Una de las principales razones por las que aún escribo en blogs y foros es porque de vez en cuando te encuentras con personas con las que compartes más cosas de las que podías imaginar. Y eso me hace sentir menos sola. Guillaume me dejó un comentario cuando descubrió este blog, desde entonces hablamos mucho en privado y encontramos que teníamos muchas cosas en común. Ambos recordamos múltiples vidas pasadas, y ambos lo hemos hecho siguiendo el mismo método: la regresión. Lo hicimos en nuestras casas, sin nadie que nos ayudara, solo por curiosidad, por conocernos mejor, o por averiguar el origen de algunos de nuestros problemas actuales. Ambos afirmamos lo mismo: todo el mundo puede recordar vidas pasadas, y si empiezas a hacerlo, el viaje te llegará realmente lejos.
De manera muy resumida, esta es su experiencia:
«Hola, mi nombre es Guillaume, tengo 42 años y soy francés, de París. Acepté la invitación de Ana María de escribir un artículo. ¿Por qué? Porque como ella creo en la reencarnación, como ella obtengo recuerdos de mis vidas pasadas a través de regresiones, y como ella escribo un blog y publiqué
un libro.
Lo primero de todo, para entender cómo y por qué llegué a recordar mis vidas pasadas, debo contar un poco de mi historia. Comenzó hace más de veinte años. Cayó en mis manos un libro sobre reencarnación que mi madre me había prestado. Era un libro de un científico y autor francés, Patrick Drouot. En él contaba cómo estaba sanando a pacientes de traumas psicológicos haciendo regresiones a vidas pasadas, e incluso contaba algunas de sus propias vidas pasadas. Yo no era religioso y no creía en Dios ni en el más allá en aquel entonces. Pero el libro de Patrick Drouot me convenció bastante. Abordaba el tema de manera científica, con un pensamiento lógico que me agradaba. Todo el proceso de reencarnación parecía de pronto tan natural que me convenció bastante. Pero yo no soy alguien que se crea nada solo leyendo un libro. Sentía curiosidad y necesitaba verlo por mí mismo. Afortunadamente en este libro había una descripción del método de regresión utilizado por Drouot. Estaba hecho para ser usado por dos personas: un guía y un paciente. Yo quería intentarlo solo, y no veía por qué no podría hacerlo así. Así que lo hice. Un día me preparé para la meditación y elegí un foco. Para mí un foco es un elemento del presente (una pasión, una persona, un lugar, etc.) en el que te concentras para averiguar si hay una conexión con una vida pasada. A veces tienes un fuerte sentimiento por algo y no hay una razón válida. Puede que ames un país y sientes como si ya lo conocieras. O puede que tengas un talento innato para el violín desde la infancia. O puede que sientas que conoces a alguna persona desde hace más tiempo, no solo de tu vida actual. Yo tenía muchos focos que quería probar. Pero para un primer intento no elegí los más obvios, sino que estos los guardé para más tarde. Decidí focalizarme primero en lobos. Siempre sentí una gran pasión por este animal y no sabía por qué.
No esperaba resultados espectaculares al principio, pero lo que encontré me pareció espectacular. Me vi como un trapero en Quebec (Canadá francesa) al final del siglo XIX o comienzos del XX. Estaba en un bosque nevado cerca de una loba. Yo era alto con el pelo rubio y barba. Pero esta primera regresión no fue una feliz, ya que me vi muriendo de una caída en el río cuando estaba tratando de rescatar a un hombre herido. Estos recuerdos parecían tan reales que era asombroso. De algún modo oí el nombre de un lugar que acababa en «…amis», y encontré que en Quebec, a lo largo de la costa norte, hay un pequeño pueblo y un río que se llama Betsiamites. Estuve seguro de que había vivido y muerto cerca de este río. Traté de hallar indicios de este trapero en registros pero no lo conseguí. No era alguien famoso, y los registros de nacimiento y defunción que encontré para Betsiamites solo comenzaban alrededor de 1910. Era un poco tarde para la vida que estaba buscando.
