¿Somos o no
somos la misma persona en cada una de nuestras encarnaciones? ¿Mantenemos la
misma personalidad vida tras vida? ¿Tiene nuestro espíritu unas características
determinadas que nos diferencian como individuo?
Estas son
preguntas muy frecuentes en el mundo de la reencarnación. He notado en los
últimos tiempos que hay personas que, por alguna extraña razón, piensan que la
existencia de la reencarnación implica una pérdida de su individualidad, y
tienen miedo de perder su “esencia”, lo que han sido, incluso a veces sus
recuerdos, o los recuerdos de las personas a las que quieren… Nada más lejos de
la realidad.
Antes de
profundizar en esta cuestión, creo que primero deberíamos definir qué es la
personalidad. Para no complicarlo mucho, solo diré que después de consultar
varias fuentes, creo que podríamos decir que la personalidad es el conjunto de
características físicas, genéticas y sociales que reúne un individuo, y que lo
hacen diferente y único al resto de los individuos. No solo influye la
herencia, sino también el ambiente en el que creces, la educación que recibes
dentro y fuera de casa, y cualquier acontecimiento acaecido durante la infancia
que pueda dejarte una profunda huella. De hecho, la infancia es una de las
etapas a la que los psiquiatras siempre acuden primero cuando necesitan
encontrar el origen de algún problema, muchas veces utilizando la terapia
regresiva. Pero, ¿qué ocurre cuando ese origen no está en la infancia, sino más
atrás? ¿Influyen nuestras vidas pasadas en nuestra personalidad?
Como es de esperar en un blog como este, la respuesta no puede ser otra: rotundamente, sí. Mucho
más de lo que podemos llegar a imaginar. Siempre suelo decir que nada es
casualidad. No digo esto porque sí. Lo digo con conocimiento de causa, y porque
yo misma, tras largo tiempo experimentando por mi cuenta, y también leyendo las experiencias de otras personas, he podido comprobar que hasta el más
insignificante detalle de nuestra personalidad, tiene relación con algo que
hemos vivido en el pasado (no necesariamente un trauma). Nuestros gustos,
nuestras aficiones, nuestras habilidades, aquello que nos produce un rechazo
visceral, lo que nos atrae y lo que no, nuestras simpatías por determinadas
personas, nuestra inclinación por algún oficio… Absolutamente todo.
Hay que tener
en cuenta que el ambiente en el que crecemos y la educación juegan un papel muy
importante, y esto es muy variable en cada vida… Evidentemente, no tiene nada
que ver una pequeña e indefensa señorita de familia noble, de la que lo único
que se espera es casarse con un buen marido y ser una buena esposa, que un
leñador de una aldea súbitamente asediada por invasores, que de pronto tiene
que defender a su familia. Y sin embargo… pueden encerrar al mismo espíritu. Por
ello hace poco pensé que deberíamos diferenciar entre características
“superficiales” de nuestra personalidad, que serían las que son más
susceptibles al cambio de una vida a otra (por ejemplo gustos por determinadas
comidas, aficiones, forma de vestir, etc); y características “profundas”, que
serían aquéllas más ligadas al espíritu y que se mantienen constantes o casi
constantes: cierta tendencia a la rebeldía, tener un espíritu aventurero, ser
más o menos generoso, resistencia frente a las adversidades, etc. Por supuesto,
el ser humano que somos en cada vida es el resultado de la mezcla de todos
estos factores, por lo que algunas de las características profundas se podrían
ver eclipsadas si encarnamos bajo determinadas circunstancias: si somos fuertes
e independientes, encarnar en una mujer con cuerpo débil y obligada a ser
sumisa, va a producir unos contrastes que van a ser difíciles de sobrellevar…
Por el contrario, si encarnamos en un hombre fuerte y agresivo, tal combinación
puede hacer que esa personalidad se desequilibre y que sus acciones no sean las
más adecuadas… y no creo que esto sea casualidad.
