelve a poner de manifiesto su desconocimiento del tema afirmando que Ian Stevenson hace regresiones con niños. Podría haberse equivocado y en realidad referirse a Brian Weiss (en el programa parece que Weiss y Stevenson son los únicos autores que hablan de reencarnación, pero esto pasa prácticamente en toda España... aún). Pero no, ninguno hace regresiones a niños. Stevenson solo habla de recuerdos espontáneos, y además no da mucha validez a las regresiones.

Uno de los muchos otros libros de Ian Stevenson que los invitados al programa no parecen conocer.

Ahora, lo que me mató directamente es la creencia totalmente irracional de Mikel sobre la existencia de lo que él llama un "polvo de estrellas" que se puede reencarnar en diez personas distintas. Además está convencido de que en el futuro se demostrará que un alma puede estar viviendo en varias personas o en distintos planetas a la vez. Lola encima acaba mezclando los cuerpos sutiles con la posible existencia de "varias entidades" que conformarían nuestro yo. 😧 Luego me pregunto por qué la reencarnación no se toma en serio por la mayoría de la gente, o me quejo de que en los comentarios alguien diga que esto de la reencarnación es una "absurdez". ¿Podría ser de otra forma tal y como está el percal?

A continuación Mikel relata una de las pocas cosas que se salvan del programa: hizo como voluntario para que le hicieran una regresión, y conoció varias vidas pasadas que podrían haber influido en su problema de asma actual. Primero fue a una vida pasada en Edimburgo, a principios de siglo XX, con coches y carromatos mezclados en las calles. Uno de los caballos se volvió loco y le arrolló, reventándole el pecho. En otra vida pasada, en la región hoy conocida como Mongolia, nació con líquidos en los pulmones, no podía respirar y murió al poco tiempo. En otra vida era un campesino muy humilde donde ardió su casa y murió dentro asfixiado.

Después Pertierra pregunta: ¿Hay pruebas de la existencia de la reencarnación? Luis es el único que da una respuesta válida, en mi opinión: sí, las hay, las marcas físicas, relacionadas con recuerdos de vidas pasadas tal y como recoge Stevenson en sus libros. Mikel aporta otra experiencia bastante interesante, pero no llega a lo importante de la cuestión. Nos cuenta que su sobrina, de seis años, nació con una marca roja en la espalda similar a un fresón. El médico le dijo que era un antojo y fue desapareciendo. Nos propone que todos hagamos un "juego" con niños menores de 7 u 8 años, preguntarles: "¿Cuando fuiste mayor, qué eras?" Su sobrina le dijo así como si nada que había sido una espía rusa, vestía de gris y la habían disparado por la espalda. Dio también detalles de una ciudad, quizá Londres. Se pregunta: ¿Es esto suficiente para decir que una persona ha tenido una vida pasada? Y él dice que no. Yo creo que habría que especificar: por supuesto, una marca de nacimiento por sí sola NO es suficiente, pero si hay supuestos RECUERDOS, ¿por qué no tratar de obtener más y VERIFICARLOS? En los niños ni siquiera hace falta hacer regresiones, los recuerdos están muy en la superficie y se les puede hacer preguntas abiertas en sus momentos de máxima relajación para ver si nos dicen algo. También podemos estar atentos a muchos otros detalles que nos pueden dar pistas, como muy bien explica en sus libros Carol Bowman, cuyas palabras he recogido yo en mi libro Niños que recuerdan vidas pasadas.

El resto del programa no aporta nada. Se repiten algunos mitos, como el de "muchas personas afirman ser Julio César o Cleopatra", cuando en realidad esto no es cierto y no hay tantas Cleopatras y Nefertitis como Mikel dice. Más bien al contrario, la mayoría de los que recordamos vidas pasadas, recordamos vidas totalmente mundanas y anónimas. Lola nos deleita con otra de sus profundas reflexiones, preguntándose que si existiera la reencarnación tendría que haber parte de nosotros que sea permanente, porque si no, no podría entrar en la Rueda de las Reencarnaciones. No sabe cómo llamar a esa parte. No sé... yo la llamaría como se ha llamado toda la vida, quizá... ¿alma? Después se mencionan las religiones orientales como si eso significara algo, dando por hecho que los lamas tibetanos reencarnan y recuerdan vidas pasadas, y cuestionándose que quizá ellos son los únicos capaces de hacerlo, algo que no tiene ningún sentido por la cantidad de evidencias que ya existen a favor de la reencarnación.

En resumen, un programa como tantos otros, con el nivel al que nos tienen acostumbrados los "programas de misterio" en España: superficial, poco serio y que no aclara nada, no muy distinta a una conversación entre amigos en el bar. Le dejo una petición al Dr. Miguel Ángel Pertierra: por favor, no haga una segunda parte, a no ser que vaya a tratar el tema de manera seria de verdad, tal y como anuncia en su canal. Quizá debería informarse antes que nada de los trabajos científicos que existen al respecto. Este enlace es un buen sitio por donde empezar.

Y luego me dicen que no caiga en la desesperación...



martes, 27 de marzo de 2018

¿De dónde vienen los recuerdos de vidas pasadas? (Artículo Henry Bolduc).

Henry Leo Bolduc es un autor que me encanta y sus artículos me han sido muy útiles en múltiples ocasiones. Poco a poco voy a ir traduciendo algunos de ellos para los seguidores del blog. Si os gusta, no olvidéis dejarme un comentario, ya que me animará a seguir en esta línea de divulgación.

Artículo original en inglés: http://www.henrybolduc.com/articles/wdplmcf.html

I. Introducción

¿Alguna vez te ha pasado que estabas buscando algo y no podías encontrarlo? Buscaste y buscaste. Miraste incluso en lugares en los que ya habías mirado antes, ¡y todo para nada! Entonces decidiste seguir haciendo otras cosas, y, de pronto, diste justo con aquello que estabas buscando antes. A veces los recuerdos son así; no puedes forzar tu memoria; solo dejar que ocurra. Quizá has descubierto que si le das un respiro a tu mente, tu relajación hará el trabajo por ti.

II. Recuerdos de infancia

Cuando observas a los niños jugar, es fácil decir “¡Están imaginando cosas!” Quizá están imaginando cosas, ¿o están reviviendo recuerdos? ¿De dónde vienen tales recuerdos?

¿Te acuerdas de cuando tú jugabas de niño inventándote cosas? Pues claro que te acuerdas; sin embargo, si lo piensas bien, podrías darte cuenta de que algunos de esos juegos parecían ser tan reales como la vida que estabas viviendo cada día.

El juego de los niños es un tipo de estado de trance. Según jugabas y representabas tu papel, solo o con otros niños, ¿quién eras? ¿Qué hacías? ¿Estabas preparando una comida o meciendo a un niño? ¿Eras una reina en un trono o un vaquero sobre un caballo? ¿Vivías en un castillo, en una cabaña o en una choza de paja? ¿Eras joven o viejo? ¿Tu piel era oscura o clara? ¿Estabas contento o triste? Quizá, a veces, podrías haber jugado el papel de un chico o un hombre: otras veces, podrías haber jugado el papel de una chica o una mujer. Es común en los niños cambiar de roles mientras juegan. Parecía real, ¿verdad? Quizá, solo quizá, lo fue alguna vez.

Los niños, especialmente aquellos que tienen menos de cinco años de edad, son capaces de recordar vidas pasadas muy fácilmente. ¿Podría haber sido la imaginación creativa de la infancia lo que estaba sucediendo? Muchas personas tienen sueños y flashes de memoria sobre otros tiempos y lugares. Tal actividad es normal y puede ser muy útil. Si estás recordando una vida pasada, puedes aprender de ella. La experiencia que tuviste en aquella época puede enseñarte una lección ahora, si dejas que ocurra.
 

III. Aprendiendo de los recuerdos

Si aceptas la idea de que podrías haber tenido vidas pasadas, entonces tiene sentido que esas vidas, la vida que estás viviendo ahora, y las vidas futuras, son todas una sola vida muy larga. Despiertas (naces), duermes (mueres), y despiertas otra vez para aprender y crecer. Todas tus vidas están conectadas como parte de una vida más grande.
 
Si te permites a ti mismo recordar esas vidas pasadas o segmentos del viaje entero del alma, y coges de ellas las lecciones, habilidades, talentos y dones que contienen, cada vida individual será enriquecida. Entonces, cada vida será más gratificante y provechosa tanto para ti como para otros. Pasado, presente y futuro están todos interconectados. Son UNO. Si eliges no aprender tus lecciones, puede que tengas que enfrentarte a ellas una y otra vez en esta vida y en otras hasta que la aprendas. Parece que la vida va de aprender, cambiar y crecer.



IV. Usando dos tipos de memoria

Como desde niño podrías haber estado recordando y recreando vidas pasadas durante el juego, podrías empezar a pensar que la memoria es fuerte. Hay dos tipos de memoria. Tu memoria a corto plazo te dice qué es lo que te está ocurriendo en tu vida presente. (En relación al largo viaje del alma, una sola vida puede ser llamada memoria a corto plazo). Momento a momento, tienes que usarla. La memoria a largo plazo te recuerda cosas que aprendiste hace tiempo incluso miles de años atrás. La memoria a largo plazo te recuerda de hechos y sentimientos del pasado y puedes crecer a través del aprendizaje de esas lecciones.

A partir de una exploración del pasado, puedes encontrar talentos y habilidades especiales que puedes manifestar ahora para usarlas. Es como ser un explorador. Estás explorando una o más de tus vidas como una aventura en el tiempo. Cuando exploras vidas pasadas, puedes usar un guía profesional que te ayude a encontrar tu camino y a apreciar lo que encuentres.