Después de este intento exitoso, quería encontrar más. Y lo hice. Encontré mucho, mucho más. Y conseguí más y más indicios que confirmaban la realidad de mis vidas pasadas: pequeños detalles que pude verificar en datos históricos. Tomados uno a uno, estos indicios podrían pasar por una coincidencia. Pero cuando amontonas coincidencia sobre coincidencia docenas de veces, ya no puede ser una coincidencia. Por ejemplo, encontré una vida pasada de un hombre inglés que fue un lord en el siglo XVII o XVIII. Vi que amaba a una mujer llamada Mary que murió joven dando a luz. El nombre de este lord sonaba como "Hondin" o "Hindon". Después de una pequeña investigación hallé un baronet de Lancashire cuyo nombre era Hoghton, y estaba casado con una Mary que murió joven. ¡Vaya coincidencia! Como baronet no era realmente un lord, pero es más o menos lo mismo. Otros indicios confirmaron que este hombre era el que vi en la regresión.
Pero Sir Hoghton no es la primera de mis vidas pasadas que he verificado. La primera es una bastante famosa, y esa es la razón por la que reconocí su nombre inmediatamente: Corot. Es conocido en Francia e incluso más allá. Era un pintor. Yo era joven cuando encontré esto en una regresión, solo tenía veinte años. De Corot solo había oído el nombre, y no sabía quién era realmente, ni lo que pintaba, ni siquiera en qué siglo había vivido. Supe que fui Corot en esta vida pasada porque me vi firmando una pintura con su nombre. Vi la casa en la que vivió, los jardines alrededor, una joven mujer… y por las ropas estimé que era el siglo XVIII o XIX. Después de la regresión investigué sabiendo que ciertamente podría encontrar detalles de la vida de Corot en biografías. Lo que me hizo clic inmediatamente fue una pintura de su casa familiar en Ville d’Avray, París. Era exactamente la misma casa que yo había visto. Yo vivía en París entonces y supe que tenía que ir ahí. Así que fui y encontré la casa, aún allí cerca de los estanques que a Coret le encantaba pintar. Desafortunadamente se construyó un muro alrededor de la propiedad y no pude ir más allá. De pronto exclamé: “¡No había muro antes!“, algo que no podía saber en ese momento, ya que no era visible en la fotografía. Pero más tarde pude verificar que realmente este muro no estaba allí en el tiempo de Corot.
No puedo daros todos estos indicios en este corto artículo, pero lo cuento todo en mi blog para que os podáis hacer una idea.
Después de esa, descubrí muchas otras de mis vidas pasadas: un centurión romano en la Guerra de la Galias, un asaltante vikingo en Normandía, un druida galo, un monje italiano en el siglo XII, un guerrero huno durante las invasiones bárbaras, un yogi indio en el siglo X, un filósofo griego en Rodas y Atenas, y muchas más. Encontré incluso algunas vidas pasadas en las que fui mujer: una devadasi (bailarina sagrada) en India o una sanadora tradicional africana por ejemplo. Estas vidas en el otro género no son comunes, suponen alrededor de un 10% de mis vidas pasadas. Creo que nuestra alma puede tener una afinidad por un género en el que prefieres encarnar.
En total encontré 23 vidas pasadas. Podrías decir que son demasiadas para ser verdad. Pero todos nosotros vivimos de hecho muchas vidas, y no es inusual vivir docenas de vidas. No sé si hay más por descubrir. Ya es difícil intentar conocerlo todo sobre una vida, así que, ¡imagínate 23 vidas! Es un trabajo muy largo tratar de averiguar lo que podría haber hecho y vivido todas esas veces.