También creo
que nuestro espíritu (o sea, nuestro verdadero yo) es mucho más de lo que como
ser humano podemos llegar a ser y expresar. No en vano muchos dicen que el cuerpo
humano es como una cárcel para el alma. Dice Brian Weiss que en cada
encarnación escogemos aquellas características de personalidad que queremos
trabajar, como si fueran un traje, y con él nos enfrentamos a la vida que hemos
elegido vivir. Yo estoy bastante de acuerdo con esta teoría… porque lo he
vivido personalmente. Después de dos años meditando y haciendo regresiones con
frecuencia, me he dado cuenta de que nada en mi personalidad es así por
casualidad. Cuando empecé mi viaje personal apunté en mi diario de vidas
pasadas aquellos rasgos que pensaba podían estar relacionados con vidas
pasadas, y casi todos acabaron teniendo su explicación. Y a día de hoy, cuando
tengo determinadas reacciones ante situaciones de la vida diaria, o me hundo en
determinados estados de ánimo, sé perfectamente que a veces provienen de
circunstancias que viví en otras vidas, hace ochenta años… o hace tres siglos.
Porque el tiempo, en esto de las vidas pasadas, no significa nada.
Algunos pueden objetar, como hace poco pude leer en un foro, que muchos de los que hacemos regresiones, podríamos estar imaginando esa causa que ha producido determinado problema en nuestra vida actual. Que sin duda esto tendría su valor terapéutico, pero no tiene por qué ser una vida pasada realmente, sino solo una forma de nuestra mente de procesar ese trauma. Por ejemplo, si tenemos dolor en las cervicales, podríamos “imaginar” en el transcurso de esa regresión que fuimos ahorcados en una vida pasada. Al aceptar esa supuesta muerte traumática, el dolor desaparece. Sin duda, esto sucede muchas veces. La cuestión es… que cuando haces no solo una, sino docenas de regresiones, empiezan a surgir “historias” que, aunque pueden explicar parte de nuestra personalidad, por ejemplo, son ricas en muchos otros detalles que nadie, jamás, habría elegido “imaginar” para sí mismo. Aparte de que no siempre se da esa relación entre dolor físico en la vida actual y cierto acontecimiento traumático en vidas pasadas… o yo posiblemente no podría ni levantarme de la cama. Yo jamás tuve ningún problema en mis cervicales… y sí, he muerto ahorcada en alguna ocasión. Y además es una de las vidas que tengo verificadas. Pero no soy solo yo. Hay otros muchos que recuerdan haber sido víctimas del holocausto, o soldados muertos en una batalla, o víctimas de asesinatos… y muchos otros recuerdan haber matado, que, aunque no lo parezca, suele ser igual o más de traumático que haber sido víctima, por los sentimientos de culpa que acarrea. Nadie quiere recordar esas cosas. De eso estoy completamente segura.
Pero, volviendo
al tema que nos ocupa, he llegado a la conclusión de que todos nosotros, en
estado espiritual, tenemos nuestra propia personalidad. Somos como un diamante
con múltiples facetas que deben ser pulidas a través de milenios y sucesivas
encarnaciones. Son tantas las facetas que solo podemos elegir dos o tres en
cada una de nuestras vidas. ¿Cambiamos? Pues aquí podría haber tantas
respuestas como individuos: cada uno es libre de cambiar o no. Todo depende de
qué queremos hacer. Algunos solo vienen de vacaciones, a divertirse… otros sí
vienen a aprender, o al menos lo intentan. Posiblemente hay vidas duras y vidas
no tan duras para poder descansar un poco. Cada vida es totalmente distinta a
la anterior, porque de eso se trata, de experimentar todo lo que podamos, de
todas las maneras posibles. Todas las experiencias te cambian, así que tal vez
se pueda decir que sí, cambiamos… pero lo que yo he observado personalmente es
que ese cambio se produce muy poco a poco. Algunos avanzan, y luego retroceden
(aparentemente). Puede que en una vida hayas sido alguien ejemplar… y en otra
cometes “errores” incomprensibles. Es un proceso largo y laborioso. Pero solo
así nuestro espíritu puede ir enriqueciéndose y adquiriendo sabiduría. Me gusta
comparar este proceso con la forja de una espada: poco a poco la vida te va
haciendo madurar, y aunque en esencia sigues siendo el mismo, tal vez tu
carácter y tu forma de reaccionar ante determinadas situaciones van cambiando
con el paso de las vidas. Supongo que si no fuera así, nada de esto tendría
sentido. Siempre es mejor la compasión que matar a alguien, aunque ese alguien sea
tu enemigo. Por desgracia, lo más normal es que necesitemos unas pocas decenas
de vidas para comprender algo tan básico.
