Estoy segura de que mucho se preguntarán: ¿interpretar mis
recuerdos? ¿Es que hay que interpretarlos? Los recuerdos, recuerdos son...
Bien, pues no solo hay que interpretarlos, sino que desde el primer momento que llegan a nosotros, nuestra mente, consciente o inconscientemente, ya los está interpretando, por eso tenemos que tener mucho cuidado cuando los escribimos en nuestro diario de vidas pasadas. Nunca olvidéis que es nuestra mente la que crea nuestra realidad, y la información que nos llega desde nuestro subconsciente no solo puede estar adulterada por lo que hemos visto en una película o leído en un libro, sino que también puede estar influenciada por nuestros propios pensamientos. Es nuestra obligación ser responsables y analizarlos lo mejor posible para evitar confusiones, y sobre todo, para no engañarnos a nosotros mismos.
En un blog como este en el que hacemos mucho hincapié en la
racionalidad, no está mal recordar de vez en cuando que siempre debemos
mantener los pies en el suelo y tener mucho cuidado con lo que creemos o
dejamos de creer. Y, por supuesto, eso incluye nuestros propios recuerdos...
aunque en realidad debería decir “supuestos” recuerdos de vidas pasadas. Sí, yo
creo en la reencarnación, y además tengo muchísimas razones para ello. Pero eso
no quiere decir que dé por supuesto que todo lo que sale de mi mente cuando
estoy meditando o haciendo autohipnosis sea un verdadero recuerdo de una vida
pasada, de ahí la gran importancia de las verificaciones que ya hemos comentado
en otras ocasiones, esas verificaciones que muchos terapeutas regresivos
simplemente olvidan porque para ellos lo único importante es que el paciente “sane”,
da igual si lo que recuerda es una vida pasada o no, da igual si la escena se
corresponde y es coherente a una época determinada de la historia, o si en ella
aparecen pistolas láser en un poblado del Oeste.
Pero en realidad hoy no quería hablar de verificaciones ni
tampoco de cómo saber si lo que estáis viendo es un recuerdo o es imaginación,
porque esto ya lo hemos hablado otras veces. Hoy quería llamaros la atención
sobre el peligro que encierra interpretar vuestros recuerdos de una determinada
manera... en concreto, de lo peligroso que resulta pensar que lo que has vivido
es resultado del karma, como sin duda muchos intentarán haceros ver. Parece ser
que este tema está de moda últimamente, y aunque tengo mucho, mucho que decir,
de momento me lo estoy guardando, solo porque a estas alturas es un tema
que me aburre mucho. Pero como lo he vivido en propias carnes, y sé que es un
riesgo que acecha a todo principiante, sí os diré algo: si en una vida pasada
recuerdas, por ejemplo, haber sido juez y haber enviado a unos cuantos hombres
a la horca, ya sea justa o injustamente, y luego en otra vida recuerdas haber
muerto ahorcado, justa o injustamente, lo más fácil es que pienses “Ya está, he
muerto ahorcado como consecuencia de haber enviado a gente a la horca en el
pasado. El universo me ha hecho llegar lo que me corresponde. Fui cruel, y
ahora la gente es cruel conmigo”. Tienes que darte cuenta desde ya que eso no
tiene por qué ser así. Esto es solo la interpretación que tú, en este mismo
momento, con los pocos datos que tienes, le estás dando a tus experiencias. Los
seres humanos funcionamos así, no pasa nada, todos queremos buscar una
explicación lógica a algo que nos ha pasado, sobre todo cuando ese algo nos ha
hecho sufrir bastante. Y como el karma suena bastante lógico y la gente en
general no tiene datos concretos en los que basarse para afirmar eso, y mucho
menos recuerda vidas pasadas, si tú les cuentas lo que te pasó, ellos no
dudarán en decirte: “Eso fue tu karma”. Y tú, como no tienes mucha experiencia
y piensas que cualquiera es más sabio que tú (sobre todo si es terapeuta
regresivo), pensarás que tiene razón.