Lo que es muy interesante, y jugó un papel importante en convencerme acerca de la realidad de mis vidas pasadas, es que estas vidas no son simplemente historias sin ningún vínculo con el presente. Algunos de los primeros recuerdos que me vinieron podían explicar problemas que tenía en el presente, o podían explicar algunas de mis pasiones, o mis relaciones con algunas personas que conocía entonces. El ejemplo más impresionante es mi talento precoz para el dibujo. Desde que recuerdo en mi vida presente, siempre tuve pasión y aptitud para el dibujo, algunas personas lo llaman un don. Obviamente, este talento está relacionado con mi vida pasada como pintor. Nací con aptitudes latentes que solo necesitaban ser reveladas según practicaba. Y en la actualidad por fin llegué a ser un artista profesional dedicado a la ilustración y a los comics.
Otros ejemplos no son tan agradables. Descubrí que como Sir Highton acabé mi vida ciego. Un temprano accidente de caza fue probablemente la causa de ello. Mi visión fue desapareciendo lentamente hasta que no pude ver nada. Fue una experiencia muy extraña vivir una regresión en la que no podía utilizar mis ojos. Sin embargo, aún podía sentir las cosas que me rodeaban en mi casa y que conocía de memoria, por supuesto. Este final de vida ciego podría explicar por qué en mi vida actual tengo problemas recurrentes en mis ojos a causa de alergias.
Otro ejemplo está ligado a mi vida romana como centurión. En esta vida tenía un serio problema de adicción al sexo, según parece. Anhelaba tener sexo con cualquiera, ya fuera hombre o mujer, no importaba. Regresiones posteriores me mostraron que abusaba de jóvenes, y también conseguía lo que quería con esclavos, claro. Incluso utilizaba el sexo como forma de tortura en tiempo de guerra. No es algo de lo que me guste hablar, no estoy orgulloso de ello. Pero pienso que es necesario porque es una buena forma de ilustrar cómo nuestras acciones se saldan tarde o temprano. Hace varios años tuve una grave enfermedad que pudo haberme matado, y estaba relacionada con los genitales. Mis malas acciones como romano tuvieron finalmente sus consecuencias sobre mí. Quizá estoy aún vivo porque era consciente de lo que había hecho siglos antes y sentí un sincero arrepentimiento por eso. Ese es un perfecto ejemplo de lo que se llama karma, la ley de causa y efecto, o pago. Es indisociable de la reencarnación, porque creo que es la principal razón por la que encarnamos una y otra vez. Tenemos lecciones que aprender.
Algo difícil de comprender es que tú ya no eres tus vidas pasadas. Tú eres tu yo presente. Aún así, guardas en tu presente algún tipo de historial psíquico que procede del pasado. Es como la infancia y la edad adulta. Cuando te haces adulto, ya no eres el niño que eras. Pero lo que viviste en tu infancia puede influir tu vida de adulto. Por ejemplo sé que tuve muchos problemas en mi vida presente a causa de mi vida romana. En aquella vida no tenía ninguna consideración por los demás e hice algunas cosas malvadas, especialmente con los esclavos, durante la guerra. Fue una deuda que tendría que pagar a lo largo de muchas vidas siguientes. A causa de ello, sé ahora por qué tuve que superar algunos obstáculos. La vida presente cobra más sentido a la luz de nuestras vidas pasadas.
En cuanto a las relaciones con la gente, descubrí que no reencarnamos solos. De hecho todos somos miembros de una especie de grupo de almas (me gusta llamarlo “tribu”) y con frecuencia reencarnamos con nuestros soulmates. El truco está en que los papeles no son siempre los mismos. Tu madre puede convertirse en tu hija, tu hijo puede convertirse en tu hermano, etc. ¡Incluso puedes cambiar de género! Imagina que tu padre se convierte en tu esposa… Puede ser difícil de aceptar y comprender.
