sábado, 21 de marzo de 2015

Signs of reincarnation (grupo en Facebook).

Igual que me quejo a veces de ciertas insensateces que una tiene que oír cuando descubre ciertas páginas en español que hablan de reencarnación, también me gusta de vez en cuando reconocer el trabajo que otros hacen. Hoy es el turno de un investigador llamado Jim Matlock, antropólogo y parapsicólogo que ha trabajado en instituciones tan prestigiosas como la Sociedad Americana de Investigaciones Psíquicas en Nueva York, o el Centro de Investigación Rhine en Durham, Carolina del Norte. Gracias a su educación científica, su forma de investigar la reencarnación está en la misma línea que el trabajo del Dr. Ian Stevenson y el Dr. Jim B. Tucker, ambos de la Universidad de Virginia, solo que Jim Matlock ha ampliado su espectro de sujetos estudiados y también está recopilando datos sobre adultos que recuerdan vidas pasadas.

Hace unos meses abrió un grupo en Facebook llamado Signs of Reincarnation, al que cualquiera se puede unir, y por primera vez puedo afirmar que no estoy perdiendo mi valioso tiempo leyendo los documentos y las opiniones de los integrantes del grupo. Sobre todo es un placer oír afirmaciones como “No hay evidencias científicas que apoyen la existencia del karma”, o “No hay datos objetivos que nos permitan decir sin lugar a dudas que venimos aquí para aprender determinadas lecciones”. Por supuesto, tampoco se habla sobre cómo funciona la reencarnación, porque lo cierto es que aún no tenemos ni idea de cuál es el mecanismo por el que reencarnamos. Ahora mismo nuestro trabajo es recopilar todos los datos posibles y tratar de llegar a alguna conclusión, y no dar por supuesta ninguna creencia asociada a la religión o a determinadas enseñanzas new age que tanto abundan en la red.


En lo que respecta a la situación en países hispanohablantes: por una parte, me alegra que los niños que recuerdan vidas pasadas estén recibiendo cierta atención mediática en las últimas semanas. Está bien que algunos de los casos descritos en el programa de televisión Ghost inside my child estén llegando al público ya traducidos. Por otra parte, tengo la impresión de que aún nos queda mucho por andar para que se tomen en serio las experiencias de personas como yo. No soy la única ni mucho menos, como prueba el grupo Signs of Reincarnation. Algo que al principio nos choca cuando llegamos a este grupo es que no dan demasiada validez a los recuerdos obtenidos por hipnosis regresiva, sino que prefieren los recuerdos surgidos espontáneamente, incluyendo los que aparecen cuando escuchamos una grabación de autohipnosis o cuando meditamos. Me imagino que la razón detrás de esto es la idea tan extendida de que alguien te puede implantar recuerdos falsos en una sesión de hipnosis, algo que no se corresponde con la realidad, al menos si hablamos de un profesional serio que sabe lo que hace. Aún así, no me molesta que tomen esa precaución, porque de algún modo me da confianza sobre mi propia experiencia, la cual comenzó de manera totalmente espontánea. Aún recuerdo todo lo que tuve que luchar para decirle a la gente que la hipnosis regresiva no es el único método para recordar vidas pasadas. Más bien al contrario, puedes recurrir a ella si lo necesitas, si no eres capaz de relajarte solo o si piensas que tienes un trauma, pero la autohipnosis o la meditación son las técnicas más utilizadas para recordar, por lo que he visto. Ojalá la gente fuera más consciente de este hecho. Recordar no es complicado. Los límites están en nuestra mente. Poder hablar con personas que han pasado por lo mismo que tú y que lo ven como algo normal te hace sentir mucho menos solo y menos raro. Y si encima puedes hablar de tú a tú con científicos que se interesan de verdad en lo que tienes que contar y que no te van a decir que has perdido un tornillo, eso no tiene precio.

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viernes, 13 de marzo de 2015

Niños que recuerdan vidas pasadas (2).

