Es una batalla perdida, eso lo tenemos que tener muy claro
los reencarnacionistas. Pero también es una situación en la que nos vamos a ver
metidos casi constantemente. Es probable que al principio luches con uñas y
dientes, porque tienes experiencia, lo has vivido en tu propia piel, e incluso
llevas años estudiando la teoría, y hay investigadores muy serios que han
llegado a la conclusión de que la reencarnación es la posibilidad que mejor
explica determinados hechos que se vienen observando desde hace décadas, como
los niños que recuerdan vidas pasadas. (Ver artículo “Alternativas científicas a la reencarnación”). Pasado un tiempo, cada vez tendrás menos ganas de ponerte
a explicar lo que solo los que recordamos vidas pasadas podemos comprender. Y
solo hablarás con las personas que han pasado por experiencias similares. Como
escribía en mi anterior entrada, recordar ya es bastante complicado como para
encima tener que ponerte a discutir continuamente con los que no creen.
En este aspecto relacionado con los escépticos, me pasa
igual que con los ovnis, salvando las distancias. Los investigadores serios que
llevan años estudiando el fenómeno saben que no es una cuestión de creencia, sino de información: los ovnis
están ahí, miles de testigos los han visto, desafiando toda lógica, y hoy por
hoy, aún existe un porcentaje que permanece inexplicado. ¿Qué son? No lo
podemos saber. Pero eliminar a priori una posibilidad como por ejemplo la de
que sean habitantes de otros mundos visitando la Tierra, me parece bastante
infantil, irresponsable, e incluso, a la luz de los últimos descubrimientos en
exobiología, poco científico ahora mismo.
Lo mismo pasa con la reencarnación. No existe aún una prueba
definitiva que haga callar a todos los escépticos, pero miles de indicios en
todo el mundo apuntan a que es una realidad. Y yo, como lo he vivido en primera
persona y sé que hay cosas que me han pasado que no tienen otra explicación,
estoy completamente segura de su existencia. No solo de su existencia, sino de
que es un fenómeno natural y universal que nos ocurre a todos. La mejor prueba
es tu experiencia. Pero lamentablemente, hay muchos que no quieren
experimentar, o quizá no están preparados... recordar exige un nivel de responsabilidad
que supera con creces lo que muchos están dispuestos a aceptar. Otros están
cómodos viviendo con sus propias creencias, y su reacción normal cuando les
hablas de reencarnación es taparse los oídos y gritar bien fuerte para no escuchar... Bien, no
merece la pena perder el tiempo con este tipo de gente, os lo puedo asegurar.
No lo hagáis. Todo el mundo tiene derecho a creer en lo que quiera y a seguir
su propio camino. Tal vez empezarán a recordar dentro de cien o doscientos
años. O, como he oído decir otras veces, también este tipo de personas cumple
su papel en el mundo. Es mejor dejarlos en paz.
Hay otro tipo de personas que quieren creer pero como no
tienen experiencia propia se dedican a discutir igualmente y a plantear una
serie de interrogantes que solo ponen en evidencia su desconocimiento y su
falta de práctica. O tal vez se limiten a repetir lo que han leído en uno o dos
libros de reencarnación (generalmente de Brian Weiss si su lengua materna es la
española), o lo que han escuchado decir a cualquiera de estos gurúes
espirituales que han invadido el mundo en los últimos años acerca de la
sanación del alma, los mensajes de los maestros ascendidos y todos estos
términos tan divertidos. Para etos, los reencarnacionistas siempre tenemos
respuestas.
Por ejemplo, nos podemos encontrar con dudas como estas:
1. Dudo de la validez
de la hipnosis regresiva, porque seguro que lo que ven estas personas se lo
están inventando, o el hipnoterapeuta les “implanta” esos supuestos recuerdos, o
ven lo que quieren ver, algo que dé explicación a su problema psicológico, pero
que seguro es una alegoría y no una vivencia real.
Respuesta: un buen hipnoterapeuta no “implanta” ningún
recuerdo. Es solo un guía que induce al paciente a un estado profundo de
relajación en el que le es más fácil conectar con su subconsciente. Cualquier
buen hipnoterapeuta, como el fallecido Roger Woolger, o en España Horacio Ruiz,
sabe perfectamente que la terapia regresiva es una de las armas más eficaces
para llegar al origen de cualquier trauma psicológico y ayudar a su resolución.
No creo que este tipo de terapia sería tan efectiva si los recuerdos no fueran
reales, más que nada porque nadie se cura de sus problemas psicológicos
engañándose a sí mismo. Pero no solo eso. A riesgo de ver perjudicada su
reputación, pocos hipnoterapeutas van a afirmar “Yo sí creo en la
reencarnación”, aunque siempre dejarán esa puerta abierta y dirán “Aunque la
reencarnación no exista, el valor terapéutico de la terapia regresiva es innegable”.