Por último,
añadir que intuitivamente sé qué características son propias de mi espíritu (mi
verdadero yo). Esas características suelen ser comunes a varias vidas... y se hacen más claras en estados "alterados" de consciencia, por decirlo así... cuando te logras "separar" de tu personalidad humana actual y conectas con tu yo superior, te desprendes del peso que supone ser un simple humano, a veces te haces consciente por unos instantes de que eres mucho más que esa persona de carne y hueso con la que tanto nos identificamos. En cambio, no estoy tan
segura de si lo que los demás perciben de mí coincide en todas ellas. Es decir,
no sabría decir si ciertos rasgos de personalidad como la
introversión/extraversión se mantienen. Yo diría que en estos casos hay un gran
componente genético, y por tanto varían con cada cuerpo. En las regresiones es
difícil llegar a tal nivel de detalle, pero por ejemplo sí que puedes llegar a
percibir si podía llegar a haber algún tipo de trastorno mental, o alguna
dificultad especial en el aprendizaje, o si tenías facilidad para
leer o escribir. El cuerpo limita muchas veces la capacidad de expresión del
espíritu. Y creo que la introversión/extraversión también entraría dentro de
esta categoría. En esta vida he sido siempre muy callada, sin embargo en otras
parece ser que no se me daba mal mediar en conflictos diplomáticos. En cambio,
el deseo de viajar y un fuerte sentido de mi libertad personal… eso no me lo
quita nadie.
Y algo que
impresiona mucho es cuando logras encontrar registros históricos de esa persona
que supuestamente fuiste en el pasado y encuentras tales similitudes con tu yo
actual (incluyendo rasgos superficiales y profundos de personalidad),
totalmente objetivos y documentados, que cuesta creer que se deba a una simple
casualidad. Eso es algo que todavía estoy tratando de asimilar…
Hola buenas no he leido aún tus publicaciones por falta de tiempo.
ResponderEliminarVeras yo por una parte quiero creer que existe la reencarnación sobretodo aunque te suene egoista o quizas tonto por si no lograse hacer en esta lo que quiero y siempre he querido de pequeña y en tal caso que siempre lo tenga presente y lograrlo si no en esta en otra vida.Hay cosas que en tal caso me gustaría cambiar en mi forma de ser de esta vida aunque no me gustaría ser alguien sin sentimientos o a saber.
Bueno no me alargo mas,saludos y besos.
Te aseguro que si no viviste la vida que debías vivir por culpa de otros que solo te hicieron daño, o que te pusieron muchos obstáculos en el camino VAS A VOLVER. Debes saber que el objetivo de la vida no es tanto encontrar la felicidad sino más bien llegar a ser el mejor ser humano que tú puedas ser, el camino es muy largo y a veces difícil de entender. Respecto a tus dudas sobre tus actitudes, escucha siempre esa vocecita que llevamos todos dentro que nos señala siempre lo correcto, ten en cuenta que nuestro espíritu es parte de una energía más grande que es Dios, o sea todos tenemos un poquito de esa chispa divina que se manifiesta en ese algo dentro de nosotros que nos indica el camino correcto, escucha a esa voz casi nunca se equivoca.
EliminarNo me parece que la personalidad pase de una vida a otra sino que la persona se forja una nueva personalidad cuando empieza su nueva vida y va tomando forma de acuerdo a los sucesos que ocurran en su vida así como lo mencionaste, lo que quiero enfatizar con este comentario es que la gente crece con una personalidad malvada o benévola de acuerdo a la cantidad de energía negativa o positiva que haya acumulado en sus vidas anteriores.
ResponderEliminarTambién quiero mencionar que el hecho de que una persona buena realice o se vea forzado a realizar actos malvados es porque este hecho va a ser parte del conocimiento espiritual que lo hará crecer porque para llegar a un pleno crecimiento espiritual se debe experimentar lo bueno y lo malo por igual y nuestras decisiones van regidas por la cantidad de energía acumulada.
No puedo estar de acuerdo del todo con tu comentario. Sí comparto que en cada vida se forja una nueva personalidad (partiendo de una "personalidad espiritual" que no cambia mucho), pero no creo que "la gente crezca con una personalidad malvada o benévola de acuerdo a la cantidad de energía negativa o positiva que haya acumulado". Eso suena demasiado a karma, y no creo en el karma.
EliminarTampoco creo que nadie se vea "forzado" a realizar actos malvados. Los actos malvados los realizamos porque nos da la gana, simple y llanamente, sea cual sea la razón por la que creemos que nuestra acción está justificada, y eso no necesariamente te lleva a crecer espiritualmente. Decir que nuestras decisiones están regidas por algo externo a nosotros, o por algo que hicimos en el pasado y que nos hizo acumular energía negativa o positiva es querer quitarnos responsabilidad sobre nuestros actos.
