Si no me equivoco, aún no he hablado en profundidad en el
blog sobre past life mood, y la razón
principal es que ya lo hago en Foro Reencarnación y no me gusta repetirme en
exceso. Sí hablé de la sensación que muchos tenemos de echar de menos algo o a
alguien, sin ser muchas veces conscientes de que esos sentimientos vienen ni
más ni menos de nuestras vidas pasadas. Darte cuenta de ello supone toda una
liberación. Pero lo que muchos reencarnacionistas hemos dado en llamar “past life mood” es algo más que
simplemente echar de menos a algo o a alguien. Sí, hay una gran parte de
nostalgia, de una fuerte nostalgia difícil de explicar con palabras, porque no
es solo “echar de menos” algo, sino sentir como que tienes un agujero de dos
kilómetros de diámetro en las entrañas, un sentimiento de vacío que nada ni
nadie puede volver a llenar. Esto es una realidad, no nos sentimos así porque
queremos, y aunque a veces nos cueste años saber el porqué de ese agujero, o,
en el peor de los casos, nunca lleguemos a saber el origen, el agujero está ahí
por algo. “Past life mood” viene a
ser algo así como un estado mental o emocional en el que te ves inundado de
sentimientos que provienen de vidas pasadas. Puede ser nostalgia, pero también
puede ser tristeza, miedo, ansiedad, ira, o incluso puedes llegar a detectar
pensamientos que no parecen corresponder a nada de lo que te ha pasado en esta
vida, pero que están ahí por alguna razón... no una razón que desconocemos, sino
una razón que no recordamos. Con el tiempo aprendes a diferenciar estos
estados, incluso puedes utilizar algún que otro método de estar por casa para
intentar evitarlos, aunque ya advierto que es bastante complicado.
Pues bien, una compañera de viaje sugirió que este estado de
past life mood venía muy bien
definido por la palabra portuguesa “saudade”.
Según la Wikipedia:
“Saudade (del portugués saudade) es un vocablo de difícil definición incorporado al español empleado en portugués y en gallego, que expresa un sentimiento afectivo primario, próximo a la melancolía, estimulado por la distancia temporal o espacial a algo amado y que implica el deseo de resolver esa distancia. A menudo conlleva el conocimiento reprimido de saber que aquello que se extraña quizás nunca volverá”.
http://es.wikipedia.org/wiki/Saudade
Es curioso comprobar que así era como yo me sentí durante
gran parte de mi adolescencia y toda mi juventud, sin ser consciente de qué me
pasaba en realidad. Y por ello me pregunto cuántas personas habrá que se
sienten igual y no son capaces de llegar al fondo del asunto, como hice yo,
solo porque en esta sociedad en la que vivimos aún no se acepta ampliamente la
posibilidad de la reencarnación. Y además me estremezco cuando pienso que no se
acepta la reencarnación, pero sí se ve algo normal que estas personas estén en
las consultas de muchos psiquiatras bajo tratamiento de antidepresivos. Pero
así son las cosas...
Como me gustó mucho lo de la palabra “saudade” busqué más
definiciones sobre ella y encontré esta gran descripción de un actor brasileño
que resume muy bien lo que queremos decir los reencarnacionistas cuando estamos
en past life mood, aunque si no lo
has sentido nunca, posiblemente será difícil de imaginar.
SAUDADE (por Miguel Falabella).
Agarrarse el dedo con una puerta duele.
Golpearse la cara contra el piso, duele.
Torcerse el tobillo, duele.
Una bofetada, una trompada, un puntapié, duelen.
Duele golpearse la cabeza con el borde de la mesa, duele morderse la lengua, una caries y piedras en los riñones también duelen.
Pero lo que más duele es la saudade.
Saudade de un hermano que vive lejos.
Saudade de una cascada de la infancia.
Saudade del gusto de una fruta que no se encuentra más.
Saudade del papá que murió, del amigo imaginario que nunca existió...
Saudade de una ciudad.
Saudade de nosotros mismos, cuando vemos que el tiempo no nos perdona.
Duelen todas estas saudades.
Pero la saudade que más duele es la saudade de quien se ama.
Saudade de la piel, del olor, de los besos.
Saudade de la presencia, y hasta de la ausencia consentida.
Vos podías quedarte en la sala, y ella en el cuarto, sin verse, pero sabiéndose ahí.
Vos podías ir para el dentista y ella para la facultad, pero se sabían allí.
Vos podías pasar el día sin verla, ella el día sin verte, pero sabían del día de mañana.
Pero cuando el amor de uno acaba, o se torna menor, al otro le sobra una saudade que nadie sabe cómo detener.
Saudade es básicamente no saber.
No saber más si ella continúa sufriendo en ambientes fríos.
No saber si él continúa sin afeitarse por causa de aquella alergia.
No saber si ella todavía usa aquella mini.
No saber si él fue a la consulta con el dermatólogo como prometió.
No saber si ella se alimentó bien últimamente por causa de esa manía de estar siempre ocupada.
Si él estuvo yendo a las clases de inglés, si aprendió a entrar en la Internet y encontrar la página del Diario Oficial.
Si ella aprendió a estacionar entre dos coches.
Si él continúa prefiriendo la cerveza oscura.
Si ella continúa prefiriendo jugo de naranja.
Si él continua sonriendo con aquellos ojitos apretados...
Si ella sigue bailando de aquella forma enloquecedora...
Si él continua cantando tan bien.
Si ella continua detestando Mc Donald's.
Si él continua amando.
Si ella sigue llorando hasta en las comidas.
¡Saudade realmente es no saber!
No saber qué hacer con los días que son más largos, no saber cómo encontrar tareas que detengan el pensamiento, no saber cómo frenar las lágrimas al escuchar esa música, no saber cómo vencer el dolor de un silencio...
Saudade es no querer saber si ella está con otro, y al mismo tiempo querer.
Es no saber si él está feliz, y al mismo tiempo preguntar a todos los amigos por eso...
Es no querer saber si él está más flaco, si ella está más linda.
Saudade es nunca más saber de quien se ama, y mismo así doler.
Saudade es esto que sentí mientras estaba escribiendo y lo que vos, probablemente, estés sintiendo ahora después de leer...
'En alguna otra vida, debemos haber hecho algo muy grave para sentir tanta saudade...'
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