Al hilo de lo que comentaba en mi última entrada, he
recordado lo que una gran amiga mía, con más experiencia que yo en estas lides,
suele decir: puede que los reencarnacionistas estemos equivocados, puede que
los cientos de personas que dicen recordar vidas pasadas (porque no somos
pocos) seamos presas de la confusión mental o seamos unos ilusos que se han autoengañado
a sí mismos, a pesar de los miles de horas de investigación que llevamos a
nuestras espaldas (igual que las horas de vuelo de los pilotos), pero lo que
está claro es que tienes que tomar partido. No puedes vivir en la eterna duda.
No puedes vivir constantemente preguntándote si la reencarnación existe o no,
porque si lo haces te quedas estancado, no vas a ninguna parte... y esa es la
actitud que observo a mi alrededor y que me frustra tanto: dudas, dudas, dudas.
Leo lo que dice este autor, y ahora leo lo que dice aquel otro... los
escépticos dicen una cosa, los que creen dicen otra, ¿quién tendrá razón? Pues
seguro que uno de los dos, pero yo no tengo tiempo para comprobarlo por mí
mismo. Tengo muchas preocupaciones, la vida no me da para más... Bueno, como me
conviene, creeré en la reencarnación que eso me tranquiliza más que no creer.
Mientras, el tiempo transcurre y las dudas aún te corroen por dentro. Y lo más
importante, no has despertado. Ya
han ganado la partida... esos que están interesados en que sigamos dormidos,
los que no quieren que pensemos por nosotros mismos, esos que se enriquecen a
costa de tenernos subyugados, siempre preocupados por el día a día y no por lo
que realmente importante, que es saber quiénes somos, a dónde vamos y de dónde
venimos. Sí, esto es importante, aunque algunos hayan dejado esas preguntas
atrás, muy atrás...
Hoy alguien preguntaba en un foro si la reencarnación es una
religión. Por Dios, no. El día que la reencarnación se convierta en una
religión, yo abandonaré el planeta, viva o muerta. No quiero más religiones.
Las religiones tienen que desaparecer. Las religiones solo han traído daño al
mundo. La reencarnación no es ni siquiera una creencia. Es lo natural, es lo
que todos hacemos, igual que respirar. Es lo que nos hace a todos iguales, y
ahí es donde radica el peligro de la reencarnación, eso es lo que muchos no
quieren que veamos, porque si todos somos iguales no tiene sentido seguir
tirándonos bombas unos a otros. A veces me sorprendo de la tremenda simpleza
que encierra la reencarnación, y de cómo los seres humanos disfrutan
complicándose la vida, con dogmas, ritos, imágenes, mandamientos y falsas
creencias que nos mantienen sumidos en la oscuridad propia de la Edad Media.
Recuerdo que una vez, hace tiempo, cuando le dije a alguien
que acababa de conocer que cerrando los ojos yo había conseguido ver mucho más
que con los ojos abiertos, ese alguien me respondió “Bueno, tampoco te pases,
no sea que te acabes estrellando”. Lo curioso es que con el tiempo sospeché que
ese alguien pretendía manipularme, llegó a decir que había visto alguna de mis
vidas pasadas, como si se creyera que yo era igual que uno de esos incautos que
se deslumbran fácilmente por las historietas que les cuentan los falsos gurúes
que pululan por internet. A día de hoy, lo sigo manteniendo: veo mucho mejor
con los ojos cerrados, y por eso será lo único que aconsejaré a los lectores de
este blog: buscad dentro de vosotros mismos, yo os puedo dar las técnicas, pero
no puedo hacer nada más, el camino es vuestro, lo que encontraréis en él
también.
Pero, volviendo a lo que comentaba al principio, lo que no podéis
hacer es quedaros en la encrucijada, a las puertas, siempre dudando, esperando a que alguien os responda
vuestras preguntas. Tenéis que ser vosotros los que hagáis el camino, sois
vosotros los que tenéis que dar el primer paso, los que os tenéis que arriesgar
a estar equivocados, igual que hice yo en su día. Sí, os llamarán locos, y
nadie quiere ser llamado loco, nadie quiere que le miren raro por negarse a
acudir a ceremonias que ya no significan nada para él, ni quiere ser criticado
por negarse a hacer lo que hace la mayoría. Pero eso es lo que marcará la
diferencia. Eso no os hará mejores ni peores, pero sí hará que avancéis y
empecéis a ver que la reencarnación es mucho más que una creencia, es una
absoluta realidad, tan clara como el agua. Y si no lo tenéis tan claro como yo,
no pasa nada, actuad como si la
reencarnación fuera una realidad, porque así al menos vuestra mente estará
abierta a otras posibilidades, más receptiva a lo que pueden ser signos de
vidas pasadas... tal vez, si le dais una oportunidad a la reencarnación,
empezaréis a aprender más cosas sobre vosotros mismos, comprenderéis o incluso
podréis mejorar los síntomas de algunas de vuestras enfermedades o cambiaréis
viejas actitudes que ya no os sirven, os empezaréis a sorprender cuando veáis
que ninguno de vosotros es distinto a la famosa Catherine de los libros de
Brian Weiss, y desde luego, no necesitáis a ningún Brian Weiss para recordar
vidas pasadas. Es así de simple. Yo lo hice, y si lo hice yo, cualquiera puede
hacerlo.
La elección es vuestra.
Gracias por tan bellas frases inspiradoras. Llevo un largo tiempo dudando de mi, de mis sueños, de lo que escucho mientras dormito en las noches. Se que el único camino es el que está en nosotros mismos, se que es arduo; y, probablemente solitario, pero no hay otro.
ResponderEliminarGracias.