Hay dos formas de utilizar tus hallazgos en la exploración de vidas pasadas.

Una forma es coger lo que veas y usarlo como una forma de descubrimiento espiritual para tu desarrollo personal. Ese método podría ser denominado exploración personal. Podrías encontrar un conocimiento especial o talentos que puedes usar ahora para ayudarte a convertirte en una mejor persona y para añadir más alegría a tu vida. La gente alrededor de ti podría beneficiarse de tu exploración personal porque lo que aprendiste del pasado te permite descubrir nuevas formas de expresión. Influyes a amigos, familia y conocidos porque te conviertes en un individuo más feliz, más saludable, más exitoso. Tu prosperidad aumenta y tus relaciones florecen porque eres capaz de expresar aquellas partes hermosas de tu ser que estaban ocultas en el pasado.

Una segunda forma de utilizar tus hallazgos en tu memoria a largo plazo es tu habilidad de buscar más profundamente lecciones sanadoras. El tiempo es un gran maestro y un gran sanador. Todo lo que has aprendido y almacenado está esperando a ser redescubierto. Las respuestas a los problemas que estás experimentando ahora se podrían hallar explorando tus recuerdos de vidas pasadas, en esa sabiduría que alguna vez tuviste en tu consciencia pero que ahora está almacenada, aparentemente olvidada. Problemas dolorosos, ansiedad y confusión falta de armonía en tu vida presente pueden ser reajustados o eliminados recordando una lección de una vida pasada. La forma en la que manejas las cosas ahora dependerán de cuánto quieras aprender del pasado y cómo de profundamente deseas ir y descubrir esas respuestas.

V. Recordando vidas pasadas

Cuando naciste tenías el don de los dos tipos de memoria, vida presente y pasada. También tenías el don de tener un velo cubriendo el pasado. Ese velo puede ser levantado, si así lo eliges.
 
Tal vez sea fácil para los niños recordar vidas pasadas porque sus mentes no están saturadas de hacer frente a las lecciones y los retos de sus vidas presentes. Cuando los niños alcancen la edad adulta, habrán experimentado muchas cosas que podrían enturbiar sus recuerdos de vidas pasadas, incluyendo las amonestaciones de algunos adultos de que es solo imaginación creativa. Un padre sensato que comprende que un niño tiene recuerdos de una vida pasada puede estimularle pidiendo al niño que se invente una historia para dormir. La reacción del niño puede ser bastante franca. A veces un niño puede preguntar: “¿Te acuerdas de cuando yo era la mamá (o papá) y tú eras pequeño como yo?” De manera divertida, un niño puede que describa un hecho de vida pasada como una historia personal. Hablando con el niño justo antes de irse a dormir, los padres pueden aprender mucho sobra las experiencias de vida pasada que contribuyeron al carácter de ese alma su pequeño hijo.

Los padres que castigan a su hijo por representar lo que el niño cree que es real podrían dificultar la vida emocional y espiritual de ese niño que simplemente está recordando el pasado. Tal irreflexiva aproximación por parte de los padres podría provocar que problemas serios se desarrollen más tarde según el niño crece y deban tratar con asuntos arraigados en una vida pasada. La libertad para recordar es esencial.

VI. Viajando a través del tiempo: tres pasos

Como el trabajo de la memoria implica recolección y distribución, deberías utilizar lo que has recogido. Como adulto, podrías tener dificultad recordando escenas porque tu mente está ocupada con muchos asuntos actuales. De algún modo, recuerdas y utilizas los sentimientos pero los hechos precisos parece que se te escapan. Con la ayuda de un profesional formado, las experiencias significativas de vidas pasadas pueden traerse a la memoria consciente. Hay tres pasos implicados en recordar.

El primer paso te lleva atrás a una edad cualquiera de tu vida presente. Se llama regresión de edad. Regresión significa examinar el comportamiento pasado y determinar su influencia en los problemas actuales. Quizá el facilitador te pedirá que elijas una edad y que recuerdes algo de esa época. Normalmente, cuando se trabaja con un problema en particular, el facilitador te pedirá que elijas una época cuando un hecho similar ocurrió o te pedirá que traigas a la memoria el recuerdo más temprano.

Si la fuente del problema no se localizara, serás guiado a un segundo paso. Después de examinar el proceso del nacimiento por si hubiera algún posible trauma, la memoria prenatal, la experiencia del vientre materno, es revisada. Con frecuencia necesitas ir más allá del vientre materno y buscar un recuerdo de algo que pasó antes de ese tiempo. Lo que se recuerda en esa etapa son recuerdos de vida pasada.

Los que te guían durante la regresión, los facilitadores, te animan a ti, el viajero, a hablar sin pensar. Tales recuerdos expresados espontáneamente, pueden ser pistas que te llevarán más profundamente a tu memoria de vida pasada. Los resultados de las experiencias en el viaje del tiempo pueden ser sorprendentes. Los recuerdos sanadores que descubras pueden hacer que tu vida cobre un mayor significado.

Al principio, cuando empiezas a alcanzar tu pasado, podrías (igual que le pasa a muchas otras personas) creer que solo estás imaginando cosas. Lo parece porque la mente consciente afirma no saber nada más que lo que ha reunido a través de la información sensorial en la vida presente. A veces los recuerdos de la vida presente parecen irreales o poco claros. La mente interior siempre recuerda. Puede que tengas que comenzar con imaginación creativa porque puede servir como una puerta a la memoria profunda. Empieza con lo que sea que aparece en tu mente y entonces deja que la historia se cuente por sí misma.

VII. Analizando los datos

Muchas personas se preguntan si fueron famosos en una vida pasada. Solo ocasionalmente encontramos personalidades famosas que hicieron contribuciones significativas a la sociedad. El trabajo de vidas pasadas ha sido criticado por personas que dicen que todo el mundo afirma haber sido Cleopatra, Napoleón, Jesús o María. Quizá las personas que reportan las experiencias creen realmente que han tenido recuerdos reales. Depende mucho de la forma en la que la sesión es guiada. Si te dicen que vayas a una vida pasada en la que se experimentó un sentimiento determinado, entonces podrías ir a cualquier vida pasada, no necesariamente una propia. Últimamente, escuchar tantas historias de vidas pasadas de personas que reportan una sensación de haber sido María, la madre de Jesús, ha llevado a los facilitadores a ser más específicos a la hora de guiar a los clientes a través de los viajes de sus almas.

Tu viaje es importante para comprender tu desarrollo espiritual. Tienes el derecho de conocer tu pasado y utilizar el conocimiento de forma positiva y provechosa en tu vida presente. Cuando exploras tus vidas pasadas, con frecuencia encuentras que has reconectado con alguien en tu vida presente. A veces los papeles se invierten; a veces son los mismos. Podrías reconocer a amigos o parientes. La regresión a vidas pasadas puede llevar a muchos descubrimientos felices e interesantes. También puede haber sorpresas. El alma, la parte de nosotros que sigue viviendo y viajando después del fin de cada una de las vidas terrenales, podría viajar de país en país y de continente en continente.
 
En vidas pasadas, has tenido otros papeles, otras profesiones y otras relaciones. Podrías haber estado involucrado en actividades distintas a tus intereses actuales. Podrías haber hecho cosas hirientes; podrías haber hecho daño a otras personas. Si es así, quizá tu papel ahora sea sanar esa relación. Un soldado en una vida pasada podría retornar como un médico que salva vidas. Los enemigos de vidas pasadas podrían convertirse en amigos. Podrías haber alcanzado un alto nivel de desarrollo espiritual; en ese caso, quizá ahora tu papel sea ayudar a otras personas con tu ejemple de atributos humanos positivos. Todo es parte de una rica aventura de aprendizaje y crecimiento del alma.
 

VIII. Conclusión

Cuando exploras vidas pasadas, es alentador saber que puedes construir sobre logros pasados y también puedes hacer enmiendas para resolver actitudes y comportamientos pasados negativos. Puedes recuperar pasadas amistades y sanar viejas heridas. Todas las posibilidades trabajan juntas para crear una vida más armoniosa y satisfactoria.

Nada se pierde. Todo lo que has aprendido o has ganado de las vidas pasadas viaja contigo a través del tiempo para hacer que cada vida sea lo mejor que tú quieres que sea. Los recuerdos puedes ser desencadenados por lo que ves, oyes, saboreas, sientes y hueles. La sensación de olor parece ser una de los umbrales más fuertes. Los recuerdos, los registros de tus experiencias, están disponibles para ti y te sirven para recordarte tus pensamientos, palabras y acciones pasadas. La memoria es eterna.

sábado, 6 de enero de 2018

El sentido espiritual de recordar vidas pasadas.

Iba a titular esta entrada “El sentido espiritual de la reencarnación”, pero creo que eso no sería correcto. ¿Sentido espiritual de reencarnar? Ninguno. Probablemente es un fenómeno fisiológico, tan natural como respirar. ¿Tiene algún sentido espiritual respirar? No. Simplemente lo hacemos para vivir. También reencarnamos para vivir. Si queremos adornarlo un poco, para experimentar la vida física, para hacer cosas que en estado inmaterial no podemos hacer. Ya está. Es tan simple como eso.