He de reconocer que los niños que recuerdan vidas pasadas no es uno de los temas que más me han interesado dentro de la reencarnación. Cuando tus propios recuerdos comienzan a manifestarse en tus meditaciones y buscas respuestas, los niños que recuerdan vidas pasadas son poco más que una anécdota que no te ayuda a lidiar con esos recuerdos ni a comprender qué te está pasando. Sin embargo, desde el punto de vista de la investigación, las experiencias de los niños tienen aparentemente más validez, puesto que aún no ha dado tiempo a que sus mentes infantiles se vean influenciadas por la educación y las creencias religiosas que los adultos enseguida queremos imponer sobre ellos. Además, parece que sus mentes están más estrechamente conectadas con la dimensión espiritual que acaban de dejar, parecen ser capaces de recordar con una exactitud asombrosa momentos previos a su nacimiento, y si solo los escucháramos un poco más, muchas veces nos sorprenderíamos. 

Aquí en España el fenómeno de los niños que recuerdan vidas pasadas es nuevo, aunque estos casos, igual que ocurre con las ECM’s, llevan decenas de años siendo estudiados en otros países. Cuando yo empecé a investigar sobre reencarnación, es lo primero que me encontré: los trabajos de Ian Stevenson y el foro de Carol Bowman, sin el cual habría estado muy perdida. Recomiendo a todos los lectores del blog que busquen sus libros. Yo he aprendido mucho más de otras personas que también recordaban sus vidas pasadas, pero de momento parece que ser adulto y recordar vidas pasadas es una excepción o muy pocos quieren intentarlo. Para los que se entretienen leyendo historias sobre niños que recuerdan vidas pasadas, hoy os cuento un caso sorprendente sacado del libro Children’s Past Lives de Carol Bowman (no es una traducción literal):
Estos niños no solo vienen con recuerdos, sino también con un conocimiento de cómo son las cosas en el mundo espiritual que no se corresponden con el conocimiento que un niño de esa edad debería tener. Un ejemplo es la hija de Lisa, Courtney, que tenía cuatro años y medio en aquel entonces: un día su hermano Joey, más pequeño que ella, estaba contemplando una foto de bebé de Aubrey, una hermana mayor. Joey preguntó dónde estaba él cuando esa foto había sido tomada. Aubrey respondió: “Estabas en el cielo de los bebés esperando a nacer”. Courtney se indignó frente a esta respuesta y respondió: “¡No! ¡No es así como funciona!” Explicó: 
“Vas al cielo, tienes un corto tiempo para descansar, parecido a unas vacaciones, pero entonces tienes que volver a trabajar. Tienes que empezar a pensar sobre qué es lo que tienes que aprender en tu próxima vida. Tienes que empezar a elegir tu próxima familia, una que te ayudará a aprender lo que sea que tienes que aprender. El cielo no es un lugar en el que te puedas quedar para siempre. No es solo un lugar donde relajarte y ponerte cómodo. Tienes que trabajar allí.”  
Su madre, Lisa, se quedó sorprendida de la seriedad en sus palabras y del concepto que tenía sobre el cielo. Decidió preguntarle algo más:
—Courney, si has estado en el cielo, ¿lo recuerdas?
—Sí.
—Bien, entonces, has debido de ver a Dios.
Asintió. Entonces Lisa pensó que la iba a poner en un aprieto y le preguntó:
—Yo no recuerdo a Dios. ¿Podrías decirme cómo era Dios?
Lisa esperaba una versión “hollywoodiense” de Dios, algo así como una luz brillante o un cálido sentimiento. Lisa relata que Courtney la miró como atravesándola con su mirada y dijo:
—Sabes, solo vi a Dios con mi alma.
Lisa se dijo que debería haber sabido que no iba a conseguir ponerla en un aprieto.