Dejando aparte lo que digan estos hipnoterapeutas, es nuestro deber como
reencarnacionistas intentar verificar lo que hemos visto en las regresiones
consultando los registros históricos. Y entonces es cuando llegan las
sorpresas. Porque hay cosas que sabes que es IMPOSIBLE que supieras.
En resumen, la VERIFICACIÓN es lo que da validez a las
regresiones. Un reencarnacionista responsable mantiene todos sus supuestos
recuerdos “en cuarentena” hasta que le es posible verificarlos. Esto te puede
llevar años, y es cierto que llega un momento en que ya no le das tanta
importancia a la verificación, una vez que has comprobado que no estás loco y
que no te estás imaginando nada.
2. El alma no existe,
no conocemos apenas lo que nuestro cerebro puede hacer, seguro que está ahí la
respuesta. ¿Cómo sabes que tus supuestos recuerdos no son recuerdos de otras
personas que están en una “matriz holográfica” y los estás captando por alguna
razón?
Respuesta: es verdad que aún desconocemos una gran parte del
ser humano. Y que el cerebro es un órgano increíble con funciones que aún no
hemos logrado desvelar completamente. Por eso mismo no podemos descartar la
existencia de “algo” llamado “alma”, “consciencia”, o como quiera cada uno, que
sobrevive a la muerte. Cualquiera con un mínimo de información sobre los
últimos estudios que se han hecho sobre la consciencia, sabe que muchos
científicos ya están afirmando sin ruborizarse que es posible que esa
consciencia esté fuera del cerebro y que sobreviva a la muerte (si no sabes de lo que hablo, puedes consultar el trabajo del cardiólogo Pim van Lommel, entre otros). Llevamos décadas
estudiando fenómenos como las experiencias cercanas a la muerte. Y aunque
muchos se empeñan en cerrar los ojos debido a su educación religiosa, en muchos
de estos testimonios se asegura la existencia de la reencarnación. ¿Debemos
arrojar a la basura todas estas investigaciones?
En cuanto a la “matriz holográfica”, o también la “teoría
del inconsciente colectivo” de Carl Jung... hay un hecho que los no
reencarnacionistas no llegan a comprender. Y es que, si los que recordamos
vidas pasadas en realidad estuviéramos accediendo a esa especie de almacén
universal que contiene todas las vivencias humanas desde la aparición de los
seres humanos en la Tierra, recordaríamos un número mucho mayor de vivencias,
de personas que nada tendrían que ver con nosotros, de hechos mucho más
generales y no tan concretos como los que recordamos. Si por cualquier razón,
yo me identifico con la vida de un almirante de la Marina, por poner un
ejemplo, ¿por qué tendría que ser uno en concreto, con un nombre determinado, y
una serie de hechos biográficos probados, en lugar de tener recuerdos de
varios marinos importantes, de varias nacionalidades y de distintas épocas? ¿No
sería así mucho más constructivo? Sin embargo, eso no ocurre. Recordar una vida
pasada va mucho más allá de una identificación arquetípica, como muchos quieren
ver: “Todos recordamos haber sido guerreros, sacerdotes, esclavos, reyes,
princesas, faraones egipcios...” No. Por desgracia esto no es ningún juego de
rol.
3. Todos los que dicen
recordar vidas pasadas recuerdan haber sido alguien famoso, como Cleopatra o
Napoleón.
Respuesta: eso es totalmente falso. La mayoría de la gente
recuerda vidas anónimas, vidas normales y corrientes, con frecuencia totalmente
aburridas y sin muchos hechos que destacar. Vidas con trabajos tan apasionantes
como pescadores, zapateros, comerciantes, monjes, prostitutas, soldados,
herreros, campesinos, amas de casa con una decena de niños que cuidar... Y
aquel que tiene una vida pasada famosa, no lo tiene nada fácil. Ya es difícil
recordar vidas pasadas. Pues el que tiene una vida pasada famosa lo tiene aún
más complicado, por razones que no me voy a detener a enumerar ahora. Pero
desde luego no es nada divertido, especialmente cuando en lugar de ser
personajes famosos admirados, son personajes famosos detestados por la historia, y frecuentemente rodeados de una tergiversación que debería
avergonzar a los que hacen esa historia. Y estas personas se ven obligadas
también a guardar silencio, porque a lo mejor que se exponen es a ser ridiculizadas.
4. Si la reencarnación
fuera verdad, habría más personas que recuerdan haber hecho cosas malas. Sin
embargo, nunca oigo a nadie decir que ha sido alguien malvado.