Ahora, ¿qué sentido tiene recordar vidas pasadas? Eso ya no parece ser tan natural. Y digo “parece” porque seguramente es más natural de lo que pensamos, solo que estamos tan ciegos a la realidad y tan programados mentalmente casi desde que nacemos a creer que no existe nada ni antes de nacer ni después de morir, que ni siquiera reparamos en que esas afinidades, esos gustos y esas reacciones viscerales que tenemos a veces provienen sin duda de alguna experiencia anterior a nuestro nacimiento. La cuestión es llegar a hacer conscientes esos recuerdos de vidas pasadas, porque reencarnar, todos hemos reencarnado. Y hacerse consciente de haber vivido antes, hasta el punto de revivir varias muertes y estar completamente seguros de que la reencarnación es un hecho, no, eso no lo hace todo el mundo.

Y los que lo hacemos, ¿qué sacamos de ello? Pues son tantas cosas que no podría enumerarlas en el corto espacio que ocupa esta entrada en mi blog. Ya las resumí una vez y las publiqué tanto en mi foro como en mi libro La caja de Pandora. Pero hoy quiero ir un poco más allá.

Al contrario de lo que piensa la gente, la reencarnación así a secas no te hace evolucionar espiritualmente, no necesariamente al menos. No creo para nada que ese sea el propósito principal de reencarnar, como he comentado en otras ocasiones. No sé, sería como decir que vamos a la escuela para hacernos mejores personas. Pues no. Eso depende de cada uno. Tú puedes ir a la escuela y no aprender nada. Puedes ir a la escuela y no entender qué te están contando. Puedes sentirte fuera de lugar. Puedes encontrar una aplicación a lo que te enseñan ahí, en todo ese conocimiento que dicen que es tan valioso, o puedes encontrar que no te sirve para nada. Eso sí, cuando acabes la escuela, habrás tenido la experiencia de haber ido a la escuela, y eso siempre es valioso de por sí. Tú eliges qué hacer con lo que te enseñaron, con lo que viste, con los compañeros que conociste, y con las cosas buenas y malas que te pasaron. En el fondo no importa si aprobaste o no. Lo que importa es que hablaste con otras personas, y seguro que todos ellos tenían cosas interesantes que decir. También tú.


Recordar vidas pasadas es distinto. Es muy probable que lo que hacemos recordando vidas pasadas ya lo hacemos también cuando morimos, pero después de la muerte vemos las cosas desde otra perspectiva. Sospecho que no duele tanto. Podemos analizar los hechos de manera más objetiva, pero con tanta distancia que quizá, no nos afectan igual. Intuyo que recordar vidas pasadas estando encarnados es bastante más duro, porque las emociones del pasado vuelven a nosotros como si esos hechos hubieran sucedido ayer. Las reflexiones cuestan más, porque desde nuestra perspectiva humana hay sentimientos que vuelven a cobrar fuerza, como la culpa, las injusticias, la tristeza, la ira. Estoy casi segura de que si quedaron emociones sin resolver, solo podemos resolverlas desde este plano. Quizá esa es la única razón por la que algunas personas recordamos, cuando hemos acumulado ya tantas cuestiones sin resolver que necesitamos hacer un alto en el camino para dejar atrás todo ese equipaje de vidas pasadas que empieza a pesar demasiado.

La cuestión es que recordar es sobre todo conocerte a ti mismo, y pocas cosas hay más difíciles que mirarte a ti mismo en el espejo y reconocer lo que hiciste mal, o darte cuenta de tus debilidades. Quizá veas que siempre tropiezas en la misma piedra, vida tras vida. Y eso te hace comprender por qué algo siempre te sale mal en esta vida. Según te vas conociendo y reparas en que no eres muy diferente a todos aquellos a los que no dejas de criticar, empiezas a hacerte más compasivo, más tolerante, menos impaciente. Controlas más tus impulsos, porque ahora sabes adónde te condujeron en el pasado. Te conviertes un poco en espectador de lo que ocurre en la Tierra, porque sabes que todos esos errores que cometen los otros, los cometiste tú también, y todos debemos aprender a nuestra manera, pasando por ello, igual que aprenden los niños. Al mismo tiempo, sabes que debes cuidar mejor del planeta, porque sabes que vas a volver, y te gustaría que el planeta fuera un sitio agradable donde vivir.

Según vas recordando vidas pasadas, profundos cambios se van generando en ti, y un día te das cuenta de que ya no eres el mismo que eras cuando no sabías si creer o no en la reencarnación. Recordar vidas pasadas sí que te hace evolucionar espiritualmente, de tal manera que es difícil de imaginar para alguien que lo ve desde fuera o solo se ha atrevido a hacer una sola sesión de regresión con un profesional y aún se pregunta si fue todo su imaginación. Llegar hasta el fondo requiere tiempo, esfuerzo, y sí, cierto grado de sufrimiento también, porque a pesar de que al principio suena fenomenal esto de investigar tu pasado y averiguar quién eres realmente, recordar tiene un precio. Es un precio emocional. Pero, en mi opinión, nunca es demasiado alto si lo comparas con todo lo que habrás ganado al final de tu camino.

¿Estarías dispuesto a pagarlo?

Más información:


miércoles, 22 de noviembre de 2017

Qué hacer si un conocido recuerda vidas pasadas.

No me ha pasado con mucha frecuencia, pero sí que me han llegado dos o tres casos de personas que me preguntaban por la reencarnación porque alguien cercano, quizá su esposa, un amigo o un hermano, decía recordar vidas pasadas. He utilizado la palabra “conocido” en el título de esta entrada por abreviar, pero por supuesto no me refiero a alguien con el que no te une una relación estrecha. Si llega a oídos de una persona normal que Fulanito, un vecino que a veces te encuentras por la calle, recuerda vidas pasadas, lo más probable es que no le dé la más mínima importancia, ignore lo que le han contado o, en el peor de los casos, se ría abiertamente de él. No, me refiero a alguien cercano porque entonces es distinto y te afecta personalmente. Es alguien a quien conoces de muchos años, sabes que no va por ahí diciendo tonterías, es más o menos una persona razonable, y resulta que un día te confiesa que ha empezado a recordar vidas pasadas. ¿Y tú qué haces entonces? ¿Qué tipo de reacción debes tener?

Me vino la idea para esta entrada observando el comportamiento de la gente que tengo a mi alrededor y comprendiendo que a veces debe ser muy, pero que muy raro, convivir con alguien que dice recordar vidas pasadas. Creas o no en la reencarnación, de pronto parece que tienes un problema, dudas de si tu pareja se está volviendo loca o si puede haber algo de cierto en sus experiencias. Sé que puede llegar a ser muy perturbador, sobre todo si eres una persona racional y científica y nunca antes te habías planteado la posible existencia de la reencarnación. Como cualquier otro fenómeno paranormal, permanece ahí lejos, es algo que solo pasa a personas poco cuerdas o demasiado crédulas, y no le prestas mayor atención hasta que ese fenómeno se te presenta en tu propia casa. Ni siquiera los propios reencarnacionistas sabemos muy bien qué nos pasa, porque apenas se habla en la consulta del psicólogo, ni tan siquiera se habla en círculos supuestamente espirituales, o si se habla, es de una manera demasiado superficial. Recordar vidas pasadas es toda una aventura para el que lo experimenta, pero las personas de confianza que comparten su vida, también se verán afectadas de una manera u otra. Este post va para ellos. Es una especie de Manual sobre cómo tratar a reencarnacionistas convencidos.

Reflexionando sobre esta cuestión, me di cuenta de que las pautas a seguir no son muy distintas a las pautas que da Carol Bowman para tratar con niños que recuerdan vidas pasadas. Voy a tratar de resumir los puntos que considero más importantes:

1. Escucha y no juzgues lo que te están contando.


A ti te puede parecer de locos que una persona pueda contarte con todo lujo de detalles una batalla que vivió en la Primera Guerra Mundial o la forma en que murió en Escocia en el siglo XIV. Pero para esa persona esos recuerdos son totalmente reales y le están afectando en la actualidad. Es muy terapéutico poder hablar de ello con alguien que comprenda. Si te ha elegido a ti por la confianza que hay entre vosotros, lo menos que puedes hacer es escuchar y aceptar que lo que le pasa es real, sea o no verdad que haya reencarnado.

2. Tómatelo en serio y no bromees sobre nuestras vidas pasadas.


Si nosotros también bromeamos, quizá puedas hacerlo, pero mientras llega ese momento, tómatelo con toda la seriedad del mundo, porque para nosotros es seguramente lo más importante que nos ha pasado nunca. Y la mayoría de nuestros recuerdos suelen ser bastante dolorosos. Una vez que ya lo hemos superado, entonces sí, podemos empezar a hacer chistes y reírnos incluso de la forma en que morimos. Pero si no ves ese cambio en la persona, no te arriesgues, porque nos podría doler bastante o avivar antiguas emociones.

3. Comprende los cambios súbitos en nuestro estado de ánimo.


Los reencarnacionistas sufrimos con frecuencia de past life mood, es decir, caemos en estados melancólicos al recordar nuestro pasado que a veces nos afecta en la vida real. Puede que en un momento dado (suele pasar en los aniversarios de acontecimientos importantes) prefiramos quedarnos en casa perdidos en nuestros pensamientos, antes que salir a pasear o a tomar unas copas. No hay que preocuparse, no es patológico. Piensa que es exactamente igual a cuando una persona está pasando por el duelo después de haber perdido a un ser querido. ¿Lo respetarías? Pues respeta igualmente la nostalgia o tristeza de esa persona cercana. Ya se le pasará, te lo aseguro.

