Sí, sé que
posiblemente tienes tus propias creencias relacionadas con la reencarnación y
buscando en internet has llegado a esta página. Te recomiendo que no sigas
leyendo si lo que quieres es seguir teniendo creencias erróneas y autoengañarte
pensando que todo lo que has leído por ahí fuera tiene alguna base lógica. Si
lo que quieres es la Verdad, no solo te recomiendo que leas, sino también que
sigas investigando, te unas a Foro Reencarnación y conozcas de primera mano a
personas que recuerdan vidas pasadas. Nosotros tampoco conocemos toda la
Verdad, pero no tengo duda de que estamos mucho más cerca de ella.
Después de
más de cuatro años hablando sobre reencarnación casi a diario dentro y fuera de
las comunidades online, me he dado
cuenta de que estas son las 10 afirmaciones que más ampollas levantan. Si tienes
alguna más, no dudes en añadirla en los comentarios.
1. La reencarnación es un hecho.
Para la
mayoría de escépticos, me imagino que no constituye ningún problema que haya
millones de personas en el mundo que crean en la reencarnación. Para los
escépticos, normalmente solo ellos tienen razón y los demás vivimos inmersos en
una ilusión o en nuestra propia idiotez. Así que, a ellos les da igual si crees
en la reencarnación o crees en Papá Noel. Ahora, puede que empiecen a
revolverse en sus sillas si les dices que no es que creas en la reencarnación,
es que estás seguro de que es una realidad. Y no es que estés obsesionado o
seas el líder de una secta con tinte budista, es que se da la circunstancia de
que recuerdas vidas pasadas —ahora mismo me da igual el método—, has podido
verificar históricamente muchos de esos recuerdos, y en algún caso incluso has
podido identificar quién fuiste en tu vida pasada. Ya sabemos que esto no es
prueba alguna para un escéptico, pero no importa. Aunque ellos nunca llegarían
a admitirlo, ya hay algo dentro de ellos que les está susurrando: “¿Y si esta
persona no está como una regadera y me está contando la verdad?” Les va a costar
encontrar una explicación a los hechos que les han descrito, y se llegarán a
inventar cosas como el “súper-psi” para no dar su brazo a torcer. En este punto
seremos nosotros los reencarnacionistas los que sonreiremos, porque nosotros
conocemos la Verdad, mientras que ellos siguen inmersos en un mar de dudas.
Pero que
haya personas que están tan seguras de que la reencarnación es un hecho también
es incómodo para los que sí creen en la reencarnación, porque, como he afirmado
en muchas ocasiones en este blog y en los foros en los que participo, la creencia es una cosa, y la seguridad es
otra. Hay mucha gente que aun creyendo en la reencarnación, piensa que
recordar vidas pasadas es imposible, o que solo es posible si vas a un
terapeuta para que te hipnotice. Como consecuencia, te ven como alguien que
tiene algún tipo de poder psíquico (no en vano una vez creyeron que yo era vidente, nada más lejos de la realidad), o bien como alguien tan arrogante que es capaz de asegurar que SABE que la reencarnación es un hecho (por supuesto, creerán todo lo que les dice un cura o todo lo que escribió Sai Baba, a pesar de todos los procesos judiciales abiertos contra él, pero tú eres distinto), y a veces hasta he llegado a notar
cierta envidia (más o menos sana) o cierto complejo de inferioridad porque
piensan que ellos no pueden recordar. Sí que pueden, lo que ocurre es que no
saben cómo hacerlo. Y por ello te mirarán como si fueras un bicho raro, o como
los escépticos pensarán que estás como una regadera o que estás mintiendo. Ellos
creen en la reencarnación... pero
saben que no están para nada seguros,
y temen la muerte como cualquiera. No pueden imaginarse que haya otros que de
verdad sepan que la reencarnación es un hecho, porque tienen pruebas
convincentes de ello.
Y, sobre
todo, es incómodo para la mayoría de las religiones. Si algún día se llegara a
demostrar que la reencarnación es un hecho, de forma que se convirtiera en algo
innegable, como que la Tierra gira alrededor del Sol y no al contrario, se les
acabaría el chiringuito a todas esas religiones... y algunas tendrían que
admitir que estaban equivocadas o que engañaron a los feligreses a conciencia,
como veremos en el punto 2. De hecho, he llegado a pensar que no se habla más
abiertamente de reencarnación en los países hispanohablantes porque no les
interesa a las esferas eclesiásticas, por razones obvias. No en vano ya
condenaron la reencarnación en el Segundo Concilio de Constantinopla.