Pero aún hay más. Cuando Courtney tenía seis años, Lisa estaba viendo la televisión sin poner mucha atención, y Courtney estaba cerca jugando. De pronto preguntó por qué había una mujer llorando en la tele. Lisa le explicó que era porque iban a ejecutar a su hijo por haber cometido un crimen, sin querer especificar que ese crimen era una violación. Courtney dijo:
—Bueno, mamá, esa mujer no entiende, por eso está triste.
—¿Qué quieres decir con eso de que no entiende? —dijo Lisa.
—Bueno, no entiende que cuando alguien ha arruinado tanto su vida como este hombre, morir no es en realidad un castigo. Porque cuando muere, comienza todo otra vez y vuelve a ser un bebé en una nueva familia sin que nada malo que haya hecho le siga. Y eso es realmente mucho mejor para él porque así no malgasta su energía, y será capaz de aprender lo que necesita aprender mucho más fácilmente si comienza otra vez. Y ella no comprende esto, mamá, porque si lo hiciera, no estaría triste.
Después, Courtney salió de la habitación como si nada. Lisa estuvo unas tres horas meditando sobre lo que Courtney había dicho, siendo perfectamente consciente de que aquello no podía provenir de ellos, miembros de una iglesia presbiteriana, donde ese tipo de dogma religioso no es usual. Era imposible que Courtney hubiera escuchado ese razonamiento antes. 
Aún así, cuando las evidencias están delante de nuestros ojos, hay personas que siguen queriendo imponernos sus creencias en cuanto a la existencia de determinadas “leyes naturales” que rigen la reencarnación. No sé si a los lectores les pasa lo mismo, pero yo prefiero las evidencias.



lunes, 9 de marzo de 2015

Qué es ser reencarnacionista (para mí).

El otro día navegando por la red vi que hay otras personas que también utilizan la palabra “reencarnacionista”. Sin embargo, observé que para algunos esa palabra tiene cierta connotación negativa porque para ellos parece ser sinónimo de “ferviente creyente en la reencarnación”, próximo a una especie de fundamentalista religioso. Olvidaron especificar cuál es su propia definición de reencarnacionista, porque como se puede ver en la columna lateral del blog, esta palabra aún no está recogida en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Por tanto, por “reencarnacionista” cada uno entiende lo que quiere.

Hoy me apetecía profundizar en esta cuestión. Como ya he comentado alguna vez, para mí lo más importante no es “creer” o no —la creencia en ella no es un requisito indispensable para recordar o para que tu hijo te diga que antes tenía otra madre—, sino tener recuerdos propios. Tampoco me vale una regresión aislada o un sueño que tuve hace cuarenta años que no me resuelven mis dudas. No. Recordar vidas pasadas supone enfrentarte también a una serie de emociones que surgen de tu interior y a una serie de preguntas trascendentales que te vas haciendo a lo largo del camino, las cuales te arrastran más y más y te llevan a continuar en tu búsqueda espiritual. Esto no significa que “recordar” te haga creer en la reencarnación instantáneamente. Esto es un proceso muy largo con muchas fases, distintas para cada uno. A veces utilizo las palabras “recuerdo” o “recordar” solo por una cuestión de ahorro, no porque esté segura de que todo lo que sale en una meditación sea de verdad un recuerdo. Siempre debemos mantener una actitud racional e investigar esos posibles recuerdos, tratar de verificarlos, y si eso no es posible, siempre ser conscientes de que hay un margen para el error.

Recordar vidas pasadas supone establecer una conexión con tu alma, yo superior o como cada uno quiera llamarlo, que ya no va a desaparecer. Aunque para muchos sea algo difícil de comprender o de llevar a cabo, la meditación tiene esos efectos: es como un entrenamiento cerebral que poco a poco te hace ser más intuitivo, te hace estar más alerta de las señales que tu alma te envía constantemente. Al principio mis recuerdos llegaron como un violento tsunami que amenazó con ahogarme. Hoy llegan gota a gota, pero la conexión siempre está ahí, y cuando menos te lo esperas, ocurre algo en la vida real que te hace recordar que todo sigue igual: esa persona que fuiste, las emociones que sentiste, están todavía vivas. Como siempre decimos, la muerte no existe, y el pasado se convierte en presente para los reencarnacionistas.