 

4. Jamás le digas a un reencarnacionista que no debe vivir perdido en el pasado.


A mí esto me molestaba sobremanera cuando estaba recordando vidas pasadas. Para nosotros, el pasado es presente, no hay ninguna diferencia. Y si algo que proviene del pasado nos está afectando, es ahora cuando debemos trabajar en ello. No lo podemos dejar atrás, no lo podemos ignorar. Si lo ignoras, los recuerdos vuelven a ti con mucha más intensidad en el futuro o aparecen en pesadillas. Son asuntos sin resolver y emociones que han de ser procesadas para que en un tiempo dejen de afectarnos tanto.

5. Muestra una actitud abierta frente a la reencarnación.


O dicho con otras palabras, no nos digas que estamos como una regadera. Creo que es mejor que te muerdas la lengua antes de soltar una barbaridad. De todas formas, los reencarnacionistas lo vamos a notar. Vamos a saber si mantienes una mente abierta de “¿Por qué no?” y te interesas por saber más, o si solo estás fingiendo y no dices nada por “respeto” pero en el fondo estás pensando que desvariamos. Si haces esto último, es probable que los reencarnacionistas dejemos de hablar del tema también, igual que hacen los niños que recuerdan vidas pasadas con los padres que les dicen que dejen de hablar de cosas que no existen. Si nos dices directamente que estamos locos, a lo mejor propicias una ruptura definitiva en la relación.

6. Ten empatía.

Puedes entenderlo más o menos. Hay gente que cree en la reencarnación pero no conciben que alguien pueda recordar vidas pasadas, así que lo ven como una mera anécdota y no van a comprender tampoco lo que nos pasa. Pero sea cual sea el caso, intenta ponerte en nuestro lugar. Esto es como una enfermedad. Puede que no sepas cómo se siente esto de tener una gripe y no poder moverte de la cama, pero sí sabes que estamos jodidos, que tenemos traumas que ni nosotros mismos entendemos y que nos asaltan recuerdos que a veces ni siquiera queremos tener. Simplemente ten paciencia y trata de acompañarnos como haría un amigo que cuida a otro amigo enfermo.

7. En la medida de lo posible, tómatelo con naturalidad.

Creo que este es mi sueño, y posiblemente también el de muchos reencarnacionistas. Nada nos gustaría más que poder hablar abiertamente de nuestros recuerdos de vidas pasadas con todo el mundo, y no estar preocupados por lo que van a pensar de nosotros. Para nosotros la reencarnación es una realidad, y nos encantaría que todo el mundo lo supiera y lo aceptara. Podríamos hablar del pasado remoto que nosotros mismos hemos vivido con personas normales. Sería un poco como ser un abuelo en un cuerpo joven, contando aventurillas de hace doscientos años, con la esperanza de que los jóvenes de hoy aprendan algo del pasado. Estaría genial poder hablar con historiadores y contarle por qué creemos que algo no ocurrió tal y como viene en los libros de historia, o confesarles cuál era el verdadero carácter de un personaje famoso al que no han descrito convenientemente. 

8. Recuerda que los reencarnacionistas estamos muy solos en esto.

Probablemente tú eres la única persona a la que podemos recurrir. Sabemos que podemos ser ridiculizados, sabemos que podéis enviarnos al psiquiatra y ponernos una camisa de fuerza, sabemos que lo mínimo que nos va a pasar es que no nos creáis. Pero necesitamos hablar con alguien, necesitamos desahogarnos, necesitamos un apoyo, alguien que nos ayude a superar algunos traumas. Así que intenta evitar que nos sintamos aún más solos si decidimos contárselo a la persona que tenemos más cerca. Significa mucho para nosotros saber que podemos confiar en alguien.


lunes, 4 de septiembre de 2017

¿Fui un animal en una vida pasada?

Ya ha pasado mucho tiempo desde que escribí mi primera (y única) entrada sobre reencarnación animal, así que creo que va siendo hora de tocar de nuevo este tema. A pesar de que me aburre sobremanera, lo haré por esa gran fracción de la población mundial hispanohablante a la que parece preocuparle mucho, a juzgar por el éxito de esa primera entrada, la más leída en toda la historia del blog.

La verdad es que me resulta difícil entender por qué ha tenido tanto éxito, pero quizá la respuesta sea sencilla: es el reflejo de la seriedad con que la gente se toma la reencarnación. Les preocupa más si su perro volverá a nacer en forma de otro perrito, o si esa gata callejera que ha adoptado es la reencarnación del gato que se murió hace un mes, porque tiene una mancha en la cara muy similar, que conocer sus propias vidas pasadas para conocer de verdad qué clase de persona eres. Quizá, incluso, hay algunos que se preguntan si su suegra reencarnará en cucaracha, que es lo que se merece por lo mala que es… A mí, que soy veterinaria y vegana, este tema, el de si los animales reencarnan, jamás me ha quitado el sueño. Me es suficiente con saber que es muy probable que sobrevivan a la muerte, como todos nosotros. Y me es indiferente si es un animal que ya estuvo bajo mi cuidado antes, creo que todos son igualmente merecedores de ese cuidado y esa protección.

Pero, como siempre, hay que puntualizar: si con reencarnación animal nos estamos refiriendo a que un animal reencarne en otro animal, pues vale, puede que sí exista, especialmente si como pienso la reencarnación es un fenómeno natural y universal. No sé hasta qué punto se podrían intercambiar especies, pero es lógico pensar que la reencarnación animal sí se produce. Como digo, es algo que no me preocupa en exceso.

Ahora, si con reencarnación animal nos estamos refiriendo a la posibilidad de que un ser humano haya sido en el pasado un animal, o que vaya a reencarnar en un animal en el futuro, aquí he de ser taxativa: mi CREENCIA es que no existe. Destaco la palabra “creencia”, no sea que me vayan a intentar linchar como la última vez. No poseo la verdad absoluta. Pero para creer que la reencarnación humano-animal o viceversa no existe me baso en varios puntos. No es la única ni probablemente la más importante, pero una de las razones por las que digo esto es la gran escasez de casos fiables y, como es obvio, verificables de personas que afirmen tener recuerdos de haber sido un animal en una vida pasada. Para empezar, creo que si todos hubiéramos sido animales en el pasado, estos casos serían mucho más frecuentes. Y además, serían mucho más significativos, no meras anécdotas imposibles de corroborar.

Los investigadores serios no suelen molestarse ni tan siquiera en estudiar estos casos, precisamente porque no son verificables. De vez en cuando encuentras algún testimonio, yo incluso conozco de alguna persona que afirma haber sido un zorro en una vida pasada, y lo que describe podría ser realmente la vivencia en primera persona de un zorro… Pero en mi opinión hay otras posibles explicaciones a este fenómeno, siempre aceptando que esta persona no miente ni quiere burlarse de nosotros, por supuesto.

Recientemente me he encontrado con las opiniones de dos investigadores sobre la reencarnación animal. Me ha resultado muy interesante conocerlas:

Helen Wambach, en una entrevista radiofónica a finales de los años 70, afirmaba:
Creo que he tenido 8 sujetos de 5000 que cuando les he dicho que miren sus manos, tristemente me confesaron más tarde: “Cuando miré hacia abajo, vi unas cosas peludas y tenía unas garras sobresaliendo”, y yo dije “Oh, Dios mío”, pero no rellenaron los formularios, así que puedo decir con sinceridad que no he tenido formularios de datos como esos.
 Pero aún más interesante es lo que dice Jim Tucker en su libro Return to Life al respecto. Describe dos casos de niños que afirmaban haber sido un animal. El primero de ellos fue investigado por un asociado de Ian Stevenson mientras ambos estaban en Tailandia: un niño llamado Dalawong decía que había sido un ciervo en una vida anterior, y que después de que le mataran unos cazadores, había renacido como serpiente pitón. Antes de que Dalawong fuera concebido, su padre había estado comiendo carne de pitón que un conocido le había servido. Este conocido, el señor Hiew, había matado a la pitón después de una larga lucha. Cuando Dalawong tenía tres años de edad, Hiew acudió a una fiesta que se celebraba en la casa de al lado. Cuando Dalawong le vio se enfureció y trató de buscar un martillo o un palo para atacarle. Dijo que Hiew le había matado cuando era una serpiente y dio detalles sobre cómo lo había hecho, confirmados posteriormente por Hiew. Dalawong dijo que después de que le mataran, su espíritu vio a su futuro padre y pensó que él era más amable que los otros hombres que se comieron la carne de serpiente. Le siguió a casa y pronto entró en el cuerpo de su madre.

El padre de Dalawong contó que cuando Dalawong vio a Hiew, le tocó en su hombro izquierdo y le dijo que había sido mordido justo ahí por una serpiente. Hiew tenía una cicatriz en ese punto por una mordedura de serpiente. Nadie más mencionó este aspecto de la historia. Dalawong superó su ira inicial hacia Hiew y dijo que era mejor ser humano que serpiente. Lo más llamativo del caso es que Dalawong nació con ictiosis, una enfermedad de la piel que hacía que su cuerpo, especialmente la mitad inferior, estuviera cubierta de escamas, lo que le da una apariencia de piel de serpiente.

Niño con ictiosis.
El segundo caso es el de una madre estadounidense que escribió al Dr. Tucker contándole que cuando dio a su hijo Peter, que tenía entonces seis años de edad, un collar de golosinas, este le dijo: “Cuando era un chimpancé un niño me lanzó uno en mi jaula. No sabía qué hacer con él”. La madre le preguntó cómo había llegado a la jaula, y Peter respondió que había caído en una trampa y le habían llevado al zoo. Le preguntó qué sucedió después de que muriera como chimpancé, antes de meterse en “el estómago de mamá”, pero él solo respondió: “Nada”. Nunca más volvió a hablar de nada parecido.