¿Te puedo preguntar si recuerdas vidas pasadas o hablas solo desde la teoría?
Gracias por comentar y un saludo.
Lo digo desde un punto de vista analítico.
EliminarSi la gente no crece con una personalidad malvada o benévola de acuerdo a su cantidad de energía positiva o negativa entonces porque en barrios de clase baja donde se ve violencia y cosas por el estilo hay gente que piensa y actúa de forma benevolente (desde ninos) igualmente en la clase alta donde no se ve violencia hay gente malvada; acaso al ver la violencia todo el barrio no se volvería malo o al ser buenos serían todos buenos?, y no digo que sea karma porque a las personas buenas también le pasan cosas malas (tampoco creo en el karma).
Lo actos malvados forzados me refiero en caso de guerra donde reclutan a todos los hombres y es tu vida o la del otro o en casos de extrema pobreza.
"...acaso al ver la violencia todo el barrio no se volvería malo o al ser buenos serían todos buenos?"
EliminarPor supuesto que no. Esta afirmación no tiene ningún sentido. Al ver violencia cada uno reacciona como cree conveniente, según lo que le dicte su libre albedrío, pero esto no tiene nada que ver con la cantidad de "energía positiva o negativa" que uno tenga, sino con los valores morales que le hayan inculcado sus padres y la sociedad en la que vive (supongo que estarás de acuerdo conmigo en que un niño no sabe lo que es el bien o el mal hasta que alguien se lo explica). Como mucho, podrías decir que las personas podemos tener ciertas tendencias innatas a reaccionar de una manera determinada, pero repito que eso no tiene relación con la "energía" (término demasiado "esotérico" para mí), sino posiblemente con el tipo de experiencias que ha tenido en otras vidas, aunque esos recuerdos sean inconscientes, y el residuo emocional que le pueda quedar. De todas formas estamos hablando de manera muy general y creo que esto depende mucho de cada situación.
"...no digo que sea karma porque a las personas buenas también le pasan cosas malas (tampoco creo en el karma)."
Precisamente los que creen en el karma encuentran explicación en él a que las personas buenas también les pasan cosas malas, porque asumen que puede ser por algo que hizo en una vida pasada aunque no lo recuerden.
"Lo actos malvados forzados me refiero en caso de guerra donde reclutan a todos los hombres y es tu vida o la del otro o en casos de extrema pobreza."
Gracias por la aclaración, pero esto no cambia mi comentario anterior. ¿La extrema pobreza justifica que yo me ponga a matar gente? En una guerra, ¿no puedo elegir que me maten o suicidarme en lugar de matar? Nadie me fuerza a lanzar una bomba en Hiroshima. Otra cosa es que prefiera eso a que me juzguen y me condenen por traidor a mi país, pero aún así, sigue sin ser un acto forzado. Es mi elección.
"... posiblemente con el tipo de experiencias que ha tenido en otras vidas, aunque esos recuerdos sean inconscientes, y el residuo emocional que le pueda quedar ..."
ResponderEliminarA esto es a lo que llamo energia acumulada (en realidad no tendría un nombre adecuado que no de a confusiones), debe haber un alma conectada a la mía que cuando uno muere allí se guardan las experiencias vividas en cada vida, siendo buenas o malas experiencias, algo así como una balanza y de acuerdo a esta balanza se determinará en algún grado nuestra personalidad, lo digo porque hay niños que desde muy temprana edad se les nota que son buenas o malas personas, toma como ejemplo el colegio donde veías como hay niños que tenían un adelanto espiritual (o así lo notaba yo) siendo más buenos de lo normal o más maliciosos de lo normal, hasta en una familia se ve esto entre los hermanos donde hay unos que son mas avispados que otros.
O en que se basa lo aprendido en unas vidas sino es aprendizaje para las demás.
Entonces retomando la idea central creo que la gente debe experimentar lo bueno y lo malo como experiencias espirituales pues para saber que es el amor debes también saber que es odiar, ninguna persona es buena del todo ni mala del todo. Pienso que una persona en su nueva vida tiende a ser buena o mala de acuerdo a la cantidad de experiencias buenas o malas que ha tenido (sin aplicar karma, no tengamos eso en cuenta).