Ayer me ocurrió cuando vi el reportaje sobre la capitán Zaida Cantero. Podría decir que sufrí un trigger en toda regla. No me vinieron muchos flashes, pero sí muchas emociones que llegaba a sentir quemándome en el plexo solar y que me hacían viajar a dos de mis vidas pasadas. Solo siendo testigo de sus silencios, adivinando el calvario por el que ha tenido que pasar durante largos años, y sobre todo, viendo cómo una vez más reinan la impunidad y la injusticia en algo tan serio como son los abusos sexuales, me hervía la sangre. Volvía a verme a mí misma ignorada por la sociedad, atrapada, condenada al silencio porque sabía que nadie me iba a ayudar, en unos tiempos en que las mujeres eran mucho menos de lo que somos ahora. Muchas mujeres pueden sentirse identificadas, eso no lo dudo. Pero no es lo mismo sentir empatía o compasión por alguien, que comprenderla al cien por cien por haber vivido algo similar. De hecho, si a ti también te hierve la sangre o sufres de alguna reacción emocional muy intensa como taquicardias, náuseas o bajadas de tensión cuando conoces casos similares al de Zaida, y sabes que en esta vida no has sufrido ningún tipo de abuso, tal vez te venga de una vida pasada.

Para mí, ser reencarnacionista supone mucho más que sonreír ante la perspectiva de volver a vivir, creer en almas gemelas, encontrar en el karma las respuestas a nuestras eternas preguntas o soñar con haber sido aquello que siempre hemos querido ser. Ser reencarnacionista y sentir, hoy, en tu propia piel, las emociones que originaron los traumas que te ocurrieron en el pasado, supone hacerte mucho más sensible a las injusticias que aún siguen ocurriendo en nuestro mundo. Estar seguro de que vamos y venimos continuamente no nos hace menos responsables de lo que ocurre en él, “porque al final no pasa nada”. Más bien al contrario, nos hace ser mucho más conscientes de que no hay karma que valga, y que somos nosotros, con nuestras propias decisiones, los que hacemos que el mundo sea como es.

Cuando pienso en casos como los de Zaida, no es la “maldad” del agresor lo que más me quita el sueño. Me duelen mucho más la complicidad y el silencio de todos los testigos que estuvieron allí y no tuvieron la fortaleza de ponerse de su lado. Me hace recordar —una vez más— que el progreso de la especie humana es exasperantemente lento. Además me produce mucha tristeza porque me pregunto si en una próxima vida Zaida también tendrá que hacer frente a las secuelas psicológicas de haber sido acosada laboral y sexualmente, como me ocurre a mí. Lo bueno es que me devuelve las ganas de luchar por aquello que creo que es justo, y despierta en mí el lado rebelde que en otras ocasiones me ha llevado a finales no muy agradables.

Ser reencarnacionista es viajar a lo más oscuro del ser humano. Para mí supone una veteranía en esto de recordar. Es haberte dado cuenta de que recordar vidas pasadas es un cambio muy profundo en tu forma de ver las cosas. Es una forma de vida. Tiene muchas cosas buenas, pero también hay etapas muy duras. Recordar vidas pasadas no es un mundo de color rosa lleno de luz y amor, aunque muchos aún continúen pensando así. Si tú aún lo piensas, te diría que aún no eres un verdadero reencarnacionista... pero mi definición de reencarnacionista aún no está aceptada por la RAE, así que no puedo llegar tan lejos. Si quieres, puedes contarme en los comentarios qué tipo de reencarnacionista eres tú.

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La validez de la hipnosis para verificar vidas pasadas.

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La autora de este blog no pertenece a ninguna religión ni a ninguna secta, ni tampoco es ferviente seguidora de ninguna doctrina espiritual, espírita o new age. Tampoco es una fanática lectora de ningún escritor más o menos popular que hable en sus libros sobre terapia o hipnosis regresiva.

La autora de este blog tiene una amplia formación científica y por ello piensa por sí misma para llegar a las conclusiones y opiniones que aquí se ven reflejadas. La reencarnación es un fenómeno natural y universal. El único objetivo de este blog es reflexionar y ofrecer algunas claves para que todo el mundo pueda darse cuenta de ello por sí mismo.

En ningún caso la autora de este blog posee la Verdad Absoluta. Las opiniones de la autora de este blog son personales, intransferibles y siempre sujetas a discusión. Solo ha vivido una serie de experiencias personales que la han transformado interiormente en los últimos años. Puede dar consejos a todo aquel que lo solicite, pero en ningún caso puede ofrecer ayuda profesional.

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