Personalmente no creo que estos casos signifiquen que la reencarnación animal-humano o viceversa existe. El primer caso me parece más bien una historia elaborada por la mente de Dalawong, probablemente de manera inconsciente, para dar explicación a dos hechos que sí parecen reales: su enfermedad y cierta percepción extrasensorial mediante la cual puede conocer hechos que sucedieron en el pasado a otras personas. Y si no es percepción extrasensorial, podríamos decir que es un conocimiento que pudo tener el alma de Dalawong antes de nacer y que él interpreta como recuerdo, pero no necesariamente tuvo que estar encarnado en esa serpiente. El Dr. Tucker lo interpreta de manera parecida: quizá, mientras Dalawong estaba desencarnado, su consciencia pudo tener conocimiento de alguna manera de lo que sucedió con esa serpiente. No tiene sentido pensar que Dalawong pudo SER esa serpiente, porque obviamente el cerebro de una serpiente no tiene la misma capacidad de reconocer a una persona o analizar los acontecimientos como lo hace Dalawong. Pero sí podría ser que Dalawong hubiera sido testigo de los hechos, igual que alguien que está teniendo una ECM puede estar percibiendo cosas en habitaciones contiguas a las que no podría acceder en condiciones normales.

Yo iría un poco más allá. El proceso de reencarnación, tal y como yo lo concibo, no haría posible que un ser humano se manifestara en el plano físico como un animal. Es decir, yo creo en la existencia de almas animales y almas humanas, y no existe ningún tipo de “evolución espiritual” entre ellas, que haga posible que un alma animal acabe convirtiéndose en un alma humana. Sin embargo, sí que creo posible que desde un estado espiritual (desencarnado), o incluso por algún tipo de proyección mental (encarnados o desencarnados), pudiéramos “ocupar” momentáneamente el cuerpo físico de otro ser, y experimentar por un corto espacio de tiempo la vida tal y como lo hace ese ser. Entonces veríamos y sentiríamos el mundo a través de sus sentidos físicos, y esto lo percibiríamos en primera persona, y, como es lógico, lo interpretaríamos como un “recuerdo” de vida pasada, aunque en realidad no lo sea, porque no hemos reencarnado como animal, sino que por un tiempo le hemos pedido prestado su cuerpo. En cierto modo sería igual que lo que hacen algunos espíritus que quieren manifestarse en el mundo físico, utilizando el cuerpo de un médium para ello. Por supuesto, aceptando que este fenómeno es real y no un fraude.

Esta es, al menos, mi propia interpretación de los hechos. 

domingo, 6 de agosto de 2017

¿Eres un reencarnado? (Crítica)

Hace unos días una compañera del foro posteó este audio que Santiago Camacho había publicado en su canal de Ivoox con fecha 30 de julio de 2017. En él habla, entre otras cosas, de cómo puedes saber si eres un reencarnado. Para el que no lo sepa, Santiago Camacho es un periodista y escritor español, colaborador del programa de televisión Cuarto Milenio, y especializado en teorías de la conspiración. Santiago Camacho no me cae mal, he de reconocerlo, y su audio tampoco es que fuera un horror, hay que ser sinceros, pero aún así le voy a dar una sugerencia que extiendo a todos los llamados “periodistas del misterio”: dejad la reencarnación para los verdaderos especialistas. Por favor os lo pido.

A continuación voy a analizar el citado audio, el cual podéis escuchar aquí, a partir del minuto 22 aproximadamente:

Bueno, así en general me parece un resumen de lo más superficial, lo cual no me sorprende porque es algo a lo que ya estoy bastante acostumbrada en este país, donde los únicos que hablan públicamente de reencarnación son periodistas como él que se han pasado una tarde buscando información en internet para hacer su reportaje, o lo que es aún peor, espiritistas en conferencias “esotéricas” donde te sueltan todo lo que han aprendido en sus doctrinas prefabricadas. Yo llevo seis años investigando en serio la reencarnación, recuerdo múltiples pasadas y he escrito ya dos libros sobre el tema. Posiblemente soy la mayor experta que existe en reencarnación en este país y conmigo no contacta nadie. Es curioso… Quizá soy demasiado seria para lo que andan buscando. Lo peor es que, según Santiago Camacho, hay muchas personas que dicen recordar vidas pasadas que le escriben a él, no sé muy bien para qué… Claro, así va el mundo.

En cualquier caso, Santi (le llamaré así para abreviar y porque total, le conozco de hace muchos años), dice que en su opinión “no son desdeñables los casos de niños con recuerdos o habilidades especiales”. Ya estamos como siempre. De las regresiones, ni habla, porque ya da por supuesto que son controvertidas y mejor ni mencionarlo. Ahora, los niños sí, por alguna razón lo que dicen los niños va a misa, cosa con la que no estoy de acuerdo, como ya expliqué un día. Y por mi parte he de añadir que si no quiere considerar las regresiones, vale, pero es que hay montones… digo bien, MONTONES, de adultos que empezaron a recordar siendo niños pero siguen teniendo recuerdos espontáneos cuando son adultos. Sin ir más lejos, hace unos pocos días me reuní con una chica de Serbia, que además de contarme que no puede meditar porque es demasiado nerviosa, le es imposible leer libros escritos por su supuesta personalidad pasada porque mientras lee le vienen a la mente escenas en primera persona de cuando ella, en su vida pasada, estaba supuestamente escribiendo ese libro, escenas con todo lujo de detalles. Ha sido incapaz de acabar una sola novela de ese escritor porque es literalmente asaltada por los recuerdos. Pero, por alguna misteriosa razón, estos casos continúan siendo ignorados por todo el mundo, incluidos la gran mayoría de investigadores de reencarnación, lo cual es bastante triste.

A continuación Santi pasa a enumerar una serie de “síntomas” o indicios que te pueden hacer pensar que eres “un reencarnado”. Ya los términos de “reencarnado” o “tener otras vidas” me disgustan bastante. “Ser un reencarnado” es como decir que “eres un aparecido”, un fenómeno paranormal, cuando la gran mayoría de investigadores serios de reencarnación (yo entre ellos) están de acuerdo en afirmar que, si la reencarnación existe, es un fenómeno natural y universal. Mientras no lo consideremos como tal, las cosas no van a cambiar y seguiremos siendo considerados poco menos que unos alucinados confundidos que desean volver a tener cuerpo físico después de muertos. Es que somos raros, raros… No, querido Santi: lo más probable es que todos, repito, TODOS, hayamos reencarnado. Lo raro no es reencarnar. Lo raro es recordar vidas pasadas… aunque no tan raro como la mayoría de la gente piensa.

Antes de pasar a la lista de “síntomas” (espero que no utilice esta palabra porque en el fondo piensa que estamos enfermos mentalmente), advierte, eso sí, que lo tomemos como un divertimento. O sea, que ya de entrada piensa que lo que está diciendo no es nada serio y haremos mejor tomándonos esto de la reencarnación a chirigota. Siento discrepar: solo parte de lo que dice es poco serio, diría que el 50%. Pero tener recuerdos de vidas pasadas, sentir ciertas afinidades, tener fobias inexplicables, identificarte con determinados periodos históricos… no, eso puedo asegurarte que es MUY serio. Todo eso ha sido estudiado científicamente por investigadores como Ian Stevenson y no debería ser visto como divertimento. Creo que es una realidad. Añadiría a esa lista un tema muy importante como es la disforia de género, y también, juegos de infancia, a los que Stevenson dedica, al menos, un artículo de los muchos que escribió sobre posibles vidas pasadas. Sobre tener recuerdos de vidas pasadas podría estar hablando años, obviamente, pero aquí solo voy a incidir en un aspecto: no, NO ES NINGÚN DIVERTIMENTO. Tener recuerdos de vidas pasadas es especialmente jodido. Si los periodistas hicieran su trabajo solo un poquito mejor y entrevistaran a cualquier usuario de mi foro (si se dejan, que lo dudo), se darían cuenta de ello. Pero por lo visto en este país se prefieren los análisis superficiales.

Después hace hincapié en lo de que tener recuerdos es sobre todo por los “recuerdos de niños muy pequeños que han nacido en países como la India o donde la religión mayoritaria es el budismo”. Genial, ya estamos contribuyendo a la perpetuación de mitos sobre reencarnación. ¿En qué década vives, Santi, en los años 70, en los años 90? Desde entonces ha habido docenas de casos estudiados en niños occidentales, y, por supuesto, también numerosos testimonios de ADULTOS (otra vez) que han empezado a recordar ya a edad avanzada. Solo hace falta preguntar y te salen unos cuantos casos de madres occidentales que piensan que su niño o niña podría haberles estado hablando de una vida pasada. Que, digo yo, a ver si nos actualizamos un poco, ¿no?

Luke Ruehlman, solo uno de los casos de niños occidentales con recuerdos de vidas pasadas.

Poner el ejemplo del Dalai Lama sobra totalmente, a no ser que Santi quiera sembrar la duda y desprestigiar la reencarnación, porque si de verdad alguien puede pensar que tener recuerdos de una vida pasada es equivalente a que un niño de dos o tres años pueda escoger (y acertar) al azar una serie de objetos que pertenecieron al difunto Dalai Lama, apaga y vámonos. Que sí, que entiendo que nombrar a gente “santa” como el Dalai Lama hace que los típicos crédulos se deslumbren y piensen que la reencarnación existe solo porque lo dicen los budistas, pero no, eso no tiene nada que ver con la realidad de la existencia de la reencarnación en países occidentales.