Por ejemplo: si un alma antes de nacer tiene más buenas acciones que malas entonces su personalidad en la nueva vida tenderá a ser buena sin quitar que en su nueva vida pueda realizar actos malvados contando estos como experiencias de su nueva vida, allí estaría acumulando malas experiencias en su balanza espiritual, igual una persona que tiene mas malas acciones que buenas tenderá a tener una mala personalidad sin quitar que ésta persona en esta nueva vida tome conciencia y realice actos buenos contribuyendo a vivir buenas experiencias en su balanza.
Creo que de esta manera es que se crece espiritualmente.
Dame tu opinión sobre esto y como pregunta aparte desde tu perspectiva dime porque crees que en una familia los niños antes de que tomen conciencia de su entorno se les nota que van a ser buenos o malos.
OK, veamos... creo que hay muchas cosas que explicar.
EliminarEmpiezo por aquí:
"O en que se basa lo aprendido en unas vidas sino es aprendizaje para las demás."
El principal problema que veo en nuestra conversación es que tú hablas desde la teoría y tus creencias personales. Yo hablo desde mi experiencia recordando vidas pasadas (no una ni dos sino más de una docena con recuerdos consistentes y numerosos). Por tanto, difícilmente vamos a llegar a un consenso, ya que tenemos una perspectiva diferente. La cuestión del aprendizaje en tus vidas es voluntaria. Si quieres aprender, aprendes. Si no, no. Entiendo que todos necesitamos encontrar un sentido a la vida y al sufrimiento en el mundo, pero no tiene por qué haberlo. Y de lo único que estoy segura, incluso recordando vidas pasadas, es que nadie sabe con seguridad para qué estamos aquí.
Ahora, personalmente, ¿he aprendido algo en mis vidas pasadas? Sí. Más o menos que la vida consiste en tomar decisiones constantemente y ver a qué nos llevan esas decisiones. Siempre hay un lado positivo y negativo en todo, y como bien dices, no hay almas buenas o malas (entre otras cosas porque el bien y el mal son relativos). Cuando morimos vamos a reflexionar sobre lo que pasó y sacaremos conclusiones. En base a esas conclusiones, en nuestra próxima vida tenderemos a tomar unas decisiones distintas (la mayoría de las veces de manera inconsciente), SI QUEREMOS y si las circusntancias en las que nos encontramos nos empujan a ello. Nuestras experiencias muy raramente van a ser las mismas, porque como es lógico cambia la época, nuestra educación, nuestra genética, los valores malores, etc. Por tanto, mi opinión personal es que no tiene ninguna relación lo que ocurre en una vida con lo que ocurre en otra (a diferencia de lo que piensan los creyentes en el karma o incluso en alguna religión). EXCEPTO, que tus experiencias van a definir lo que eres y la manera en que reaccionas a la adversidades.
"Entonces retomando la idea central creo que la gente debe experimentar lo bueno y lo malo como experiencias espirituales pues para saber que es el amor debes también saber que es odiar, ninguna persona es buena del todo ni mala del todo."
Vale. Entonces, según tú, todos aquellos que han muerto en campos de concentración deben estar agradecidos porque eso les hizo evolucionar espiritualmente, ¿no? ¿Te puedo preguntar de qué forma el sufrimiento te hace evolucionar espiritualmente? ¿No crees que el dolor conduce al odio y a más sufrimiento? Según tu propio razonamiento, las personas que han tenido buenas vidas serán buenas y las personas que han tenido malas vidas serán malas. ¿En algún momento se rompería esa tendencia? Siento decirte que eso no coincide con ninguna apreciación que haya oído alguna vez de personas que recuerdan vidas pasadas (que somos muchas más de lo que parece).
"Pienso que una persona en su nueva vida tiende a ser buena o mala de acuerdo a la cantidad de experiencias buenas o malas que ha tenido (sin aplicar karma, no tengamos eso en cuenta).
Te van a seguir pasando cosas buenas y malas porque todas las personas tienen libre albedrío, y si les apetece, te van a hacer daño. Yo puedo ser todo lo "buena" que tú puedas imaginar, pero dame una buena razón y te mataré igualmente si me apetece. Y esto no depende de mis experiencias pasadas, sino de cómo me levante esa mañana, con buen o mal humor. Ya está, no hay que buscarle más explicación.
"Por ejemplo: si un alma antes de nacer tiene más buenas acciones que malas entonces su personalidad en la nueva vida tenderá a ser buena sin quitar que en su nueva vida pueda realizar actos malvados contando estos como experiencias de su nueva vida, allí estaría acumulando malas experiencias en su balanza espiritual, igual una persona que tiene mas malas acciones que buenas tenderá a tener una mala personalidad sin quitar que ésta persona en esta nueva vida tome conciencia y realice actos buenos contribuyendo a vivir buenas experiencias en su balanza."