Bien, puedes aceptarlo y quedarte ahí. Pero si sigues
reflexionando y, sobre todo, sigues recordando vidas pasadas, un día te darás
cuenta de que también tuviste muchas otras vidas en las que fuiste guerrero y
mutilaste por doquier, y resulta que de momento ni has nacido sin brazos ni ha
venido nadie a cortártelos. En otra vida varios soldados te violaron y luego te
cortaron el cuello, pero tú siempre respetaste a las mujeres, era una costumbre
de tu clan, así que no ves por qué habrías de pasar por ello, después de todo
las guerras son las guerras. También recuerdas varias vidas en las que fuiste
esclavo, y sin embargo no hay ninguna en la que esclavizaste a alguien. Bueno,
una vez tuviste un criado y no le tratabas muy bien, pero eso no tiene nada que
ver, ¿no? En una fuiste carcelero, y por fortuna tú nunca has estado en prisión,
que recuerdes... Además, una vez fuiste un ermitaño y como conocías las
propiedades medicinales de algunas plantas, te dedicabas a aliviar a la gente
sus enfermedades. Pero eso no te aseguró una vida fácil ni tampoco un cuerpo
sano, de hecho tuviste lepra en la vida siguiente y en otra moriste de
tuberculosis. Según recuerdas más y más vidas pasadas te das cuenta de que la
aparente relación que había entre haber enviado gente a la horca y haber muerto
ahorcado es solo eso, aparente. Completamente circunstancial. Que te pasen
cosas malas o cosas buenas en una vida no depende de lo malo o bueno que hayas
sido en el pasado. Simplemente te pasan porque estás vivo en un planeta donde
las personas se comportan como les viene en gana. Eso es todo.
Tienes que tener mucho cuidado en cómo interpretas tus recuerdos,
porque si aceptas algunas interpretaciones solo conseguirás sentirte culpable
sin ninguna razón para ello. No sé por qué pero a la gente en general les
encanta juzgarte y decirte cómo te tienes que sentir, y les encanta decirte lo
que tienes que hacer, te ofrecen su moralina barata y te dan consejos como “Ves,
estás sufriendo porque hiciste algo mal en el pasado, vete y hazte voluntario
en un hospital, ya verás como así te sentirás mejor”. Sí, esto último es
cierto, hacer cosas por los demás siempre va a hacer que te sientas bien, pero
eso no significa que como premio conseguirás que tu próxima vida sean unas
eternas vacaciones en una isla paradisíaca ni que eso te llevará a la iluminación. No te engañes a ti mismo, no les
dejes manipularte. Solo tú puedes llegar a saber por qué acabaste en la horca,
si es verdad que es porque hiciste cosas malas en otra vida, o simplemente
porque tomaste malas decisiones, o simplemente porque estabas rodeado de
fundamentalistas y pensaban que como mujer adúltera debías morir. Recuerda todo
lo que puedas, y averígualo. No por los que disfrutan juzgándote y creyéndose
más sabios y “espirituales” que tú, sino porque quieres conocer la Verdad. Las
razones por las que uno acaba mal pueden ser muy variables, y las cosas son muy
complicadas, tan complicadas que reducirlo todo a “Eso te pasó porque estás
pagando una deuda kármica” no solo me parece frívolo, sino incluso hiriente
para todos aquellos que hemos recordado.
Nuestros recuerdos de vidas pasadas suelen ser en un
principio muy fragmentarios, solo tenemos cortas escenas, y es muy difícil
saber exactamente cómo te sentías o lo que pensabas en determinado momento. No
podemos llegar a buenas conclusiones hasta que no tenemos mucha información, y
para eso pueden pasar años. Es muy fácil dejarse llevar por las ideas
preconcebidas que hoy en día tiene mucha gente sobre una determinada época
histórica, incluso la propia historia puede estar manipulada para favorecer a
los vencedores. Y cuando comprobamos que hemos estado en prisión, o que hemos
sido condenados, o que alguien nos asesinó por la espalda, es muy fácil pensar “Seguramente
me lo merecía o ha sido porque yo me lo busqué o fue por esa otra vida en la
que yo asesiné a otra persona”, pero esto no tiene por qué ser así. En mi opinión,
los accidentes existen. Muchos gustan de buscar una explicación trascendental a
todo, pero lo único cierto es que no podemos estar seguros de nada. Puede que
eso te haga estar más tranquilo, si es así créelo y no busques más. Pero sé
consciente de que tal vez es solo lo que quieres creer. Los hechos son los
hechos, y a partir de ahí, todos podemos interpretarlos como mejor nos
convenga. Y esto puede ocurrir tanto en sentido positivo como en sentido
negativo, es decir, puede que incluso durante un tiempo te niegues a creer que
tus recuerdos son ciertos porque eso implica que hiciste algo que hoy en día
desprecias. Quieres huir de tu responsabilidad, y hasta que no la aceptes no
llegarás a ningún sitio. De igual modo, otros querrán culparte y te llamarán malvado
cuando tú sabes que en realidad tenías buenas intenciones, o al menos eso es lo
que tú creías... Como ves, todo es relativo, y por tanto, desde fuera, nadie,
absolutamente nadie, puede decirte que lo que te ha pasado es por tu karma.
Como ya sabes, yo solo te daré un único consejo:
Nunca permitas que otros piensen por ti.
"Cuando una red de mentiras bien empaquetada se ha vendido
gradualmente a las masas durante generaciones, la verdad parecerá
completamente absurda y su defensor un loco delirante".
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