El resto de afirmaciones con las que nos deleita Santi parecen sacadas de las enseñanzas de la Nueva Era, empezando por el desacertado término de “almas viejas”. Me saca de quicio. ¿Así que todos los que hemos reencarnado somos “almas viejas”? ¿Qué significa ser un “alma vieja”? Yo te lo digo: NADA. Puedes haber reencarnado dieciocho mil veces que puedes seguir siendo de lo más inocente. Ser viejo no es sinónimo de ser más sabio o haber vivido más. Depende de tus experiencias.

Y las generalizaciones no ayudan: “Las almas viejas tienen mayor empatía y mayor altruismo”. ¿En serio? Pues yo recuerdo unas cincuenta vidas pasadas, y te puedo asegurar que mi nivel de altruismo y empatía no es superior al de la media de la población. ¿Que a la gente le gusta creer que cuantas más veces has reencarnado, más “evolucionado” estás y por tanto más empático y altruista eres, vamos, casi como un santo? Pues sí. ESO es una creencia que NO se corresponde con la realidad.

Otra generalización: “Las almas viejas son más sensibles y tienen capacidad de precognición y retrocognición”. ¿En serio? Pero, ¿alguien ha hecho una estadística sobre esto? Muéstrame los datos, Santi. Según lo que yo he visto, pues depende: no creo que entre los que recordamos vidas pasadas haya más proporción de personas sensibles o con capacidades de precognición y retrocognición que respecto a la población general. Hay gente muy sensible, hay gente muy intuitiva, hay gente con sinestesia… y también hay gente que parece un tronco. Yo soy una de estas últimas.

Muchos de los que recordamos vidas pasadas nos sentimos un poco extraños en este planeta, eso es cierto (yo en concreto, no al planeta en sí, sino en cuanto a sus habitantes, especialmente los ignorantes y primitivos). Y también muchos nos sentimos un poco ajenos a nuestra propia familia. Pero no, ninguno de nosotros ha necesitado ayuda psicológica por ello, aunque agradezco a Santi su preocupación por nuestra salud mental.

También le agradezco que diga que “la reencarnación pertenece al ámbito de las creencias, y por ello es respetable y debe ser respetada”, aunque ninguno de los reencarnacionistas (véase definición real y no la antigua que es sinónimo de “creyente en la reencarnación”) que conozco y que han escuchado su audio están de acuerdo. A mí me ha parecido que en el fondo no le da mucha importancia a esto de la reencarnación y nos trata de forma un poco condescendiente, como si dijera: “Mejor dejadlos solos con su locura”. “Creed lo que queráis, total, mientras no hagáis daño a nadie…” Así que le dejo con todo cariño el gran comentario de una de mis compañeras de foro, que se mostraba en desacuerdo a su afirmación de que la reencarnación pertenece al ámbito de las creencias:

Saber no es creer. Tener evidencias no es creer. 

El problema es que a vosotros, todos los que lo veis desde fuera, os falta información y experiencia. Es algo que entiendo, pero al menos, si no tenéis suficiente información ni experiencia propia, hacednos un favor a los reencarnacionistas y no contribuyáis a la propagación de mitos, que ya tenemos suficiente con lo nuestro. Gracias.

lunes, 29 de mayo de 2017

Ejemplo de charlatanería reencarnacionista.

De momento he puesto “ejemplo”, pero no descarto que en un futuro hable de “ejemplos”. Mi paciencia tiene un límite y hace tiempo que estoy MUY cansada de solo ver gilipolleces en internet, en lo que respecta a reencarnación. Sí, he dicho gilipolleces. 😈

Yo intento no meterme con nadie, pero es que ayer alguien me dejó un enlace en una entrada bastante seria que tengo en mi otro blog, titulada “¿Es posible demostrar científicamente la reencarnación?” Creo que esta persona solo estaba spameando y ni siquiera se molestó en leerse el texto, pero como el artículo al que enlazaba es un ejemplo claro de lo que pulula por ahí fuera, y me ha pillado el día torcido, pues no voy a desaprovechar la ocasión de analizarlo convenientemente.

Su comentario era este:
Es claro que existe la reencarnación.
La explicación científica se encuentra en la revista blanca.

(Encima le voy a hacer publicidad. Mira, eso que se ha ganado, pero espero que al menos esto sirva para que mis lectores aprendan algo).

Bueno, un rápido vistazo a La Revista Blanca ya te hace ver que es como el Cosmopolitan, un batiburrillo de artículos que hablan un poco de todo, especialmente de temas de salud y cosmética. Lo peor es que parece que hay gente que les pide consejo y todo. Normalmente este tipo de artículos suelen ser escritos por redactores muertos de hambre a razón de 2 euros la unidad. A este precio lo más normal es que copien y peguen de aquí y allá, sin molestarse tan siquiera en revisar que no haya faltas de ortografía. Y, por supuesto, les importa un rábano si lo que están escribiendo es verdad o no. Aquí me encuentro con que supuestamente el creador del blog (y autor de las publicaciones) es “regente de la universidad de Antioquia”. Razón de más para desconfiar, porque si es verdad que él y su colaboradora son los que escriben los artículos, y un regente de universidad no ha aprendido aún ortografía ni sabe redactar, no sé qué le habrán enseñado en esa universidad.

¿Qué tiene que ver la medicina con la reencarnación? Pues vete tú a saber. Es uno de esos misterios insondables del universo. Lo gracioso es que en el artículo referenciado más arriba, este individuo afirma que la reencarnación ya tiene explicación científica. Tuve que leer el artículo hasta el final para comprobar que este individuo no sabe ni de lo que habla (si es que ya digo que la vida de un reencarnacionista es durilla… pero durilla de cojones). Veamos.

[Esta vez no he corregido la ortografía, excepto los espacios entre letras que sobraban y que personalmente me resultan bastante molestos. Es que soy así de maniática].

“Mi doctrina es: Vive de tal modo que llegues a desear vivir otra vez, ése es tu deber, ¡porque revivirás de todas maneras!” Nietzsche.

Esta es la cita que abre el artículo. Probablemente es lo único que me gustó. Espero que la cita sea cierta y no una de esas fotos que todo el mundo comparte en Facebook creyendo que hace un bien a la humanidad cuando lo único que hace es propagar mentiras.

La reencarnación: creer o no creer. Es una creencia según la cual, al morir un ser humano, su alma se separa momentáneamente de su cuerpo marchito, enfermo o envejecido, mientras espera otro cuerpo nuevo y más purificado que lo regresa a la tierra como alma viviente.

Madre mía. Empezamos bien. Primero: NO, no se trata de creer o no creer, o no estaríamos hablando de ciencia ni de medicina, sino de religión. Existen personas en todo el mundo que afirman haber vivido antes, y esto está estudiado científicamente. Si no partimos de ahí, mal vamos. Segundo: ¿Cuerpo más purificado? ¿De dónde se ha sacado esto? ¿Un bebé no respira, come y defeca como cualquier anciano? ¿Es que el envejecimiento equivale a convertirse en un excremento humano, un tóxico radiactivo o algo así?

Son muchas las religiones, doctrinas, creencias o filosofías que defienden la reencarnación y la aceptan como un hecho real: los chamanes, hinduismo, budismo, confucionismo, taoísmo y, el budismo tibetano, quien nos presenta una clara explicación de la reencarnación en el libro tibetano de los muertos. Por el contrario, La religión católica cree en la resurrección de los muertos, cosa que a mi juicio es prácticamente lo mismo.

No, los budistas no creen exactamente en la reencarnación, tal y como la entendemos en el mundo occidental. Ni tampoco dan una clara explicación en El libro tibetano de los muertos, que habla sobre todo del periodo conocido como bardo, justo después de la muerte. Por otra parte, ¿que la resurrección de los muertos es prácticamente lo mismo que la reencarnación? Sí… tal vez eso explique el sinsentido de la parrafada que viene después.

Revistablanca.com, como siempre, clara, lógica y transparente, presenta su teoría biológica de la reencarnación.

La teoría biológica de la reencarnación, según La Revista Blanca (que de clara, lógica y transparente tiene más bien poco), ni es una teoría, ni va sobre reencarnación. Más bien, el autor se limita a exponer lo que la ciencia ya sabe, aunque de una manera bastante tergiversada. Por cierto, recordemos que, a día de hoy, para la ciencia, la reencarnación no existe. El alma tampoco existe. Todos vamos a morir, y no hay nada después. Ahora, si queremos usar la palabra “ciencia” o “científico” para llamar la atención del lector y que piense que hay algo razonable detrás de vacías palabras, pues adelante, Revista Blanca.

Por tanto, si la mayoría cree en la reencarnación, es la sociedad la que cree y, como la sociedad es la que decide, por tanto existe.

Err… no. Por mucho que la gente crea en hadas y unicornios, las hadas y unicornios no se hacen reales. Puede que existan en las mentes de esas personas. Nada más. Las creencias son creencias y la realidad es la realidad. Tal vez alguien se debería leer la entrada en la que hablo sobre ciencia o creencia. Esto, por no mencionar que no hay estadísticas suficientes para afirmar que la mayoría de la sociedad cree en la reencarnación. En concreto, solo conozco dos estudios (puede que haya más), uno en Estados Unidos y otro en España, en los cuales se vio que aproximadamente el 25% de la población respectiva de cada país cree en la reencarnación. Así que dudo que a nivel mundial la cosa cambie mucho.