EliminarNo sé por qué no quieres llamarlo karma cuando esto que describes es karma. No, no hay "balanzas espirituales". Los actos no definen nuestra personalidad. El bien y el mal absolutos no existen. Yo puedo cometer un acto malvado y arrepentirme (o no) de ello, pero eso no significa que me haya convertido en una persona "mala" ni que lo vaya a volver a hacer en las próximas vidas. Conozco personas que tuvieron vidas pasadas famosas consideradas "muy malvadas" que hoy por hoy son excelentes personas, con vidas totalmente normales y felices.
"en una familia los niños antes de que tomen conciencia de su entorno se les nota que van a ser buenos o malos."
¿De verdad se les nota? Defíneme "bueno" o "malo" en este contexto. ¿Qué es un niño malo, antes de que tome consciencia? ¿Que llora mucho por las noches? ¿Que no quiere comer papilla? Si tiene 3 años y mata una hormiga, ¿eso es ser malo o es que nadie le ha dicho que no debe matar hormigas? Si fuera verdad lo que dices, creo que a los asesinos múltiples se les encerraría desde la infancia, ¿no?
"hay niños que desde muy temprana edad se les nota que son buenas o malas personas, toma como ejemplo el colegio donde veías como hay niños que tenían un adelanto espiritual (o así lo notaba yo) siendo más buenos de lo normal o más maliciosos de lo normal, hasta en una familia se ve esto entre los hermanos donde hay unos que son mas avispados que otros."
Aquí haces referencia a otro concepto muy popular llamado "almas viejas" que por supuesto tampoco comparto. Ser más avispado o más malicioso que los demás no significa nada. Si para ti ser malo consiste en ser más agresivo con los demás niños, bien, estaríamos hablando de esa personalidad espiritual a la que he hecho referencia. Todos tenemos ciertas tendencias a ser más o menos tranquilos, más o menos inteligentes, más o menos pacíficos... (y muchas veces esto depende una vez más de la genética y de lo que el niño ve en casa, ya que en los primeros años funcionan mucho por imitación). Esto no significa que alguien haya vivido más vidas y se considere por tanto un "alma vieja" (más experimentada) o que esté más "evolucionado espiritualmente". En el blog encontrarás varias entradas sobre este tema. No creo en la evolución espiritual, en el sentido de que nuestro propósito aquí sea cada vez ser "mejores personas". Y por cierto, todos podemos cometer errores.
"debe haber un alma conectada a la mía que cuando uno muere allí se guardan las experiencias vividas en cada vida"
No hay ningún alma conectada a la tuya. Es tu propia alma inmortal la que va reencarnando en distintos cuerpos físicos. La combinación de tu "personalidad espiritual" + experiencias pasadas + genética + medio ambiente es lo que forma tu personalidad humana actual.
Depronto en algunas cosas no me hago entender, sería muy bueno poder preguntarte algunas cosas por otro medio.
EliminarPuedes encontrarme como Arya en el foro, allí disponemos de mensajes privados donde si quieres podemos continuar la conversación: http://fororeencarnacion.freeforums.org. Gracias.
EliminarHola
ResponderEliminarLo que pasa es que siempre le he tenido panico a las alturas, desde muy pequeña, mi madre dice que no me gustaba que me cargaran y terminaba siempre llorando si lo hacian, jamas me he podido subir a un juego mecanico por lomismo hace unos meses vi un video, de una chava que intento suicidarse aventandose de un puente, y un policia llego a rescatarla, no se porque senti que yo ya habia pasado por eso,por un momento me senti en la piel de la chava, siento que en mi vida pasada yo me suicide aventandome desde un lugar muy alto, porque ahora me pongo a pensar y jamas ha habido un porque a mi miedo a las alturas, siempre a existido ese panico, y lo peor es que cada dia empeora quiziera saber quien fui y porque lo hice
Bueno, es importante que no tomes conclusiones precipitadas. La razón por la que le tienes pánico a las alturas puede ser cualquier cosa, o incluso puede tener origen en varias vidas pasadas. La única forma fiable que tienes de averiguarlo es haciendo alguna regresión. En el blog o en mi foro tienes muchas técnicas para intentarlo. Un saludo.
Eliminar