2. La reencarnación es un hecho... pero no tiene nada que ver con lo que nos han contado.
En nuestros
tiempos, y especialmente en el mundo hispanohablante, todo lo que creemos saber
sobre reencarnación se basa en lo que supuestos espíritus desencarnados nos han
transmitido a través de médiums, en las mentiras propagadas por las enseñanzas
de la Nueva Era como la famosa Ley del Karma, en las enseñanzas de religiones
como la budista o la hinduista que no son más que creencias no muy distintas de
otras creencias sin ninguna base racional, o en el mejor de los casos, en lo
que autores como Brian Weiss y sus imitadores han escrito en sus libros. Esta
es la razón por la que cuando hablas con
personas que recuerdan vidas pasadas te das cuenta de cuántas sandeces nos han
metido en la cabeza que no tienen nada que ver con la realidad. Lo que
sabemos de verdad sobre la
reencarnación es más bien poco. Si solo consideramos los trabajos científicos
publicados, sabemos aún menos, entre otras cosas porque los investigadores que
estudian la reencarnación apenas se molestan en hablar con los que recordamos
vidas pasadas.
Hay tantas
creencias extendidas y a veces incluso aceptadas sin más por muchas personas
que creen en la reencarnación, que cuando les digo que no son ciertas, se
revuelven contra mí como si fueran auténticos fanáticos a los que he arrebatado
su fe. De nuevo, la Nueva Era ha hecho mucho daño en este sentido. Tienes desde
la creencia en almas gemelas (no confundir con almas compañeras), cuya
existencia, juraría, nadie que recuerde vidas pasadas ha comprobado; a la
famosa Ley del Karma (sí, de nuevo); pasando por la supuesta evolución
espiritual, las almas viejas, las vidas simultáneas, las vidas paralelas o las
almas que viven una misma vida pasada famosa, lo que explicaría por qué existen
varias personas que dicen tener los mismos recuerdos de alguien famoso.
¿Lo dudas?
Recuerda vidas pasadas. Se te caerán muchos mitos.
3. Todos podemos recordar vidas pasadas. Sí, tú también.
He tenido
alguna que otra discusión sobre esto con supuestos “expertos” en reencarnación,
por supuesto investigadores que NO recuerdan vidas pasadas. ¿Por qué? Porque
claramente ellos, en toda su carrera, se han encontrado pocos casos de personas
que recuerdan. Mientras, en un mundo paralelo... los foros de reencarnación
están llenos de personas que recuerdan. No todos poseen el mismo nivel de
sensatez, eso es verdad. El fraude y las ganas de llamar la atención existen en
el mundo de la reencarnación, eso es innegable. Sin embargo, la mayoría son
personas sensatas, muchas con estudios superiores, muchas han investigado
durante años para verificar sus supuestas vidas pasadas, tanto que su
conocimiento sobre determinadas épocas históricas supera a la de ciertos
historiadores. Muchos tienen formación científica. Muchos eran escépticos y
solo la experiencia personal o la de alguien cercano les convenció de la
realidad de la reencarnación. Todos los que han pasado por ello conocen y han
practicado las técnicas para recordar. Yo soy una de esas personas. Yo no tengo
nada especial, jamás fui vidente, jamás fui especialmente sensible a las
experiencias “paranormales”, no hice meditación durante cuarenta años para
recordar ni acudí a un hipnoterapeuta. Los recuerdos me llegaron espontáneamente
y no fue muy complicado. Si yo pude
hacerlo, tú puedes hacerlo... y solo, no necesitas a nadie.
Es cierto
que decir que todos podemos recordar vidas pasadas no quiere decir que todas
las personas vayan a recordar o que necesiten recordar. Nadie aún sabe por qué
algunas personas recuerdan y otras no. Pero sí sabemos que no es nada
sobrenatural, y que posiblemente muchas
más personas recordarían si solo supieran cómo hacerlo o prestaran más atención
a los indicios presentes en su personalidad.
Es evidente
que esta verdad es especialmente incómoda para los que se ganan la vida
haciendo regresiones, porque les estoy quitando el poder a ellos y te lo estoy
dando a ti. Sí, A TI. No estoy diciendo que prescindas de los buenos
profesionales que pueden ayudarte en tu camino, pero sí que te des cuenta de
que los únicos límites están en tu mente.
No es imprescindible acudir a una consulta y gastarte el dinero para recordar
vidas pasadas. Medita, abre tu corazón, vence tus miedos... conéctate contigo
mismo, y CONOCE LA VERDAD. De primera mano, no porque alguien te lo cuente.