Para que exista la reencarnación, deben existir dos premisas:
  • Muerte del cuerpo por cualquier razón.
  • Nacimiento de un cuerpo engendrado en la matriz de una mujer.

Vaya, por fin algo sensato. Sí, para reencarnar tienes que morirte primero. Pero… que sean dos premisas, no significa que A+B sea necesariamente igual a C. Por si el autor cree que esto ya demuestra algo…

Por lógica o mejor dicho por sentido común, todo cuerpo debe tener algo más que le da la vida. Que lo mueve y lo anima.
Y ese algo es, según la biblia: “Entonces el señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente” génesis  2:7

Genial. Aún no sabemos si la reencarnación existe, pero el alma seguro que sí, porque lo dice la Biblia. Si lo dice la Biblia, entonces no hay duda. Aunque creía que hablábamos de sentido común…

خَلَقَ الإِنسَانَ مِن نُّطْفَةٍ فَإِذَا هُوَ خَصِيمٌ مُّبِينٌ (coran-4) dice algo parecido: “Creó DIOS al ser humano de [algo tan ínfimo como] un óvulo fecundado, y sin embargo este discute constantemente [la existencia y el poder de su Señor]”. Otra traducción es: “creo DIOS al ser humano de una gota de semen”

[Je, je, me hacía ilusión poner algo en árabe en mi blog 😁].

Ajá. Buen argumento. Si lo dice el Corán, también tiene que ser cierto que Dios nos creó a partir de un óvulo fecundado. O del esperma, que al fin y al cabo viene a ser lo mismo.

Eclesiastés 12:7 “el cuerpo vuelve al polvo y el espíritu (o aliento de vida) vuelve a DIOS”.
DIOS formo al hombre del polvo de la tierra, que en el libro sagrado el Corán significa, gota de semen u óvulo fecundado. Se dice también que en la muerte el cuerpo vuelve al polvo, semen u óvulo fecundado.
Ese “algo” que le da la vida al cuerpo es el “alma” que traducido del latín, significa ánima, que dota al ser animado de movimiento propio. Por tanto, los animales, plantas y humanos tienen alma.


 
Pues ya está. ¿Por qué nos comemos tanto la cabeza pensando si tenemos alma o no? Si lo dicen todos los textos religiosos del mundo, es que tiene que ser verdad, ¿no?

La muerte hace parte de la vida, es el último acto que realizamos. Se dice que uno empieza a morir en el mismo momento en que nace o incluso a partir de la misma concepción. Si pensamos que la vida en la tierra solo nos conduce a la muerte es un absurdo, pues nacer para morir no es ninguna gracia y por tanto no tiene ningún sentido.

Cierto. No tiene ningún sentido (tal vez), pero si miramos alrededor TODO nace y muere. Lo que nos parezca a nosotros, creo que es secundario.

Al parecer estamos aquí para realizar diferentes funciones y avanzar en nuestra escala espiritual. Además, la más interesada en mantenernos vivos y perpetuando la especie es la misma naturaleza; algo se debe traer entre manos.

¿La naturaleza está interesada en mantenernos vivos? ¿Para qué exactamente? ¿Para que sigamos destruyéndola con nuestro comportamiento? ¿Cuántas humanidades han desaparecido desde que el primer ser humano pisó la Tierra? Yo diría que unas cuantas, si hacemos caso a algunas fuentes, aunque estas fuentes no son muy científicas que digamos. 

Sin extendernos más en cuestiones religiosas o filosóficas, trataremos desde el punto de vista científico en formular nuestra teoría que explica que sucede y como sucede este paso tan crucial e inexplicable hasta ahora; eslabón muerte-vida.

¡Menos mal! Por fin se va a dejar de palabrería… (sí, soy algo ilusa 😟).

Solo dos células son necesarias para dar comienzo a un nuevo individuo; el espermatozoide y el óvulo. “Tanto el espermatozoide, como el óvulo son células que están vivas al momento de unirse y siempre lo estuvieron,… ¡siempre vivas! Al unirse estos gametos en las trompas de Falopio, se forma una célula con un núcleo que contiene 23+23= 46 cromosomas; el denominado cigoto, que es la primera célula del nuevo individuo donde el espermatozoide se une primero al óvulo por fusión. Es en este momento donde se transfiere la información genética.

Esto parece copiado de una enciclopedia. Excepto lo de “¡siempre vivas!” ¿A qué viene tal admiración? Cualquier célula de nuestro organismo está viva, ¿es acaso esto un milagro? Pero que yo sepa los espermatozoides no empiezan a formarse hasta que el individuo de sexo masculino llega a la pubertad. Hasta entonces, ¿las células precursoras (llamadas células germinales primigenias) estaban muertas? En serio, ¿se piensa el autor que existe mucha diferencia entre un espermatozoide o un óvulo y una célula epitelial o un leucocito?

Seguidamente el autor pone un enlace a otro artículo en su web sobre el uso de la píldora de emergencia, donde se repite parte del texto. Por supuesto, no se recomienda su uso ni como píldora anticonceptiva ni como abortiva. Hmm… ¿será porque los espermatozoides estuvieron siempre vivos y eso equivaldría a un asesinato en primer grado? ¿Debería empezar a sospechar que existe cierto sesgo en la forma de pensar de este autor? 😳

… ¿Están vivas las células que dieron origen al cigoto?, ¡claro!, son la continuación de la vida. Es una célula con más de 3.000 millones de años de evolución, todo lo sabe, todo lo tiene y trae información. Entonces, que quede bien claro, no nace una nueva vida… solo nace un nuevo individuo, son las células de papá y mamá, y las mismas del abuelo, tata,… Esta primera célula llamada cigoto, es una somática, la cual presenta características muy diferentes a cualquier otra célula del organismo humano —trae toda la información de vidas pasadas de una persona —, además, es la célula que formará los tejidos y órganos de la persona.

Wow. La verdad es que me cuesta creer cómo se pueden escribir tantas incoherencias en tan poco espacio. ¿Una célula con más de 3.000 millones de años de evolución? ¿Que todo lo sabe? ¿Solo porque lleva el ADN de papá y mamá? Pues no. Siento romper la burbuja de fantasía de esta persona, pero un zigoto no tiene nada de especial, excepto que es una célula diploide formada por la unión de otras dos células haploides, que traen la información genética procedente de dos individuos adultos distintos. Eso no significa que llevemos la información de toda la humanidad en nuestros genes, ni mucho menos de todas las especies animales de la Tierra. Recordemos que la teoría de la evolución no está demostrada aún.

Por otra parte, aquí se ponen de manifiesto los increíbles conocimientos científicos de este regente de universidad. Las células del zigoto NO son las mismas que las de nuestros abuelos, porque SE HAN FORMADO DE NUEVO. Decir que las células del nuevo individuo son las mismas que las de su abuelo, es como decir que dos edificios son los mismos porque se han construido a partir del mismo plano y/o utilizando el mismo material. Además, ser una célula somática no es nada especial. Es más, son la gran mayoría en nuestro organismo. Que sea “somática” simplemente significa que esa célula va a formar parte del cuerpo en lugar de dedicarse a la reproducción. Esto no es muy difícil de comprobar, haciendo una búsqueda rápida en internet (en sitios que son de fiar, por supuesto, no como La Revista Blanca).

Según la Wikipedia (la negrita es mía):

Las células somáticas son aquellas que conforman el crecimiento de los tejidos y órganos de un ser vivo pluricelular, las cuales proceden de células madre originadas durante el desarrollo embrionario y que sufren un proceso de proliferación celular y apoptosis. Son las que constituyen la mayoría de las células del cuerpo de un organismo pluricelular. Las células somáticas representan la totalidad de las células del organismo excepto las células germinales y las células embrionarias, que son el origen de los gametos. Por lo tanto, se encuentran en los huesos, la piel, los tejidos, los órganos o la sangre. Se componen de 23 pares de cromosomas. Las células somáticas pueden mutar sin transmitir sus modificaciones a los futuros descendientes. Las células somáticas que mutan pueden, sin embargo, ser la causa de cánceres, entre ellos el cáncer de colon.
Las células que no son somáticas son células germinales, y son de las cuales se forman los gametos (espermatozoides y óvulos).
https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9lula_som%C3%A1tica

Según el National Human Genome Research Institute (la negrita también es mía):

Una célula somática es cualquier célula del cuerpo excepto los espermatozoides y óvulos. Las células somáticas son diploides, es decir, que contienen dos juegos de cromosomas, uno heredado de cada padre. Las mutaciones en las células somáticas pueden afectar al individuo, pero no se transmiten a la descendencia.
https://www.genome.gov/glossarys/index.cfm?id=186

Y lo de que trae toda la información de las vidas pasadas es ridículo, simplemente. Hasta el momento, que yo sepa, no se ha demostrado que los genes puedan llevar ningún tipo de información que se parezca a un recuerdo. Aún así, si aceptáramos la vieja teoría de la memoria genética para explicar la reencarnación, no sería posible que un individuo recordara su forma de morir en una vida pasada “porque esa información estaba en el zigoto”, ya que ese zigoto se habría formado con la información reunida hasta el momento de la concepción. Es decir, dos individuos necesitan estar vivos para procrear. Si yo recuerdo haber sido mi abuelo, en el zigoto estaría la información de su vida HASTA que procreó a su descendencia. No estaría la información sobre su muerte, y por tanto yo no lo recordaría. Más sobre memoria genética aquí.