Por todo ello, pienso que buscar recuerdos de vidas pasadas puede ser peligroso si no estás mentalmente preparado. Yo no lo estaba cuando comencé mis experiencias, y puedo decir que pasé por momentos difíciles. Debes saber que las primeras imágenes de vidas pasadas que encuentras son con frecuencia traumáticas. Cuando vas más lejos en las regresiones puedes encontrar momentos felices y escenas del día a día, pero por lo general estos no son los primeros recuerdos que aparecen. Escenas de muerte, tragedias, guerras, suelen venir con más facilidad. Creo que es un dolor necesario cuando estás buscando vidas pasadas, porque si pasas por los traumas, esos malos recuerdos son los que más te ayudarán en tu vida presente.
La regresión en la que vi a Mary morir dando a luz a una niña, en mi vida como Sir Hoghton, fue uno de esos momentos difíciles. Amaba a esa mujer, lo sabía, y según vivía esta tragedia, sentí un flujo de emociones como si estuviera sucediendo ahora y entonces. Era la primera vez que lloraba de verdad al final de una regresión, balbuceando “Mary, Mary…” Esta escena me obsesionó durante años, a veces dejándome en un profundo estado de tristeza. Lo más difícil de manejar fue el hecho de que no era consciente de si conocía a esta persona en mi vida presente. Recuerdo una noche que estaba llorando, hablando con mi madre, contándole sobre Mary y repitiendo: “¡No sé quién es!” Mi madre era una de las pocas personas a las que había hablado de mis experiencias. Ella tenía la mente abierta y me creía. Los demás solo escuchaban, y su silencio me decía más que las palabras. Para ellos me había vuelto loco.
Desde mi primera regresión, hace más de veinte años, hubo periodos en los que perdí el interés en vidas pasadas. A veces estás demasiado ocupado con la vida del día a día, tienes otras preocupaciones, y la espiritualidad está un poco lejos de ellas. Incluso tuve dudas, a veces, sobre todo esto, sentía que quizá era solo mi imaginación. Pero recordaba todos los indicios y en conjunto las emociones de mis vidas pasadas, y me convencía otra vez. Mary fue real, no podría tener tales sentimientos por un fantasma. Las películas pueden ser falsas, no los sentimientos.
Hace un año aproximadamente, un hecho trágico en mi familia hizo que me decidiera: ya no podía mantener en secreto todas mis experiencias. Debía haber una razón por la que había descubierto toda esta realidad. Quizá tenía que hablar de mis vidas pasadas y abrir la mente de la gente acerca de la reencarnación, la verdadera naturaleza de los seres humanos y el universo. Así que comencé a escribir mi vida como un “viajero del tiempo”. Decidí contar la historia completa, todo lo que sabía, sin filtros. Quería contarlo todo, incluso si era difícil de creer. Quería que la gente tuviera acceso a la misma cantidad de información que yo tenía, y que se hicieran su propia idea sobre la reencarnación. Abrí un blog de libre acceso y comencé a publicar mis textos. Y cuando tenía suficientes textos decidí publicarlos en un libro. Como soy autor de comics, ya había publicado libros, y tuve suerte: mi editor aceptó mi nuevo libro raro. Yo mismo ilustré mi blog y mi libro, y las buenas ilustraciones son un gran recurso para atraer la atención de la gente. En mi blog y libro doy gratuitamente mi método de regresión, derivado del que aprendí en el libro de Patrick Drouot. Creo que todo el mundo debería ser capaz de recorrer sus recuerdos de vidas pasadas. Tenemos tanto que aprender de ellas. Esa es la razón principal por la que hago esto. Si puedo ayudar con mi pequeña contribución a que la humanidad progrese, estaré contento. Puedes aprender a conocer mejor la verdadera realidad del mundo, a conocerte mejor a ti mismo, y así puedes progresar y evolucionar espiritualmente. En nuestro mundo demasiado materialista, es hora de que todos abran los ojos. Así que no te fíes de mi palabra. Os animo a todos a que deis el primer paso en el sendero del conocimiento. Cuando empiezas a ver la verdad, no puedes huir.
¡Os quiero a todos!
Mi blog:
Past Lives Project.»
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