4. El amor no lo es todo.
A ver, no
quiero que me malinterpretes. El Amor (en mayúsculas) lo es todo, sí, eso no lo
pongo en duda. Pero si piensas que la reencarnación y sobre todo recordar vidas
pasadas es algo súper-bonito que te hará sonreír embobado como cuando lees esos
libros de Brian Weiss lleno de historias románticas de almas que se
reencuentran vida tras vida y tarde o temprano alcanzan la felicidad, te digo:
ABRE LOS OJOS. Para llegar al Amor (en mayúsculas) primero tendrás que pasar
por un oscuro camino lleno de miserias humanas. Mira a tu alrededor: hay gente
sufriendo, hay guerras, pobreza, asesinatos, rencores, odio, mucha sangre,
niños hambrientos o abandonados, refugiados, soldados cometiendo tropelías,
personas que mueren jóvenes... ¿Por qué crees que tus vidas pasadas van a ser
distintas? ¿Acaso se vivía mejor en el mundo hace sesenta, cien, trescientos
años? En tus vidas pasadas encontrarás eso y mucho más. Te será muy difícil
encontrarle el sentido, te será muy difícil encontrar esas supuestas
“lecciones” que te hacen “evolucionar espiritualmente”. Llevarás años
recordando y aún te sentirás culpable por algo que hiciste, o no entenderás
cómo el ser humano puede llegar a ser tan cruel. Querrás creer eso de que
“todos somos iguales” o que “eres capaz de perdonar a todos, incluido tú
mismo”, pero eso no ocurrirá de la noche a la mañana, y tal vez nunca lo
consigas. Una cosa es la teoría y otra la práctica.
5. Recordar vidas pasadas no te hace ser un iluminado.
No sé por
qué hay mucha gente que cree que solo aquellos seres evolucionados
espiritualmente pueden recordar vidas pasadas. Quizá piensan que solo son
fiables personas como el Dalai Lama, que según la leyenda recuerda varias vidas
pasadas y para muchos es un ser muy evolucionado espiritualmente. Todos los
demás que decimos recordar estamos como una regadera, eso ya se sabe. Existe un
caso de una mujer adulta que recordó vidas pasadas a través de sueños y
regresiones, y después de una larga investigación pudo identificar su vida
pasada e incluso contactar con sus hijos de esa vida pasada. Se llama Jenny Cockell. Puedes conocer su historia en este vídeo. No, no es una iluminada,
ni tampoco es líder de ninguna religión. Es un ser humano como tú y como yo. Quizás
más como yo, porque las dos tenemos en común que recordamos vidas pasadas y
hemos podido verificar varias de ellas. Si tienes perfil de Facebook y sabes inglés, búscala,
hazte su amiga, escúchala. Es una persona totalmente normal que ha escrito un par de libros contando su experiencia, igual que yo. Y sin embargo, es
curioso comprobar cómo muchos se dirigen a ella como si tuviera algo especial,
como si ella les pudiera responder a todas sus preguntas, como si recordar
vidas pasadas te otorgara una infinita sabiduría. Yo no soy tan famosa, pero a
veces me he sentido igual, por eso escribí un día sobre ello.
No te
confundas: recordar vidas pasadas no te
hace ser nadie especial. No te hace más sabio. Tampoco más benevolente.
¿Más equilibrado? Pues supongo que eso depende de cada uno. Hay gente que
recuerda que no es nada equilibrado. Pasa un poco como con los que han tenido
experiencias cercanas a la muerte. Unos lo llevan bien e incluso les hace ser
mejores personas. Otros no saben interpretar bien sus propias experiencias o
adoptan alguna de las creencias mencionadas anteriormente, así que no solo no
se equilibran, sino que les puede traer más desequilibrio. Buscar respuestas
solo les trae más confusión. En el peor de los casos, ellos mismos se creen
unos iluminados y puede que hasta intenten crear su propia secta. Y si encima
le otorgan el poder a alguien que dice ser terapeuta pero en realidad solo
trata de aprovecharse de la credulidad de su paciente, las cosas pueden ponerse
muy feas.
Por fortuna,
creo que la mayoría de la gente que recuerda vidas pasadas sigue una vida
totalmente normal. Pasan totalmente desapercibidos. Sabemos que lo más probable es que se rían de nosotros, así que nos mantenemos calladitos o en el anonimato. Yo misma, en el punto en el
que me encuentro, apenas menciono la reencarnación fuera de mis sitios online y solo hablo con personas de
confianza que pueden comprenderme. El conocimiento y la seguridad que
aparecen después de recordar no van a producir ningún cambio demasiado
importante. ¿Vas a comprender mejor algunas cosas? Sí. ¿Van a desaparecer
algunos efectos indeseables que se produjeron a causa de vivencias del pasado?
Por supuesto. ¿Vas a tener más fuerzas para continuar? Sí. En general, esto es lo que puedes esperar si recuerdas vidas pasadas. Pero tu vida actual no va a
ser más fácil ni tus problemas van a desaparecer de la noche a la mañana.
Simplemente encontrarás nuevos recursos que utilizar, te enfrentarás mejor a
esos problemas. Perderás el miedo a la muerte y a la vida. Pero no, no serás
“superior moralmente” a nadie ni habrás “evolucionado espiritualmente” más que
otra persona que no recuerde.
Parte 2 la
semana que viene.
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