Respuesta: similar a la anterior. Esto es totalmente falso,
y solo demuestra la falta de información de la persona que habla así. Los foros
de reencarnación están llenos de gente que pasa por largos periodos de culpa
por haber hecho “cosas malas” en sus vidas pasadas, y que día tras día lucha
contra esos recuerdos para aceptarse a sí mismo y llegar a estar en paz con lo
que pasó. Y esto no es cuestión de un día o dos. Es cuestión de meses y un
trabajo espiritual constante del que muy pocos fuera del mundo de la
reencarnación son conscientes. Y recordar este tipo de hechos es lo que nos lleva
a muchos reencarnacionistas a cambiar nuestras ideas preconcebidas sobre el
karma, y a comprender cuánta confusión hay aún ahí fuera, entre los que solo se
aproximan de manera superficial a la reencarnación, en lugar de recordar por sí
mismos.
5. ¿De verdad crees en
todo ese rollo espiritual/esotérico/pseudocientífico?
Respuesta: como dije más arriba, no se trata de una cuestión
de creencia, sino de información. Hay MUCHÍSIMAS investigaciones realizadas en
torno a la reencarnación, no solo por especialistas en terapia regresiva que
describen las experiencias de sus pacientes, sino también por psiquiatras de
prestigio reconocido como Ian Stevenson o su sucesor Jim B. Tucker que hoy en
día sigue recibiendo numerosos casos de niños que recuerdan vidas pasadas en
todo el mundo, incluidos Estados Unidos y Europa. Ian Stevenson tiene varios
trabajos en los que también estudió la correlación de marcas y defectos de nacimientos
de personas adultas con sus supuestos recuerdos de muertes traumáticas que
estas personas tuvieron en sus vidas pasadas, llegando a localizar incluso los
informes de autopsia de esas personas. Pero Ian Stevenson no es el único
investigador serio. También tenemos a la Dra. Helen Wambach, que ya estudió
científicamente lo que los pacientes bajo hipnosis relataban. Su objetivo
estaba muy lejos de querer demostrar la reencarnación. Sin embargo, su
conclusión fue: “Yo no creo en la reencarnación. Sé que existe”.
Es curioso que para muchas personas es más fácil creer en
Dios o en los Ángeles o incluso en fantasmas, que creer en la reencarnación,
cuando existen muchas más evidencias científicas a favor de la reencarnación.
Eso para mí tiene un nombre: ceguera mental.
6. No creo en la
reencarnación porque en la Biblia pone claramente que los seres humanos,
después de muertos, vamos al cielo (o al infierno si has sido malo, por
supuesto) y allí permanecemos, con suerte junto a nuestros seres queridos, hasta
que llega el Apocalipsis y entonces todos resucitaremos.
Si tu problema es que crees en todos los dogmas religiosos
que te han contado en lugar de pensar por ti mismo, entonces posiblemente no
tienes arreglo. Pero si de verdad es la religión tan importante para ti, deberías
empezar por saber que los primeros cristianos sí creían en la reencarnación.
Fue en el Concilio de Nicea, en el 536 d.C., cuando los dirigentes de la Iglesia
decidieron que esa creencia no les convenía y fue declarada una herejía. La
creencia en la reencarnación forma parte de muchas otras religiones, no solo la
budista o la hinduista, también se encuentra presente en el judaísmo aunque no
sea comúnmente aceptada. Aquí tenéis un breve ejemplo, sacado de uno de sus libros sagrados:
Siempre que una persona fracasa en su propósito en este mundo, Dios, Bendito Sea, la arranca de raíz y la vuelve a plantar una y otra vez, repetidamente (Zohar 186b).
Todas las almas están sujetas a la reencarnación; ¡y la gente no conoce los caminos de Dios, Bendito Sea! No saben que son traídos frente al tribunal tanto antes de entrar a este mundo como después de dejarlo, son ignorantes de las muchas reencarnaciones, y de los trabajos secretos que tienen que realizar, y de la cantidad de almas desnudas, y cuántos espíritus desnudos deambulan en el otro mundo sin poder ingresar detrás del velo del Palacio del Rey. Los hombres no saben cómo las almas vuelan de un lado a otro como una piedra que es arrojada con una honda. Pero ya se acerca el tiempo cuando estos misterios serán revelados (Zohar, II 99b).
Y muchos filósofos griegos, como Platón o Pitágoras, la
tuvieron presente en sus pensamientos.
Pero entiendo que creer en algo que supone la igualdad de
todos los seres humanos y la aceptación de que todos somos responsables del
sufrimiento en el mundo, de modo que ya no podemos culpabilizar a nadie más
(sea Dios, el Diablo, el karma, o el “malvado” enemigo), es un paso que cuesta
mucho dar a determinadas personas.
Más información:
La Doctora Helen Wambach.
El Concilio de Nicea.
Si sois escépticos y tenéis algún buen argumento en contra de la reencarnación, escribidlo en los comentarios y veré qué puedo hacer para refutarlo. Aunque siempre recordad:
El Concilio de Nicea.
Si sois escépticos y tenéis algún buen argumento en contra de la reencarnación, escribidlo en los comentarios y veré qué puedo hacer para refutarlo. Aunque siempre recordad:
No soy yo la que os va a convencer de nada, sino vuestras propias experiencias.
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