Por nutrición sabemos que para la formación de estructuras y partes de un cuerpo como lo son los órganos, se necesitan la presencia de aminoácidos. Estos aminoácidos presentes en el cigoto, son las mismas moléculas iniciadoras de la putrefacción de los cadáveres. Las poliaminas: cadaverina, putrescina, espermina, espermidina, agmatina y termoespermina, son moléculas derivas metabólicamente de los aminoácidos lisina, ornitina y arginina. Estas moléculas han sido relacionadas con procesos fundamentales para la vida, como son la división celular, el crecimiento celular, la diferenciación y la muerte celular, habiéndose demostrado en todos los organismos (Minguet, 2010) (guasco y otros, 2014).

La verdad es que no tengo ni idea de qué quiere decir con este párrafo. Por nutrición lo que sabemos es que tenemos que ingerir proteínas (de origen animal o vegetal, da igual), para que en el intestino se disgreguen en aminoácidos, para que a partir de esos aminoácidos se pueda formar tejido muscular. ¿Que son las mismas moléculas que las de la putrefacción? Pues claro, porque los microbios lo que hacen es digerirnos una vez que hemos muerto, y así el tejido muscular se vuelve a transformar en aminoácidos. ¿Hay algo especial en ello? No, aparte de que es un proceso muy bien pensado por la naturaleza (si es que la naturaleza piensa), o los seres vivos seríamos como los plásticos, no biodegradables. Que yo sepa esto no tiene nada que ver con la reencarnación.

Además, el ADN es una molécula muy lábil que enseguida se deteriora después de la muerte del individuo. Si el autor del artículo piensa que queda algo de información genética en los átomos y moléculas orgánicas (como los aminoácidos), y por ello en un zigoto está la información genética de todos nuestros antepasados (incluyendo a las bacterias) desde que se formó la Tierra, creo que va bastante desencaminado...

Por tanto, el origen de cada individuo no se reduce al mero comienzo de la vida en su dimensión biológica, por lo que el cigoto, en esencia ya es persona porque se desarrolla como hombre y no a hombre. Ahora, “los que plantean que el hombre “no es más que […] un saco de neuronas”. No aceptan una intervención de Dios, que crea a cada hombre otorgando el ser personal a cada cigoto humano que se constituye —in vivo o in vitro— desde el material genético de sus progenitores” (Lopez, 2010).

Genial, ahora me está diciendo que debemos considerar a un zigoto como una persona, y que esto es porque Dios lo quiere así. ¿Pero esto iba de ciencia o de religión?

 
Y si alguien descifra el significado de la frase “en esencia ya es persona porque se desarrolla como hombre y no a hombre”, por favor, que me lo diga en los comentarios. Me pregunto cuál será su idea acerca de los zigotos de cualquier otro mamífero. ¿Un perro no es persona porque se desarrolla como perro y no a hombre? ¿O sí que es persona porque se desarrolla como perro y no a perro? ¿O es animal porque se desarrolla como perro y no a gato? No sé, estoy confusa… 😖

Sigue otra tremenda parrafada sobre el proceso de la muerte. La conclusión es:

Quiero resumir un poco el paso desde la muerte al nuevo nacimiento: biológicamente las mismas sustancias que aparecen en la putrefacción, son las mismas que dan origen al nuevo ser. Claro, las concentraciones de estas sustancias o moléculas cambian. Lo mismos hechos que ocurren durante la muerte suceden también durante el nacimiento.

Ajá… y por eso la reencarnación existe. Increíble razonamiento. Creo que mi sobrino de tres años lo haría mejor, en serio.

Y por fin nos da la clave de todo: el oxígeno.

La reencarnación es como ya lo hemos manifestado, volver a nacer. Sucedida la muerte el individuo deja de respirar, todas las reacciones que dependían de esta fantástica molécula(oxigeno) involucionan. Durante el proceso de putrefacción o de incineración, muchas partículas se evaporan y viajan a la atmósfera. Estas partículas (átomos), son distribuidas por los vientos, luego serán absorbidas por las personas; algunas directamente, otras mediante el proceso de la fotosíntesis… Durante un acto sexual, la mujer respira estos átomos afines a los suyos dando inicio a la continuación de la vida.


Vale. La verdad es que no hay por dónde cogerlo, pero lo voy a intentar, a riesgo de acabar en un psiquiátrico.
  • La reencarnación es volver a nacer. Bueno, si el autor de este artículo quiere verlo así, pues no seré yo quien le contradiga.
  • Al morir todas nuestras partículas se van a lo atmósfera, luego una mujer las respira, y esas partículas son las que dan forma al bebé. Por tanto, la reencarnación o renacimiento existe. Siento discrepar. Esto, como mucho, demostraría que el reciclaje de las células es posible. No digo que no pudiera ser cierto (siendo muy, muy, pero que muy generosa). Pero no, eso no equivale a la existencia de la reencarnación, ni a la existencia del renacimiento o como quiera usted llamarlo. Que los seres humanos en particular (y seres vivos en general) estemos fabricados de las mismas moléculas, NO QUIERE DECIR que todos los seres humanos hayamos renacido. Un cerdo está hecho de las mismas moléculas que un ser humano, y eso no significa que todos hayamos sido cerdos en el pasado. Si tengo un Lego y me dedico a hacer una decena de figuritas distintas, y luego las destruyo y hago otra decena de figuritas, esto no implica necesariamente que las últimas sean la reencarnación de las primeras. Un individuo puede renacer… o no, y cuando se muera sus moléculas puede que sean utilizadas para crear otro cuerpo, pero ese cuerpo no tiene por qué ser el del mismo individuo renacido, sino de otro. Espero haberme explicado. 
  • Que yo sepa, el embrión se va formando gracias a los nutrientes que la mujer ingiere (sí, esos son los ladrillos de las células somáticas), no gracias al oxígeno que le llega a través del cordón umbilical, o sea, a través de la sangre. El oxígeno es necesario para la vida, sí, cualquier tipo de vida en el planeta Tierra, pero por sí mismo no va a perpetuar la vida. La existencia de oxígeno tampoco es un milagro. Si no hay oxígeno, los seres se adaptan y pueden utilizar otras moléculas. La mujer durante el acto sexual respira, porque si está muerta, ni puede tener sexo ni puede procrear, no porque vaya a ser la causante de la reencarnación de nadie. Y... dicho sea de paso, para continuar la vida también hace falta un hombre... o, al menos, parte de él.
  • Leyendo el párrafo de nuevo, me queda la duda de si hay personas que realizan la fotosíntesis, o si es que los humanos también reencarnamos en geranios.
  • Y ya lo de la mujer que respira átomos afines durante el acto sexual… es surrealista. ¿Los no afines no los respira? ¿Solo respira átomos afines durante el coito y no el resto del día? ¿Las moléculas de nicotina de las fumadoras, son átomos afines? No sé, son dudas que se me plantean, pero es mejor que no comente nada más.
  
Por último, este “regente de universidad” concluye el artículo recurriendo de nuevo a las escrituras:

“Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. 27 Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra”. Ezequiel 36:26-27

Visto lo visto, creo que sus argumentos religiosos son lo que mejor apoya su afirmación de “la ciencia explica la reencarnación”. 😭

Cierro esta entrada con unas últimas palabras dedicadas al autor en cuestión.

Querido Héctor: gracias por hacerme pasar tan buen rato leyendo tu disertación. Pero que sepas que eso no es ciencia, es PSEUDOCIENCIA. Permíteme darte algunos consejos:

  • Infórmate un poco más sobre reencarnación, en especial sobre trabajos verdaderamente científicos que recogen casos de niños (y adultos) que recuerdan vidas pasadas. Puedes empezar por mi propio libro Niños que recuerdan vidas pasadas.
  • Lee blogs que estén escritos por personas con experiencia propia, ya sea porque recuerdan vidas pasadas, o porque llevan años dedicándose a la terapia regresiva (aunque con algunos de estos también hay que tener cuidado, especialmente si dicen ser “discípulos de Brian Weiss”).
  • Asegúrate de leer bien el texto antes de comentar, tal vez te estés metiendo en un berenjenal como este.
  • Deja de confundir al personal. Por desgracia, ya hay bastantes charlatanes en el mundo de la reencarnación, y no todos los lectores tienen suficientes conocimientos científicos como para diferenciar lo que es serio y lo que no. Y yo no doy abasto para contrarrestar tanta insensatez.
  • Olvídate de la Biblia y vuelve al mundo real. Si te guardas tus creencias para ti mismo, nos harás un favor a todos.
  • Si es posible, intenta mejorar la redacción.
  • Y, por favor, DEJA DE SPAMEAR MIS BLOGS.

Con cariño,

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La autora de este blog no pertenece a ninguna religión ni a ninguna secta, ni tampoco es ferviente seguidora de ninguna doctrina espiritual, espírita o new age. Tampoco es una fanática lectora de ningún escritor más o menos popular que hable en sus libros sobre terapia o hipnosis regresiva.

La autora de este blog tiene una amplia formación científica y por ello piensa por sí misma para llegar a las conclusiones y opiniones que aquí se ven reflejadas. La reencarnación es un fenómeno natural y universal. El único objetivo de este blog es reflexionar y ofrecer algunas claves para que todo el mundo pueda darse cuenta de ello por sí mismo.

En ningún caso la autora de este blog posee la Verdad Absoluta. Las opiniones de la autora de este blog son personales, intransferibles y siempre sujetas a discusión. Solo ha vivido una serie de experiencias personales que la han transformado interiormente en los últimos años. Puede dar consejos a todo aquel que lo solicite, pero en ningún caso puede ofrecer ayuda profesional.

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