Hay un hecho en el que algunos compañeros reencarnacionistas
y yo hemos reparado en las últimas semanas. Algo que lamentamos profundamente
porque en resumen viene a significar que los “científicos” que investigan la
reencarnación, los cuales proceden casi en exclusiva de la Universidad de
Virginia en Estados Unidos, no dan
apenas validez a las experiencias de los adultos que recordamos vidas pasadas.
Ya lo comenté un poco por encima hace un tiempo, pero poco a poco me voy dando
cuenta de que esta es una actitud que se extiende a otros investigadores, como
si hubieran acordado adoptar una “posición oficial” ante este fenómeno, y
afirmar lo contrario fuera una nueva herejía. No sé si ponerme a llorar, la
verdad.
Yo decidí que no iba a compartir mis experiencias con
alguien que calificaba mis recuerdos como basura, literalmente. Conseguí
resistirme a pesar de que el investigador en cuestión insistió bastante en que
le diera datos de esas vidas pasadas que he podido verificar, para así engordar
—supongo— su base de datos. Esta base de datos, en cuestión de adultos que recuerdan, debe de andar bastante escasa, viendo cómo descartan alegremente todo aquello que
provenga de cualquier método en cuyo nombre se incluya la palabra “hipnosis”,
aunque sea autohipnosis y por tanto ellos mismos lo consideren un recuerdo
espontáneo. Sin embargo, algunos de mis compañeros reencarnacionistas llegaron incluso a
contactar en privado con algunos de esos investigadores, y se llevaron una
sorpresa bastante desagradable cuando apenas recibieron atención alguna, incluso llegaron a desdeñar lo que se atrevieron a contar. Tengo razones para
pensar que encontrarte tal rechazo por
parte de gente que supuestamente se toma en serio la reencarnación, después de
años y años de incomprensión y temer que te tomen por un desequilibrado, debe
doler. Mucho. A mí me dolió especialmente cuando pronunciaron la palabra “basura”.
Tanto que decidí callarme para siempre. Tanto que todavía no les he perdonado...
Y lo más gracioso es que ellos, que se supone que son los
mayores expertos en reencarnación en el mundo, en realidad no tienen ni idea.
Ni siquiera se molestan en estudiar nuestros casos, porque consideran que los
recuerdos de adultos son menos fiables que los de los niños. Pero, ¿es esto así
de verdad?
Bien, en efecto, los niños tienen la ventaja de que apenas
han sido expuestos a libros, películas o historias familiares que tengan que
ver con determinadas épocas históricas. Por tanto, se puede descartar la
criptomnesia más fácilmente. Es muy probable que no haya ningún tipo de contaminación
en sus supuestos recuerdos. Estos recuerdos suelen ser espontáneos, ya sea en
estado de vigilia o en forma de pesadillas o terrores nocturnos. Y... eso es todo. Por lo
demás, los niños son más proclives a fantasear, y lo que es aún más importante,
en muchos casos son incapaces de
comprender lo que están experimentando. Son los padres los que tienen que
extraer la información válida, interpretarla, y tratar de verificarla. Quizá,
incluso sin quererlo, lleguen a presionar al niño para que se identifique a sí
mismo con un pariente lejano en una foto que le muestran, o podrían llegar a
afirmar algo que no es real solo por agradar a sus padres.
Los adultos, por el contrario, tenemos mucha mayor capacidad de análisis. Si hemos investigado lo
suficiente, sabemos incluso diferenciar un verdadero recuerdo de una escena que
podría ser un producto de nuestra imaginación. Sabemos perfectamente, en la
mayoría de los casos, a qué información hemos estado expuestos o qué lenguas
pudimos escuchar cuando éramos niños. Podemos discernir qué recuerdos son más
fiables y qué es lo que ha podido influir en ellos. Si nos preguntan, podemos explicar mucho mejor lo que estamos
viendo y las emociones que se originan como consecuencia. Podemos
relacionarlo con problemas de nuestra vida actual. Sabemos cuándo estamos
utilizando nuestra intuición, cuándo es algo que llega “de dentro”, o cuándo,
por el contrario, estamos utilizando nuestra razón y por tanto podríamos
equivocarnos con mayor facilidad. Podemos enfrentarnos a esos recuerdos y a lo que significan con mucha más madurez que un niño.
Como estos investigadores han decidido no dar ningún tipo de credibilidad a las regresiones, y saben que muchos de los recuerdos de adultos
provienen de regresiones, su posición es ignorar este tipo de experiencias. Así
que para ellos no significa nada que yo haya conseguido verificar dos de mis
vidas pasadas. Tampoco significa nada que mi ansiedad y depresión hayan
remitido casi completamente después de una temporada haciendo autohipnosis.
Para ellos existimos, pero posiblemente piensan que somos demasiado crédulos, que estamos mintiendo, que nos estamos engañando a
nosotros mismos o que todo lo que recordamos mediante sueños o flashes
espontáneos (otro factor que también ignoran) es producto de haber leído mucho
durante nuestras vidas. De este modo, están perdiendo información que podría ser trascendental para comprender cómo funciona la memoria y cómo recuperamos recuerdos de otras vidas.
En resumen, creo que los
recuerdos de vidas pasadas de adultos son mucho más fiables que los de los
niños, a pesar de que los investigadores se estén centrando tanto en ellos.
Me recuerda un poco a lo que ocurre con las ECM’s. Me pregunto qué tipo de
credibilidad hay en lo que relata Colton Burpo, un niño influenciado por las
creencias religiosas de sus padres, si lo comparamos con lo que te describe una
persona adulta que sale de un coma y puede interpretar de forma mucho más
madura —no en todos los casos, todo hay que decirlo— sus experiencias.
Si los reencarnacionistas ni siquiera podemos poner nuestras
esperanzas en investigadores “serios”, ¿qué es lo que nos queda? Bueno, nos
tenemos a nosotros mismos. Somos pocos, pero estoy segura de que con el tiempo
las cosas cambiarán.
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lo que sucede es que nos miran diferente ehh piensan este murió y volvió te tienen envidia por piensan que a ellos no les va pasar en mi caso tuve comprensión mis parientes me apoyaron ,,me dijeron que dios me dio una segunda oportunidad no como otra persona sino como la misma de antes .mis amigos y un compañero de trabajo lo mismo .todos te preguntan lo mismo de donde venís ..soy de Suecia Estocolmo ..como moriste ,,a los 11 en un accidente vial ..sabes sueco . si recuerdo algo y las preguntas tontas como se dice ..perro .gato.. policía y así. y lo otro aparte de niño asías algo mas ..si era actor infantil y cantante y ahí si todo cambia al ver la profesión que tenia . isiste películas si una fui doble del protagonista por lo parecido que era ,,y lo peor .mi película esta en YouTube y se quedan mudos conseguí una foto mía nada que ver con lo que soy ahora pero bueno extraño Suecia quiero ir caminar de nuevo por sus calles y que el deja bu me devuelva mi idioma gracias por permitirme expresar mis emociones
ResponderEliminarGracias por tu comentario. La verdad es que no lo había pensado nunca, que nos pudiesen tener envidia, pero podría ser en algunos casos, normalmente porque no tienen ni idea de lo mal que lo pasamos en ocasiones. Me encantaría conocer más de tu historia. ¿Con qué edad empezaste a recordar? ¿Fueron recuerdos espontáneos? ¿Ese niño sueco era conocido? Tienes suerte de tener una película tuya en YouTube...
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